Capítulo 13: "No, No, y no Joder!"
Ya todos los personajes se encontraban en la residencia Midoriya - Uraraka.
Kota jugaba con su tía y Shoto a “Verdad o reto”.
Sentados en la sala bebiendo chocolate caliente como de costumbre, Ochako había terminado de hacer su parte del juego. Era su turno preguntar.
- Izumi, ¿Verdad o reto?! - pregunto la castaña con cierta “seriedad fingida”.
- Mmmm... verdad! -. Respondió el pelinegro con tono de ansiedad.
- ¿Crees que estoy gorda?...- frunció el seño mirando al azabache con insistencia.
“gay panic”.
- No, tia. Para nada...-.
- Jajaja!, Lo sabía! - hizo un pequeño, levantó su pulgar.
- Pensé que dijiste que mentir era malo, Kota...- la ojicafé le dirigió una mirada asesina al bicolor.
En ese momento Todoroki e Izumi sintieron el verdadero temor.
Mientras tanto...
Y Deku...a Deku le tocaba la peor parte: Cocinar con Kacchan. Claro que, para ella, no era molestia.
- Kacchan, ¿Quieres que haga un curri aparte para ti?, ¿O prefieres que le eche Picante al Katsudon? -. La pecosa se encontraba picando zanahorias, con un poco de dificultad. Lo suyo era la repostería, no la cocina gourmet.
- Me da igual, Deku. - respondió sin mucho interés picando la carne estilo Bakugou.
Definición de ESTILO BAKUGOU: a lo salvaje, desprolijo y sin orden prro!
Sin mucha energía gruñó. ¿Por qué tenía que ser tan exasperante?.
Una vez que acabo de picar todo, le entrego los cortado a Katsuki, por un momento se distrajo con su hilo, es que, no lo podía creer, ¿Por qué no poseía la otra punta?. No tenía sentido.
- Kacchan...-. dijo Midoriya mirando fijamente al rubio.
- ¿Que mierda quieres?...-.
Siempre tan amable...- pensó la ojiverde.
- ¿Crees en el “Hilo Rojo del destino”?...- se cruzó de brazos esperando ver la reacción del contrario, más, este solo permaneció con el semblante neutro.
- No me jodas, ¿En serio crees en esas charlatanerías que dice la gente enamorada?. Respondiendo tu pregunta: No, para mi es solo una alegoría que solo los IDIOTAS creen. - la paciencia de la chica estaba llegando a su límite, y créanme, el límite de los Midoriya's es casi, casi imposible de alcanzar.
- No es una alegoría, ¿En serio jamás has sentido amor?...- el cenizo también comenzaba a perder la paciencia por la insistencia.
- No. No jodas. - respondió cortante.
- Solo quiero largarme de aquí de una maldita vez! -.
- Kacchan!, No seas grosero. Kota-Kun te invitó en modo de agradecimiento. - la molestia se notaba en su fina voz.
Si había algo que a Izuki Midoriya le molestase era la falta de ética...aunque en el cenizo ya se le había echo lo más normal del mundo. Aunque había que recalcar que el rubio estaba más molesto que de costumbre.
El ojirubí la ignoro. Pero ella se hizo notar volteandolo del hombro para que queden de frente.
- No es amable ignorar a la gente, Kacchan. -.
Chasqueó la lengua para denotar su ira.
- Mira, cabeza de arbusto. La razón por la que te salve en ese instante: era por qué habías mostrado ser interesante, pero ahora, me aburres...-. Calló al instante.
¿Es una broma?!, ¿¡Por qué carajo es policía entonces?!...- Deku.
El silencio gélido inundó la habitación.
- Yo...Entiendo...-. se quitó el delantal. - No te quedes por mi. Hazlo por Kota, creeme, en aquel momento hubiera evitado que hayas sido tu el que halla tenido que salvarme, pero fuiste mi pequeño rayo de esperanza después de tanto sufrimiento. Tu no sabes, tu...siquiera entiendes los que es la soledad. -.
Katsuki Bakugou era muy famoso por cagarla a nivel dios.
- Ah, y...el hilo rojo, no es una charlatanería, deberías pensarlo dos veces Bakugou. - salió del cuarto dejando al cenizo con la bocota cerrada.
Esta vez me pase. Mierda...- Katsuki.
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- ¿A dónde vas Izuki?...- pregunto el pequeño al ver que su hermana se colocaba su abrigo.
- Iré a comprar mas verduras, quedamos cortos...- sonrió acariciando el cabello del menor. - Comportate, ¿Si?...-.
El pequeño asintió alegremente y continuo dibujando.
- Sho-Kun, ¿Que te sucedió en el ojo?...- pregunto preocupada la pecosa, el ojo derecho del chico estaba totalmente morado.
La vista del bicolor se dirijio a la ojicafé, quien se inundaba en pura inocencia fingida.
Jamás volveré a jugar a verdad o reto con Uraraka-San. - Shōto.
- Ve con cuidado. - dijeron al unisono los mayores presentes en la sala.
- Si! - salió de la casa.
Como de costumbre, afuera llovía a cántaros.
Suerte había traído su paraguas.
Pov' Izuki.
Es detestable, sumamente detestable. No puedes tener una charla común y corriente con él por qué siempre se enoja, siempre maldice, siempre es tan...KACCHAN!.
(...)
- oh, Bakugou-Kun. ¿Que haces?...- la castaña entraba en la cocina con las tazas en las que habían bebido chocolate.
- Comida. ¿No es obvio?. - siempre en su tono sarcástico respondió.
- ¿Siempre eres así? - torció la boca mostrando su enfado.
- ¿Cómo?, ¿Así de genial, guapo e inteligente?. Claro. -.
- Veo que la modestia no es propia de ti. - contestó la chica.
- ¿Y Deku? - su intento de hacer que parezca que no le “interesa nada sobre Izuki” falló. La castaña embozo una gran sonrisa.
- ¿No te dijo?...salió por unas verduras. -.
- ¿Para que carajo compraría más?, La comida sobra. - departió Bakugou levantando una ceja, ¿Dónde habrá ido la enredadera viviente?...
- Oye, Izuki es independiente, además vendrá antes de la comida, déjala en paz, Kacchan...- pestañeó con aura angelical resaltando el apodo.
Por alguna razón, a Katsuki no le gustaba como sonaba de la boca de la gordaraka. Imagino el sobrenombre viniendo de la boca de la tímida camarera, y sus mejillas de tornaron carmín intenso.
- Cierra la boca, idiota. -.
- Como quieras, me voy. Dejó que cocines y continúes pensando en Izukiiiii - arrastró la sílaba cantando. Por milagro que hizo la autora esquivo el plato que el rubio lanzó.
Por favor, ¿Yo?, ¿Pensar en alguien tan inútil como Deku?...no me jodas...- se dijo mentalmente.
(Tengo sueño xdxd)
- ¿Dónde está?...- rebuscó entre las cajas aquel objeto preciado para ella.
- Ja!, Aquí estás! - sacó un inmenso libro bordo titulado: “¿El hilo rojo?, Tema complicado.” limpio levemente la tapa, el objeto estuvo años y años en aquel apartamento, aquel lugar solo le hacía recordar los malos momentos que paso con el imbécil de Monoma.
Lo abrió lentamente. Y un pantallazo de recuerdos de su niñez llegaron a su alborotada cabecilla.
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- Izuki, Ven siéntate conmigo...-.
La pequeña obedeció sin rechistar.
- ¿Ves este libro?...¿Lo recuerdas?...-.
La cría asintió.
- Este es nuestro objeto más valioso, un artilugio que ha pasado de generación en generación. Nuestra familia ha escrito con su palabra cada párrafo que contiene. Y tú también lo harás -. Inko acarició su cabeza rizada.
- ¿Mamá, que se supone que dice?...-.
- La familia Midoriya escribe todo acerca del hilo aquí, nuestro poder es más que solo ver algo invisible, querida.- suspiró acariciando la tapa. - Podemos manipular el amor de las personas, atar el hilo, enredarlo..y...- se detuvo un momento.
- ¿Y que?...-. preguntó la pequeña.
- Cortarlo. Pero, Izu, jamás debes hacerlo. ¿Entendiste?, Si enloqueces o sea cual sea la razón que te empuje a hacerlo y cometes tal atrocidad. Esa persona vivirá en soledad. Al cortar el hilo rojo, no lo puedes volver a unir nunca, por más que lo intentes. -.
- ¿Soledad?, Nadie quiere estar sola mamá!, Yo no tengo el otro extremo de mi hilo, ¿Significa que estaré sola?....- intento no lloriquear.
- Izuki, cariño. No estás sola, me tienes a mí, A la tía Reí. A Shōto...-.
- ¿Estarás conmigo?, ¿Por siempre?...-. se acobijo en el pecho de su madre.
- Si...-.
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- Mamá, se que luchaste. Pero tú no eras eterna...- abrazo el libro inundada en lágrimas.
La soledad te atrapa tarde o temprano.
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