Dos


Sexto año.

La selección en diferentes casas habían provocado una ligera disputa entre hermanos, pero no lo suficientemente grave como para distanciarlos, lo que en verdad fue doloroso ocurrió cuando Sirius escapo de casa abandonando a sus hermanos quienes le guardaban rencor (Uno más que otro) Regulus ni siquiera podía escuchar el nombre de Sirius sin rabiar y Adhara prefería pasar su tiempo en su Sala Común lejos de los problemas que conllevaba ser la hermana de Sirius Black, el bromista de Hogwarts.

—Ya era hora de que hicieras algo con tu cabello, el castaño no iba contigo.—El menor de los Black observo a su hermana en la Sala Común de Slytherin.

—Reggie, ¿Acaso tratas de insinuar que te gusta mi nuevo estilo?—Se acercó a intentar apretar sus mejillas.

—No hagas eso.—Bajó la voz sosteniendo sus manos evitando que lo tocara.

—Hmm, ¿Daño tu reputación de niño oscuro y misterioso? Hermanito.—Comentó sonriente.

—No dije eso.—La soltó yendo en dirección a la salida.

—Pues para mi sigues siendo el llorón que se coló en mi equipaje durante mi segundo año aquí.—Se burló.

—¡Shh!—Chistó.—N-No recuerdo haber hecho algo así...

—¿Tampoco recuerdas cuando-?

—Mira la hora... Tengo clases.—Fingió sacar un reloj de bolsillo.—¡Me voy!

—¡Pero!—Trató de detenerlo pero era demasiado tarde, se había marchado.—Es domingo.

No solía ser fastidiosa, pero cuando se trataba de Regulus podría molestarlo sin parar, sus hermanos nunca se cansarían de ella y claro que se aprovechaba de eso.

—Mira nada más.—Una voz a sus espaldas la llamó.—¿Te quemaste la cabeza?

—¡Wow! No sabía que hacerme rubia alarmaría a mis hermanos.—Rio volteando a ver.—¿Que haces aquí? Deberías estar con tu grupito.

—He venido a escoltarte hasta el Comedor.—Hizo una reverencia burlona.

—¿Que ocultas?—Lo sujetó por el cuello de su uniforme obligándolo a levantarse.

—Nada.—Rodó los ojos.

—Entonces, ¿Desde cuando me "Escoltas" a cualquier lugar?

Ambos empezaron a caminar, el GC no estaba lejos pues solo debían pasar uno que otro pasillo y usar las escaleras para llegar.

—Solo velo por la seguridad de mi querida hermanita.—Hizo un puchero.

—Soy mayor que tú.—Habló con obviedad.

—¡17 segundos!—Se quejó.

—Sirius, dime que quieres antes de que te lance un hechizo y quedes calvo por el resto del año.—Enarcó una de sus cejas mirándolo de reojo.

—Bien... Yo quizás escuche un rumor...—Alargo cada palabra.—Sobre un chico de Ravenclaw que está "Babeando" por ti.

—Agh.—Adelantó su caminar.

—¡Espérame!—Siguió sus pasos.

—¿Cuantas veces tengo que decírtelo?—Frenó de golpe.—No me interesa nadie, no quiero ser la novia de nadie y no voy a besar a nadie, deja ya esos celos tontos, nunca jamás me va interesar un idiota de aquí.

—Nunca digas nunca.

—Solo, déjame en paz.—Ladeo su cabeza.—¿Te gustaría que yo fuera atrás de ti a todo lado asegurándome que no pases saliva con la primera chica que veas?

—Es diferente.

—¿Ah si? ¿Por qué?—El sarcasmo en su voz era evidente.

—Por qué yo lo hago por diversión, tú nunca te haz enamorado y si lo haces te romperían el corazón.—Se quejó.

—Que poca fe me tienes.—Murmuró.—Esto es estúpido, me quitaste el apetito.

—¡Solo te estoy protegiendo!—Levanto su voz al verla alejarse.

—¡No necesito que lo hagas!

Su última palabra antes de perderse entre estudiantes, sabía que su hermano podía ser algo celoso cuando se trataba de ella, los primeros años le parecía divertido y un poco tierno. Pero al pasar el tiempo empezó a ser molesto, asfixiante, aún así trataba de hacer cosas a sus espaldas, a pesar de que la popularidad de Sirius no ayudaba mucho pues cualquier paso que daba el terminaba sabiéndolo.

—¿Por qué tienes esa cara larga? Canuto—Peter habló cuando se sentó frente a él en el comedor.—¿Problemas con Marlene?

—Con Adhara.—Achicó sus ojos empezando a tomar algo de comida para su plato.

—Uhh, eso es mucho peor.—James se burló.—Deberías dejarla en paz, ya no es una niña.

—Para mi lo es.—Gruñó.

—Tiene razón.—La pacífica voz que caracterizaba a Lupin resonó en sus oídos.

—Por fin alguien que me entiende.

—No me refería a ti.—Remus se burló.—Tú hermana no está muy contenta con que te hayas ido de casa, no creo que sea el momento más apropiado para que la molestes.

—No la estoy molestando, Lunático, la estoy protegiendo de chicos...

—¿Como tu?—El licántropo habló con obviedad.

—De acuerdo, no soy un santo y ninguno de ustedes lo es.—Señaló a sus tres amigos con su dedo.—Es por eso que no puedo dejar que cualquiera se le acerque... Ya abra tiempo para que se enamore, pero no será ahora.

Por primera vez en mucho tiempo vieron a Black con el rostro serio analizando a cada persona que lo rodeaba.

—Mi hermana es lo más preciado que tengo, si alguno se le acerca se las verá conmigo.

—Blah, blah.—James imitó a Sirius.—Ya entendimos, ¡Que nadie se le acerque a mi hermanita o los perseguiré en sus pesadillas!

Una risa algo incomoda salió de los labios de Peter y James mientras Remus se limitaba a negar con su cabeza para regresar su mirada a su plato comida.

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