El chico bicolor se precipita a la camilla donde se halla el menor. Se pone frente a él, toma asiento en la silla que se hallaba paralela a la cama.

E inspeccióna las facciones del pecoso. Nunca de había tomado ese pequeño tiempo de mirar bien su rostro. Era redondo, sus orbes eran de un verde intenso que te hipnotiza. Cada una de sus infinitas pecas exparciendose por su rostro perdiendose en su cuello. Izuku era un joven apuesto. Sin embargo esa belleza era irrumpida por los moretones y magullones que se hacían más y más notorios.

—¿Estas bien, Izuku?...— pregunta tomando su mano. —Ochako y yo no habíamos preocupado.

El pecoso lo mira, pensando. Pronto sonríe, era una sonrisa contagiosa, como todas las que él regalaba. No obstante, había algo raro en ella: dolor. Una alegría que disfrazaba el inmenso dolor que llenaba el corazón del pecoso.

Shōto lo notó en seguida.

—Debemos hablar. —sentenció con su semblante más serio de lo común. —pero antes, debemos verificar que no hayas sufrido daños mayores con tu "caída". —enarcó una ceja, dándole a entender que no se creía ese cuento del accidente.

Tragó saliva.

Se levantó de su camilla, soltando un gemido de dolor.

—Ten cuidado—dijo Shōto colocando una mano en la suya y otra en su cintura para ayudarle a pararse.

—gracias, Todoroki-Kun...—espetó con una sonrisa amarga.

Pov's Shōto.

Agradecimos a la anciana por el cuidado y luego nos marchamos del establecimiento.

—Todoroki...—susurró.

—¿Mmm?....—me miró perplejo.

—se que no crees lo del accidente en las escaleras. Pero es la verdad. — su mirada se apagó nuevamente. —no insistas en el tema. Por favor. No intentes descubrir algo que no existe.

Frené de repente, coloque una mano en su hombre, haciendo que él imite mi acto. Miré al cielo, no había notado cuando se había tornado grisáceo oscuro, la lluvia caería pronto.

Dirigí nuevamente mi mirada hacia él, nuevamente esa horrible expresión de angustia se alojaba en su cara. 

—Fue Bakugō, ¿No es así?...—esquivó mis ojos con audacia, mirando sus manos las cuales jugueteaban entre ellas, denotando su nerviosismo.

Parecía un niño...débil e ingenuo. Un niño con un sueño en un mundo demasiado arrogante que poco a poco lo quiebra.

Izuku negó con su mentón.

—Kacchan no tienen nada que ver en esto....—enunció. —él será un héroe sensacional, no debemos llenarnos la boca con insultos para él...

Mi mano tomó la suya.

—un héroe deja de ser uno cuando lastima a alguien....que debería ser salvado...— Izuku abrió los ojos como platos.

—Todoroki-Kun....—y se quedó mudo, absorto pensativo. —K-Kacchan. Fue él. —confesó.

Por un momento pensé que no lo diría.

Lo sabía!, Fue ese desgraciado, si bien ya lo sabía la sangre corría por mis venas de forma desenfrenada. Quería golpear al arrogante ese. ¿Que no ve que Izuku no es más que un muchacho que sueña tener la mera utopía en donde él es un héroe que salva a la personas?...

Mis manos y mis pensamientos no iban para nada acordes, no se cómo, pero termine abrazándolo. Apoyé mi cabeza en el hueco de su cuello.

Él me corresponde luego de unos segundos.

—por favor, quiero que Kacchan sea un héroe. Kacchan... lo quiero mucho, y no soportaría ver sus sueños morir tales como los míos. Así que Todoroki por favor no cuentes nada— sus lágrimas comenzaron mojar mi ropa, la lluvia repentina también lo hizo.

Separé al peli-verde de mi. Le tome la mejilla, se espantó un poco.

—como tú quieras, pero los sueños, no están rotos hasta que el soñador muere. ¿Bien?...— lo alenté un poco. Y me sonríe, cada vez con menos dolor en él.

—si.

Comencé a caminar con el chico detrás de mí. Miraba al suelo mientras las gotas pequeñas caían sobre mi uniforme. Debí traer un paraguas.

—Izuku, ¿Puedo llamarte así?, Sé que lo estuve haciendo todo este tiempo. Y bueno es absurdo preguntar pero, quiero tu consentimiento. — dije con entusiasmo, que claramente no sé de dónde salió.

No me respondió.

—¿Izuku?...— miré hacia atras y quedé anonadado.

Se hallaba en el suelo. Inconciente. De su oído salía un fino hilo de sangre. ¿Que había sucedido?...

Corrí hasta él. Verifique si respiraba: pulso demasiado débil. Apenas notable.

Saqué mi teléfono para llamar a una ambulancia. Pero no tenía batería. Busque en los bolsillos de su chaqueta, él tampoco tenía uno.

Mierda, ¿que hago?

Me quedé a su lado. La calle estaba demasiado desierta, ¿Dónde estaban todos?...

Lo cargué hasta la primera casa que ví. Toque las puerta como pude cargando con las dos mochilas. ¿Que llevaba Izuku en ella?...Demasiado pesada.

Tardaron una eternidad en atender.

Apenas el la puerta se abrió de par en par, visualice una cabellera rubia con un aspecto de erizo.

—¿Bastardo?...— fue lo único que dijo, antes de mirar al pecoso en mis brazos. —¿que le sucedió a Deku? —preguntó de manera altanera sonriendo. —¿Que?...— fijó su vista en la oreja del pecoso, su sonrisa se esfumó rápidamente.

—Izuku, se desmayó de la nada...necesito un teléfono, rápido! — grite y Bakugō al instante se movió.

—la ambulancia llegará pronto...—dijo el rubio entrando a la sala.

Todoroki postró al oji-verde en el sofá y lo cubrió con su chaqueta, sentándose en la cabecera del mismo.

—Bien...—espetó mirando al menor.

El silencio gélido poseyó la habitación, Bakugō se hallaba pensativo, al igual que el bicolor miraba a Deku.

—¿Fuiste tú?...—preguntó el semialbino. —tu lo golpeaste...

—probablemente por tu culpa está así...—lo miró con rabia. _¿Por qué Bakugō?...¿te da pena que la motivación de Izuku algún día te venza?...¿Es por eso que lo destrozas física y psicológicamente?...—

—No te incumbe lo que hago con esa basura.

—¿Cómo....como mierda es posible que luego de haberlo destrozado de tal modo puedes referir te a él así?!...— Todoroki se levantó repentinamente del sofá. —gente como tú, jamás será un héroe...mierda como tú no merece mirar los mismo lugares que alguien como Izuku, él pelea por ser un héroe a pesar de no tener un quirk y tener a gente estúpida como tú jodiendole cada paso que da.

Esas palabras bastaron para acabar la paciencia de Katsuki.