•Capitulo: 13•

El golpetear de unos nudillos sobre la puerta del despacho de JungKook fue lo que despertó al dueño del burdel de su ensoñación. Tras indicar que pasara, la puerta fue abierta dejando ver a SeokJin en el umbral.

—¿Estás ocupado?

El jefe negó con la cabeza y le indicó que se acercará. El humano tomó asiento en el sofá del mini bar de JungKook.

—Ven aquí— le pidió SeokJin palmeando el espacio a su lado.

—¿Requieres algo?— cuestionó rolando asiento en el lugar indicado.

—Algo así. He oído que desde hace un par de días TaeHyung y tú están... tonteando.

Su tono fue cauteloso, quizás con un deje de amenaza que JungKook no supo cómo interpretar. Por alguna razón sintió como estar hablando con el padre, o madre de TaeHyung dadas las circunstancias. Como deseaba no tener esa conversación con SeokJin porque sabía cuán intenso podía ser el humano cuando se lo proponía.

—No estamos tonteando.

—Pues no están en una relación, según sé, así que a eso le llamo yo tontear.

—Preferiría que lo llamaras coquetear.

—¿No es lo mismo?

—Para mi, no.

—¿Entonces qué es lo qué haces con TaeHyung?

JungKook exhaló un largo y profundo suspiro, en tanto su mente pensaba un escape rápido a esa pregunta. Lastimosamente, para SeokJin nada nunca era ni rápido ni sencillo, mucho menos un interrogatorio de este tipo, quizás ese humano debió ser detective en lugar de abogado.

—Él me gusta.

—¿Y has pensado en tener una relación formal con él?

El otro no respondió, simplemente desvió la mirada frunciendo los labios.

—JungKook, sé cuánto te disgusta que haga esto, pero es porque eres mi familia ahora y me preocupo por ti.

—Lo sé, Jin.

—Pero hay alguien más por el que también me preocupo y ese es Tae. Puede parecerte hilarante que un humano asuma papel de madre de unos vampiros que llevan siglos vivos pero-

—No me disgusta que seas mi madre, Jin— admitió con una sonrisa en el rostro.

SeokJin sonrío maternalmente y le tomó de la mano en un acto confortante.

—¿Lo amas?

—... No lo sé. Sólo sé que me gusta estar con él, me gusta verlo feliz.

—Si te estoy dando esta charla, que sé estás odiando con todo tu inmortal ser, es porque te conozco, o al menos un poco. Kook, aveces tiendes a ser demasiado serio y poco accesible, y esa actitud suele crear falsos. Puedes parecer que juegas con las personas porque no te importan.

—¿TaeHyung piensa eso?

SeokJin se encogió de hombros, aunque sabía que la respuesta era un casi rotundo. No hubo hablado con TaeHyung sobre ello, sin embargo, era muy bueno leyendo a las personas y a sus emociones; con TaeHyung no fue difícil porque a pesar de que lucia feliz cuando estaba junto a su cuñado, al marcharse este su rostro adquiría una expresión diferente. Ojos apagados, un rictus en la boca, y a veces pequeñas lágrimas que querían salir.

—¿Tienes miedo de amarlo?

—No.

—¿Y a qué le tienes miedo? Y no vayas a mentir diciendo que a nada, NamJoon ya lo ha intentado y falló miserablemente.

—... Tengo miedo de hacerle daño. Por alguna razón sólo quiero cuidarlo pero creo que si lo intento lo lastimaré más.

—No eres un mal hombre, JungKook, sólo eres inseguro.

El abogado se atrevió a darle un beso en la frente como si de un niño pequeño se tratara, aquel detalle le pareció entre gracioso y dulce.

—Prométeme que no te lastimarás ni tú ni harás que TaeHyung salga herido. Quiero que te cuides y que lo cuides a él.

Días después de la amena charla entre el humano y el vampiro, cuando la noche parecía por fin llegar a su fin para todos en el burdel, JiMin emprendió la marcha de regreso a su departamento fuera de la ciudad en su pequeño auto, un lujo que obtuvo gracias a su trabajo en el burdel. Cuando iba ya en la avenida principal, a esas horas de la madrugada no había nadie en el camino y eso era algo a lo que temer. De pronto el sonido de otro auto lo sorprendió, y aún más porque era una patrulla policial que lo obligó a orillarse.

"Esto no puede estar pasando"

Desgraciadamente esa noche no hubo alcanzado a llevar una muda extra de ropa con la cual cambiarse por lo que ahora llevaba un top negro que cubría sus pezones, una chaqueta de mezclilla que le ayudaba a librarse del frío, una falda en rojo Borgoña que llega a cubrir milagrosamente más debajo de sus glúteos, sus piernas están cubiertas por unas medias negras con ligero, y finalmente unas botas negras. No era el atuendo con el cual presentarse ante un policía.

Un golpe en la ventanilla llamó su atención, entonces divisó a quien menos se lo esperaba, Min YoonGi.

—Baja del auto, JiMin.

El bailarín estuvo a punto de rehusarse más YoonGi lucia peligrosamente serio y pensó que sería mejor no enojar al oficial. Salió del auto con mucha pena por su apariencia y encogiéndose por el frío de la madrugada.

—¿Pasa algo?

—Sí, date la vuelta, estás bajo arresto.

Los ojos de JiMin se abrieron enormemente y boqueó cuál si fuera un pez. Su cuerpo actuó sumiso y por inercia dándose vuelta contra la puerta del auto.

—¿Por qué? ¿De qué hablas? ¿Qué hice mal?

—¿Qué hiciste mal? Pues has logrado colmar mi paciencia— empezó a explicarse mientras que con su cuerpo aprisionaba a JiMin contra el auto, sus manos recorrieron las caderas del chico mientras que su ingle empujaba vigorosamente contra el trasero ajeno—. ¿Cuántas veces no te he rogado, no te he suplicado que me aceptes?

—YoonGi, ¿qué haces? Detente.

—No sé como demostrarte que te quiero, ya lo he intentado de las formas más románticas posibles y sigues sin creerme.

Sus grandes manos pasaron de las caderas de JiMin al trasero, justo bajo la falda, donde encontró el liguero y las bragas del bailarín. Los suspiros y jadeos que daba JiMin eran un manjar para YoonGi pues demostraban que no le era indiferente.

—Supongo que es hora de intentar otra técnica.

Lo siguiente que escucho JiMin fue la tela de sus bragas romperse por los costados y después el viento frió acarició sus mejillas traseras. YoonGi tiró la lencería al piso y prosiguió con los toqueteos al tenso cuerpo del joven.

—¿Qué piensas hacer? Es mejor que te detengas ahora, YoonGi.

—Voy a demostrarte lo que te perderás si vuelves a rechazarme porque después de esta noche no volveré a buscarte.

Para JiMin, dichas palabras fueron como la peor advertencia que pudieron darle, una que no le gustó y preocupó en demasía. Quizás su propia inseguridad logró cansar al policía quien ya no estaba dispuesto a luchar por un romance que creía una causa perdida.

"No quiero que dejes de luchar por mi"

Pero estamos en plena calle— fue la excusa con la cual trató de salvar su dignidad mientras los labios de YoonGi recorrían desde su mejilla hasta su cuello.

YoonGi dejó un par de besos en su rostro para luego decirle que entre al auto, en la parte de atrás de la patrulla, orden que acató de inmediato aunque algo temeroso. YoonGi lo siguió de cerca, y cuando JiMin estuvo entrando al auto, casi inclinado de forma pecaminosa, el policía lo empujó para que quedara recostado sobre los asientos, ese mismo empujón causó que la corta falda se levantara dejando a la vista ese apetitoso trasero blanco.

—YoonGi, de verdad, esto no ¡Ahg!— grito cuando YoonGi lo tomó de las piernas y lo hizo darse vuelta, entonces recabó que el guapo policía tenía el cinturón de su pantalón fuera, así como su cremallera estaba abierta. Algo dentro de su cuerpo comenzó a calentarse.

—Vamos a ver si puedes resistir.

"Oh Dios, ya está duro"

Eso pensó JiMin al ver el bulto en el pantalón del otro vampiro.

Hola.
Espero les guste el capitulo.
¡Besos! <3

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