ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 27: ᴄᴏɴғᴜsᴏ.

De vuelta, con Izuki y Kacchan.

Con sumo lentísismo los rubíes se abrieron, su vista era totalmente borrosa por las lagañas provocadas por su sueño, había dormido perfectamente, y sentía la boca seca.

Miró hacia atrás, en tanto se despabilaba, recordando lo que había hecho la noche anterior.

-no está... -susurro en un bostezo. Levantándose de la cama con pereza, sintió el piso helado, el frío se tendió por todo su cuerpo, sacó la cobija de la cama, y como si fuese una anciana se la coloco sobre los hombros.

-¿dónde está?...

Aún quedaba el dulce sabor de los labios de la pecosa en los suyos, era como si aquel gusto dulzón a frutilla se negara a irse, dotándolo aún más de ganas de volver a imitar aquella acción. Y un poco de su aroma impregnado en la almohada, otra cosa que le volvía loco.

Era simplemente magnífica aquella suave sensación de estar enamorado.

Mierda, estoy en el cielo. El cielo de los más grandes imbéciles.

-¿Kacchan? -la voz fina entró por sus oídos, provocándole un escalofrío.

Esto de enamorarse a veces da asco...si me pongo así por cada acción que esa Idiota haga, estoy en problemas.

Entro a la habitación, listo para lanzar uno de sus comentarios para molestarla y así poder ver su cara enojada, que, para él, de la nada era simplemente hermosa-¿Uh? -Se choco frente a frente con una cara que en su vida había visto. -¿quién mierda es? -preguntó mirándo a la peli-verde con el entrecejo fruncido.

-Kacchan, no seas maleducado-le cacheteó la cabeza tal y como su madre le hacía. -Él es Kai Chisaki. También estaba extraviado en la tormenta de anoche. -Izuki coloco una mano sobre el hombro del chico moreno.

-Me importa una mierda, nosotros lo encontramos primero. -bufo. La sola presencia de Deku era una rara mezcla entre irritación y diversión, pero otra persona más, sería el colmo. -Puedes irte.

Sus ojos ámbar le dirigieron una mirada furtiva, comunicándole que no se iria.

-Katsuki. -espetó ella, e inmediatamente él cenizo se dio cuenta de que la pecosa comenzaba a molestarse. -te recuerdo que esto, no es nuestro.

-No te molestes Izuki, me iré pronto.-dijo levantándose de su asiento tomando por los hombros a la dama.

Bakugo carraspeo, enojado, incómodo.

Deku es mía...tus malditas manos no merecen tocarla. -sintió deseos de decirlo en vos alta, pero se contuvo con mucha dificultad.

-como sea. ¿Pudiste comunicarte con el bastado y la gorda? -preguntó sentándose de mala gana.

La pequeña negó instantáneamente.

-No hay señal en toda la montaña por la tormenta de anoche.

-mierda... -golpeó la mesa, mirando al chico, era extremadamente silencioso, y sólo miraba a la pecosa, se que hermosa pero te juro que sacare los ojos si continuas.

-Kai, hay una duda que tengo desde que llegaste. ¿que hacías en la montaña? -preguntó la menor dedicándole una sonrisa.

-Solo hacía ski, ¿y tú Izuki? -

¿Es que acaso ignora mi presencia?

La chica pareció estar incomoda, claro, la pelea se volvió en un punto intensa en donde ambos se dijeron cosas hirientes, su corazón comenzaba a sentir los pinchazos de aquellas finas agujas que en algún punto se volvía una tortura incesante.

-Lo mismo. -miró de rojo a Kacchan.

Horas antes, Pov Izuki.

¿Por qué?... ¿Que haces Kacchan?.

Quería llorar, sin saber porqué, lo sentía, sentía perfectamente los ásperos labios del rubio sobre los suyos.

Las delicadas caricias de él sobre sus mejillas le hacían cosquillas, jamás él cenizo había sido tan cálido y cuidadoso con ella, parecía que estuviese tocando la cosa más delicada del mundo.

Detente...

No entendía por qué Katsuki Bakugo, él hombre que en algún momento dijo que era una mierda, ahora le estaba besando.

Ya basta, por favor.

Dejó de sentir su respiración sobre sus labios, por dios, al fin podía volver a respirar. Sus boca tenía un gusto amargo, no podía describir lo que sentía a la perfección, no le gustaba pero tampoco lo odiaba.

La cama se movió, tal vez ya estuviese dormido.

Ya era suficiente, se sentia demasiado confundida y estresada para plantearse si le gustaba a Kacchan. Y en la remota suposición de que estuvieses en lo correcto, a ella le gustaba Shoto o al menos eso sentía.

Se supone...que Nana es el amor de tu vida, no serás feliz conmigo, Kacchan. No cometas los mismo errores que yo con Monoma, solo fui una Idiota confundida.

Alguien dolorida que buscaba amor en otro lugar, por que suyo dejó de existir, no te confundas, no me confundas. Tu y yo, no existirá.

Una pequeña lagrima de escapó de sus ojos, y un pequeño pinchazo se sintió en su corazón.

Con un beso, supe todo lo que has callado.

-t-ten cuidado con la leña cuando vuelvas Kacchan. -dijo viendo desde lejos como Katsuki de perdía entre los árboles.

Suspiro, vaya que costaba fingir frente a él.

-Izuki... -la voz de Kai la sorprendió.

-¿Si Chisaki? -la pecosa cerró la puerta dedicándole una amarga sonrisa al muchacho azabache.

Este solo se acerco a ella en silencio, mirándolo perplejamente.

-¿Chisaki?... -susurro al ver que el chico la acorralaba.

-Ustedes los Midoriya son un verdadero problema. -golpeó con una fuerza exagerada la pared que yacía tras la chica, rompiendo la al instante. -me costó encontrarte. Mira donde te has metido. -y posteriormente llevo su mano restante al cuello de ella.

Izuki comenzaba a temblar, sintió la mano del Moreno apretar levemente su quijada.

-¿qué haces? -preguntó con la voz temblorosa tomando el brazo de él para quitárselo. -sueltame.-frunció el ceño tirando la extremidad. -¡dije que me soltaras!-pateó la entrepierna del de ojos ambarinos, haciendo que este la soltase al instante. -Estoy cansada... Cansada de que todo el mundo crea que soy un juguete. ¡TU!, KACCHAN, TOMURA, TOGA!

-No me metas en asuntos de tu cabecita confundida. -se quito uno de sus guantes con una diabólica sonrisa. -es tu culpa esto que esta pasando, tu cortaste aquel hilo, has provocado un desequilibrio amoroso, y tienes que pagarlo.

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