Capítulo 18: "¿Donde mierda estabas?..."
La puerta tardó en abrirse.
El magnate sonrío.
Katsuki bufó, odiaba a la gente que sonreía por idioteces...,En ese instante, su pensamiento se desvió a cierta pecosa esmeralda.
Si, esa idiota sonreiría hasta callendo de las escaleras...-Se afirmó Katsuki para si mismo.
-buenas noches. ¿Se le ofrece algo? - preguntó el peli-purpura.
-Estoy buscando a alguien. Su nombre es....- la neuronas del cenizo en ese momento hicieron corto circuito al ver a la peli-verde asomarse por la espalda de Shinsō.
No es que se pusiera celoso de que ella esté de mariposas junto a ese machote, hasta Bakugō perdía su heterosexualidad con él. Pero el contexto de la situación se malinterpretaba por la ropa de Izuki.
La pequeña vestía un camisón crema con un hombro descubierto, y unos pantaloncillos cortísimos!, Es decir, ¿Que putas hacia la nerd así?...Cogieron asumió.
-Shin-Kun. ¿Quien es?...- finalmente llegó hasta el umbral de la puerta, esmeralda y rubíes chocaron. -Kacchan! -exclamó.
- Hola, Deku. Veo que te diviertes. - soltó frunciendo su ceño.
-¿Lo conoces, Zuki?....- el oji-purpura miró a la peli-verde.
Que apodos más patéticos. Pensó el cenizo.
- Si. Kacchan es mi amigo. - sonrío.
-¿Desde cuándo somos amigos?...- preguntó levantando una ceja inquisitivo. Como si jamás se hubiese enterado de nada.
- Ja!, Kacchan. ¿No era obvio?. Compartimos muchos momentos juntos!, Es clarísimo. - exclamó con simpatía.
- una amistad no se puede formar si no se aporta de los dos lados. Lo lamento, Deku. Para mí solo eres la mesera del patético café de la esquina. - mierda Bakugō. Soy tu conciencia. ¿No sabes cerrar la boca?, La has cagado en grande, felicidades.
La cara de la pecosa era un poema. Lágrimas de acumularon en sus orbes verdes.
¿Tanto tiempo no significó nada para él?...
-oi. Izuki. Mejor vayamos adentro. - anunció Hitoshi al ver que la situación había cambiado trascendental mente.
-Tu no le ordenas nada. - miró a Izuki. - Vámonos.
- ¿Y ahora quién le está mandando?...
-cierra la boca. -el tono del explosivo era amenazante.
- ¿Por qué no lo haces tú?, ¿Que no has visto como la has puesto?! -.
Bakugō chasqueó la lengua, iba a refutar algo, pero lo detuvo la cara de su amiga. Izuki no era alguien que se entristece con frecuencia. Así que era raro para el cenizo ver las caras de Izuki con una expresión que no fuera una sonrisa.
Estaba triste.
-Shin...Kun. Gracias por todo. - dijo, y sin más. Comenzó a caminar por donde había llegado. -oh, Kacchan. ¿Que hay de Toga y Tomura?...¿Los encontraste cuándo venías?...
- Si. Ya están tras las rejas, esas sabandijas eran mis jefes. - Bakugō estaba sumiso. Cosa rarísima. Veía como había arruinado todo nuevamente por segunda vez en el mismo día.
[Tiempo antes...]
Ochako había llegado por fin a casa. Estaba preocupada por su amiga.
Revisó el cuarto de Kota, la castaña lo había dejado a cargo de Yō.
- ¿Hubo suerte?...- preguntó el pelinegro alterado.
-Eso creemos. Encontramos a unas personas que dicen haberla vista. Lo malo es que ellas habían intentado asesinarla. - refutó la oji-café. -Hallé su bolso de regreso.
-Espero que Izuki esté bien. -se hundió un tanto desprimido en el sofá.
La castaña lo contempló un momento en silencio.
-te gusta...- sentenció repentinamente. -te gusta Izuki.
Shindō era un tomate de lo rojo que estaba.
-¿D-de que hablas?. - preguntó. ¿Tan obvio era?...
-Se nota demasiado. Al menos para mí. - acomodaba como si nada los platos de la mesa. -He sido su amiga desde que tengo memoria. Conocí a su maldito y único novio, ¿Sabes que?, Se comportaba igual que tú al principio...era una basura..
-¿Cómo debería tomarme eso?...- espetó el pelinegro.
-Solo no la lastimes...te estaré vigilando.
Shindō trago saliva con dificultad.
¿Uraraka está sospechando?, ¿pero como?
El teléfono sonó alarmandolos.
Uraraka se precipitó al teléfono, prácticamente de Tiro sobre él. Tomó el audífono y con voz temblorosa se lo llevó al oído.
-Ochako-Chan! -
Aquella voz...
-Izuki!- gritó sin temor a despertar a Izumi. -¿Donde estas, cariño?!, ¿Estas herida?!. Estoy preocupada por ti?
-e-eh. No es nada grave.
-¿Es broma?!, Unos loco querían matarte y tu dices que no es nada grave?! -
-No puedo hablar por mucho tiempo. Te explicaré cuando llegue a casa. ¿Bien? -
-Querida!, Bakugō y Todoroki estan buscándote cerca del callejón donde estabas, ve con ellos.
- bien, me reuniré con ellos, no vemos pronto.
Corto.
-¿Era ella?- Shindō tomó a Uraraka de los hombros.
La oji-café asiente con un semblante tranquilo.
Izuki, siempre haces que me preocupe....
[actualmente]
La pecosa caminaba con paso rápido. Intentaba no mirar al cenizo; sus ojos iban de aquí a allá buscando al bicolor.
-¿Dices que estaba por aquí?...- soltó asomándose al pasadizo de un callejón a otro.
-Si.
Silencio incómodo.
- oí. Deku. - llamó.
La pecosa ni se inmutó y continuo caminando.
-Deku, no me ignores.
Y lo hizo.
-Ahs!, Mierda Izuki! - tomó la mano de la pecosa. Y la volteó rápidamente.
[No encontré ninguna condenada imagen de Izuki llorando. Así que coloquen esta, Perdon por la molestia.]
-¿Q-que?...¿¡Que quieres?...- gritó limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano.
Bakugō suspiro, ¿En serio iba a hacer eso?, Sentirlo, el nunca se rebajaba a tal nivel.
-Lo siento. Mentí. Estaba encabronado por qué creí que habías muerto, o estabas lastimada y todo por mi culpa. Yo hice que te fueras de tu casa. - desvió la mirada. Le dolía ver a su pomposa amiga así.
Las lágrimas de Izuki se intensificaron.
-¿Que hice esta vez?! - no entendía por qué continuaba llorando. En ese momento la chica debía lanzarse a abrazarlo, pero solo continuo lagriemeando.
Bakugō tenía que entender, que Izuki no era como todas.
-L-lo rompí, lo quebre. Creí que moriría, y por ello lo corte!...su destino. M-me siento un monstruo! Kacchan. - calló de rodillas al suelo.
El dolor persistente del corte de un hilo, puede tocar el fondo de tu corazón y hacerte sentir la misma muerte.
Katsuki cerró la boca, y se dedicó a abrazar a la pecosa.
-Izuki, estas aquí...- Shōto se asomó por un callejón. -¿Estas bien?...
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