Ventiquattro.
—Entonces, ¿me dirás a dónde fuiste?
—Siempre viajó en estas fechas, es por el cumpleaños de mi madre.
—¿Fuiste a verla?
—Yep. Tuve que caminar mucho para llegar al cementerio principal de Daegu.
NI-KI guardó silencio y siguió escuchando al mayor mientras deslizaba el lápiz de carbón por la hoja blanca.
Sunoo se rió algo incómodo, pero siguió contándole la historia al chico a su lado.
Sus padres habían muerte en un accidente de auto cuando el tenía siete años. Habían chocado contra otro auto donde el conductor estaba manejando ebrio, sólo ah Ian sobrevivido él pequeño Kim Sunoo y su hermano mayor.
Sunoo sabía que su hermano le había costado mucho explicarle el por qué su mami no llegaría a cenar aquella noche.
Pero con el tiempo lo aceptó.
Vivió con miedo y tristeza por muchos años bajo el cuidado de su hermano mayor, aunque él era muy estricto y Sunoo extrañaba el tacto cariñoso de sus padres.
Cada año, en aquellos días, Sunoo compraba un pequeño pastel y un ramo de flores cerca de su antiguo hogar en Daegu, iba al cementerio donde se encontraban sus padres y le cantaba feliz cumpleaños a su madre. Siempre lo hacía, y le gustaba quedarse allí imaginando cómo sería si si madre estuviera sonriendo allí mientras Sunoo entonaba aquella juguetona canción.
Pero sabía que ella y su padre lo cuidarían desde allá arriba.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top