𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 16: 𝐃𝐞𝐣𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐢𝐫.
Era algo gracioso. Triste, pero sobretodo gracioso. Una escena que invitaba a esas dos mentes rotas a una grotesca sensación de deja vu tan dolorosa como para hacer, que una vez más en esa noche, aquellos corazones suenan un dolor insoportable.
Las venas en las manos de Katsuki parecían a punto de explotar, la camisa que el de rizos y mirada triste traía puesta comenzaba a emanar pequeños hilos de humo. El cenizo estaba por hacer explotar todo, pero sobretodo, el parecía estar por explotar. Los ojos verdes que miraban aquellos rubíes tan cansados, tan tristes que despertaban una melancolía y pena absoluta. Ojos rojos que llamaban a qué alguien lo consolara, que parecían gritar "abrazame, por favor", que pedían ayuda.
–¿Qué? ¿Me golpearas? ¿Volveremos a esa época? La época del reluciente y futuro héroe número #1. –pregunto el de pelo verde y al momento aquel humo se detuvo automáticamente. Katsuki parecía un poco asustado ante aquellas preguntas. No entendía por qué.
En ese momento, el de baja estatura no pudo evitar sacar de su cabeza, pensamientos de preocupación, se odiaba por eso, pero, ¿Que le habría pasado? ¿Que es lo que lo puso así? No entendía como Bakugo Katsuki, había acabado tan arruinado, tan solitario. Aquella superestrella, que siempre está a rodeada de personas que lo admiraban, ahora estaba abandonado. Porque desde que Izuku recordaba, aquellas esferas carmínes, poseían un brillo que no se comparaba al sol, y un orgullo que humillaban a un mismo demonio. Pero ahora, en aquel momento, no eran ni mas ni menos que una miserable sombra de ello.
– Te lo repito, Katsuki. No dejaré que ni una persona muera ante mis ojos–repitió el menor. Sus ojos estaban decididos, no se dejaría intimidar. Su voz sonaba orgullosa y firme, sorprendiendo al mismo rubio.
–Joder, Izuku. No juegues al puto Dios. ¡Tu no decides quién muere o no!–gritó desde su interior. Su voz estaba tan quebrada que a cualquiera invitaría a llorar ante esa escena.
–¿Que mierda dices? No estoy jugando a ser Dios. Pero tú mejor que nadie sabes que desde que tengo uso de razón quiero salvar vidas. Que quería ser un héroe. Por dios, deja de ser tan egoísta.
–Yo no soy el egoísta. Yo quiero morir, es mi decisión. Yo...yo no te llamé, ¿Okay? No quería verte, no estoy listo...se supone que tú... joder, Izuku solo vete ya, no te metas en esto, tu eres la razón por la que estoy así...–agacho la cabeza. Estaba tan cansado. No sabía de dónde sacar fuerzas para esa pelea verbal tan dura. Al fin tenía al autor de su constante dolor en frente, y no podía hacerle cara.
Katsuki simplemente quería decir "lo siento, Izuku", pero aquellas palabras no lograban salir de su boca, solo un montón de estupideces sin sentido, una tras otra, no entendía que le pasaba, talvez, nunca aprendió. Talvez seguís siendo la misma escoria que era en la secundaria.
Ya lo daba por hecho, era un asco, era un puto asco, quería saltar de ese puente, una vez más, talvez está vez lograría el cometido.
–Por Dios...¿Que demonios te ha pasado? Te ves tan fuerte e indefenso a la misma vez, Katsuki. Es...tan triste verte así–aquellas últimas palabras que salieron de aquella boca, fueron como un cerillo encendiendo un bomba, bomba que justamente era el cenizo.
Algo dentro del cenizo se molestó demasiado por aquellas palabras, nada equivocadas. Lastima. Él odiaba que tuvieran ese sentimiento hacia él. Lo detestaba. Lo hacía sentir aún más vulnerable de lo que ya era.
Y como él es un asco, reaccionó de la peor manera.
–¡jodete, Izuku! Vete a la mismísima mierda. No me vengas con tu asquerosa pena a demostrarme tu lastima. No hay nada que me repugne más que eso, sobretodo mas...viniendo de ti.–termino diciendo. El verdoso nunca estuvo tan decepcionado del más alto. Bueno, aunque de por sí ya no tenía fé en él.
–¿Ya ves lo que haces?–pregunto al mismo tiempo en que ponía sus manos sobre las del rubio. –lo único que haces o al menos sabes hacer es insultarme. ¿Sabes?, eres tan hipócrita que me hierve la sangre. No haces más que decir que te arrepientes de todo lo que me hiciste, pero en el puto momento en el que me ves, luego de años, te dedicas exclusivamente a insultarme, a decirme que no quieres mi "lastima". No es lastima, Bakugo, es preocupación, me preocupaste por un momento, ¿Entiendes que idiota soy? Maldita sea– el pecoso suspiro, eso lo estaba cansando tanto mentalmente, parecía haber corrido una maratón -. No eres más que un maldito arrogante de mierda. Tu eres el único que sigue creyendose un Dios, ¿No? Crees que tú teatrito de "bully arrepentido" hará que todos te perdonen, ¿Que yo te perdone? Pff–Izuku soltó una risa un tanto irónica. –quieres morir, ¿Sabes por qué? Porque sabes que tú, mejor que nadie, maldito idiota, nunca cambiarás tu enferma manera de pensar, de mirar desde arriba cuando tú eres el único que está por debajo de absolutamente todos y todo, y te odias por eso ¿No? ¿Creiste que habías cambiado? Que ridículo, la mierda como tú nunca cambia y me lo acabas de confirmar una vez más, ¡Muchísimas gracias! Lo jodiste, en el pasado y lo vuelves a joder ahora. ¿Te odias no? Te odias tanto pero al mismo desearías que yo nunca hubiera existido, ¡así nunca habrías arruinado tu vida!–
–¡MALDITA SEA YA CALLATE! ¡POR FAVOR NO DIGAS NADA MAS, MALDICIÓN– Izuku hizo caso al momento en que escucho como esa voz ya no podía más. Katsuki soltó casi inmediatamente al verdoso, de sus ojos no paraban de salir lágrimas. A Midorilla se le estrujó el corazón al verlo así.
–Se perfectamente...todo eso. Lo sé mejor que nadie. Tienes razón en absolutamente todo. Pero yo, jamás querría su no hubieras existido maldición. Nunca...nunca pensaría eso ni por un momento. Así que por favor, no vuelvas a decirlo. Yo...Izuku, siempre fuiste mi víctima, pero también la única persona que se quedó a mi lado hasta el último momento y yo fui un gilipollas, una maldita escoria. Te dejo atrás, me culpo por eso. Me odio tanto. Me odio, cómo quisiera poder morir ya...–una vez más se hizo un bola en el suelo cubriendo su cabeza con sus brazos.
El pecoso enmudeció ante todo aquello. Había dicho cosas no propias para ese momento, no propias para ningún momento. Cosas horribles.
Todo aquello era un error. Ese paseo espontáneo que desencadenó en algo muy horrible era un error. Se arrepentía de salir de su casa. De no haberse quedado cocinando o mirando algo en la tele.
Casi instantáneamente, levanto su chaqueta del suelo, dandose media vuelta dispuesto a irse. Quería olvidar esa noche.
Fingiría que nada había sucedido. Pero apenas puso un pie tras otro lo oyó.
–Lo siento, Izuku. Lo siento tanto. Por favor, déjame arreglar las cosas. –musitó por lo bajo el cenizo.
–No puedo perdonarte, Bakugo, espero que puedas entenderlo.–camino lo más rápido que pudo. Dejando atras a un corazón roto y estúpido.
Katsuki lloro toda esa noche al lado de aquel puente del reencuentro.
-------------------------------------------------------
Q ONDAAAAS, DIOS AL FIN VUELVO.
Perdón, no actualizaba desde, ¿Desde cuándo? Bueno equis.
Este es un vistazo rápido del capítulo, quería dárselos rápido por lo que si hay un error de ortografía serio o una palabra muy repetida PERDÓN DBWJFJEJD. LOS TKM <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top