Capituló 07: Cenicienta.
Abotonó su camisa, subió sus pantalones negros que se ajustaban perfectamente a sus bonitas piernas, recio de su perfume favorito y finalmente, le pidió a su madre que arreglara un poco su cabello.
—¿Cómo me veo mamá?
—¿Realmente debo responder a eso? Naciste precioso, creciste precioso, eres precioso y morirás precioso— el menor soltó una risita avergonzado y de inmediato corrió a abrazar a su madre—. Mi bebé, has crecido tanto.
—Ya no soy un bebé. T-Tendré mi primera cita...
—¡Oh, perdón señor adulto!— Félix soltó una carcajada mientras se separaba de su madre—. Si ese Christopher no te dice al menos unas diez veces lo hermoso que te ves, no vale la pena.
(La mamá de Félix vale oro, adoro a esa mujer >\\\\<♡︎)
—Ya mamá. Me voy ahora— abrazó una vez más a su progenitora.
—Nos vamos más tarde cariño. Y no olvides decirle... Todo saldrá bien.
—L-Lo tendré en cuenta— salió de su hogar aún más nervioso de lo que ya estaba.
Caminó por sus ya conocidas calles disfrutando de la frescura del día, el cual dejaba claro que ya pronto llegaría la primavera. Mientras caminaba sintió ese aroma ya conocido; el perfume de Christopher. Fingió no darse cuenta de que el mayor quería darle una sorpresa, pero no resistió cuando el mayor tomó su mano con total delicadeza.
—Hola, Channie.
—¿Cómo supiste que era yo?— tu aroma, quiso responder nuevamente.
—Nadie más toma mi mano.
—Me alegra que sea así. Por cierto, hoy te ves más hermoso que un chocolate caliente en una noche de invierno. Aunque en realidad siempre eres muy hermoso, debería recordártelo más seguido— murmuro para sí mismo—. En fin, ¿nos vamos?
—E-Espere, ¿recién nos encontramos y ya anda de Romeo, hyung?— el mayor sólo rió avergonzado y siguió caminando junto a Félix.
El típico ruido de la ciudad comenzó a cesar mientras seguían acercándose a su destino. Sólo se oían un par de murmullos provenientes de las personas que pasaban a su lado. Luego esos ruidos también disminuyeron hasta desaparecer, siendo reemplazados por el sonido del viento chocando contra los árboles.
—¿Dónde estamos?
—En un lugar tranquilo y bonito, dónde podremos estar solos los dos.
Christopher hizo que el menor se detuviera sin ninguna explicación. El ruido de una mochila abriéndose, una gran manta siendo puesta en el suelo, algunas bandejas haciendo ruido al chocar con otras, Félix conocía esos sonidos, y quería llorar de felicidad al saber que Christopher lo había preparado sólo para él.
—¿U-Un picnic?
—Tú mamá dijo que te encantaban. Ven, siéntate— tomó al rubio de la mano guiándolo hacia uno de los cojines en el suelo—. También prepare tus dulces favoritos, a-aunque mamá me ayudó un poco.
—¿Por qué hiciste todo esto?— preguntó aún demasiado sorprendido como para agradecer.
—Una persona especial debería tener momentos así de especiales a diario.
—N-No soy tan especial.
—Retráctate ahora mismo Lee, o me veré a ligado a embarrarte mi delicioso pastel de fresa por el rostro.
—¡Lo siento! Pero no cambiaré de opinión— el mayor pasó su dedo por la crema de su trozo se pastel y la untó en la nariz del manor—. ¡Hyung!
—Ups... Espera, te la quitaré— ahora un poco más de crema terminó en las mejillas de Félix—. Awww, te ves súper lindo.
—Iwww, ti vis sipir lindi— imitó el manor a su hyung.
—Dios mío, Félix, eres un inmaduro total.
—No es el indicado para decirme eso.
Así pasaron el resto de la tarde, entre risas, bromas, pequeñas muestras de afecto y uno que otro coqueteo indirecto por parte del mayor.
—¿Es un lugar bonito?— Christopher miró a su alrededor, deteniendo su vista en el chico frente a él.
—Es el lugar más bonito del mundo.
El sol comenzaba a esconderse y tanto Christopher como Félix comenzaron a sentirse igual a Cenicienta, como si al llegar, en esté caso, las siete de la noche, perdieron toda oportunidad de decir algo de lo que tenían planeado. La verdad el mayor ya se había acobardado y comenzaba a levantarse del lugar en que estaba.
—Se pondrá oscuro, ¿nos vamos?— sugirió con un tono de voz algo apagado.
—E-Espere, Hyung— el nombrado se detuvo dirigiendo su vista hacia quién lo había llamado—. Siéntese otra vez, por favor, tengo algo que decirle— de inmediato obedeció y regresó a su lugar—. Mmm... M-Me está mirando en este momento, ¿verdad? C-Cubra sus ojos por favor— totalmente confundido llevó sus manos a su rostro impidiéndole ver—. Voy a suponer que ya lo hizo— inhaló y exhaló repetidas veces para finalmente aclarar su garganta—. Me gusta, Christopher Hyung. Y y-yo sé que probablemente sea muy incómodo para usted recibir una confesión... Aún más de alguien insignificante como yo, pero necesitaba decírselo. A-Ágora si quiere alejarse de mí lo entenderé, después de todo estoy muy consciente de que intentar algo conmigo sería imposible para Hyung, merece algo mejor, yo simplemente me siento bien por haberlo dicho. M-Mañana actúe como siempre, no quiero que se vuelva incómodo para nosotros. Por mi parte, s-sólo intentaré olv...— no terminó de hablar, algo o mejor dicho alguien lo había callado de una goma cursi y cliché, pero que siempre había soñado. Un beso—. ¿P-Po- Por qué hizo eso?
—Estabas diciendo cosas muy tontas y ya no aguanté.
—¿S-Sólo eso?
—Y tus labios se veían muy bonitos mientras hablabas, entonces me pregunté: ¿serán tan suaves como se ven? Déjame decirte que la respuesta fue negativa. Son mucho más suaves de lo que parecen, y además muy dulces. Pero no me gustó para nada que de unos labios tan lindos salieran cosas tan negativas sobre quién los posee. Te contaré dos cosas, pequeño "Arruinaste" algo que estuve planeando hacer hace una semana, aunque en realidad ahora mismo podría llorar de felicidad. Y además... Tú también me gustas, mucho. Y odio con todo mi corazón que digas cosas así sobre ti, sobre lo que debería sentir por ti. No tienes ninguna razón para menospreciarte, eres el chico más precioso que he conocido, por dentro y por fuera, ¿entendido?— el menor asintió despacio, totalmente conmovido— muy bien bonito, ahora ven aquí y déjame abrazarte— rápidamente tomó su propio cojín y lo traslado al lado de su Hyung, para luego sentarse quedando frente a frente con el mayor.
Christopher llevó sus manos a las mejillas abultadas del rubio, acariciándolas con lentitud. La sonrisa más preciosa se formó en su rostro, más radiante que el mismo sol.
—¿Está sonriendo ahora?
—Como un bobo— Félix hubiera dado lo que fuera para ver aquella sonrisa. No para verificar si era tan hermosa como decían los demás y como el mismo había llegado a pensar, sino porque él fue el causante de aquella.
—¿E-Está feliz?
—No exageró cuando digo que en estos momentos soy la persona más feliz en la tierra— lo rodeó nuevamente con sus brazos, aspirando su dulce aroma—. Te quiero, te quiero tanto precioso— y Félix no respondió, pero era entendible, las lágrimas caían en tal magnitud que apenas le daba tiempo a respirar.
Su madre le había dicho esa mañana que todo saldría bien, y el día anterior le había asegurado que, sin duda, el mayor se sentía igual por él. En ese momento comprendió que, tal como dicen todos, las madres siempre tienen la razón, y no podían estar más feliz por ello.
Después de todo, Cenicienta en cada adaptación se queda con el príncipe.
Ame esté capituló, es uno de mis favoritos de la historia. ♡︎
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