ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 10: ᴅᴇsᴄᴏɴᴏᴄɪᴅᴀ.
Las semanas habían pasado, la adopción había concluído sin problema alguno.
—¿Estas listo para tu primer día se escuela, Kota?...— preguntó la peliverde acomodando la bufanda del menor.
—¡Si!, ¿vendrás a buscarme luego?...— departió colocándose la mochila con un leve sonroja en sus mejillas debido a la helada que hacía.
—Así es. Iremos al café después,¿Si?— el pelinegro asintió sonriente y se adentró al enorme edificio, no sin antes besar la mejilla de su hermana.
La pecosa suspiro embozando una sonrisa, cuando lo conoció no era más que un huérfano hambriento, pero ahora, era un niño normal que vivía felizmente.
Se apresuró para abrir el café, como era de costumbre su dúo favorito eran de los primero en estar presentes,aunque esta vez había un rubio cenizo con cara de poker entre ellos.
—Deku, tanto tiempo...— sonrió de lado el de ojos rubíes penetrantes.
—Hola, Kacchan!. ¿Qué has estado haciendo?...—preguntó sonriente la inocente en tanto buscaba su pequeña libreta.
—Arruinandole la vida a otros...— susurro el de ojos amarillentos.
—Cierra la boca Pikachu de cuarta!...— golpeó bruscamente al rubio eléctrico en la cabeza. —Estuve haciendo trabajos...cabeza de arbusto.
—No le digas así, burlarse de las personas no es muy masculino...— sonrió el pelirrojo mostrando sus dientes de tiburón.
—Ni is miy miscilini...—contestó Bakugou haciendo muecas.
—Madura ya viejo...—murmuró Denki sobandose en el lugar del golpe.
—lo haré cuando lo hagas tu.— respondió el ojicarmesi amargado.
—Como sea, estás más irritante hoy...— suspiro el pelirrojo, para luego dirigirse con una gran sonrisa a la mesera. —Izuki, traeme un té verde con pastelillos por favor.
—Lo mismo de siempre...— dijeron al unísono los dos rubios.
—Enseguida—cerró su libreta y se dirigió adentró en busca de la orden.
La mayoría de los clientes ya se habían ido y sólo quedaba el trío de policías.
La pecosa de hallaba colocando unos granos de café en la andrajosa cafetera, el sonido tintineante llamó su atención, miró hacia atrás saludando, era un chico con cabellos semejantes a los de ellas a escepcion de que estos eran oscuros, un tomo negro.
Sacó su libretita y salió a tomar orden. El azabache se sentó al lado de los clientes federales.
—¡Buenos días!— exclamó la peliverde con su sonrisa habitual. —¿Qué desea ordenar?...
Katsuki detrás oía perfectamente todo lo que hablaba la pecosa se había aburrido puesto que el dúo de idiotas había comenzado a hacer chistes sin gracia.
—Quisiera un expresso doble...—Una voz ronca resonó por los oídos del cenizo, se asemejaba demasiado a la que había oído semanas atrás, ¿será el estúpido de la otra noche?...—cuestionó agudizando su oído para oír mejor. —Y agrega unos muffins.— Una horripilante corriente eléctrica caló su cuerpo.
No estaba seguro, no podía sacar conclusiones precipitadas, era peligroso.
—Enseguida— enunció monótonamente retirándose.
Unos ojos carmesí lo miraban de reojo. No lo perderia de vista.
Tan pronto la peliverde termino con las órdenes; las entregó a sus dueños.
Lamentablemente luego de ellos, cantidades ilimitadas de personas llenaron el lugar. Por qué "lamentablemente", habían unas 10 familias más 10 individuos y sólo 1 mesera.
¿Deku está sola?, ¿y la gorda?...— pensó el explosivo dando un sorbo a su bebida, la pobre iba de acá para alla, sin contar los tropezones que se daba, inclusive daba gracia.
—B-buenos días!, Tsuyu-Chan!, Tomuraki-San!, ¿qué desean ordenar?...—se movía de un lado a otro, estaba apurada, la gente no dejaba de llegar.
—Buenos Días, Midoriya-chan. Hoy el cafe esta muy lleno. —dijo la peliverde.
—Así es, ha ganado bastante popularidad. —respondió la mesera con una sonrisa cómplice.
—Queremos unos muffins salados. Y dos expressos. —al terminar de escribir cerró su libreta y se fue a pasó rápido al interior del local.
—Rayos!, rayos!, Debí pedirle a Uraraka que venga....—preparaba las órdenes hablando para si misma.
—Oiga!, ¿puede tomar mi orden?
— Si, la mía igual.
—Disculpe, ¿donde está el baño?...
—¡por allí! — señaló una rincón. — Ya mismo los atiendo...— grito, recibiendo una mirada de fastidio por parte de los clientes.
—Izuki-Chan tiene mucho trabajo, he...— exclamó el pelirrojo metiéndose un pastelillo de mora en la boca. — ¿Donde estará Ochako?.
—Eso no te incumbe, cabello de erizo. —enunció irritado el rubio.— Mierda, ¿conocen el silencio?...
—Bah, eres un amargado, ¿Tu conoces tu cara con una sonrisa?... —Dijo en tono burlón el rubio intenso.
—Tch...
—Gracias por la comida. —del lado de ellos un pelinegro se levantó de su asiento. Un quisquilleo pasó por su columna, volteo disimuladamente y vio como unos rubíes lo miraban, parecía asesinarlo con la mirada. Sólo ignoro el mera hecho de que era acosado y se dirigió al establecimiento
—Señorita, ¿Nesesita ayuda?...—le preguntó a La pecosa.
—¿Qué mierda hace?...—susurro Bakugou.
—A-ah, así es. Verás, mi segunda mesera no podra asistir por unos meses debido a un problema y el café hoy está lleno...—se dirigió amable al azabache. —¿Desea ordenar algo más?
—No, deseo ayudarla. Ya trabaje en un café antes...— saco un folleto de su cartera. —Sakura's Sweet. Muy conocido...
—He ido un par de veces...tienen una torta de chocolate exquisita— la emoción sobresalía en su tono al recordar en sus papilas gustativas el suave sabor del dulce.
— Entonces si esta dispuesta a contratarme, podría empezar ya. — le sonrió.
La peliverde lo pensó. Ciertamente aquel café, era uno de los mejores de la zona, pero era un desconocido y fácilmente podría estar mintiendo.
—¿Tu nombre es?—preguntó.
—Yo Shindo.
-—Oh!, te conozco!, no hace mucho fui al café aquel. Eras el encargado. —exclamó.
—Así es. Renuncie por salario mínimo.— la pecosa tomó su mano en modo de saludo.
—Contratado. —la estrechó. —por allí puedes tomar un delantal. Bienvenido! — se llevó dos bandejas repletas de dulces.
—Muchas gracias.
Extrañado por el comportamiento del sospechoso, que, entró al local y salió como mesero, Bakugou se retiró con un mal sabor de boca.
Luego de un arduo día de trabajo. Izuki, Kota, y Shindo, pudieron descansar.
—Muchas gracias, Yo. Sin ti, no se que hubiese hecho. —acarició los cabellos del menor, que bebía plácidamente un chocolate caliente.
— E Izumi, claro.
—No es nada. Gracias a ti por darme un empleo... —sonrió.
Se despidieron y cada uno fue por su lado.
—Has dominado tu actuación, He...—la rubio de labios regordetes lo esperaba en una esquina.
—Bah, ¿eso?. No haz visto lo mejor, Camie. Pero, el del pelo teñido, hay que tener cuidado con él...—tomó de la cintura a la chica enfrente. — Creo que sospecha de algo.
—Al que la idiota llama "Kacchan" — mencionó en tono juguetón. —No será problema, dejamelo a mi...—unió sus labios con los del pelinegro.
WUAJAJJAAJAJAJA ODIO A SHINDO CON TO' MI KOKORO!!!
SI BEIBIS!, DOS ACTUALIZACIONES EL MISMO DÍA!
SIN MAS QUE DECIR:
NOS VEMOS ♡
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