Día 2- Cita en un parque

Este capítulo contiene tanto narración cómo social media

Conter se encontraba preparando algunas cosas, cosas que ocuparía para su cita de hoy, su primera cita con el oso que siempre le podía sacar su peor lado, pero que a su vez lograba sacar su lado más cursi, efectivamente, aquel oso era nada más ni nada menos que Spreen.

Miró por tercera vez que todo lo que necesitaba se encontrará en aquella cesta, aunque no sería un día de picnic cualquiera pero le gustaba usar una cesta para llevar cosas al parque, comida, pequeñas cosas para pintar y dibujar, una cámara de fotografía, entre más cosas.

Si, así era Conter cuando se trataba de Spreen.

Dió un suspiro y se miró al espejo que tenía en su sala, su atuendo era algo flojo, pero sabía que Spreen no lo iba a juzgar, más bien en su lugar diría que se le ve increíble.

El calor se hizo presente en sus mejillas al imaginar aquello, sacudió su cabeza y dió otro suspiro.

── Tranquilo Conter ── Se dijo a sí mismo ── Solo es una cita... Una cita con el chico que te gusta, el chico que es social con todos y que sobre todo tiene a muchas chicas a sus pies ──

Si Conter era sincero no tenía idea del porque Spreen le invitó a salir, teniendo a tantas chicas detrás de él, lo invitó a él a una cita, una sonrisa se formó en su rostro y su móvil sonó.

Saco su celular y apenas vio aquella foto compartida con él y aquel apodo que le tenía otra sonrisa apareció en sus labios.



Conter miro algo confundido aquel mensaje, dejo su celular en el sofá y camino a la puerta.

Una vez la abrió se encontró con un híbrido de oso portando un ramo de tulipanes rojos, este le dió una sonrisa.

── Hola, Conter ──

── Spreen, hola ──

Charlaron un poco, el albino puso en un jarrón de agua aquellos tulipanes, tomó las cosas que necesitaba, se miró una vez más al espejo y finalmente ambos salieron de la casa del albino para ir al sitio de su primera cita.

Aquel parque que por casualidad de la vida fue el que hizo que se conocieran por primera vez.

Spreen colocó el mantel en el cual se sentarán sobre el pasto, Conter acomodo la cesta y comenzó a sacar un que otro topper con comida echa por el, sandwiches, pastelitos, galletas, etc.

── Si que tenías todo listo. ── Mencionó el pelinegro sentándose y mirando al albino.

── Algo así, la verdad no sabría qué cocinar o traer como tal, al ser mi primera cita pues, ya sabes ──

── Posta posta, ¿No habías tenido una cita antes flaco? ──

── No, nunca tuve una, no soy tan atractivo como para que me inviten a citas o cosas así ──

── Para un toque flaco, vos sos lindo ──

── Si me lo dices solo para que me subas el autoestima no va a funcionar, ya sé cómo eres Spreencito ──

── No, no, te lo digo de verdad boludo, para mí eres jodidamente hermoso ──

Un silencio aparecía entre ellos, las mejillas del albino tomaban un leve color carmesí al igual que las mejillas del pelinegro.

Ambos no sabían qué decir o que hacer, se supone que estaban en una cita, este tipo de cosas pasan a menudo.

Pero por alguna razón, para ellos dos no era una simple cita.

── Conter… Yo… realmente te invite a esta cita porque quiero ser más.. cercano a ti ──

Conter no dijo nada, dejó que aquel chico dijera todo lo que quería decir.

── Sé que a veces soy muy pelotudo, y que a veces te rompo mucho las pelotas.. Pero cada vez que te digo lo lindo que SOS lo digo de verdad…. Lo diré y ya, Conter vos me gustas ──

Los ojos del albino se abrieron de par en par, sus manos temblaban y sus mejillas ardían, dió una risa y dijo un "tú también me gustas"

Spreen se emocionó tanto que abrazó al híbrido de conejo, le miró fijamente y ambos unieron sus labios en un beso suave, la cita continuó con normalidad.

La comida era deliciosa y el parque era hermoso.

Habían estado tomando fotos con la cámara que Conter llevo, pintando cosas en aquellos lienzos y leyendo un libro que ambos amaban leer.

Para ser la primera cita todo había salido bien, y claro que habían compartido su felicidad con sus amigos, solo que estos, tal vez los molestaran por un tiempo.

La noche llegó y por suerte el menor había llevado una cobija de rayón mcqueen, el albino había dado una leve sonrisa al ver aquella cobija.

── No te rías capo, todavía que pienso en vos para que no pases frío ──

── Perdón, perdón ──

Spreen los cubrió a ambos, el albino se pegó más el pelinegro al punto de poder posar su cabeza en su hombro, y así mi hizo.

El híbrido de oso dió una sonrisa y posó su cabeza encima de la del mayor.

── Gracias por aceptarme esta cita, flaco. ──

── Te aceptaría esta cita y muchas más. ──

── En todo caso, te voy a invitar a muchas citas ──

Ambos rieron y miraron el cielo.







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