•Capitulo: 14•
—Mmmgh...
Bajo húmedos besos los jadeos de JiMin salieron sin control, su cuerpo se vio amedrentado por las caricias de su amante, sus propias manos estaban aferradas a la espalda de YoonGi, rasguñándolo a cada empuje de la ingle ajena contra la propia. El joven bailarín había sido despojado de su chaqueta y el minúsculo top mientras que por su parte, él mismo le quitó la camisa a YoonGi.
—YoonGi, ¡Ah!
Su chillido fue satisfactorio para YoonGi y lo impulsó a arrancarle más rápido la falda y las botas. Ahora lo tenía tal como quería, sólo en medias y liguero.
—¿Lo deseas? ¿Me deseas a mi?— preguntó ronco acercándose a la ingle contraria, exhalando suspiros sobre la Feliciana intimidad.
JiMin hubo resuelto que si YoonGi demostró con tanto afán su amor, sus intentos tan arduos, y aquel cariño que nunca dejó de faltarle desde que lo conoció, ahora era tiempo de darle a cambio porque él así lo deseaba. la retribución no era mero hecho de cortesía, estaba basado en el amor mutuo, la lujuria era porque quería dejarla salir. Por ello, respondiendo a la ardiente pregunta de YoonGi, abrió sus piernas casi dejándolas sobre los hombros de su amante quien estaba ya dándole atención a su necesitado miembro.
—¡Mmgh!
No sólo era la lengua de YoonGi jugando con su pene, eran sus dedos acariciando su longitud provocando que se humedeciera aún más. Su cuerpo tembló y por un segundo quiso cerrar las piernas pues era demasiado placentero, pero las fuertes manos de YoonGi sujetaron sus piernas por el intento de sus muslos.
—¿Cuánto hace desde la última vez que estuve aquí?— preguntó acariciando con sus labios la pequeña entrada.
Sus mejillas traseras fueron acariciadas con cierta rudeza por YoonGi, su estrecha cavidad fue abierta suavemente por los dedos del otro arrancándole gritos poco masculinos al bailarín. YoonGi no pudo aguantar las ganas de enterrarse tan profundo como se le permitiera en medio de esos apetecibles muslos.
—¿Lo harías con cuidado?— preguntó con los labios abultados en un puchero muy inocente, pero que para YoonGi fue demasiado sexy.
YoonGi levantó las piernas de JiMin y las enredó alrededor de su cadera para lograr ubicarse adecuadamente; el alto se ubicó horizontalmente sobre JiMin recargado sobre sus manos mientras que el pequeño y dulce vampiro tomó el miembro ajeno y lo acarició. YoonGi gruñó deleitado.
—¡Ahmmgh!
El pene de YoonGi se deslizó lentamente por la estrechamente húmeda cavidad torturándola deliciosamente qué JiMin no pudo si no gritar al sentirse lleno. Los músculos de su cuerpo se tensaron al tiempo que sus manos sujetaban con fuerza los brazos de su pareja.
—Por favor... así— suplicó meneando sus caderas contra el otro.
—Haría lo que sea por ti— sus palabras fueron románticas, tanto enternecieron el corazón del joven.
El bailarín irguió su torso lo suficiente como para alcanzar los labios de YoonGi, fue dulcemente salvaje, rayando poco a poco en lo obsceno; la lengua del policía logró acariciar sus labios para que los abriera entre gemidos. Para YoonGi lucia tan sexy.
—Te amo— le dijo contra sus labios, casi en un susurro provocador pero cargado de verdad.
La sorpresa en el rostro de YoonGi fue increíble, sus ojos y labios se abrieron pero pronto una luz iluminó sus facciones, su mirada se volvió brillante e inmediatamente se arrojó a devorar los labios del pequeño vampiro.
—También te amo.
Las embestidas fueron dadas duramente, mal tratando el punto dulce del menos que le enviaba descargas eléctricas totalmente placenteras a su cuerpo.
JiMin quería más.
YoonGi quería más.
Pero hubo algo más en lo que coincidían; YoonGi y JiMin querían una vida al lado de otro.
—Mis piernas tiemblan.
—Todo tú cuerpo temblará, mi amor.
Y cumplió su promesa.
—Mmm... oh, Dios, ¡Sí, YoonGi!
JiMin se aferró al cuerpo de su pareja, su boca lamiendo y mordisqueando suavemente el cuello del otro, apenas rayándolo con sus colmillos y sacándole un poco de sangre. Entre gemidos y jadeos al bailarín se le ocurrió que siendo ya de madrugada tenía hambre, y entonces mordió el cuello de YoonGi justo en la yugular; su boca se llenó de sangre, caliente y deliciosa, que hizo gemir a ambos.
—¿Hambriento, vampirito?— preguntó ronco, con las palabras casi atropelladas.
Las embestidas de YoonGi fueron más duras, desesperadas y erráticas hasta causarle a JiMin el más delicioso orgasmo que en su vida tuvo. Su canal se apretó contra el pene dentro suyo, su humedad resbalándose fuera de su entrada empapando sus muslos. JiMin se echó hacia atrás sintiéndose completamente agotado pero satisfecho en su totalidad. El policía siguió golpeando el sensible punto dulce del pequeño bailarín hasta conseguir su ansiado órgano que llenó por completo el canal con su semen.
—Mmmgh...
La semilla caliente de YoonGi fue la sensación más exquisita que pudo sentir JiMin, casi podía tener otro orgasmo en ese momento. Cuando el grueso falo se retiró de su cavidad ambos gruñeron sintiéndose incompletos.
—Nunca creí que follar en un auto sería tan placentero— bisbiseó JiMin encogiendo sus piernas evitando un entumecimiento doloroso.
—Follar conmigo siempre será placentero, te lo juro— coqueteó YoonGi acercándose a besar los e sangrados labios del bailarín para besarlos y lamerlos.
—¿Y follarás siempre conmigo? ¿Sólo conmigo?— su pregunta, aunque sería, fue dulce y llena de inseguridad. JiMin miró directo a los ojos de YoonGi como buscando la verdad dentro de ellos.
—Vampirito, no ha habido una sola persona en mi corazón y mi vida además de ti desde que me enamoraste.
El rostro del joven vampiro afloró una sonrisa encantadora que sólo pudo volver loco a YoonGi.
—Mis piernas tiemblan— mencionó tratando de erguirse en el auto—, me será difícil conducir.
—No tendrás que hacerlo, yo te llevaré a casa.
—¿Y mi auto?
El policía sonrió para luego tomar su celular de dentro del bolsillo izquierdo de su pantalón, entonces llamó a uno de sus subalternos para que llevaran el auto al departamento de YoonGi, el mismo lugar al que planeaba llevar a JiMin. El alto metió las prendas regadas por el piso dentro del auto, se puso la camisa y comenzó a conducir en dirección del centro de la ciudad.
El dormir en los brazos de YoonGi fue como estar en el paraíso, estar desnudos juntos en la cama fue entre otras cosas excitante, los roces durante la noche causaron erecciones mañaneras a ambos. JiMin abrió los ojos y se encontró dormido con el pecho de YoonGi, fue encantador hasta que vio la hora en el reloj despertador 8:35 AM. Inmediatamente saltó de la cama aún sintiendo dolor en sus caderas; sin embargo eso no le impidió correr a la ducha para tomar un baño. Tenía clases a las ocho de la mañana y se supone que antes de eso debería pasar a revisar a su pacientes. Cuando estaba bajo el chorro de agua sintió unas manos en sus caderas que le agarraron de sorpresa.
—¿Me abandonas tan rápido?
—¡Oh, cielos!— se sobresaltó bajo el tacto de su amante.
—Recuerda lo que te dije; si me vuelves a rechazar no te buscaré otra vez.
JiMin tapó la boca de YoonGi con sus dedos haciéndolo callar de modo que pudiera decirle.
—No te estoy rechazando. Te amo, pero si no llego a clases me matarán.
YoonGi sonrió sintiéndose tonto por desconfiar del menor, y en realidad se sintió completamente feliz de saber que su pequeño quería estar con él.
—JiMin... ¿puedo llamarte mi novio ahora?
—Tantas veces como quieras.
Nuestro bello YoonMin por fin está junto, ¿les gustó?
Comenten por favor. ¡Besos! <3
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