Capítulo 2
En esta historia se hacen algunas referencias la ||Guía Omegaverse|| de *Letras del fanworld* y la ||Guía de Comportamiento|| de Mimmulus. Para mayor información pasar a leerlas. La imagen de portada es cortesía de la bella Patitodesu, sus dibujos son hermosos como sus fics.
Aclaraciones
1. En esta historia, cuando Yu hable en su idioma natal (se aplica a diálogos de los demás personajes lo siguiente) el texto aparecerá en >cursiva< y al final de su diálogo aparece la >[definición]< de lo que dijo, espero se entienda, importante: *solo lo hace cuando se enoja, se irrita o por irritar a los demás (en especial a Alma)*.
2. El motivo por el cual Yu habla con fluidez el inglés se debe a su padrino que siempre le llamaba y que, además, a Yu le gustan los idiomas, habla con fluidez el japonés y el inglés, y con un poco menos de fluidez el chino por su familia.
3. Alma, como tal, es parte fundamental del desarrollo de Yu en esta historia, por lo que deben prepararse psicológicamente para que en la siguiente vez que se hable de este par, no se sorprendan de ver insinuación de lemmon de estos dos, pero no será en este capítulo, aún.
Editado por: maaeaca
Primer Arco: Infancia
- La niñez de Yu
Yu Kanda es un típico niño alfa japonés, cualquiera diría que todo niño de 12 años debe de tener una infancia feliz, pero para Yu, que atravesaba por la etapa de estrés de su familia debido al divorcio, no era nada feliz. En realidad, su padre, de origen japonés al igual que él, los había dejado cuando él era muy pequeño como para ahora venir a recordar su rostro a estas alturas, pero hacía ya un año que reapareció para pedir a su madre el divorcio y la disolución absoluta de su enlace para poder volver a casarse con la que él llama su 'pareja destinada'. A su madre le dolió, ya que ella lo daba por desaparecido y no consideró ni por un segundo que la hubieran abandonado así sin más.
Anita no era una omega tímida y miedosa, al contrario, era fuerte y obstinada, sin miedo a la aventura y lo desconocido, el padre de Yu era su segundo matrimonio y del primero tuvo dos hijos. El padre de estos, Yang Lee, murió hace años, mucho antes del nacimiento de Yu, ambos nacieron en China ya que era el país de origen de sus padres y allí se unieron en matrimonio por lo que parecía era un amor sincero, y tal vez lo seguiría siendo si él no hubiera tenido un infarto tan joven. Un par de años después conocería en unas vacaciones en Japón al padre de Yu y su actual ex esposo. Su primer hijo, Komui Lee, es un omega de 20 años que estudia medicina y que sueña con ser médico de urgencias médicas; la segunda, Lenalee Lee, es una beta de 14 años que siempre está pendiente de sus hermanos y su madre, y al final, Yu Kanda, alfa de 12 años que perdió muchos motivos para sonreír.
A causa de la depresión de su madre comenzaron a caer en la quiebra y se estaban quedando en la calle, Komui aún no ejercía y no podía generar algún ingreso en su familia, por lo que el padrino de Yu decidió ayudar. Siendo alguien acomodado, Froi Tiedoll no tuvo problema alguno en trasladar a la familia de su prima desde Japón hacía Reino Unido para que estos se establecieran en Inglaterra, ayudó a los chicos en el cambio de escuelas y universidad, además de darles un techo hasta que fuera necesario. Para él no causaba problema, amaba a su ahijado y lo trataba como un hijo; al no tener herederos para su negocio ponía sus esperanzas en el chico, pero este se negaba rotundamente, no por orgullo ya que muy en el fondo estaba agradecido por la hospitalidad de su padrino, sino porque su negocio consistía en una pastelería; y Yu odia los dulces y todo lo que se le relacione.
Froi's Patisserie es el nombre de dicha pastelería; el legado de Froi Tiedoll y que no tenía herederos. Al ser un beta y no tener mucha suerte con las mujeres, no ha podido tener sus propios herederos.
― No quiero.
― Pero Yu, ¡aún no lo has probado! ― suplicaba el hombre de gafas de grueso marco rojo que escondían sus ojos cafés a juego con su cabello, pero en un tono más avellana
―Watashi wa okashi ga kirai [odio las cosas dulces] ― gruñó irritado el pequeño nipón, cada vez que se enojaba o se irritaba por algo no podía procesar el inglés y dejaba fluir su japonés sin más.
― Pero este es bajo de azúcar y tiene cacao amargo, y además café... ¿Cómo voy a desarrollar una línea para los gustos más amargos sin tu ayuda? ― su padrino había vivido unos años en Japón, así aprendió el idioma y además conoció al padre de Yu, por su gran amistad con él y ser familia de Anita, es que terminó siendo el padrino del único fruto de esa unión.
― Pruébalo tú, viejo inútil. ― Yu había desarrollado una enorme falta de respeto hacía las figuras de autoridad, al fin y al cabo, las únicas que tuvo y tiene son su madre Anita y Lenalee.
― Ahh... ¿qué haré contigo Yu-chan~?
― Ara ara, ¿Yu está dándote problemas de nuevo, primo? ― Interrumpió una omega de cabellos negros como el ónix, de rasgos asiáticos más marcados que los del menor.
-No quiere probar mis dulces ¡ayúdame Anita!
― ¿Dulces? imposible, es Yu de quien hablamos, pídeselo a Lenalee, seguro que te ayudará.
Mientras el par de adultos hablaba, el nipón aprovechaba para darse a la fuga, de verdad quería a su padrino, pero era un pesado, él no comería dulces, no señor, eso no. Caminó por los alrededores y divisó la dichosa pastelería de su padrino, gente entrando y saliendo, niños y jóvenes en su mayoría, se sentó en la acera del frente aburrido de su nueva rutina, aunque si lo pensaba bien siempre había sido así; él era muy inteligente y eso intimidaba fácilmente a otros niños, sumado a eso adquirió ese mal carácter por la falta de comunicación social; se hizo a la idea de que no necesitaba amigos.
Entre los niños que pasaban vio a un par de niños, uno de ellos, el más pequeño, se le hizo bastante peculiar; su cabello era blanco como el de un anciano y aun así lucía bien en él, ambos niños entraron a comprar y al salir llevaban una cantidad de dulces como para un ejército, parecían muy alegres, y por un segundo quiso tener a alguien con quién compartir, así como ellos hacían, se veía que eran muy buenos amigos.
― ¿En qué piensas?
― ¿Heh? ―Yu se exaltó solo un poco, la aparición repentina de un chico algo más alto que él de cabellos negros azulados como los suyos, solo que más cortos, ojos azules y una cicatriz sobre su nariz, estaba casi encima de él, viéndolo desde arriba, ahí, parado detrás suyo.
― Es que luces muy pensativo, ¿no deberías estar por ahí jugando con tus amigos? ¿O quizás quieres un dulce pero no lo puedes comprar?
― No es asunto tuyo... además no tengo amigos... y odio los dulces.
― ¿Eh? ¿en serio? ¿¡Cómo puedes odiar los dulces!?
― Esto es irónico viniendo de mí, pero digo que no tengo amigos ¿y te parece más impresionante que odie los dulces?
―Es que lo primero no es cierto, si tienes amigos, al menos uno.
― ¿En serio? ― dijo con todo el sarcasmo del mundo ― ¿y se puede saber debajo de que roca lo viste? porque yo aún no lo veo.
― Pues soy yo ― indicó señalándose a sí mismo, el alfa lo miró incrédulo de arriba hacia abajo y para colmo notó que era un omega, parecía ser un tremendo lío lidiar con él ―vamos no me mires así, me avergüenzas, por cierto, soy Alma Karma, vivo en el edificio al lado de la pastelería, ¿y tú?
― Tsk...soy Yu Kanda, solo dime Kanda.
― ¿Eres extranjero?
― Sí, no preguntes lo que es obvio. ― a pesar de sonar grosero a propósito, las palabras del nipón parecían no funcionar en el terco omega que tomaba asiento a su lado en la acera para continuar la conversación.
― ¿Y de dónde eres Yu?
― De Japón, te dije que me llames por mi apellido.
― Heh~ que aburrido, no sé si allá sea costumbre hablar así con las personas, pero no estás en Japón Yu.
― Como sea, ya vete.
― No~.
Han pasado ya tres meses desde que Yu conoció a Alma, y en ese tiempo aprendió un par de cosas sobre él, la primera, que es un reverendo dolor en el trasero cuando se lo propone, y la segunda, que al parecer profesaba estar enamorado de Yu; para el pequeño alfa esto no era que le emocionará mucho, a pesar de ser un antisocial siempre ha tenido buena racha con las chicas aunque siendo un niño eso no le interesaba en lo más mínimo, pero hoy en particular, para ser un día tan fresco como cualquier día de primavera, sentía un calor único, sentía que algo en su cuerpo no iba bien, pero con lo orgulloso que es se negó a decir una palabra a su familia suponiendo que sería algún indicio de fiebre.
Estaba esperando a Alma en el parque cercano a la pastelería lejos de la vista de su hermana y su padrino, su hermano estaría en la universidad y su madre ahora administraba un bar, por lo que debería estar durmiendo aún, era cerca de mediodía y no tenía hambre.
― Buenas mañanas de tarde Yu.
― ¿Qué clase de saludo es ese?
― Uno que se me ocurrió porque se está haciendo tarde pero aún es de mañana. ― dijo lanzándose en un abrazo al menor que olía extrañamente fuerte ese día ― ¿Yu? ¿Te sientes bien? estás caliente. ― dijo mientras se sentaba a un lado del otro en la banca de aquel parque.
― Genki desu [estoy bien].
― Este... Yu, ¿sabes que no te entiendo cuando me hablas en tu idioma cierto?
― Tsk, dije que estoy bi... huele... bien...
― ¿Eh? ¿qué cosa? ¿a que huele?
― Mmm no sé, no es dulce ni empalagoso, pero huele como a madera ― dijo el pequeño olfateando al aire hasta dar con el cuello del omega a su lado; ante la cercanía, algo muy dentro de él lo incitó a morder ese cuello, lo cual estuvo a punto de hacer, pero logró volver en sí al oír la voz dudosa de su acompañante.
― ¿Y-Yu? ¿Qué haces?
― Nada, lo siento.
― Yu, tú también hueles distinto hoy... ― ese momento pasó muy rápido a los ojos del nipón, su "amigo" lo había besado sin avisar y no es como si en verdad le hubiera disgustado; fue fugaz pero correspondido.
― Alma... me estoy sintiendo raro contigo, quiero irme a casa.
Antes de escuchar una respuesta Yu se alejó corriendo lo más rápido que sus piernas le permitían, entró a su casa azotando la puerta y se topó con su madre en el camino, quien lo detuvo al percibir el fuerte olor que éste emanaba.
― ¡Yu!
― ¡Hanashite! [Suélteme].
― Escúchame y cálmate ¿sí? lo que te está pasando es normal, es tu despertar sexual.
― ¡Nani dearu ka wakaranai! [No sé lo que es eso].
― Ochitsuite anata no okāsan ni kiite kudasai... [cálmate y escucha a tu madre]
No fue nada fácil explicarle a Yu algo que aún no le enseñaban en la escuela, pero con algo de ayuda de Komui que sabía mucho más del tema por sus estudios, lograron que Yu entendiera los cambios en su cuerpo y lo que le esperaba, esperando que esto sirviera para que el pasara esa prueba de voluntad.
Luego de explicarle a Yu la situación, y de llamar a la escuela para excusar su ausencia en las clases por unos días por temas biológicos naturales que fueron entendidos sin objeciones, su familia tendría que estar al lado del muchacho constantemente, su cuerpo era un tema especial, parecía ser de ese tipo de alfa especial; según Komui había estudiado, algunos alfas y omegas tienen un despertar tan fuerte que es abrumador, los casos son poco usuales pero estos causan una elevada fiebre duradera, y debido a que reprimen sus instintos, esto también provoca vómitos, mareos y jaqueca; una tremenda jaqueca que ni los medicamentos pueden controlar, lastimosamente esto lo mantendría en cama por al menos entre tres y cinco días.
Komui solicitó permiso en su universidad para cuidar personalmente de la salud de su hermano, y lo obtuvo bajo la condición de hacer un reporte biólogo-evolutivo de su propio hermano, ya que como el mismo había mencionado a su madre por teléfono, son casos poco comunes. Komui aceptó sin objetar, de todos modos, solía usar al nipón como conejillo de indias sin su permiso y en varias ocasiones.
El primer día comenzó con la fiebre alta y el mareo, por lo cual Komui no lo dejó salir de la cama, lo ayudaba a bañarse con un paño y además lo llevaba de un brazo para ir al baño y que no perdiera el equilibrio en el proceso. El segundo día empeoró, llegaron los vómitos y las náuseas, y, por tanto, Yu no quiso nada de comer por más que intentaron que comiera, fue casi imposible que tomara un simple vaso de agua con electrolitos. El tercer día fue el más difícil para el chico, llegó la jaqueca, que a medida que pasaban las horas solo se hacía más punzante y tortuosa, los gritos de dolor hacían eco por toda la casa; Alma, que lo había estado buscando todos los días preguntando por él, casualmente había venido a preguntar cómo seguía su amigo, al oír el doloroso grito suplicando por ayuda, no pudo evitar que su lado omega tomara control de su cuerpo, y rebasando a Lenalee y al mismo Komui, llegó corriendo a su lado.
― ¡Basta! ¡que pare ya! ¡Haz que se detenga, por favor! ¡Itaidesu! [¡Duele!]
― ¡Yu! ¿¡qué tienes!?
― ¡Alma no entres ahí...! ¡Yu no está bien!
― ¿Eh...?
Komui entró para intervenir lo más rápido posible, esperando lo peor, Yu estaba acostumbrado a su aroma y al de su madre, pero poner a otro omega en la misma habitación con un alfa atravesando su despertar sexual y que este fuera un despertar precoz, era por mucho mala idea. Y estaba en lo correcto, ya que justo antes de que Alma terminase de abrir la puerta por completo, Yu había obtenido la fuerza suficiente para levantarse de la cama y abalanzarse sobre Alma e intentar morderle en la base de del cuello, atraído por su aroma de omega, cosa que Komui apenas logró impedir, golpeando a su hermano menor en la nuca noqueándolo al instante, lo bueno de ser médico pasante era que sabía el punto que debía golpear para causar que una persona perdiera la conciencia sin causar mayores inconvenientes.
― No vuelvas a acercarte por aquí en unos días Alma ― fue la aseveración del omega mayor mientras recogía el cuerpo inconsciente de Yu del frío suelo con la mirada tácita hacia el omega más joven en la habitación ― él no necesita tener que lamentarse cuando reaccione por hacerte daño.
― Él no me haría daño. ― murmuró con el corazón latiendo a mil por el susto que la acción de Yu al intentar marcarlo le había provocado.
― Él no es nuestro Yu en estos momentos, no el que nosotros conocemos. Eres importante para él, lo puedo notar con solo ver como sonríe solo contigo, por eso mismo, te pido que no lo lastimes, en estos momentos eso es lo único que causa tu presencia aquí. ―dijo después de recostar a su hermano otra vez en la cama y verificar que dormía profundamente por el golpe de antes, se giró en dirección al omega de pie en medio de la habitación y que observaba a su hermano con una expresión afligida ― debes comprender, que esta no es una etapa fácil, tú también has pasado por ello, en estos momentos hasta yo corro peligro cerca de él.
― ¿Está todo bien aquí? ― preguntó una voz más suave invadiendo el aire incómodo que respiraban ambos omegas dentro de la habitación del pequeño nipón ― ¿ha pasado algo?
― No, por suerte está dormido, mi querida Lenalee, te encargo las cosas desde ahora; Alma, ven conmigo, hablemos mientras tomamos un té en la pastelería ¿sí?
― Esta bien ― respondió desganado mientras se giraba sobre sus pies y salía de la habitación no sin antes contemplar el rostro sudoroso de Yu a causa de la elevada fiebre mientras su hermana colocaba en su frente un paño con agua fresca para bajarla. ― ¿por qué ella si puede quedarse con él?
― Lenalee es beta, Yu no sentirá necesidad de marcarla porque no emite las feromonas que nosotros sí, ella es la única, aparte de Tiedoll capaz de estar a su lado desde ahora hasta que esto acabe.
― Komui, Yu me va a odiar ¿no es así?
― ¿Por qué dices eso? ― preguntó con curiosidad por el rostro entristecido del niño, porque a pesar de ser un omega mayor que su hermano, se notaba su ausencia de conocimiento hacia los eventos recién ocurridos.
― Porque vine y le causé problemas ― respondió con voz quebrada volviendo a mirar al chino.
― No digas tonterías Alma, Yu te quiere, entenderá que tus razones para buscarlo aún en ese estado fueron meramente instintivas, y si no lo entiende, yo se lo explicaré. ― respondió con una sonrisa que calmó las ansias ahogadas de Alma. ―Ahora cambiemos de tema, ¿qué tal una porción de pastel de chocolate con fresas? yo invito.
― ¡Genial! ― respondió emocionado, el mal arto ocurrido minutos atrás había pasado momentáneamente a segundo plano.
Dos días después, entre forcejeos y arañazos contra las sábanas, su cuerpo e inclusive la puerta de su habitación, terminó el periodo de despertar de Yu.
― ¡Espérame Yu!
― Que fastidioso eres. ― Un joven alto de larga cabellera negro-azul atada en una cola alta, mirada zafiro, con expresión molesta y muestras de su avanzada madurez; Yu de ahora 15 años miraba con desdén como el omega detrás de él intentaba estrechar su cuello para guindarse de él. El tiempo y el desarrollo propio de un alfa lo habían hecho mucho más alto que Alma por varios centímetros.
― No seas así conmigo Yu. ― dijo haciendo un leve mohín y cruzándose de brazos con fingida molestia ― Bien, no te volveré a tocar entonces.
― Por mí no hay problema. ― respondió el azabache a secas, logrando que el omega rompiera en un infantil llanto ― hay que ver... no sé si eres muy inmaduro o muy sensible. ― dijo regresando a su lado para darle un beso que apenas y rozó sus labios, para luego poner un gesto orgulloso y petulante por la expresión de vergüenza que obtuvo del otro a propósito.
― Y-Yu... ¿eso significa que al fin te gusto?
― Ni idea, tendrás que averiguarlo por ti mismo.
― ¡Eh! ¡Espérame! ― dijo reaccionando de su ensimismamiento notando como el otro caminaba pasos más adelante con las manos dentro de su chaqueta, estaba empezando a hacer frío por la llegada del invierno y eso significaba que pronto serían las vacaciones escolares.
― Eres lento.
― Pero te alcancé, oye, ¿qué me darás como regalo de graduación?
― ¿Heh? ¿No te bastó con tu beso de felicitaciones?
― ¿Eso? ¡Eso no cuenta! debe ser algo que yo quiera tener.
― Creí que querías eso, me lo has pedido los últimos tres años.
― Pero ahora soy un adulto, ya cumplí 18.
― Oye, eso te convierte en un asaltacunas, le diré a la policía.
― ¡Yu!
― Estoy bromeando tonto ¿y bien? ¿Qué es lo que quieres?
― ¡Yo...! yo... ― la cara de Alma pasó a ser un poema en solo cuestión de segundos ante los pensamientos impuros que agobiaban su cerebro ― ¿me podrías... hacer tuyo?
― ¿Hah? ― el rostro de Yu se tornó blanco ante las palabras de Alma, demasiado conmocionado para procesarlas correctamente, y luego, cuando por fin cayó en cuenta de lo que proponía, se ruborizó levemente. A veces Alma era muy directo con sus sentimientos. ― esa es una broma pesada Alma ― dijo desviando la mirada.
― No es broma. ― dijo con la mirada ensombrecida y dirigida hacia el suelo ― me gustas Yu, siempre me has gustado, y tú lo sabes.
― Hmm, ya lo sé, pero...
― Pero no estás interesado en eso del romance ¿cierto? pues no necesito el romance, me conformo con algo de afecto, aunque solo sea físico, por favor, no me menosprecies Yu Kanda.
― ¡Iba a decir que es muy pronto para hacer esas cosas, no te precipites a sacar conclusiones, idiota! ― Yu se llevó una mano a la cabeza y acarició su sien algo irritado, Alma podía provocar dolores de cabeza innecesarios.
― Bien, entonces sal conmigo, como novios ― dijo con las mejillas coloradas y sus ojos brillantes por las ganas de llorar contenidas ―por favor dame una respuesta...
Alma en verdad lucía serio en ese momento y eso lo llevó a reflexionar en que había de malo en desarrollar una relación afectuosa o lo que sea con el omega frente a él. Si lo pensaba bien, era cierto que desde que conoce a Alma esté siempre mostró sentimientos hacía él, y tampoco es como si le disgustara estar cerca de él a excepción de lo ruidoso y meloso que podía llegar a ser, pero también es cierto que solo a él le soporta esos comportamientos entre juguetones e infantiles, así que, ¿por qué no elegir a su único amigo de confianza como pareja de juegos? no es como si le gustará Alma y la vez tampoco le disgusta. La pregunta hacía eco en su cabeza y su instinto alfa era el único capaz de darle una respuesta, "es un omega"... "¿por qué no?"...
― Īdesu yo... shikashi, wareware wa tekisetsu ni nokosu [está bien... pero saldremos apropiadamente] ― sí, así estaba bien para su conciencia, ¿qué importaba si Alma era mayor que él? además él era más alto y maduro, no es como si los que no los conocieran lo fueran a notar.
― Espera... ¿qué dijiste? fue muy rápido y no entendí todo, ¡sabes que apenas estoy aprendiendo el japonés!
― Usa un diccionario o metete a Google. - dijo dándose la vuelta riendo de lado para empezar a alejarse.
― ¿¡Qué!? ¡espera Yu! no es justo, yo... ― tomó del brazo a este para que se girara otra vez, pero al tenerlo de frente un segundo beso más fuerte y exigente que el primero fue suficiente para aturdir al pobre omega en su confusión. ― eso... ¿eso significa que sí?
― Baka, no seré tu alfa por un día, eso no va conmigo. [Tonto]
― Entonces ese beso...
― Interprétalo como quieras. ― esa respuesta fue suficiente para el omega, el conocía a la perfección al alfa que tenía frente a él, eso significaba que ahora saldrían como novios, y que, aunque fuera algo extraño por la variante de la edad, no le interesaba en lo más mínimo.
― ¡Sí!
― Si haces un escándalo por esto me voy a arrepentir.
― Ok, entendí, me callo. Pero no es justo, esperé salir contigo desde que te convertiste en alfa completo, yo quiero celebrar. ― dijo haciendo otro mohín.
― Entendido, pero lo haremos a mi modo, vamos al cine.
― ¡Sí!
― Pero yo escojo la película. ― Yu sabía muy bien que al azabache mayor le caían mal las películas de terror, por eso le llevaría a ver una a propósito, así de paso le daría una lección por pedir celebraciones a su parecer innecesarias.
Holis holis mis queridos alfas y omegas, espero que les este gustando esta historia.
Aprovecho para presentar a mi Beta Reader , ella es Maca-chan, o como le digo cuando estamos trabajando el fic, Maca-senpai, quien me ayudó mucho en la edición para traerles este capítulo y los futuros
Como siempre, les agradezco por leer, a quienes me están dando su apoyo, sea por leer, votar o comentar, son un sol, en serio. Finalmente, no olviden apoyar dando su voto, un comentario y añadiendo a la biblioteca, síganme y conozcan mis demás fics, enterense de horarios de publicación, anuncios, datos curiosos y nuevos proyectos.
Próximo capítulo: La niñez de Lavi.
¡Los quiero de gratis! (como los querría Yu) [see, claro] (ok, mejor como Allen)
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