Capítulo 4.
En esta historia se hacen algunas referencias la ||Guía Omegaverse|| de *Letras del fanworld* y la ||Guía de Comportamiento|| de Mimmulus. Para mayor información pasar a leerlas. La imagen de portada es cortesía de la bella Patitodesu, sus dibujos son hermosos como sus fics.
Aclaraciones
Las palabras resaltadas son la voz de mando.
Las palabras en cursiva están en otro idioma y su traducción en [corchetes].
Advertencia: este capítulo contiene lemmon, quedas advertido/a.
Editado por maaeaca
Segundo Arco: Mi primer amor
-El primer amor de Yu
Para estar por cumplir sus 16 años, Yu era un alfa muy centrado y consciente de lo que quería y lo que no, cuando quería algo se lanzaba a por ello sin permitir que nadie se opusiera, de igual manera, tampoco dejaba que nadie escogiera su futuro, él quería estudiar medicina veterinaria; por mucho que ante las personas demuestre ser una persona con una personalidad fría y cerrada, adoraba a los animales, ya que estos eran, en su opinión, los seres más puros, leales, hermosos y no mentían. Para ello quería ir a la mejor universidad que se pudiera costear con sus ahorros y los que su madre había juntado para él y sus dos hermanos; Lenalee acudía a la universidad y eso lo empujaba a sentir deseos de ser adulto pronto.
Pero su concepto de ser adulto y el de Alma no coincidían en todo, para Yu, ser adulto consistía en prepararse, cumplir sus metas, ser responsable, madurar en todo el sentido de la palabra; pero para Alma, ser adulto no era más que formar una familia, y eso era lo que el omega mayor le estaba exigiendo a Yu últimamente.
Un año.
Con un año había bastado para que las cosas con Alma se salieran de control, todavía no entendía cómo habían pasado de los juegos a un plano más serio, más sexual. No lo permitiría, no dejaría que Alma escogiera por él, todos creían que podían escoger por él, incluso su alfa interno. Yu no podía entender cómo es que Alma podía creer que escogería por él y lo obligaría a formar una familia ¿Acaso había perdido el juicio? ellos no estaban ni ligeramente preparados para formar una familia, o por lo menos, Yu Kanda no se sentía listo para eso.
Una cosa llevó a la otra, y un día empezaron a discutir sobre el tema...
―Pero Yu, no es justo, a este paso me haré viejo y todos pensarán que soy un solterón ―se quejó Alma con molestia creciente.
―Exageras, solo tienes 19 años, no veo cual es el motivo de tu prisa.
―Pero tú no entiendes cómo me siento, es una necesidad biológica, mi cuerpo necesita dar el siguiente paso, solo tienes que...
―¡No! basta, es suficiente ―dijo haciendo uso de su voz de mando, no era algo común en él usarla porque sus gestos intimidantes no daban lugar a necesitarla, pero estaba tan estresado por la insistencia de su novio que no le quedó de otra alternativa que esa―. No estoy listo para tener cachorros, entiéndelo de una vez, tal vez tú te sientas listo, pero yo aún soy muy joven, tengo que graduarme, ir a la universidad, conseguir un empleo, ahorrar para una casa y tal vez un auto, yo no estoy listo, no seré como mi padre, él es un irresponsable total. ―dicho esto comenzó a alejarse del retraído omega.
―Está bien, dejaré el tema a un lado "por ahora" ―señaló haciendo énfasis en eso último―. Pero, sin embargo, aún tengo una duda Yu, ¿Tú me amas?
―Tsk, que pregunta tan estúpida ―espetó con fastidio volviendo a mirar al omega a sus espaldas―. ¿Si no fuera así por qué saldría contigo y aguantaría berrinches como el que acabas de hacer?
―Pero es que, hace un año que salimos y no lo hemos hecho ni una vez, además, nunca has intentado marcarme, ni siquiera cuando entras en tu celo, siento como si no te atrajera, como si salieras conmigo por obligación.
―¿Eres idiota? ―Yu tenía muchos defectos como persona, y uno de ellos consistía en que era muy escaso de expresión, su rostro en general no solía acompañar sus sentimientos, así como tampoco sus palabras solían expresarlos directamente. Así pues, solía herir sin intención a las personas a su alrededor que no conocían esta faceta de él, justo como ahora se sentía Alma―. Vengo peleando contigo porque no estoy de acuerdo en que me obligues a algo, ¿Cómo podría estar contigo por obligación? yo soy un alma libre.
―Yu... ¿eso significa que en verdad me quieres? ―los ojos de Alma estaban brillosos, y Yu no sabía si era por la creciente emoción a sus palabras o porque se pondría a llorar.
―Tsk ―esa fue toda la respuesta que recibió de su parte, pero en el poco tiempo de conocerse y salir juntos, en el "idioma de Yu" eso dictaba que la respuesta era la más obvia, un sí, según interpretó Alma basado en los hechos.
Como se encontraban de camino a casa y siendo vecinos, habían estado discutiendo en la vía pública, por suerte, conocían un atajo a casa que no era muy frecuentado ni peligroso, solo no era vistoso y era bastante silencioso. Alma llamó a su casa luego de terminar la discusión, mientras hablaba por teléfono Yu se adelantaba un poco, no tenía interés sobre que podía estar hablando su novio ni con quién, siendo tan meloso como lo es no sería posible que fuera algún desconocido.
―Oye Yu, vamos a mi casa ¿sí? ―exclamó con tono melodioso y pícaro.
―¿Quién está ahí? ―normalmente escogía ir dependiendo de quién estaba en casa, no simpatizaba mucho con la prima de Alma.
―Nadie.
―Entonces no voy. ―era obvio, no tenía que preguntar para imaginarse lo que Alma podía tener en mente.
―¡Pero Yu! ―Alma sujetó su brazo y comenzó a suplicar haciendo ojos de perrito a medio morir tratando de convencer al azabache.
―¿Para qué quieres que vaya? ―aun sabiendo la respuesta preguntó pensando que Alma recapacitaría su respuesta antes de darla.
―Tú sabes... ―el sutil aroma a madera recién cortada se tornó dulzón y abrumó el olfato de Yu―. No te hagas el inocente, no te pido que me marques ahora ni nada por el estilo, pero Yu, ¿Acaso tú no sientes el deseo carnal?
Demonios.
Se detuvo en seco, ¿Cómo diablos se le ocurría preguntar eso? obvio que él no era de piedra, pero tampoco es que no supiera controlarse. Su familia se había encargado de cuidarlo mucho y enseñarle todos los riesgos posibles, pero si lo analizaba a fondo, no es como si su cuerpo no sintiera la necesidad de tomar a un omega, de satisfacer todos sus placeres carnales, y aun así él no cedía a ellos porque lo haría cuando a él le diera la gana, pero casualmente hablar del tema lo hacía sentir que le apetecía
―Bien, vamos a tu casa un rato, si me obligas a algo me largo de inmediato.
―¡Sí! entiendo, no lo haré. ―Alma sonrió con todos los dientes, feliz de lograr que Yu aceptase su propuesta. Y emocionado, muy emocionado.
Minutos después se encontraban entrando ambos al departamento de la familia de Alma. Su familia consistía en su Abuelo Sammo Han Won, un viejo beta de origen chino, su medio hermano beta llamado Bak, y su prima omega Fou. Sus padres hacía muchos años que habían muerto, la madre de Bak murió al darlo a luz y su padre se hizo cargo de él, luego de algunos años se casó con la madre de Alma y lo tuvieron a él, y hasta hacía cuatro años todos estaban juntos hasta que un atentado terrorista terminó con la vida de sus padres y la de la madre de Fou. Sammo, al ser su único pariente vivo, se hizo cargo de ellos desde entonces, y en esos momentos, por diversos temas, no había nadie en casa ni lo habría hasta llegada la noche, y apenas eran la una de la tarde, tenían todo el día por delante.
―¿Quieres algo de tomar Yu? ―Ofreció Alma.
―Sí... ―se sentía como un tonto enamorado con los nervios traicionándolo por lo que iba a hacer, pasó saliva con esfuerzo.
―¿Y.... qué es? ―preguntó ante el evidente y extraño silencio del contrario.
―Te quiero a ti ―y antes de que Alma siquiera pudiese emocionarse por las palabras dichas por Yu o procesar del todo la información recibida, ya tenía el cuerpo bien formado del azabache sobre él, quién de un segundo al otro lo estaba besando de manera voraz. Alma se tardó un par de segundos en procesar lo que estaba ocurriendo, y cuando por fin lo hizo correspondió el beso de Yu con ganas. Pasó sus brazos tras su cuello y Yu lo envolvió de la cintura con sus brazos, mientras a tropezones lo guiaba hasta el sofá de la sala donde cayeron de forma brusca, Yu cortó el beso para quitarle la camisa que llevaba puesta y guío sus labios hasta su cuello, donde repartió húmedas y lujuriosas lamidas que terminaron por sacarle ruidosos gemidos al omega bajo su cuerpo
―No seas tan ruidoso Alma, baja la voz o te oirán los vecinos ―susurró en su oído con voz ronca y caliente.
―Y-Yu...Ahh... ―Alma era incapaz de formar palabras del todo coherentes, peor aún si Yu no dejaba de besar su cuello y paseaba sus manos por todo su torso, volviéndolo loco. El ambiente en la sala se teñía poco a poco de la mezcla de sus feromonas, la lujuria iba tomando fuerza en el cuerpo de Yu y su alfa interno no dejaba de retorcerse, ansioso por invadir por completo el cuerpo del omega y hacerlo suyo de una vez.
Yu, a pesar de mostrarse seguro de lo que hacía, por dentro no estaba del todo convencido si lo que hacía estaba bien o siquiera correcto. Era su primera vez, y suponía que la de Alma también, por lo que quería que fuese especial y no una simple follada rápida. Quizá en estos momentos no estaba siendo del todo precavido con lo que sentía, porque Alma logró darse cuenta de su indecisión y sin pensárselo mucho empujó levemente del hombro a Yu e hizo que cambiasen de posiciones.
Ahora, con Alma sentado a horcajadas sobre su cadera, era capaz de observarlo en todo su esplendor. Su corto cabello azabache estaba despeinado y desordenado, sus mejillas sonrojadas, sus ojos se apreciaban brillantes y sus labios se encontraban hinchados y rojos luego del beso que se habían dado con anterioridad. La sola imagen del omega logró que se pusiese duro, y Alma lo notó, pues soltó una leve risita y se inclinó para quitarle la camisa y devolverle el favor, besó y chupó su cuello con fervor, tanto que apostaría a que le dejaría unas cuantas marcas que luego serían difíciles de ocultar. Se encargó de bajar por su pecho, donde esparció unas cuantas lamidas húmedas y lujuriosas hasta llegar al borde de su pantalón, donde de forma traviesa colocó su mano dominante y dio un ligero apretón.
Yu soltó una maldición, se sentó de improviso en el sofá y atrajo al omega de la nuca para compartir un nuevo beso, porque quería y porque su alfa se lo pedía, no sabía de donde nacían esas ganas irrefrenables de besar a Alma, pero supuso que serían sus instintos hablando. Mordisqueó sus labios, Alma entreabrió la boca para coger un poco más de aire y aprovechó la acción y coló su lengua en su cavidad, recorriéndola y degustándola. De pronto sintió el cuerpo de su omega retorcerse encima suyo, restregándose contra su entrepierna y sacándole roncos gruñidos de placer. El calor se volvía cada vez más insoportable y la ropa estorbosa, por lo que, cortando nuevamente el beso, hizo que Alma se levantase y se sacó sus pantalones y los del omega, quedando únicamente con su ropa interior. Quiso contemplar nuevamente el cuerpo totalmente desnudo de Alma, pero este no tenía los mismos planes que el Alfa y sin perder tiempo trepó nuevamente por su cuerpo, donde se restregó con mayor ímpetu e impaciencia que antes, y maldita sea, eso fue lo mejor del mundo. Jamás pudo pensar que esto del sexo sería algo tan placentero, y eso que ni siquiera comenzaba la parte seria.
―Yu, por favor ―la voz de Alma sonó suplicante y necesitada, y aquello fue el detonante para que Yu mandase su control de paseo y sus instintos lo dominasen. Tomó las caderas del omega con fuerza y lo forzó a moverse otra vez, al tiempo que él tomaba uno de sus pezones en la boca y lo besaba y mordisqueaba con fervor. Alma gimió en voz alta y llevó una de sus manos al cabello de Yu para apretujarlo entre sus dedos y acercarlo más a su pecho, sin dejar de mover sus caderas.
Los dos estaban perdidos en el otro, en sus aromas y en sus cuerpos, Yu, ya no pudiendo aguantar más y notando lo húmedo que la entrada de Alma estaba a través de su ropa interior, terminó por bajársela hasta las rodillas y su miembro, ya duro en su totalidad y expulsando líquido pre seminal, rebotó ligeramente contra su vientre. Alma, tan impaciente como él, no esperó porque Yu lo preparase de manera adecuada y tomando entre sus manos el miembro de su alfa, lo guío hasta su entrada y se dejó caer con fuerza, logrando que Yu entrase por completo y lo llenase en su totalidad.
Los dos soltaron sendos y largos gemidos ante el movimiento, y ya con el control perdido hace mucho tiempo, Yu no perdió más tiempo y comenzó a moverse, metiendo y sacando su miembro de esa entrada caliente, húmeda y que apretaba su miembro de una manera deliciosa. Por un segundo su parte racional dominó sus sentidos y le hizo ver lo extraño de que Alma no se quejase en ningún momento por la invasión repentina, pero un movimiento de cadera hecho por este término por desvanecerla. Estuvieron así por un rato, con Alma montando a Yu y Yu embistiendo a Alma, besando sus pezones y mordiendo levemente su cuello. Su alfa rugía embravecido del puro gozo, y los pensamientos que llenaban su cabeza eran de pura y absoluta posesividad ante el omega que no dejaba de gemir y soltar jadeos de placer. Su primera vez estaba siendo muy placentera por lejos, y podía ver lo mucho que Alma lo disfrutaba, el omega sabía lo que hacía y se preguntó si se debía a que era mayor que él, o si sus instintos le decían que hacer. Y a pesar del placer que llenaba su cuerpo, su mente le advirtió que estaba cerca de terminar, lo que lo alertó de salir del cuerpo de Alma antes acabar dentro de él, cosa que se le hizo difícil, principalmente porque Alma no le estaba dejando al no moverse de encima de su cuerpo. Al final, terminó por empujar al omega con más fuerza de la necesaria y acabó sobre un cojín que tenía al lado de su pierna, manchándolo de ese blanco liquido caliente que salía de su miembro.
Respiró entrecortadamente tratando de regular su respiración, y oyendo los jadeos de Alma a su lado fue que su razón volvió en su totalidad.
―¿Qué demonios... te pasa? ―preguntó algo furibundo entre jadeos mientras trataba de calmar su respiración agitada―. Casi termino anudándome contigo.
―No entiendo por qué es malo que lo hagas. ―reclamó serio y exhausto tumbado sobre el sofá.
―Tsk ―Yu se levantó molesto, por poco cae en el juego de su "novio", que más bien parecía un enemigo empeñado en ganarle en cualquier descuido. Tomó sus ropas y se encerró en el baño para lavarse rápidamente e irse, Alma tocaba frenéticamente la puerta ―cosa extraña―, según había escuchado de comentarios, que sin querer había oído de sus compañeros más activos, los omegas del género masculino no lograban levantarse después de las primeras veces, a menos que ya estuvieran muy acostumbrados a ese dolor y debilidad después del sexo.
―¡Yu! ¿qué vas a hacer? ¿te irás? ¡Yu! ―Alma gritaba a través de la puerta, sin dejar de golpearla y liberando feromonas de angustia para hacer que cayese ante ellas y cediese a sus ruegos.
Lo mejor que podía hacer ahora era salir de ahí, su cabeza estaba empezando a sacar teorías sin sentido, ¿O sí tenían sentido? ¿Cómo saberlo? ¿Debía preguntar? no, no era lo mejor en el estado mental en el que se encontraba, a pesar de estar tan molesto aún podía razonar un poco.
Salió quitando a Alma de su camino, quien seguía persiguiéndole hasta la puerta, de la cual no pasó por seguir desnudo en su totalidad. Bajó las escaleras que lo llevarían del segundo piso a la planta baja casi al trote, escuchaba los desgarradores gritos suplicantes de Alma a la distancia, sentía que echaba humo por las orejas, ¿Acaso Alma era tan cabeza hueca para creer que formaría una familia a la fuerza con él? iba tan metido en sus pensamientos que no notó que alguien caminaba en la acera fuera de la entrada del edificio por donde él salía y lo derribó.
―¡Auch! ¡Oye amigo, fíjate! ―oyó una voz molesta desde el suelo.
―Tsk, sí, como sea... ―le dio poca importancia al hecho, su cabeza tenía problemas más grandes que ser cortés con un desconocido.
―Deberías disculparte conmigo, fue tu culpa ¿sabes? ―dijo el otro chico mientras se levantaba y se sacudía las ropas, algo finas para el ojo del azabache.
―No estoy de humor para disculpas, y deja de seguirme baka usagi, no me disculparé, aunque me ruegues. [Conejo idiota] ―Gruñó entre dientes.
―No te estoy siguiendo, venía en este camino cuando me tiraste, por cierto, amigo, me llamó Lavi, y no me parezco en nada a un conejo ―dijo el otro mientras ambos llegaban a Froi's Patisserie.
―Tsk, me da igual. ―sin entender como el chico logró comprender lo dicho en su idioma y dándole lo mismo, se dispuso a abrir la puerta cuando alguien salió por ella.
―Así no tendrás amigos nunca Yu ―dijo Lenalee quien venía saliendo de la pastelería a poner el letrero de 'abierto' en la puerta.
―Con que Yu ¿eh? mucho gusto amigo ―dijo con una sonrisa boba estirando su mano para estrechar la contraria, cosa por la cual Yu ni siquiera se inmutó y solo la miró indiferente.
―¡Yu! ¡Eso es grosero! ―le regaño su hermana―. Discúlpalo, él es así con todos, pero no es mala persona, solo que hoy parece más enojado que de costumbre, yo soy Lenalee Lee, su hermana mayor ―se presentó la chica con una sonrisa amable.
―Mucho gusto ―mientras se presentaban, Yu no se había retirado porque no confiaba en dejar a su hermana a solas con el pelirrojo parchado con cara de conejo idiota, tal vez se le habían pegado esas malas costumbre de Komui―. Yo soy Lavi Bookman, y creo que soy amigo de tu hermano.
―¡Oh! eso es genial.
―No somos tal cosa ―negó Yu de inmediato―. No te autoproclames mi amigo así nada más, baka usagi. Ni siquiera te conozco ―refunfuñó con el ceño fruncido.
―Pero si ya hasta se dicen apodos, gracias por ser amigo de mi hermano Lavi, pero ¿sí sabes lo que significa?
―No es nada y sí, estudio varios idiomas ―ya harto de la conversación, el azabache se retiró del lugar dejando al pelirrojo con su hermana, al fin y al cabo, ella sabía cuidarse sola y él no estaba de humor, además quería darse un baño, aún sentía el olor de Alma en su cuerpo y eso le estaba molestando sin entender por qué.
―¿Ya te vas? ―le preguntó Lavi. No obtuvo respuesta alguna―. Me siento ignorado...
―Debe haber peleado con Alma seguramente ―reflexionó Lenalee.
―¿Alma es el nombre de su pareja? ―el nombre le sonaba extrañamente familiar.
―Bueno, no son pareja exactamente, o sea sí, pero no sé, son novios en realidad, pero Alma vive quejándose de que no formalizan su relación y esas cosas.
―Ya veo... ―Lavi estaba seguro de que su "nuevo amigo" traía el olor de un omega en su cuerpo, y ese aroma era vilmente conocido para sus sentidos, y por el nombre de "Alma", supuso que debía de tratarse de la misma persona ¿o no?
Lanzó las ropas con fuerza innecesaria al canasto de la ropa sucia antes de entrar a la ducha, restregó su cuerpo como si se sintiera de algún modo sucio, no había dejado de pensar en aquello que le atormentaba a él y a su alfa interno que aún se removía molesto, ¿Y si sus sospechas eran ciertas? seguro acabaría con su relación, pero ¿Y si no lo era y lo acusaba injustamente? tampoco quería lastimarlo. Y pensándolo bien, en caso de que Alma lo estuviera engañando, ¿Qué más daba? solo lo dejarían así y ya está ¿no? pero pensar en dejar todo así como así le oprimía el pecho, ¿acaso él...? ¿acaso se había enamorado de Alma Karma? no solo era mayor que él y en extremo infantil, también era insoportable, terco, obstinado y sobre todo empalagoso, pero así lo conoció, y él mismo siendo un amargado total, frío y tosco, grosero en exceso y demás, Alma le había profesado amor desde hacía más de un año, ¿entonces sería por eso? sí, definitivamente tenía que ser por eso, se había enamorado de la única persona que parecía comprenderlo, de su primer y único amigo –hasta ese momento– y ahora su novio con el que acababa de perder su virginidad, aunque sonara estúpido, le había entregado su inocencia a ese loco omega hormonal.
―Tsk, menudo rollo, yo ¿enamorado? ni de coña.
Ya se sentía como un loco, hablando consigo mismo, siempre hablaba de todo con Alma, pero ya no podía desahogarse con él siendo el origen de sus problemas, y no tenía esa confianza con nadie, ni siquiera con Komui, tal vez debería hablarlo con Lenalee, por lo menos su hermana mayor podía parecer una mocosa demasiado amable, pero siempre estaba dispuesta a escuchar a los demás y dar un consejo si tenía alguno para la ocasión.
Sí, eso haría, hablaría con ella.
Salió de la ducha, se vistió con rapidez y volvió a la pastelería que conectaba convenientemente con la casa de su padrino.
―Oe, Le... ―pausó su andar al ver a su hermana aun conversando con el pelirrojo y con su cuñado Bak, el hermano mayor de Alma.
―¡Eh Kanda! necesitamos hablar ―dijo Bak llamando su atención, parecía algo molesto, seguro Alma le había ido con el chisme.
―¿De qué quieres hablar conmigo? si Alma te dijo algo...
―No es eso, ni siquiera lo he visto hoy, mira Kanda, estuvimos hablando los tres y...
―¿Que hace el usagi aquí?
―Jo~ que malo eres Yu~ ―mientras decía esto, el rubio y la china movían los brazos en forma negativa parados detrás de Yu.
―¿Cómo... me llamaste?
―¿Eh? Yu, ¿por qué? ―ladeó la cabeza, curioso por la repentina aura oscura que rodeaba al azabache.
―Estás muerto... ―pronunció con voz oscura, lanzándose sobre el pelirrojo dispuesto a cometer un homicidio.
―¡Espera! Lavi es testigo de lo que tengo que decirte ―dijo Bak salvando el cuello del pelirrojo por poco.
―Tsk, hablen de una buena vez, en verdad no estoy de humor para sus cosas. ―cruzó los brazos sobre su pecho, impaciente y con el ceño fruncido.
―Yu, esto no es fácil, pero creemos que Alma te está engañando...
―¿Hah?
―Es cierto, Alma es mi hermano y todo, pero no me parece correcto lo que te hace, tú lo cuidas mucho y no es justo ―justificó Bak lo que estaba por hacer ―. Creo que mi hermano está saliendo a escondidas con un alfa que no conozco.
―Y ahí es donde entro yo, Yu amigo ―Lavi recibe una mirada de odio por el nombre, su sonrisa se tambalea y su voz sale ligeramente nerviosa―, b-bueno, Kanda, a lo que voy es que antes, cuando chocamos sentí un olor de omega un poco conocido para mí, y es que uno de mis compañeros siempre presume de estar saliendo con un omega universitario, incluso nos cuenta descaradamente y con detalles cada vez que lo hacen, y siempre que es así llega al instituto con el aroma de "su omega" encima, y ese olor es muy parecido el que sentí antes en ti, sé que solo nos conocemos de hoy pero insisto amigo, no me parece justo que te estén engañando.
―Ustedes están equivocados ―no sabía muy bien el por qué, pero lo estaba defendiendo y a la vez le había dolido cada palabra que había dicho su hermana, su "cuñado" y su "autoproclamado" amigo, en algún momento, las lágrimas le traicionaron...
Nunca había sido una persona expresiva, ni siquiera cuando su padre los abandonó a él, a su madre y hermanos, parecía una persona de hielo, a la que nada afectaba, pero bajó la guardia y poco a poco Alma había derretido la fuerte coraza que lo rodeaba, para al final terminar traicionándolo de esa manera. Su pecho dolía y su alfa interno rugía de furia con deseo de destruir todo a su paso ―esa perra infiel―, salió de la pastelería hecho una furia haciendo oídos sordos a los llamados de las tres personas que se arrepentían de haber dicho aquello sin más pruebas que las palabras de Lavi y Bak.
―¡Te digo que no es lo que parece! ―Alma lloraba desesperado aferrándose a Yu como podía.
―¿A no? ¿Cómo llamas a esto? ¿Experimento? ¿Una prueba? sabes bien lo que hiciste Alma, traicionaste mi confianza y nuestra relación ―la discusión estaba tomando fuerza y la chispa que quedaba de amor no era más que un fósforo al lado del fuego de dolor y odio que sentía el nipón en esos momentos.
―¡Esto también es tu culpa! ¡Si tan solo lo hubieras hecho antes! si tan solo hubieras querido marcarme verías que solo soy tuyo... ―las lágrimas no paraban de salir de los ojos de Alma, pero Yu ya no sentía nada al verlas. No luego de lo "hecho" por el omega.
―Si me amaras de verdad no necesitarías una marca de mis dientes en tu cuello para sentirte mío.
―¡Sigue siendo tu culpa! ¿¡Acaso tú me amas!? ―le reprochó, dolido y sin aceptar que Yu le culpase de todo. ¡Él también tenía la culpa de lo que pasaba!
―¡SÍ! o por lo menos lo hacía hasta esta tarde...
―... ―Alma se quedó sin aliento al escucharlo, había esperado tanto para oír esas palabras y en qué momento las viene a decir―. Yu ¡espera! ¡Perdóname por favor!
―No tengo nada más que hablar contigo, por favor no vuelvas a mencionar mi nombre con tus sucios labios... ―se dio media vuelta y le miró de soslayo con una profunda decepción. Y dolor, solo que no le dejaría ver lo muy herido que su traición le había dejado.
El omega se quedó estático, sabía que se había equivocado y que tal vez no merecía perdón de su adorado nipón, pero jamás esperó tan frías y duras palabras de su parte, a pesar de ser esquivo y amargado, inclusive grosero, jamás le había oído hablarle así a nadie, nunca, en verdad la había regado y hasta el fondo. Había perdido el amor de Yu sin entender cómo y lo había lastimado mucho.
Pero Alma sentía que no era justo, no lo dejó hablar ni explicarse, estaba sacando conclusiones apresuradas, él no sentía que lo estaba engañando ―él no lo estaba engañando―, o tal vez se había equivocado y eso había causado el mal entendido.
Las siguientes semanas Yu se aisló más que de costumbre de todo el mundo, de vez en cuando Lavi aparecía preguntando por él en la pastelería con intenciones de enmendar el error que junto a Bak y Lenalee habían cometido, pero incluso dejó de entrar por ahí, prefería dar la vuelta por la calle contraria para evitar siquiera cruzarse en su camino con Alma, y debido a eso también pasaba menos tiempo con su familia, e inevitablemente los demás empezaron a preocuparse.
~ {3 años después} ~
Estaba terminando su desayuno, una taza de té verde y un plato de soba, un desayuno bastante extraño la verdad, pero era lo que le gustaba, su rutina era bastante monótona, por lo menos en casa. Terminó y lavó la vajilla, tomó sus libros y su morral y salió de casa por la parte frontal, tenía clases por la mañana y trabajo por la tarde, se las había apañado para encontrar un trabajo de medio tiempo que le servía de práctica profesional en una veterinaria que le quedaba de camino entre la casa y la universidad, podía ir caminando al terminar sus clases y relajarse en el camino mientras escuchaba música con sus audífonos conectados al celular, el cual parecía que era solo para esa función; no usaba las redes sociales, raramente recibía una llamada que por lo general era de casa o del conejo y nunca llamaba a nadie.
Fuera de eso y tomar fotos, en verdad no tenía otra función, en su opinión.
Las clases de ese día no le parecieron tan interesantes como de costumbre, se acercaba su cumpleaños, faltaban muy pocos meses para ello, pero siendo sincero, no era algo que lo emocionase y esperase con muchas ansias. Era un día más como cualquier otro, pero como siempre, su familia no tenía la misma opinión que la suya referente a la fecha.
Luego de unas muy aburridas clases partió a su trabajo, donde al llegar era recibido entre maullidos y ladridos, entre otros sonidos de mascotas en general. Ese día era su turno de alimentar a los cachorros, estaba dando leche a un Golden Retriever cuando Miranda Lotto, dueña del negocio y además veterinaria del lugar lo sacó de su ensimismamiento.
―Oh, buenas tardes Yu, ¿Cómo vas con los cachorros? ―siendo un poco más baja de estatura que Yu, con su cabello castaño oscuro y ojos café, piel clara, aunque no tanto como la suya, la omega le regalaba una sonrisa cálida con su llegada.
―Tengo problemas para que el nuevo tome leche como los demás.
―Ah, sobre eso, es un cachorro muy joven, aún no sabe beber del plato, debes hacerlo con un biberón.
―¿Hah? ―respondió algo molesto, no le simpatizaba la idea de lidiar tanto con uno de los animales a su cuidado, tampoco quería encariñarse con ninguno de ellos, porque a pesar de la muralla que parecía rodearlo, era blando cuando de los animales se trataba, ellos no obligaban a nadie, no juzgaban y, sobre todo, no te mentían.
―S-si no quieres hacerlo yo me puedo encargar ―respondió algo nerviosa por el comportamiento de su ayudante y aprendiz.
―No, está bien, lo haré yo, tiene pacientes esperándola. Sea más responsable ordenando sus prioridades doctora. ―suspiró con cansancio, en verdad que esa mujer tenía que organizarse.
―T-tal vez tengas razón Yu, ¿Pero sabes? prevenir es mejor que curar, si ese pequeño come bien, ¿No crees que así evitamos que se enferme? ―Sus palabras eran sabias y llenas de experiencia, para ser una persona tan insegura y temerosa, Miranda sabía muy bien lo que hacía y por qué lo hacía―. Bueno, iré a ver a los pacientes de hoy, te lo encargo.
―Hmm. ―quedó en silencio y meditabundo, dejó pasar la lección recibida por el bienestar de las mascotas que esperaban ser atendidas, si le espetaba por eso la omega se pondría de los nervios mientras atiende.
Y ahí sí tendría muchos pacientes que curar.
―Te dio uno de esos sermones inconscientes ¿eh? ―la voz algo profunda y ronca que se escuchó desde un rincón detrás del azabache no era otra que la de Noise Marie.
―Probablemente, ¿Desde cuándo espías las conversaciones ajenas Marie?
―No espiaba, estaba aquí hace un rato, y te he pedido muchas veces que me llames por mi nombre Yu.
―Tsk, sigue siendo espiar, Noise ―Noise es un hombre bastante alto, de complexión gruesa y de piel algo morena, su cabello siempre iba en trenzas gruesas al estilo afro antillano, aunque él es austríaco; es un alfa "demasiado amable" según Yu.
―Lo que digas ―respondió sonriendo, no le discutiría al nipón que lucía ocupado debatiendo si darle o no del biberón al canino―. Iré a atender mis asuntos ―y dicho eso se fue a la parte delantera de la veterinaria para dejar a solas al nipón.
Yu tomó aire para darse ánimos, el cachorro lloriqueaba en su jaula con hambre como lo haría cualquier perro de su escasa edad, siendo lastimosamente huérfano y abandonado Miranda lo encontró en un callejón cercano a la veterinaria y ahora estaba ahí en esa jaula sin saber cómo beber la leche sin ahogarse. Yu se animó y buscó un biberón para perros y una toalla, para cargar al animal y alimentarlo manualmente como Miranda le había aconsejado.
En su ensimismamiento y sumergido completamente en la tarea no notó como a lo lejos era observado a través de la ventana del local por un par de orbes azul turqueza, pero que lucía vacía y triste como ninguna otra.
Holis holis mis queridos alfas y omegas, no diré mucho, como ven a Yu no es que las cosas le sean menos complicadas, pero, ¿qué pasó con Alma?
Teorías aquí >>>
Quejas de este ship acá xD >>>
Gracias a mi beta pude conciliar el lemmon como es debido, diría que esa fue la escena más complicada que he intentado escribir a lo largo del fic hasta ahora (por el ship). Si les gusto como a mi, hagan sus reverencias a mi querida amiga y beta Maca-senpai.
¡Y sorpresa! próximamente estaré publicando ―mi primer― one-shot que será yullen en celebración por ¡haber alcanzado los 100 seguidores! (lo sé, estoy atrasada con eso, debí hacerlo hace una semana pero hace poco se me ocurrió).
No se olviden de votar, comentar y añadir a la biblioteca, síganme para conocer mis demás fics, enterarse de horarios de publicación, datos curiosos, reediciones, anuncios y nuevos proyectos.
Próximo capítulo: El primer amor de Allen.
¡Se les quiere de gratis!
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