•Once•

Me quedé unos segundos pensando en su pregunta, y la verdad es que solo se me ocurría responder algo como "estar entre tus brazos viendo una película". No sabía el por qué me apetecía solo estar relajado viendo televisión muy pegado a él.

—Entonces, vamos a hacer eso.

Fruncí el ceño cuando Christopher contestó aquello. ¿Hacer qué?

—Perdona, no te estaba escuchando. ¿El qué vamos a hacer? -le miré atento.

—Lo que tú has dicho. -respondió con obviedad.

—Pero no he dicho na...

—Quieres estar entre mis brazos viendo una película, ¿no? Pues eso haremos. -sonrió.

Con eso caí en la cuenta de lo que había hecho.
¡¿En qué momento había soltado aquello en voz alta?! i¿No se suponía que lo estaba pensando?!
De verdad, no podía ser más idiota.

—¿Cuál película quieres ver? -preguntó mientras pasaba uno de sus brazos por mi cintura.

—Me da igual. -me encogí de hombros y miré al suelo, estaba muy avergonzado.

—Entonces la escogeremos entre los dos. Pon Netflix y vamos a buscar hasta que nos convenza alguna.

Hice caso a lo que dijo y todavía con la vergüenza dentro de mi cuerpo, encendí el televisor y puse Netflix. Nos metimos en el género de acción y empezamos a buscar alguna película interesante que ninguno de los dos hubiésemos visto.

Al cabo de unos diez minutos donde estuvimos buscando sin parar y leyendo muchas sinopsis, encontramos una que tenía buena pinta y parecía que iba a merecer la pena verla.

—Antes de poner la película voy a preparar las cosas para merendar y comemos mientras la vemos, ¿te parece?

Christopher estuvo de acuerdo y me acompañó a la cocina para ayudarme con la merienda.
Mientras hacíamos de merendar y sacábamos dulces y batidos, estuvimos hablando de la razón por la que todavía no tenía móvil a pesar de que era rico, también hablamos un poco de JiSung y de lo extrovertido que es y por último de nuestras comidas favoritas.

-¡Ya está todo listo! -solté feliz mientras aplaudía.

Llevamos todo a la mesa del salón y ahora por fin podíamos ver la película y disfrutar de la merienda, que para solo ser dos personas era bastante grande.

Christopher terminó de comer y yo aún tenía un par de galletas en la mano. Me las terminé rápido y me sentí demasiado satisfecho. Habíamos comido muchas cosas y todas habían estado buenísimas.

Sin esperarlo, sentí unos brazos rodeando mi cintura y rápidamente miré a mi hyung con una ceja alzada.

—Era lo que querías, ¿no? -dijo sonriente.
Asentí sin añadir ni una palabra, esto me daba demasiada vergüenza y me entraban ganas de irme corriendo hacia arriba y encerrarme con pestillo en mi habitación.

Pero, en cambio, estaba posando mis manos en sus brazos y acurrucándome un poco más cerca de él.

Y así estuvimos durante toda la película, acurrucados. Hasta que terminó y nos separamos un poco, pero sin dejar de tocarnos.

—Sabes, ha sido una buena idea ver la película abrazado a ti. —habló mi hyung de repente. —Eres muy cómodo y suave.

Me sonrojé al máximo por culpa de sus palabras y desvié mi mirada hacia un punto lejano a él.
Mi amigo rio levemente ante ello, ya que se había dado cuenta, y me acarició el brazo derecho con lentitud.

—Intenta no avergonzarte, porque vas a tener que acostumbrarte a mis elogios y palabras cursis. Cuando me gusta algo la mayoría de veces lo digo.

Hubo un pequeño silencio, donde él seguía dejándome caricias y yo solo pensaba en sus palabras. Hasta que decidí responder.

—Entonces, esto lo haces con más personas. - respondí un poco molesto, pero intenté camuflarlo.

—¿A qué te refieres? --me miró sin comprender.

—Eres cariñoso y le dices cosas bonitas a cualquier persona con la que te lleves bien. - afirmé.

—No, no es así. -negó un par de veces.

—Es lo que has dado a entender. -intenté apartarle de mi lado, pero no lo logré.

—Obviamente le he dicho elogios a otras personas, pero de una manera más amistosa o formal. Con mis amigos de siempre no suelo ser cursi. Y por si lo piensas, con amigas tampoco.
Solo quería darte a entender que si algo me gusta lo digo, pero dependiendo de qué persona se trate, lo diré de una forma u otra. -explico.

Había comprendido mejor su punto, pero todavía no me convencía.

—¿De qué forma me lo dices a mí? -pregunté sin dudarlo.

Christopher se sorprendió por la pregunta y se quedó callado mientras pensaba en una respuesta. ¿En serio tenía que pensarse esto?

—Entre amistosa y un poco más allá de lo amistoso.

Me tensé con el "un poco más allá de lo amistoso". ¿Estaba diciendo que no solo me hablaba como a un amigo?

—¿No piensas en mí como solo un amigo?

Estaba demasiado nervioso y no sabía cómo ocultarlo.

—Bueno... Obviamente solo somos amigos, pero creo que irá a más. -admitió. -Así que, lo siento.

Me aparté con rapidez de él y le miré con desaprobación.

—Sabes que no quiero nada fuera de lo amistoso.
-le recordé.

—Lo sé, no te preocupes. No estoy diciendo que me gustas, te conocí en persona ayer, así que es imposible que sienta algo fuerte por ti. Pero no te puedo asegurar que no lo vaya a sentir en un futuro, porque en estos momentos tus labios me están tentando demasiado.

Se lamió los suyos al decirlo y me levanté del sofá para salir del salón casi corriendo.

Escuché pasos, por lo que Christopher estaba siguiéndome. Corrí escaleras arriba para dirigirme a mi habitación. Al final mis pensamiento de antes sobre querer irme corriendo a mi cuarto se estaba cumpliendo.
Pero lo que no pensé fue que al entrar en el no iba a darme tiempo de encerrarme, porque Jaebum había colocado el pie antes de poder siquiera cerrar la puerta.

—¿Por qué escapas? —entró y cerró la puerta.

Se acercó a mí mientras retrocedía. El haber intentado encerrarme en mi habitación había sido una malísima idea.

—No quiero que me beses, hyung. -contesté asustado.

El frunció el ceño y después rio por mi comentario. ¿Qué era lo que le hacía gracia?
Porque para mí nada de esto era divertido.

—No te voy a besar, Felix.

Mis piernas chocaron con mi cama y me quedé sentado en ella. Christopher se quedó quieto enfrente de mí y se agachó para estar más o menos a mi altura. Agarró mis manos y me miró a los ojos.

—Somos amigos y no voy a hacerte nada, esa no es mi intención. —acarició mis dedos. —Si algún día los dos queremos hacer algo diferente, lo haremos. Pero mientras uno no quiera, por supuesto que no pasará. No me gustas, y el hecho de que no pueda negar que en un futuro eso cambie, no significa nada mientras tú no quieras cambiar las cosas. ¿Entiendes?

Asentí más relajado y confiado. Christopher no era el tipo de hombre que obligaba y exigía sin tener en cuenta la opinión y los sentimientos de las demás personas. Y eso me hacía sentir más seguro, porque era lo contrario a lo que por un momento llegué a pensar.

—Con toda la sinceridad del mundo, me pareces bastante guapo y atractivo. Tu forma de ser por ahora me está gustando, y si en un futuro mi atracción por ti pasa a otro nivel, te lo diré.
Aunque por supuesto que intentaré evitar que eso pase, porque no hay nada más bonito que una amistad sin llevarla a otro extremo.

Se levantó y sentó a mi lado para abrazarme.
Claramente correspondí el abrazo y posé mi cabeza en su hombro.

—Eres un gran chico, Christopher.

Sentí su mano pasar por mi pelo y suspiré.

—Tú también lo eres. Me alegro mucho de haberte conocido.

—Yo también me alegro. —le abracé un poco más fuerte.

Al separarnos nos miramos por unos segundos a los ojos y no pudimos evitar sonreír. Mi amigo pasó su mirada por mi espaciosa cama y luego me miró a mí de vuelta.

—¿Sería pedir demasiado el quedarme a dormir esta noche en tu casa?

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