Capítulo 15: 𝐃𝐞𝐬𝐩𝐫𝐞𝐜𝐢𝐚𝐛𝐥𝐞

Bakugo se preguntaba, como es que aquella tan asquerosa historia, pudo haberse puesto aún peor.

Sus pupilas miraban impactado al de pecas. Estaba tan atónito, Izuku parecía un fantasma, ¿Finalmente había perdido la cordura? ¿Su deseo por ver a Deku era tanto así que veía cosas que no estaban?

-Katsuki...-musito por lo bajo también, el menor parecía igual de impactado que él, no esperaba ver al cenizo, y menos en aquel lugar, intentando hacer aquel acto de mierda. El egocéntrico de "Kacchan", ¿Intentando quitarse la vida? Jamás creería en ello si no lo viera con sus propios ojos. Futura promesa del heroísmo, con la nariz en alto, en ese lugar, valorando poco su vida ¿al punto de querer quitársela? Estaba delirando. No lo negaría, en aquel momento, en su lugar, no podía evitar verse a él mismo así, al "Deku" de antes, al Deku patético y completamente perdedor que bajaba la mirada ante la mínima palabra del rubio. Pero no, Kacchan era quien ocupaba el lugar de imbécil sin agallas. Kacchan era quien ocupada el ridículo sitio de Deku. No podía ocultar el asombro asomándose sin filtro en su cara.

-Mierda, por qué tenías que ser tu, joder- los ojos de Katsuki no se contuvieron, en el pasado, jamás se hubiera permitido así mostrar debilidad al de pecas, pero, una vez más, Deku lo había salvado, salvado de él mismo, estaba dudando, quería morir, deseaba morir, la vida era un asco, las personas a su alrededor lo hacían sentir un asco, pero ahora, estaba Izuku. Sus lágrimas caían mezclandose con el agua salada debajo del puente. Izuku quería moverse, ayudarlo, pero el impacto no se lo permitía.

-Izuku, por favor, debes dejarme caer, no interfieras en esto-habló el rubio, su voz estaba quebrada, ya no podía, ya no tenía fuerzas para aparentar que nada le importaba. -esta es mi decisión, no debes interponerte en ella-la seriedad se revolvía con tristeza en aquellos ojos, el de pecas estaba en medio de un terrible lío mental,e era como un tornado que tildaba todo su ser. 

Su amigo de la infancia, la persona que más lo lastimo toda su vida, quien se encargó de destruir sus sueños, pero también, su primer amor, le estaba pidiendo que él mismo lo matase.

Las fuerzas en el brazo de Izuku se estaban acabando, poco a poco la mano del menor perdía fuerza y estaba cada vez más cerca de dejarlo ir. Todo aquello estaba sucediendo en tan poco tiempo que asustaba y confundía a Midoriya. Él solo no podía con toda esa carga emocional. Katsuki estaba siendo un completo idiota sin corazón de nuevo.

-¿Por qué, por qué mierda me haces esto, Katsuki?-salió casi en un susurro de la boca del de pecas. -¿Por qué? No nos hemos visto en tanto tiempo, me lastimaste tanto, y lo sigues haciendo, pidiéndome que te deje caer, me pides que te mate, ¿Lo entiendes no es así? ¿Por qué sigues siendo así de egoísta? ¿Por qué nunca piensas en mi?

Por un momento no hubo respuesta del opuesto, bajó su cabeza, no permitiendo que Izuku pudiera ver sus expresiones, no podía saber con seguridad que estaba pasando por la mente de Katsuki-yo no te pedí que me ayudarás, tu no sabes por lo que he pasado, quiero terminar con esto, mi vida ya no tiene sentido, desde que te perdí-los ojos de jade se abrieron como platos al oír aquellas últimas palabras- jamás hubiera querido que nos reencontremos, y menos así, Izuku...

Luego de aquella oración, el pecoso terminó de enfadarse por completo, comenzó a apretar aún con más fuerza el brazo del rubio cenizo, casi clavando sus uñas en él. Estaba decidido, por más que el otro quisiera, jamás dejaría que muriera frente a sus ojos.

-Sabes, Kacchan, dejaste de importarme en aquel horrible momento, recuerdas, cuando me dejaste en una maldita cama de hospital-con lentitud alcanzaba más el brazo de Katsuki para subirlo, para el cenizo, escuchar aquello no fue más que otra daga clavándose en su corazón, su pecho dolió como nunca-mi sueño, siempre fue ser un héroe, mi sueño siempre fue salvar gente, no puedes pedirme que te suelte, un héroe, salva a quien esté pidiendo ayuda...-los ojos del peli-verde comenzaron a cristalizarse tras decir aquellas palabras, recordaba como lamentablemente su condición le impedía convertirse en aquello que tanto deseaba, comenzaba a recordar todos el acoso, todo los duros golpes que recibía, era tan doloroso volver a pensar en aquello, era tan doloroso pensar en Katsuki-y tu, Kacchan, pareces estar pidiendo ayuda-finalmente pudo moverlo hacía arriba-Así que deja de tomar decisiones tan idiotas por una vez en tu maldita vida.

El pecoso finalmente pudo lograr subir al rubio, se agachó levemente, no era un tipo muy musculoso, sumado a que el rubio era puro músculo, le había costado demasiado, respiraba agitado.

-s-sabes, Katsuki, luego de que alguien te salva, es de buena educación agradecerle-el de ojos jade intentaba romper aquel ambiente tan lugubre que se había creado.

El cenizo permanecía sentado junto a la barandilla, sin emitir minino sonido alguno, con la cabeza metida entre sus piernas. Parecía tan indefenso, un pobre niño asustado que no sabía cómo actuar.

-¿Katsuki?-el de pecas se acercó lentamente, temía despertar la ira impulsiva del rubio. -hey, ¿Quieres que llame a alguien para que venga a buscarte? Quiero ayudar lo más que pueda.

Y una vez más, solo hubo un silencio en respuesta.

El menor estaba entrando en pánico, comenzaba a recordar las palabras de su novio, Todoroki: “nunca vuelvas a acercarte a quien te lastimó”, y tenía razón, ya había hecho lo suyo, le dió una segunda oportunidad a Katsuki, y eso era todo, ahora quería evitar cualquier posible reencuentro alargado con el rubio -lo siento, Katsuki, se me hace tarde, debo irme...-Izuku concluyó en que no quería simplemente hablar con nadie. Era como razonar con una pared. -Cuidate, porfavor. -el pecoso se quitó su chaqueta, y la colocó sobre los hombros del pobre niño asustado.

Tras hacer eso, Katsuki levantó su cara.

Izuku quedó extremadamente asombrado. La expresión que él pondría en su rostro, jamás pensó que aquel rubio egocentrico y narcisista podía hacerla.

Su corazón se estrujaba lentamente. Katsuki estaba totalmente roto. ¿Que era lo que había pasado con él?

-¿¡Por qué mierda no me dejaste morir?!-se levantó con brusquedad del frío suelo, dejando caer la linda y cálida chaqueta verde lima del pecoso, tomo con fuerza el cuello de la camiseta de Izuku. Aquella escena se le hacía tan familiar, en un escenario de secundaria, precisamente en el baño. Aquella típica posición seguida de un fuerte golpe hacia el menor, transportaba a Katsuki al pasado, al antiguo él que lo hundió en la mismísima mierda por sus decisiones estúpidas.

Estaba a punto de cometer nuevamente sus errores del pasado.

Dejen de mandarme amenazas de q actualice pq hago todo lo contrario. /Swag

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top