𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 11: 𝐏𝐚𝐫𝐚́ 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞
Luego de aquella charla, las cosas entre Katsuki e Inko no habían cambiado nada, aún así, notaba la decepción en la mirada de la pobre mayor, sus ojos rojos de tanto llorar por la pérdida de su hijo lo hacían sentir a Katsuki una gran mierda, bueno, más de lo que ya lo era. Era notable que estaba mucho más decaída, desde que tenía memoria esa mujer siempre fue alegre y energética, a cada lugar que iba, con cada persona que convivía la llenaba de vida, pero ahora, sólo era...alguien como Katsuki, alguien que no tenía nada, estaba sola, y con un enorme agujero en su pecho que carcomia su mente poco a poco, tirándola aún más en el pozo de la depresión.
—Esta noche te quedaras con Izuku, ¿verdad?—estaba a punto de salir de la habitación, debía ir por más ropa a su casa, sumando que no podía seguir faltando a su trabajo, el costo de mantener a su hijo allí era demasiado alto.
El cenizo asintió sin dirigirle la mirada a la mayor. Tenía esa costumbre de contemplar a Deku siempre que podía, de alguna manera le recordaba a cuando eran pequeños, el rostro de Izuku no había cambiado mucho, solo sus facciones se habían afinado un poco más, pero seguía siendo endemoniadamente tierno. Sus pecas se había triplicado, se exparsian por todas sus mejillas, su nariz, y finalmente su cuello, era entretenido mirarlas por alguna razón.
Katsuki no pudo contener las ganas de tocar el rostro del menor, acarició levemente su mejilla, sintiendo como sus lágrimas volvían a inundar sus ojos.
—¿Por qué, Deku?—susurro entre dientes—¿por qué no me detuviste?, ¿por qué no me acusaste con tu madre?, con un profesor, con quien sea, joder—las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas, el nudo en su garganta empezaba a dolerle—sé...sé perfectamente que te lastimé mucho, que...no tiene caso que me arrepienta ahora, que me dé cuenta de tantas cosas, porque tu, ya estás así, ya no puede oírme, ya no puede mírarme com tus malditos ojos...joder, esos ojos, lo que daría por volver a verlos, lo que daría por volver a escucharte, Deku...—hundió su cabeza entre sus brazos.
Así pasaba sus semanas, llorando frente a Deku, lamentando en vano, ¿Por qué no paró?, ¿Por qué no se dió cuenta a tiempo?, siempre fue un completo idiota con Deku, todo eso parecía el típico cliché de película, y el papel que más odiaba era ocupado por él mismo.
—Él brillaba hasta con el alma rota—oyó una voz familiar, se volteó rápidamente—es increíble, ¿no? Verte así ahora, eres simplemente patético, Katsuki.
El rubio apretó sus nudillos, conteniendo las ganas de golpear al ser frente él—¿Patético? Y una mierda. Llamame como quieras, pero antes de calificarme así, arregla tu puta vida, ¿o es que tu padre finalmente te echó de casa?—sonrió ladinamente.
El bicolor frunció el entrecejo al oír lo último, Katsuki buscaba pelea, pero no armaría lío en ese lugar. Por respeto a Izuku.
—Lo que suceda con mi vida no te importa, pero hablemos de ti. ¿Ya le dijiste a Inko que eres el asesino de su hijo?—se acercó a la camilla del pecoso.
—¿Asesino?—aquella palabra golpeó fuerte el pecho del cenizo, su sangre estaba comenzando a hervir, sintió su garganta doler levemente. —Cierra la puta boca, bastardo.
—¿Qué me calle?—preguntó colocando su mano en el hombro del rubio—Ya veo...te duele que diga la verdad—contempló durante un segundo al pecoso—Katsuki, seguramente en este momento estás pensando: 'me he dado cuenta tarde del daño que le hacía a Deku'—soltó a una risa al decirlo—pero sólo pienso: 'como es que Izuku puede estar enamorado de un monstruo de mierda como él, aun después de todo lo que le hizo'...—quitó la mano del mayor, para darle un repentino puñetazo que tiro al cenizo de su silla. —Eso es lo que más me cabrea, él te amaba...tu jugabas con él, mientras él se la jugaba por ti. ¿Ves lo cruel que es la vida?—se acercó a Bakugo a paso lento, ya lo había decidido, no le importaba donde fuese, lo haría sentir lo que Izuku cuando era golpeado por él. No era algo que haría él, pero eso no le importaba ahora—Le dolía tanto pero no decía nada, te quería tanto que incluso permitió que lo dañaras, se derrumbaba pero aún así sonreía, aún así fingía estar bien ¿¡ENTIENDES ESO, KATSUKI?!—lo pateó una vez, después otra, y otra—¿¡ENTIENDES CUÁNTO LE DOLISTE?!, ¿¡CUÁNTO LO LASTIMASTE?!—ahora simplemente lo pisoteada—¿¡TE DUELE ESTO?!, DIME. Estoy seguro de que las peores cicatrices no son las que dejaste en su puta piel, imbecil, son esos insultos, esas maldiciones que le lanzaba mientras destrozabas su piel—se detuvo un minuto, estaba agitado—cuando alguien te importa, lo proteges del dolor, no te conviertes en el maldiro dolor, maldita sea—finalmente pateó su espalda con fuerza, cayendo al suelo.
Katsuki no respondía, simplemente estaba hecho una bola en el suelo, cubría su cara con sus manos en posición fetal.
—Así...¿Se sentía él?—susurró despacio—¿así le dolía a él?...—se encogió aún más—Tus golpes, tus malditos insultos... Todo duele como el demonio...¿Asi lo hice sufrir? ¿Por qué? ¿Por qué mierda no me detuve?—su voz se quebró un momento—Si supieras cuanto me duele esta mierda, cuanto me duele verlo así por mi maldita culpa—Todoroki quería golpearlo una vez más, para él, todo lo que decía no eran más que excusas, había oido eso tantas veces de su padre, que viniendo de Katsuki lo único que provocaba era más rabia. —Sé que soy una escoria, y que no tengo el mínimo puto derecho de decirlo pero...extraño a Deku, lo extraño demasiado, joder. Tanto que me quema, me duele el pecho, la garganta, me arden los ojos de tanto llorar por él...¿Qué es esto?, ¿por qué ahora?
El bicolor suspiro—porque lo perdiste. Porque lo amas. Porque tu fuiste quien hizo todo esto. Eres una mierda, Katsuki. Grabatelo en la cabeza. Y el día en que Izuku despierte, me aseguraré de que no se acerque a ti.
En la habitación solo se oía el llanto del cenizo. Shoto ya lo daba por perdido, solo oía las mismas cosas repetidas por parte de él, daba por perdido aquel idiota, de no ser por aquellas palabras, Shoto nunca hubiera perdonado a Katsuki.
—Lo Siento, Deku. Perdoname por tardarme, perdoname por darme cuenta tarde de cuánto te quiero...perdón. Quiero que despiertes para que me oigas disculparme...—susurró hundiendo su cabeza entre sus piernas. —Yo...te amo...
Pero Deku, nunca despertó.
Fin.
Gracias por leer.
Xieidisi, la wea no termina acá bbs. Nono. Solo se pone peor. Lloren mucho así me alimento de sus lágrimas, osi.
Nos vemos uwu.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top