ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 33: ᴛᴇ ϙᴜɪᴇʀᴏ, ᴋᴀᴄᴄʜᴀɴ.

-¡I-Izuki!, ¡Dios mio, cariño!-gritó Uraraka saltando a los brazos de la pecosa rápidamente. La abrazo con todas sus fuerzas, derramando litros y litros de lágrimas en el hombro de la menor-por un momento creímos que te ibas...

-¿Ochako?... ¿Qué sucede?, ¿p-por qué lloras?, ¿por qué estoy en...un hospital?... -musitó mirando hacia todos lados, estaba demasiado confundida en esos momentos. Se sentía como si acabará de despertar de una larga siesta, tenía todo su cuerpo entumecido y sentía en su pecho una sensación muy extraña, era incómodo.

-¡Hermana!-Kota subió a la camilla de la paciente, tocó el hombro de la castaña dando una clara señal para que este la dejara abrazar, la oji-café le hizo caso, alejándose de la pecosa mientras secaba algunas que otras gotas que aún yacían en sus mejillas.

Esta vez era Izuki quien lloraba, quedó estupefacta al ver a su hermano, en ese momento, nada podía haberla hecho más feliz.

Tomó al niño rápidamente ahogandolo en sus brazos, su corazón se sentía liviano, y curiosamente no sentía los débiles pinchazos.

Era lo que había deducido, combatir la tristeza con el amor era sin duda la clave de curar aquellas agujas que habían en su corazón.

-Izuki, gracias...-susurró el pequeño metiendo su cabeza en el hueco del cuello de la peli-verde-gracias por no abandonarme, eres lo único que me queda en este mundo. Por favor, jamás me dejes, Izuki. Te quiero, mucho, mucho.

Sorprendida ante la declaración, la pecosa tomó la cara del menor, limpiando sus pequeñas lágrimas, le dedico una enorme sonrisa.

-Jamás lo haría, Kota-una vez más se abrazaron, y tan sólo unos segundo después, Shoto tomó su mano con una risa ladina-Shocchan, estas...¡sonriendo!-exclamó la verdosa. Ver al bicolor sonreír era como ver cometa Halley, algo que desde pequeño, no sucedía muy seguido.

-Izuki...-rápidamente su voz se quebró, se puso de rodilla sosteniendo la mano de la pecosa entre las suyas. Las lágrimas habían comenzado a bajar por sus mofletes. -No nos vuelvas a asustar así. Por favor.

-¡nos diste un susto tremendo, Carajo!-dijo Kota.

-¡Izumi que te he dicho de tu vocabulario!-La castaña le dio un zopeton en la cabeza al niño. Mientras que Bakugo -quien fue claramente el que le había enseñado eso-sonrió inflando el pecho con orgullo.

--bo lo haré. Pero antes... ¿Pueden decirme que hice para que lloran así?, ¿que fue lo que me sucedió? -preguntó ladeando su cabeza.

-¡jodida nerd!, ¡nos diste un puto susto que casi nos mata!, ¿no escuchas?, al parecer estabas muerta y a la vez no. Eso es tan tu, ¡eres demasiado indecisa!, la próxima decídete mejor, o te mueres, o vives, ¡pero no ambas, mierda!, ¿sabes que casi me cago del susto?, maldición, hasta muerta me irritas-vocifero el cenizo cruzandose de brazos.

-¿K-Kacchan, se preocupó por mi?, dime, ¿lloraste?-se levantó, gateando hasta Bakugo sobre la camilla, miró al cenizo hastiado asqueando una ceja.

-¡Ja!, ¿llorar yo? Ni de chiste-respondió de manera altanera.

-parecía un bebé con el pañal cagado de tanto lloriqueo-intervino la castaña, vaya que a esa chica no le temía a la muerte.

Katsuki chasqueó la lengua-eres mi maldita amiga después de todo. Cualquiera en mi lugar habría llorado, mierda-volteo su cara con un leve sonrojo.

-uh...-quedó muda ante la confesión-Kacchan...

-¡oh Izuki!, a que no sabes lo que Bakugo hizo, él te-un trozo de pan calló a la castaña rápidamente.

-si tanto te gusta abrir esa puta boca, que sea para lo que mejor sabes hacer, ¡gorda!-la mejor contemplaba a sus amigos, ¿pero que acababa de escuchar?, ¿estuvo muerta?, ¿que demonios había sucedido?, y sobretodo ¿por qué?

¿Es acaso?...

-Estaba demasiado triste en aquellos momentos y la noticia de que Kota había muerto empeoró mi estado emocional, tanto que por ello morí...-el rostro de la oji-verde se tiñó de un rojo intenso. -eso quiere decir que alguien me revivió, ¡besándome!

-¡cierra la maldita bocota, Deku!, deja de estar murmurando, me duele demasiado la cabeza, joder-Katsuki seguía manteniendo la cabeza de Ochako alejada, quien intentaba golpearlo.

La enfermera había entrado a la habitación, llevándose la sorpresa de ver a su zombie-brócoli-paciente finalmente despierta. Soltó un suspiro de alivio.

-vengo a disculparme por mi mal trabajo. Verán, tomé mal las pulsaciones de la paciente, disculpen, tan solo soy una residente de primer año, estaba demasiado nerviosa. Y-Y el monitor con el que mediamos los latidos del corazón de ella, estaba descompuesto. Por favor, yo y el hospital le debemos una enorme disculpa, señorita Midoriya. Pudimos haberla puesta en una situación muy grave-la rubia hizo una reverencia ante la pecosa.

-¡¿a-ah?!, no es necesario, por favor levantese. Todos cometemos errores, después de todo-sentenció la pecosa sonriendole a la enfermera.

Vaya, eso sí que era tener un gran corazón. Cualquiera en su lugar ya está estaria demandando al lugar, o simplemente armando un bullicio.

-Izuki, al menos enojate un poco-le susurro la oji-café.-esto es mucho hasta para tu empatia.

-al menos denle el tratamiento y la operación de Kota y ella gratis... -bufó entre dientes el cenizo. Estaba conteniendo su enojo ante la ineficacia del hospital.

-eso ténganlo por seguro. Una vez más, perdón, ¡llamaré a los doctores!, ¡un momento! -se retiró de la habitación corriendo.

-Izuki, ya presentamos los cargos hacia Yo Shindo, lo único necesitamos saber, es si tienes algunas pista de donde puede haberse ocultado luego de escapar de la montaña. -Kirishima había llegado junto a Kaminari. Ellos estaban a cargo del caso de la pecosa junto a Bakugo.

Lo único que debían hacer era tener el pagadero del victimario para poner aquel gran imbécil tras las rejas, debido a que habían suficientes testigos de la violencia que había cometido el azabache.


-Tengo una pista, pero no se si sea de mucha ayuda... -mencionó acabando su sandwich.

-¡Cualquier cosa es de ayuda!-Kaminari sacó su libreta para comenzar a anotar.

La pecosa suspiro-Ayer, cuando Shindo me golpeaba, murmuraba cosas sin sentido, pero sólo pude entender tres. Primero, esta obsesionado conmigo, debido a que yo le gustaba durante la secundaria. Dos, tiene problemas mentales, unos de ellos es esquizofrenia y trastorno obsesivo compulsivo, eso llevó a que su interés hacia mi creciera y se convirtiera en una obsesion. Tres, es primo de Monoma Neito, por lo que es muy posible que se oculte en su casa, solo puedo ayudarles con eso, chicos. Lo siento.

-¡¿primo de ese jodido imbécil?!-gritó Bakugo pateando la puerta de la habitación. Había traído café para él y sus compañeros.-¡Como no lo pensé antes!, de tal palo tal jodida astilla. Deku, me encargaré de que esos dos idiotas terminen pudriéndose en prisión.

Horas antes, con Kai Chisaki.

-Y...a pesar de eso, estoy enamorada de alguien. -miró al suelo, había comenzando a llorar, apretó sus puños hasta que sus nudillos quedaron blancos, se sentía impotente-Pero yo sería capaz de luchar por la felicidad de él, aunque eso signifique que no pueda estar a su lado, que no sea a mi a quien bese, que no sea mi a quien le mande flores, ¡aun así lo apoyo!, soy totalmente incapaz de propiciar a alguien un destino como el mio, ¡Por qué se como se siente la soledad!, aquel miedo que te come viva. Lo viví yo. No quiero que otro lo haga, a pesar de que por mi culpa Shigaraki lo está haciendo, tu me estas inculpado de haberlo hecho con las intenciones equivocadas. Y creeme, no soy lo suficientemente cobarde como para realizarlo. ¡Podría pasar mi vida entera sola, con tal de que él no esté triste, maldita sea!


-¿¡Esta diciendo que mi hijo nació defectuoso?!-gritó aquel hombre tomando de la mano al pequeño Kai-¡es totalmente imposible!, señora Midoriya, ¡todos nacen con un maldito hilo!-reprochó a la dama de cabello verde.

Dato: Inko Midoriya, es doctora para facilitar el poder corroborar de manera más fácil la existencia del hilo amoroso en los niños, aunque el 99% de la población mundial posee uno, siempre puede haber una anomalía en aquel 1% restante.

-me temo que así es, le informo de esto debido a que ustedes saben del don que poseemos, lo siento mucho-la mayor hizo una reverencia y procedió a irse del lugar.

-¿hay algo malo conmigo, papá?-tiró levemente de la camisa de su padre.

Recuerdo que luego de eso, mi padre simplemente dejó de dirigirme la palabra. De la nada, comenzó a maltratar a mi madre, culpandola por el hecho de que yo haya nacido sin hilo.

Sabía la ambición que él llevaba consigo, los Midoriya sólo cuidaban desde lejos, según él, jamás aprovecharon al máximo su don, era un total desperdicio, no sabían con lo que cargaban, podían tener el mundo a sus pies, y ellos solo lo utilizaban de manera pacífica, él anhelaba tener aquel poder en sus manos, y esperaba que junto a mi ayuda, los Chisaki finalmente tengan lo que les correspondía. Pero con mi defecto, todo se fue al diablo, alegando que alguien como yo, jamás podría seguir con la generación pura de los Yakuza y jamás seríamos aprobados por el consejo para obtener La Vista de Amor.

¿Pero por qué era mi culpa?, yo jamás cargue con esa ambición, me tacharon, me miraron con desaprobación. Me sentía totalmente solo.

Pero un día sentí un ápice de felicidad. Y fue gracias a ella.

-¿Por qué lloras?... -preguntó una joven de cabello rizado poniéndose a la altura del pequeño azabache. -¿Quieres que tome tu mano? Mamá lo hace siempre que lloro y me hace sentir mejor.

-Callate-bufó el niño limpiando sus lágrimas.

-¿que te sucede?-preguntó una vez más. -hey, vamos. Puedes confiar en mi.

-¡No lo entenderias!-coloco su cabeza entre sus piernas-nací mal, ¿bien?, papá dice que arruine su vida. ¿Acaso tu padre te ha dicho algo que te hace doler aquí?-señaló su pecho. La pecosa negó con la cabeza.-¿ves?, ¿como puedes consolarme mejor si no sabes como me siento?, largate-empujó ligeramente a la niña.

-estas equivocado, se como te sientes... -dijo llamando la atención del niño. -también nací con un defecto, pero tu no lo puedes ver-miró su meñique sonriendo, para luego tomar la mano del pequeño.-pero no por eso vales menos. Como dice mi madre, tu eres luz y nadie puede hacerte sombra, ¡así que vamos!, sonríe, ¿Sabes que te ves muy feo cuando lloras?. Estoy seguro que algún día alguien encontraras algo que encienda tu alma.

En aquel momento sentí mi mundo temblar. Sus palabras había provocado una sensación extraña en mi pecho.

Estoy seguro, de que jamás olvidaré aquella niña.

-estoy seguro de que eres ella...-susurró. Dejó a la pecosa, tomando sus cosas se fue cerrando de un portazo.

La menor quedó sorprendida, ¿que había pasado?, ¿se fue?, ¿por qué?, cayó al suelo intentando regular su respiración, su corazón se había acelerado demasiado por el miedo, ahora sentía el alivio caer sobre sus piernas.


El cenizo había ordenado a sus dos inferiores a averiguar unas cuantas cosas del caso. Quedándose a disfrutar su café junto a Izuki, aunque más de disfrutar, ambos sólo peleaban.

-No me interesa que ese maldito idiota no te haya tocado ni un pelo, pudo haber sido peligroso-reprochó con el ceño fruncido. -nosotros llegamos primero, ¿no?, además de que te andaba haciendo ojitos, ¿mira si termina siendo igual que ese estúpido de Monoma?-bebió un sorbo de su café.

-No hables así de Chisaki. Además no podía dejar a alguien en la nieve así como así, Kacchan eres alguien sin corazón-se cruzó de brazos. -¿no serán celos?

Esta conclusión hizo atragantar al cenizo, vaya que le tomó por sorpresa.

-¿De qué putas hablar pedazo de brócoli chillón con patas?, ¿celos?, ¿qué es eso?, ¿se come?, además, ¿por que sentiría celos por alguien que llora más de lo que respira y todo lo que hace es engordar con chocolate?-espetó altanera mente.

-dices eso, pero bien que te preocupas por mí, ¿no, Kacchan? -sonrió sabiendo que eso lo haría enojar aún más.

-¡cierra la puta boca!, ¿en que momento dije que me preocupaba por ti?, deliras, joder.

-¡oh, yo lo oí muy bien!, luego le preguntaremos a Kota, Todoroki y Ochako, a ver si ellos recuerdan-levantó su cabeza orgullosa. Bakugo, ante esto tomo la almohada de la camilla que estaba a su lado.

-¡Dije que te calles!-le dio un golpe con el cojín, la pecosa soltó un bufido arrugado el entrecejo.

-Eres un Idiota-se encogió de hombros bebiendo su café. -aún así... Kacchan, gracias por estar a mi lado, después de cómo te traté en la montaña-confesó bajando la cabeza, jugando con su vaso. -me comporte muy mal. No me puse en tu lugar, y el enojo me cegó. Perdoname.

-no te preocupes, Deku, después de todo yo fui el causante de toda esa mierda-rasco su nuca incómodo.

-Kacchan, te quiero.-bajó de camilla, acercándose a él.-por favor nunca más te vayas así, como lo hiciste en la montaña, realmente me asustaste, Idiota. - y terminó abrazandolo.

En aquel momento el corazón del cenizo latía a mil por hora. Mierda, aquel maldito abrazo lograba sacar todo el enojo de su cuerpo. Sonrió apenas, correspondiendolo.

-no lo haré.

AY, no se que mierda me mande acá :'v. Bueno antes de irme, quiero aclarar algunas cositas:

1. La manera en la que Izuki muere es por algo llamado corazón roto, leí de esto y la pena y la tristeza no tienden a ser motivos de muerte clínicamente válidas, pero numerosos estudios apuntan hacia la posibilidad de que una persona sana pueda acabar sufriendo graves problemas de corazón e incluso la muerte debidos a un gran sufrimiento psicológico. Me tomé el atrevimiento de alterar un poco esto validandolo como la muerte más normal de los Midoriya, si uno de estos llega a una situación que quiebra su espíritu, muere, tal y como pasó con Izuki.

2. Un Midoriya no puede morir sin que otro de su mismo linaje (sucesor, u hermano, etc) tenga el don ya en sus manos y este mismo esté vivo, obvie te. Por ende Kota no puede ser.

3. Monoma y Shindo son primos hermanos.

4. El próximo capítulo podría ser el último de esta Historia, y será el especial de navidad que lo subiré el 25. He estado pensándolo y me di cuenta de que ya no me siento cómoda en wattpad. Probablemente cuando termine los pedidos del book Cover cierre mi cuenta definitivamente, aún no lo tengo decidido.

Eso es todo.

¿Les gustó?.

Nos vemos bbs

-sin corrección.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top