—Bueno, hay comida en el refrigerador o pueden pedir algo si lo desean... Umh, JaeJae debe acostarse a las 9 en punto y...

—Ya, NI-KI. Ellos lo saben, ¿Vamos?

—Si, vayan y diviértanse, se lo merecen.— Dijo SungHoon. La pareja le dio un beso en la mejilla a su pequeño hijo y cerraron la puerta para dirigirse al auto de Sunoo.

El mayor había insistido en que no le diría a NI-KI a qué lugar iban, porque sería una sorpresa y se había limitado a sólo toma su mano con fuerza mientras hacían su camino por la oscura calle.

NI-KI miraba atento las calles, pero hubo un momento donde se perdió por completo, ahora si no tenía idea de donde estaban.

El vehículo se detuvo frente a una especie de local, tenía sólo una ventana gigantesca por donde se veía la luz aunque estaba cubierta por una cortina. Sunoo se bajo y rodeó el auto para abrir la puerta e invitar a su esposo a bajar.

—¿Qué es esto?

—Ya lo verás, entra.

Lo que el pelinegro no se esperaba, era encontrarse con una galería llena de pinturas, algunas eran de su propiedad pero la mayoría era de Sunoo. Fue algo maravilloso lo que sintió cuando se vio frente a frente con el cuadro más grande del lugar, viéndose él mismo retratado en muchos colores, seguramente interpretando una pieza de baile.

Sonrió, lo hizo tan fuerte que sus mejillas dolieron. Pero no podía guardarse tanta felicidad y emoción en un momento así.

—Lo exhibirán desde mañana y creí que querrías verlo antes de ir a cenar. La pieza de arte se llama "Mi esperanza en el mundo" porque eso eres para mi.

Sinceramente, la escena de dos chicos besándose como si se amaran de toda la vida bajo las tenues luces y rodeados de la más pura expresión de Arte, era digna de una película.

La velada fue tranquila, divertida y agotadora para ambos.

Al momento de ir a dormir al hotel que quedaba cerca, pudieron sellar su amor una vez más bajo las cálidas sábanas, para terminar con las manos entrelazadas con ese anillo que jamás abandonaba a ninguno.

No hizo falta que se dijeran "te amo" porque ese sentimiento flotaba en el aire. Los dos chicos sabían que significaban el mundo para el otro, y junto a su hijo, el presente era mucho mejor a lo que habían imaginado alguna vez.