Era extraño, pero siempre después de entrar clases el chico rubio desaparecía, eso le extrañaba al pelinegro, pero nunca hizo o dijo nada.

Ya una semana que se ven todo los días en la azotea, solo una vez en el día pero eso los deja sonriendo a ambos.

—Mmh... mañana es jueves ¿No?

—Sip. —MinGyu hizo una mueca.

—Que triste, se acerca el viernes y no podre molestarte.

—¿Que dices? ¿Me vienes a molestar?

—Si, a ti te gusta no te quejes ahora. —MinGyu sonrió ladino.

Y Wonwoo sonrío levemente y miro a otro lado.

—No me gusta, es más, te odio por eso...

—Si, lo que digas. —El pelinegro sonrió y le dio un leve empujón con el brazo juguetón.

Wonwoo lo miro sonriendo y MinGyu lo miro a él de la misma manera, de algún modo conectaron miradas.

—Tus ojos son bonitos. —Halago el más alto.

—A-ah g-gracias...—Y una vez más el contrario escondió su carita entre sus manos por el gran sonrojo en sus mejillas.

MinGyu sonrió satisfecho, de algún modo le gustaba ver al más bajo sonrojado.

—Minnie, ¿Qué harías si todo esto fuera un sueño? o si yo... ¿No existiera?...—Hablo de la nada el rubio mirando el cielo azul.

MinGyu lo miro extrañado por la pregunta.

—Pues... no lo sé, dormiría otra vez para verte...—Fue la respuesta de este mirando el cielo al igual que el rubio.

Ahora Wonwoo lo miro a él y sonrió algo nostálgico.

¿Dormirías para siempre?

Y otra vez la estúpida campana para ir a clases sonó interrumpiendo el bonito momento de los dos.

—¿Nos vamos?

Wonwoo como siempre asintió y bajaron.