𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 9: 𝐑𝐨𝐭𝐨.

Los dos cómplices del cenizo quedaron sorprendidos, nunca habían visto explotar así a Katsuki. Finalmente todo lo que se había aglomerado en su mente lo carcomio hasta el punto de estallar en llanto, culpandose por todo eso, llegando su pecho de culpa. Y es que bueno, la mayoría del sufrimiento de las personas de la habitación era por Katsuki, estaba cosechando lo que había sembrado.

Kirishima sintió que aquellas palabras lo había atravesado por completo, el rubio tenía razón en una sola cosa, ¿que clase de amigo era?, en ningún momento pudo para correctamente al cenizo, no pudo ayudarlo como debía, talvez no vio que Bakugo solo necesitaba ayuda, que alguien le dijera que lo que hacía estaba mal, que alguien le diera una buena golpiza que lo hiciera entrar en razón—¡¿y crees que esas mierdas que dices serviran ahora?!, ¡no, claro que no!—el pelirrojo se levantó del suelo precipitadamente, Katsuki esperaba recibir un golpe, y es que en ese momento lo único que merecía era recibir una buena paliza por parte de todos—eres...eres mi amigo...y yo no pude detenerte de causar toda esta maldita mierda, nunca pude frenarte, ¿y sabes por qué?—apretó sus nudillos, la cólera lo estaba desbordando, quería meterle otro puñetazo, pero la violencia no arreglaría nada.—porque yo te temía, tenía miedo de ti, y de tu poder, cada vez tu sonrisa era más retorcida, cada vez tus golpes eran más fuertes, tus insultos más hirientes, pero aún así...yo te admiraba, y creía que algún día te darías cuenta del daño que le estabas causando a él—señaló al pecosa—y a nosotros. Ahora entendí que no soy alguien digno de llamarme un héroe si no fui capaz de frenar te al momento de lastimar a alguien inocente...no soy un héroe...—se acercó al cenizo posando una mano sobre su hombro—pero tampoco soy un buen amigo.

—sabemos que te arrepientes, pero eso ya no sirve de nada ahora. Lo único que puedes por Midoriya, es convertirte en un héroe, no desperdicies ese estúpido potencial que llevas en ti, además, da gracias de que no te hemos delatado, no tenías idea de lo que hacías. Si es que Midoriya llega a despertar, no creo que te perdone como nosotros...—Denki finalmente salió de la habitación, Eijiro lo siguió, ya no quedaba más de que hablar allí, había sacado todo lo que necesitaba decirle al rubio.

—pelos de mierda...—llamó acercándose a él—me convertiré en un jodido héroe, el héroe que le prometí ser al nerd—Kirishima embozo una pequeña sonrisa asintiendo.

Inko había llegado agitada al hospital, sentía su corazón salirse de su pecho, hacia media hora había recibido una llamada alarmante por parte de Katsuki y había tenido que salir corriendo del trabajo sin poder dar explicaciones de su repentina salida.

Ya había pasado un mes desde el accidente, y lamentablemente Izuku no mostraba signos de despertar pronto, le habían hecho cientos de encefalogramas para ver si había al menos un signo de actividad cerebral, pero nada. Había sido informada acerca de la situación de su hijo, y tenía entendido de que lo más seguro para Izuku es que el chico quedaría en estado vegetativo y en el peor de los casos muerto, anteponiendo el echo de que ya había pasado el tiempo estimado para que una persona con un daño cerebral leve despertará del coma. Además, si es que de milagro llegará a suceder que despierte, el pecoso probablemente tendría daños graves en su cuerpo, como posiblemente tampoco pueda volver a caminar o la pérdida de vista.

—Inko...—Katsuki yacía sentado fuera de la habitación—no se que mierda le sucedió, estaba ahí, y de la nada comenzó a moverse extrañamente y no se si yo tengo la culpa de ello, tan solo quería...queria acomodar su almohadilla, puta mierda. —la menor lo abrazó. ¿Desde cuando no recibía aquel afecto?

—No te preocupes, cariño. Gracias por estar aquí con él...hablaré con los doctores para ver cual fue la causa del ataque, ¿si?—coloco una mano en la mejilla del cenizo, tenis sus ojos demasiado hinchados, parecía haber estado llorando demasiado, e Inko conocía lo suficiente a Katsuki para saber que las lágrimas no eran parte de él. —puedes irte a tu casa, estoy muy segura de que Mitsuki prefiere que estés con ella en estos momentos, debes depender de tu madre vez en cuando, ¿no crees?, aun eres un simple chicos, no debes esforzarte demasiado—Katsuki emuló la sonrisa de Inko.

—Señora Midoriya...lamento decirle esto ahora pero...la bruja murió hace unos cuantos años...ella tuvo un accidente junto a mi padre. —los ojos de la mayor se abrieron, las lágrimas volvieron a inundar aquellos jades. ¿Cuando había sucedido eso?, ¿por qué nunca fue informada?, su mejor amiga había muerto y ella siquiera lo sabía.

—l—lo siento, Katsuki. Debió ser muy duro para ti afrontarlo solo—limpio sus lágrimas—estoy segura de que ella estaría orgullosa de verte ahora, mírate que—volvió a limpiar sus ojos, aquella manera de llorar era idéntica a la del pecoso—buen chicos eres...—cubrió su cara con ambas manos.

Katsuki se dio un facelpam mental, debió haberse quedado callado, aquel no era el momento ideal para escupir aquella información. Inko estaba perdiendo a su hijo, y ahora se había enterado de que su amiga ya no estaba en aquel mundo.

—No estoy seguro de eso—susurro desviando la mirada, no quería seguir viendo llorar así a la madre del pecoso, quería decirlo, quería gritarle a la peli—verde que él era el que había dejando a Midoriya en aquel estado crítico.

Si te lo dijera, estoy seguro de que reaccionarias igual que la vieja bruja de mi madre, que me golpearias por ella...que me prohibirías acercarme a tu hijo.

Aún no entendía que era peor, la herida que le había dejado al nerd, o ese hueco vacío que por alguna razón llevaba en su pecho desde que Deku dejó de ser consciente por su culpa.

—Inko... Debo hablar con usted.

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