•Capitulo: 03•

En el despacho de JungKook se reunieron los tres hermanos junto con el esposo de NamJoon, una reunión sorpresiva y más de visita social que cualquier otro cosa. A pesar de que SeokJin y NamJoon hubieron salido como novios por un par de años y llevaban pocos meses de casados, los hermanos Min, JungKook y YoonGi, aceptaban totalmente al humano aunque ciertamente tenían sus dudas acerca de dicha relación puesto que en sus naturalezas tan disímiles radicaba la más importante diferencia. Un vampiro y un humano. Era un matrimonio complicado si no se tomaba las medidas adecuadas, pero fue un riesgo que ambos deseaban correr en nombre del amor.

En aquel despacho estaba también el bartender de Luna Roja, HoSeok, un hombre apuesto y fornido, unos centímetros más bajo que cualquiera de los Min. Aquel era su círculo más íntimo, vampiros, y un humano, en los cuales todos ahi confiaban ciegamente y por los cuales harían lo que fuera.

Toc Toc

Por la puerta negra del despacho entró JiMin con cautela, temeroso al ver tantos hombres ahí, francamente esperaba encontrarse sólo con su jefe dadas las altas horas de la noche de ese día. JungKook le indicó que pasará sin miedo más eso no disminuyó ni un ápice el temor que recorría el cuerpo de JiMin.

—¿Ocupas algo JiMin?

—... Yo, bueno...

—Dime qué ocurre— pidió el jefe al notarlo sumamente nervioso y apenado—. No tengas miedo de hablar frente a ellos, tranquilo.

YoonGi miraba a JiMin a cada paso, no se perdía detalle de las expresiones que el joven mostraba, y creyó que algo realmente importante debía de ser lo que él dulce vampirito quería decir pues de otra forma no estaría tan nervioso.

—Es, es sobre mi trabajo.

—¿Problemas con algún cliente?

—No, es que... — su voz tembló e inmediatamente bajo la mirada al sentirse juzgado por todos los presentes—. Yo necesito más dinero.

—Te aumenté el sueldo hace dos meses, Minnie.

—Lo sé, y no estoy pidiendo un aumento— murmuró suave pero lo suficientemente comprensible para la audiencia—. Quiero... quiero prostituirme.

Algo tan vergonzoso, una necesidad casi sucia salió de sus labios tras aquella declaración, pero no era por él por quien lo hacía pues en realidad no tenía el deseo de ser tocado por un sinfín de hombres sólo para saciar su burdo libido. Nunca esperó que el grito de YoonGi en rechazo a su petición, casi enojado y a nada de un ataque.

—¡¿Te has vuelto loco?! No creas que voy a dejar que hagas una estupidez como esa.

—Pero...

—¡No!

—YoonGi cálmate — pidió JungKook sorprendido de la actitud tan protectora que tomó su hermano.

—Minnie— llamó SeokJin saliendo del regazo de NamJoon y dirigiéndose a donde el pequeño chico estaba—. ¿Por qué quieres hacer eso, bebé?

—... Yo...

—¿Tienes problemas?

—No, pero Tae sí.

JungKook se tensó al oír el nombre del vampiro.

—Él no tiene dinero, lo despidieron de su empleo hace un mes y no ha conseguido otro— las lágrimas se aglomeraron en los ojos de JiMin mientras le explicaba a SeokJin la delicada situación de su amigo—. Ya no tiene comida y n-no ha podido ir a las prácticas en el hospital porque atacará a alguien.

El jefe del Burdel sintió una punzada de culpa en su estómago al oír a JiMin hablar de cuan mal la estaba pasado el muchacho, trató de convencerse de que si no dio el empleo fue porque no supo hacer un buen trabajo, pero bien que estaba mintiéndose con todos los colmillos. ¿No se supone que un bailarín exótico debería poder causar las mismas reacciones que TaeHyung causó en JungKook? ¿No fue correcto provocar una erección en su "cliente"? Estaba siendo muy descarado pero eso no lo admitiría nunca.

—Por favor, JungKook— pidió JiMin con gruesas lágrimas recorriendo su rostro—. Yo te prometo que no daré problemas con los clientes y-

—Si tú se lo permites, te juro JungKook que yo mismo me encargare de sacar una orden de arresto contra ti— amenazó YoonGi con verdadero enojo reflejado en la voz.

JiMin se asustó al pensar que JungKook aceptaría la idea de YoonGi, de ser así no le quedaría otro remedio que buscar otro empleo o...

—¿Y si es bailarín aquí?— sugirió NamJoon viendo a su esposo tan consternado.

—Ya lo intentó pero...— JiMin trató de explicar que su jefe no quiso contratarlo.

—¿Tan malo es bailando?— cuestionó el del medio de los hermanos.

—¿Malo?— HoSeok casi se rio por tal pregunta—. Él chico es realmente bueno, el burdel ganaría mucho con él como bailarín.

Nadie esperó que eso saliera de los labios de HoSeok, mucho menos JiMin a quien TaeHyung le dijo que su audición en el burdel resultó en la más grande humillación de la vida. JungKook tampoco estuvo feliz con la traición de su bartender, no se necesita explicar el porqué no lo contrató, eso era lo que esperaba evitarse.

—¿Y por qué no lo contrataste, JungKook? Si era bueno y el chico necesitaba trabajo debiste contratarlo.

—¿Me dirán cómo hacer mi trabajo?— habló por fin JungKook con poco ánimo y nada de gusto en la forma de hablar.

—A mi me dio pena el muchacho, realmente baila muy bien pero JungKook no quiso contratarlo.

—¡Silencio HoSeok!

JungKook estaba por olvidar que más que su bartender, HoSeok era su amigo, y si eso sucedía el despido sería lo de menos.

—Estaba devastado— pero el bajo continuo hablando, como si quisiera hacer quedar tan mal como se pudiera a JungKook—. Él jefe le hizo pagar incluso la bolsa de sangre que le "obsequió" la noche anterior, y el pobre chico no tenía dinero, me dio los últimos noventa mil wons que tenía.

La sala se quedó en silencio y HoSeok se sintió feliz de lograr su cometido. Al bartender no le gustó que JungKook se comportara tan déspota con el chico, menos en su situación, como para luego tener que oír la propuesta de JiMin acerca de prostituirse. No era justo en ningún sentido.

A la memoria de JiMin llegó el recuerdo de la noche luego de la fatídica prueba en el burdel, llegó al pequeño departamento de TaeHyung cerca de las ocho de la noche llevando consigo algo de comida y sangre para su amigo. Cuando lo vió se ya fo en su sofá, con la mirada perdida y el cuerpo temblándole se asustó demasiado.

No lo logré— le dijo por fin—, sabía que bailó mal y se me ocurrió humillarme así.

Sólo que JiMin sabía como bailaba TaeHyung y era todo menos mal, por ello le sorprendió que su jefe no lo contratara.

—¿Al menos compraste algo de comer con el dinero que te di?— le preguntó dulcemente tratando de calmarlo.

—... sí, una pequeña bolsa de sangre que me la acabé hace poco.

Ahora el joven bailarín sabía que su amigo le mintió, que el dinero que le prestó tuvo que usarlo para pagar la bolsa de sangre en el burdel que JungKook le dio la noche anterior a la prueba. No pudo si no sentirse decepcionado de su jefe.

—... No puedo dejar que te prostituyas, JiMin— soltó JungKook con algo de vergüenza.

JiMin sintió ira e impotencia. Él realmente pensó que si le pedía esa ayuda a su jefe éste se lo concedería o le brindaría dinero..., pero estar equivocado duele mucho cuando esperas tanto de una persona y recibes tan poco o nada de retribución.

—¿Al menos me dejara hacer un doble turno?— soltó en tono mordaz aguantándose las ganas de decir un millón de improperios.

—¡No!

—...

El joven asintió, murmuró gracias a regañadientes y salió de la oficina dando un portazo, YoonGi lo siguió luego de fulminar a su hermano con la mirada.

JungKook no se esperó ser golpeado en la mejilla por SeokJin quien verdaderamente lucía todo menos complicado con tan escandalosa situación.

—Eres un asno— le respondió—. ¿Acaso no sientes compasión por ese pobre muchacho?

—SsokJin— gruñó su esposo entre molesto y sorprendido por la situación del humano.

—¿Cómo te sentirías tú si estuvieras en su situación?

—¡Basta SeokJin!— le dio su esposo tomándolo con fuerza desmedida de la muñeca.

El humano notó que no sólo los ojos de JungKook estaban rojos de molestia por el golpe, un color que caracterizaba el estado de ánimo de un vampiro, sino que también lo estaban los de su esposo y eso lo desconcertó.

—¿Defenderás la nefasta actitud de tu hermano?— casi chilló el humano—. Se supone que eres un abogado NamJoon, que crees en lo justo. Si no es así, ¿qué clase de maldito abogado eres?

SeokJin sintió como su muñeca era apretada con más fuerza advertencia de la ira de NamJoon, le asustó y lastimó tanto físico como sentimentalmente.

—Ahora de verdad te estás comportando como un animal— soltó SeokJin con la voz amortiguada. Cuando NamJoon se dio cuenta que estaba lastimando a su esposo lo soltó sintiéndose culpable—. Qué buen esposo tengo— ironizó el humano antes de marcharse del lugar.

:(

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