A NI-KI le gustaba la valentía de Sunoo.

Era una de las muchas cosas que más le gustaban de él.

Sunoo lo había defendido de unos chicos que lo molestaban en el instituto cuando NI-KI había manifestado su deseo de tomar clases de ballet.

Lo habían llamado por múltiples sobrenombres malos, hasta... gordo.

NI-KI sabía que estaba pasado de unos kilos, no debían recordárselo.

Ese mismo día, el chico alto no había comido nada en ningún momento.

Se había ido temprano a casa y había llorado un poco, y Sunoo lo descubrió.

Al otro día, el bajito se enfrentó a los otros, diciendo que NI-KI era perfecto y si volvían a molestarlo, se las verían con él. No le creyeron hasta que Sunoo había golpeado al que había llamado gordo a NI-KI.

Estaba furioso, queriendo acabar con cada uno de los que se habían burlado del chico que lo había enamorado. Pero el único problema, era que en ese entonces, NI-KI aún no sabía que Sunoo gustaba de él.

Desde allí, NI-KI quiso ser tan valiente como Sunoo.

Quizá era el momento de demostrar que podía defender al mayor, tal y como él había prometido hacerlo al pedirle que fuera su novio.

Espero les guste el capituló
¡Besos!
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