ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 7: ᴀᴍɪɢᴏ ᴅᴇ ʟᴀ ɪɴғᴀɴᴄɪᴀ.

—Mmmmmm...—bosteza. —Ya es hora de irme...—buscó en su cartera dinero y lo dejó sobre la mesa en tanto se levantaba. —Adiós, Deku. — murmuró bostezando nuevamente, colocándose su abrigo.

La verdosa miró al rubio recogiendo las tazas y platos, le dedicó una amplia sonrisa.

—Adios, Kacchan. Vuelve pronto, gracias de nuevo por la ayuda. — el cenizo no prestó atención a sus palabras y se fue dando un saludo marcial.

La ojiverde termino de lavar todo y acomodar una que otra cosa por allí.

Afuera llovía y ese aroma a tierra mojada que emanaba de las calles invadió su nariz dándole un sentimiento de tranquilidad. Procedió a cerrar todo y tomar camino a su casa. Hacía un frío épico, era temporada de invierno y ella solo llevaba un suéter verde.

—Que cabeza dura eres, Izuki...—una voz ronca la sacó de sus pensamientos, por un momento sintió miedo, aquella vez en ese mismo lugar con Monoma, era algo que de tan solo pensarlo sus ojos se inundaban de lágrimas. Se volteo temerosa, y, afortunadamente no era mas que su amigo bicolor.

—Shoto... —soltó en un suspiro, su respiración volvió a la normalidad.

—Hace frío, te enfermaras....—le colocó una chaqueta en sus hombros.

Un tono carmín invadió sus mejillas, el calor comenzó a invadir su delicado cuerpo, ya sea por la simple presencia del chico o el hecho de haberse abrigado aún más. Trataba de ignorar la razón.

—Te estás congelando, Izuki-Chan. Debes cuidar de tu salud...— enredó una bufanda que resaltaba sus esmeraldas alrededor de su cuello.

—Gracias. —mencionó acomodando mejor las prendas. —Lamento preocuparte...—él simplemente le dedicó una sonrisa revolviendo su alborotado melena. —¿Que es lo que haces aquí tan tarde?

—Estaba preocupado por ti, Uraraka-San me dijo que tuvo que irse y te dejó sola, Monoma sigue suelto, así que quise acompañarte a casa, pero no estabas en el café. Generalmente terminas a estás horas...—dijo mientras miraba su teléfono confirmando el horario.

—Termine temprano gracias a Kacchan, fue muy amable al ayudarme. —sus labios se estiraron para formar una hermosa sonrisa, de esas que hacían bailar el corazón del heterocromático caballero.

Aquel nombre le generaba una gran duda, en tan poco tiempo el rubio e Izuki eran muy amigos. Bueno amigos, estuvo con ella en el hospital, y ahora aquí.

—Oi, ¿Que es lo que sientes por ese chico? —preguntó dejando atónita a la joven mesera.

—¿Que siento por Kacchan?...—repitió cuestionandose puesto que ni ella lo sabía. —pues, Kacchan es un hombre demasiado brusco y griton, si. Como una mujer histérica sin duda. Pero, me desagrada de vez en cuando, hace que me enoje...—la chica había comenzado a balbucear.

Abrió sus ojos como platos ante la declaración de su amiga, si eso sentía, ¿por qué era tan amable con él?, ¿modales?, o simplemente la verdosa le mentía?...

—Aún así Kacchan.....es buena persona por dentro...tal vez muy, muy pero muy por dentro, pero no puedo hacer nada ya que él es así. Será un gran imbecil, pero también es bueno a su modo.—nuevamente una sonrisa.

Esas palabras lo dejaron pensativo, sentía una rara sensación cada vez que su amiga estaba con el cenizo, ganas incontrolables de querer romperle la mandíbula al gran idiota que la llamaba "Cabeza de arbusto".

—Entiendo—comenzó a caminar, el viento helado movia su cabellera peculiar, dos esmeraldas lo miraban confundido.

Todoroki Shoto, era el mejor amigo de la pecosa, se conocen desde que tienen memoria, sus madres eran grandes amigas, y crecieron juntos.

Pero, para Izuki, eso cambio y comenzó a verlo de otra manera, ella siempre tuvo una vida ajetreada y conflictiva, pero cuando estaba con el chico heterocromático se sentía tranquila. A pesar de eso, de querer tenerlo a su lado todo el tiempo, sentir su olor, su calor...ella, tenía que aceptar que su corazón le pertenecía a otra persona..."es parte de crecer" diría su madre.

Miró fijamente el hilo Escarlata del joven.

—Esta perfecto...—dijo cabizbaja. Él volteo a verla confundido, su hermosa cara bañada en pecas reflejaba tristeza. —Ni un mínimo nudo...—suspiro.

—¿Sucede algo?...— preguntó, estaba tan perdida en sus pensamientos que siquiera escuchaba a la persona en frente. —¡Izuki!—levantó levemente su voz atrayendo la atención de la ojiverde. —¿Estas bien?...

—Oh!, si!—sonrió.

Debo dejar mi maña de pensar en voz alta.

De pronto el cielo comenzó a llorar.

—Olvidé mi paraguas, Shoto, ¿trajiste el tuyo?...— la cara de la jovencita de iluminó al pensar en aquella escena: ellos dos bajo la lluvía, pegados...Excelente para un shojo...pensó sin percatarse de la boba sonrisa que tenía en su rostro.

— No, también lo olvide. —Bam!, el shojo de Midoriya y Shoto se cancela.

Al menos quedara en mi cabeza...—hizo un leve puchero mirando al heterocromático.

—Vamos, te resfriaras....—tomó la mano de la pecosa y comenzó a correr, arrastrandola con él.

Minutos después llegaron a su destino, una hermosa casa con un frente pintado de un color cian pastel —elegido especialmente por Ochako, Izuki no tuvo ni voz ni voto en la elección— la verdosa se apresuró en buscar las llaves.

—¡Wuaa!, ¿donde están?!—rebusco nuevamente en su bolso. —¡Aquí! — saco un llavero con la cara en formato "chibi" de All Might, y abrio la puerta.

Los dos jóvenes entraron empapados hasta las orejas.

—Buscaré unas toallas, y un cambio de ropa para ti, ponte comodo—dijo quitandose su abrigo y dejando las llaves sobre la pequeña mesita que se hallaba ahí.

—Esta bien....—respondió dejando su maletín en el mismo lugar que Izuki.

Horas antes, con Kacchan.

Se fue ignorando a la tímida mesera. Sin duda era una chica rara, callada y misteriosa, eso causaba una enorme curiosidad en el cenizo. Era increíble que tan introvertida y sociable iable podía ser.

Camino unas cuadras cuando un chillón sonido salió del bolsillo de sus jeans.

Ring!!!, ring!

Se apresuró a tomar su móvil y contestar la llamada, eso hasta que leyó el remitente: "Rata de mierda", esa maldita rubia desquiciada de ojos amarillentos, que lamentablemente, era su encargada.

—¿Qué carajos quieres, mierdecilla?...—preguntó llevando su teléfono a su oreja. Obviamente a Bakugou Katsuki no le iba lo de ser "amable y educado", ni usar honoríficos como "sensei", no señor, con un "mierdecilla" y no un "imbécil" ya estaba siendo excesivamente amable.

hey, hey, calmate guapo, han reportado otra mision...Amenaza de bomba, se que te gustan. —dijo animada la rubiecita.

— es tarde, quiero dormir...daselo a otro...—murmuró en un bostezo.

—¿Seguro?, habrán muchas explosiones...—departió sonriente, el simple pensamiento de muchos cuerpos ensangrentados le hacían tener una sonrisa resplandeciente y desquiciada—terrorífica para algunos—.

—Me vale, Te dije que se lo des a otro.— gritó recibiendo un "Ok,ok" y colgando antes de escuchar esa horrible vos nuevamente.

Guardo su teléfono y continuó su tranquila vuelta a casa.

— Si, todo está planeado perfectamente sin errores, obtendrás un gran beneficio con ese estúpido establecimiento, y yo a la mesera de ojos jade.

Gomen,nasai!, no subí nada estos días por que estaba ocupada.

Les doy un poco de Tododeku pronto se acaba TnT, respecto a la trama, el hilo y anexos irán tomando relevancia en la historia, no se preocupen.

Sin más que decir!, nos vemos ♡

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