02

Se mecía en la cama, habían pasado ya unas cuantas semanas pensando en alguna manera de poder escapar de ahí ileso, pero lamentablemente su esposo había colocado cámaras en cada una de las esquinas de la casa, y y había cerrado las puertas con una llave que sólo llevaba él encima todo el tiempo.

Nunca creyó que Shoto era así, tal vez el amor cegó sus comportamientos extraños, o los escondía demasiado bien, pero hasta hacía poco, Todoroki era una personas totalmente normal y afectuosa. Había sido demasiado idiota, otra vez la horrible situación se volvería a repetir, no quería ser como su madre, ¿había logrado escapar de esa horrible vida para ahora ser él el que sufre de los golpes y violaciones? Vaya horrible y jodido era el destino.

Todoroki era doctor, por lo que no se encontraba la mayor parte del tiempo en la casa, por ello, Izuku aprovecharía aquel tiempo de ausencia por parte del mayor para poder escapar. Pesé a ser una muy grande mansión, no había personal de limpieza en el lugar, lo cual le facilitaba bastante el poder salir de allí.

Aquella mansión había sido heredada de Enji Endeavor, considerado uno de los mejores doctores de todos los tiempos. Lamentablemente había muerto hacia unos meses junto a su familia, incluyendo los hermanos y el progenitor de su esposo habían sido asesinados en la noche en aquel mismo lugar. La madre de Shoto, Rei Todoroki, era la unica familia que quedaba del bicolor, no obstante ambos no llevaban una buena relación, la razón de esta nunca fue explicada por el mayor.

—Shocchan...—musitó sorprendido al, ver entrar a su esposo a la habitación, este mismo estaba hecho un total desastre, su cara estaba llena de moretones, su ropa desgarrada, y traía aquella sonrisa que hacía temblar al pecoso.

—No te molestes en fingir una sonrisa. Puedes odiarme libremente, adoro ver expresiones retorcidas en tu rostro.

—Yo no...te odio...—desvío su mirada, la imponente presencia de su esposo le hacía tener miedo, su voz estaba temblando, tenía pavor de decir algo incorrecto y llevarse un buen puñetazo.

El bicolor se sentó en la cama, tomando la cara del menor entre sus manos. —¿Sabes, “cariño”? Hoy me lleve una gran paliza por tu culpa...duele bastante. Resulta que no les gustó para nada el hecho de que yo te haya acaparado para mi solo..me dijeron que eras un pedazo de carne totalmente de primera calidad—soltó una risa exagerada—tú, un gran pedazo de puta, ¿buena calidad?, estos idiotas cada vez tienen menos cerebro, al parecer no saben que abres las piernas a cualquier imbecil que se te acerca.

—¡Y-ya te dije!, ¡Shocchan yo no me he acostado con nadie que no fueras tú!, ¡Lo juro!—el bicolor bajó sus manos hasta el frágil cuello del menor, apretando levemente el lugar, su cara nuevamente se había deformado.

—¡CÁLLATE!, juro que estoy conteniendo me las ganas de matarte ahora mismo, aunque empiezo a entenderlos, tienes una cara totalmente adorable, tus expresiones de miedo llegan a excitarme, ¿lo sabes, Izu?—comenzó a acariciar su rostro con una sonrisa totalmente desquiciada.

El pobre Izuku temblaba, no entendía ni una palabra de lo que decía el más alto. ¿Cuánto faltaba para que lo matara? ¿O es que acaso lo acabaría vendiendo?

—Tienes mucha suerte de estar conmigo, me considero una de las personas más cuerdas de ese lugar, no conoces al imbecil de Bakugo, o Chisaki, o los otros viejos imbéciles. Todos, absolutamente todos necesitan un ajuste de tornillo, hay caníbales, violadores, quien sabe que más. Conmigo, cariño, estas a salvo, y hasta que deje de amarte a ti y a tu puto culo de puta barata, estarás con vida—besó al menor a fuerza.

Izuku se levantó precipitadamente, otra vez una pesadilla, pudo ver a su esposo a su lado durmiendo plácidamente. No solía quedarse a dormir en aquella habitación. Miró por debajo de sus sábanas, quedó mudo al ver su parte inferior totalmente desnuda, intentó moverse un poco pero un agudo dolor en su cadera lo hizo detenerse.

Sus ojos se aguaron, Todoroki solía abusar de él, pero nunca creyó que lo haría mientras dormía, sus piernas estaba completamente llenas de moretones y mordidas, dolían como el demonio.

Se levantó de la cama y se colocó su ropa interior cuidadosamente.

Pudo ver los pantalones del bicolor en el suelo, los contemplo durante un tiempo, ¿Era el momento? Rebusco en los bolsillo del mismo, sintió el tintineo de las llaves. Su corazón se aceleraba, el sonido de las manecillas del reloj los estaba dejando sordo. Se acercó a la puerta girando la manija de la misma, cerrada. Todo estaba pasando muy rápido.

Miró a su esposo, continuaba durmiendo, devolvió su mirada a la puerta, introdujo despacio la llave, el mínimo movimiento que hacía le parecía ruidoso y lo estaba enloqueciendo, si Shoto lo atrapaba, estaría muerto. Sintió el tráqueteo de la puerta, giró nuevamente la manija y la misma cedió, estaba a punto de lograrlo, sería libre, al fin dejaría a aquello monstruo atrás.

Se dispuso a dar un paso, un paso y sería feliz, un paso y sonreirá de nuevo, un paso y podría dejar de llorar.

—Muévete un solo centímetro más, y te corto el cuello—sintio las grande manos de su esposo en su cuerpo, amenazando su vida, el filo de la navaja rozaba su tez blanca, tragó duro sintiendo la misma tocar su nuez. —¿Por que te ibas de la habitación, amor?

—Sh—Shocchan, tan solo...¡Iba al baño a bañarme, y no quería molestarte, solo es eso!—el bicolor soltó un suspiro en su cuello, Izuku comenzó a llorar, sentía su vida terminar.

—¿Crees...crees que soy idiota?...—cubrió la boca del menor, bajando la mano que sostenía la navaja hasta la pierna del menor—¿¡CREES QUE ME PUEDO COMER TUS PUTAS MENTIRAS ASÍ COMO ASÍ?—clavó sin miedo la navaja en la extremidad del pecoso, la sangre comenzó a brotar a montones del misma, Izuku soltó un grito contenido por Todoroki. La débil mano del menor buscaba el objeto temblando, la navaja estaba totalmente incrustada en su pierna. —Mira lo que me obligas a llegar, idiota. Tus hermosas piernas quedaron lástimadas, ¿ves lo que me empujas a hacer, bebé? —sacó repentinamente la navaja provocándole aún más dolor al oji—verde. —Pará qué no te vuelvas a escapar, prefiero dejarte inmovil—Cambió la navaja de mano, esta vez encajandola en la otra extremidad, Izuku se sentía en el infierno, cayó al suelo al perder la fuerza en ambas piernas. La sonrisa de Shoto comenzaba a enfermar lo.

El menor comenzaba a ver borroso, estaba perdiendo bastante sangre—¡¿Por qué no sólo me matas?!—grito intentado ponerse de pie, fallando claramente—¿Solo te diviertes?, ¡¿por qué no dejas tu maldito juego y terminas conmigo de una maldita vez?!

—mmmm... ¿por qué no sólo te mato?—se puso a la altura del menor, revolviendo sus cabellos. —Nah...me aburriría. ¿No crees?

—Tu...imbecil... ¡Si no me matas, yo te mataré a ti!, ¿Tanto disfrutas cojerme?, ¡¿pues que crees? yo te cogeré a ti, ¡vas a lamentar todo el puto daño que me hiciste, Shocchan!—el bicolor le dirigió un puñetazo de lleno en su cara, callando lo al instante.

—Ya que me desvelaste, ¿por qué no me diviertes un rato en vez de hablar estupideces, escoria? —sonrió levantando al pecoso.

Tiró al pecoso bruscamente sobre la cama, el movimiento hizo que la navaja rasgue tu piel aún más, manchando las sábanas del color carmín del sangre de Izuku

—¿Qué haces, Shocchan?, ¿q—qué?—los orbes se inundaban cada vez más, su esposo estaba abusando de él una vez más, sentía aquella navaja desgarrar su pierna, luchaba contra el bicolor pero este solo lo golpeaba.

—¿Sabes que verte en ese estado solo logra excitarme más? —soltó una risa.

Izuku se sentía en el mismo infierno, y eso sólo era el comienzo.

No se enojen conmigo, estoy aprendiendo a narrar este tipo de historias /lágrimas masculinas.

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