Uno




Adhara y Sirius Black, ambos corrían de un lugar a otro emocionados pues irían a Hogwarts por primera vez, ese sería uno de los días más importantes para ambos.

—Hermana, quiero ir contigo.—El menor de los tres sujetó la capa de la castaña.

—Reggie.—Se puso a la altura del pequeño de 9 años quien tenía un puchero formado en su labio.—No puedo hacerlo.

—¿Por qué no?—Se quejó.

—Porque tienes que estar aquí y cuidar de mamá.—Besó su frente.—Vendré a visitarte tan pronto como pueda.

—Si Reg, tú mejor amigo Kreacher necesita compañía.—Sirius se detuvo a burlarse del lamento de su hermano.

Adhara le lanzó una mala mirada antes de alborotar el rizado cabello de Regulus.

—Bien, te enviaré cartas cada lunes.—Finalmente logró contentar a su contrario quien asintió repetidas veces.

Su ansia era tanta que a penas estuvieron en el tren sujetaron sus manos tratando de mantener el control.

—Por fin, cuando lleguemos a Hogwarts seremos los Slytherins más temidos.—La de oscuros cabellos habló bajito para Sirius.

—Yo no quiero ser temido.—El hizo una mueca.

—Hmm, entonces seremos los Slytherin más guapos que Hogwarts podría tener.

—Me gusta como piensas, hermana.

Al estar en busca de un vagón en el cual estar durante el viaje perdió de vista a su hermano quien solía ser bastante escurridizo.

—Hola, ¿Puedo pasar?—Se asomó en un vagón donde estaba un chico de su edad.

El no dijo nada, solo asintió mirando a la ventana, jugaba con sus dedos con nerviosismo.

—Soy Adhara Black.—Se presentó mientras se sentaba frente a él.

—Remus, Remus Lupin.—Su tono era bastante bajo pero aún así fue audible.

—¿No te emociona? Estamos por ir al mejor colegio de magia.—Le enseño una sonrisa que el ignoró.

—No, la verdad no estoy seguro de querer estar aquí.—Finalmente volteó a verla.

Se sorprendió por las marcas que el niño tenía en el rostro e instintivamente se preguntó qué pudo causarle aquello.

—¿Por qué? Vas hacer muchos amigos.

—No creo que eso sea posible.—Hizo una mueca.—No soy bueno entablando amistades.

—Pues yo seré tu amiga desde ahora.

El pequeño Remus no dijo nada, se limitó a observarla con neutralidad, le sorprendía que alguien estuviera hablándole luego de ver sus marcas, estaba seguro de que huiría al enseñárselas.

—¡Adhaaara!—Su hermano llegó haciendo que Remus se sobresaltará por el alto tono de voz.—¿Donde estabas jovencita?

—Calla, te estuve buscando.—Gruñó.—Te presentó a Remus, mi amigo.

Sirius entrecerró sus ojos analizándolo, no parecía alguien que pudiera lastimar a su hermanita así que se limitó a sentarse al lado de ella.

—¡Oh! También tengo que presentarte alguien genial.—Dió un salto levantándose nuevamente y sacando la cabeza.—¡Jaaames!

—Lo siento, suele ser muy ruidoso.—La castaña murmuro a Remus quien por primera vez le mostró una sonrisa de diversión.

—James Potter, futuro Gryffindor está aquí.—El de lentes se apoyó en el marco de la puerta del compartimento.—Y probablemente tu futuro esposo.

Le guiñó el ojo a la Black quien se aguantó una risa.

—Definitivamente, no.

—Si, guárdate esos chistes... Mi hermana no será la esposa de nadie.—La abrazó por los hombros.—Será una solterona.

—¡No seré una solterona!

Los hermanos empezaron a discutir sobre la teoría de Sirius de porque Adhara Black no se casaría nunca y que adoptaría 20 gatos y 3 perros para llenar el vacío, Remus y James solo podían reír ante la disputa haciendo que Lupin sintiera un poco de comodidad estando con ellos.

El profesor Dumbledore tenía el cabello plateado y junto a su barba tenían más de medio metro de longitud, Adhara lo miraba maravillada junto a Sirius.

—¡Bienvenidos!—Cantó Dumbledore.—¡Bienvenidos a un nuevo curso en Hogwarts! Tengo algunas cosas que decirles a todos, y como una es muy seria, la explicaré antes de que nuestro excelente banquete los deje aturdidos...

Ignorando por completo lo que sea que el director estuviese diciendo, la castaña volteó a ver a su nuevo amigo quien estaba nervioso en la multitud.

—Oye, tranquilo...—Sujetó su mano.—Solo nos sortearán a una tonta casa, nada del otro mundo.

—Solo estoy algo ansioso, hay mucha gente aquí.—Le dió un suave apretón.

Sirius notando aquello pasó en medio de los dos antes de abrazarlos por los hombros.

—Bien, esto será sensacional.—Los zarandeó levemente.

McGonagall les dio las instrucciones de cómo serían seleccionados a sus diferentes casas, los estudiantes nuevos iban pasando uno a uno.

—¡Adhara Black!—La primera de los hermanos no dudó en caminar con rapidez hacia el taburete.

—Otra Black... Esto no será difícil ¡Slytherin!

La mesa de las serpientes estalló en aplausos, orgullosa de si misma camino hacia la mesa donde pudo ver a una de sus primas mayores quien estaba apunto de graduarse.

—Andromeda.—Se sentó al lado de la mayor quien le revolvió el cabello.

—Sabía que te seleccionarían aquí, primita.—Le mostró una sonrisa gentil.

El siguiente fue Sirius quien al ser llamado corrió chocando con algunos estudiantes.

—Haz espacio, mi hermano debe sentarse a mi lado.—Adhara empujó a un Slytherin sentado a lado de ella.

—¡Gryffindor!

El rostro de la castaña empalideció, miró con desaprobación a su hermano quien parecía feliz.

—¿Qué? ¿Como puede estás alegre? ¡Papá y mamá van a estar enfadados!

—Tranquila...—Andromeda intentó calmarla.

Ella decidió ignorarla, estaba angustiada únicamente volvió a escuchar voces cuando el director habló.

—¡Que comience el banquete!—Anunció Dumbledore.

Las fuentes doradas y las copas que tenían delante se llenaron de pronto de comida y bebida, pero Adhara no tenía apetito para probar nada.

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