Al día siguiente, Izuku se levantó con un horrendo dolor de caderas, era obvio que el rubio no se contendría de saltar sobre el pecoso en su habitación. Aunque el menor tenía la culpa de haberse dejado.

-tks-oyó abriendo sus ojos, típicos sonidos provenientes del cenizo. -despierta jodido brócoli durmiente-sintió el golpe de una almohada en sus piernas.

-¡Kacchan!-finalmente se despavilo, sentándose en la cama con el ceño fruncido. Vió que su pareja estaba sosteniendo una bandeja repleta comida. -¿que es eso?-preguntó.

-un auto, ¿que más va a ser?, el desayuno, Idiota-se sentó a la orilla de la cama, posando la bandeja sobre las piernas del pecoso.

-¡gracias, Kacchan!-estaba sorprendido por la amabilidad del cenizo.

-no creas que lo hice por ti, me dio hambre y baje por comida, pero no quería esta con aquellos idiotas.

-así que trajiste el desayuno aquí arriba. Que conveniente que trajeras comida para dos personas-sonrió.

-¿qué mierda insinuas? -fulmino con la mirada la tierna cara del pecoso que poseía un leve rubor.

-nada, comamos-dijo tomando la taza de té, aún sonriendo por dentro.

-no me des órdenes.

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¿Como anda la masturbanda?, ahre.

BBS, les gustó mucho esta poronga /llora corazones.

Weno, weno, adiós uwu.