Capítulo 11: "Misión".

Bakugou había comenzado a frecuentar diariamente el café de la pecosa, ¿por qué?, quería ver de cerca al idiota pelinegro. No le inspiraba confianza en lo absoluto.

Aunque ciertamente, aún no descubría la razón por la cual no le había dado el "caso" a los idiotas de Kirishima y Denki, para que él pueda irse a hacer algo más interesante.

Pero cada que iba a hacerlo, pensaba en la pecosa en brazos del sospechoso y su café convertido en quien sabe que.

Se inclinó por hacerlo él mismo. Además, sólo eran supersticiones suyas, ¿verdad?...

Esta vez, no llegó en la mañana como usualmente debido a que estaba ocupado. Llegó por la media-tarde y encontró a los dos meseros rizados y un pequeño que no había visto nunca.

- Oe!, mierdecilla con cuernos, ¿y tus padres?....- estas palabras provocaron  que el niño se escondiese aterrado detrás de la mayor, no es que fuese tímido, sólo que...Katsuki tenía cara de pocos amigos y su tono no era del más dulce. El cenizo estaba confundido. - Nerd, ¿tuviste un puto retoño con el rizudo de allá?! -señalo a Shindo que intentaba desatorar la cafetera.

Kacchan tiene conclusiones muy extrañas...-pensó la ojiverde.

- Para nada, Bakugou. Él es: Kota-Kun. Mi hermanito...-

Le entrego una bandeja al menor señalandole una mesa en donde se hallaba un peliazul de lentes, el niño corrio con el objeto en mano hacia el lugar dicho.

Se acerco un poco al rubio para poder susurrarle algo: -Mmmm...pues...hace un par de semanas estaba fuera del café, su único titular lo había abandonado así que...- miro apenada al crío. No le gustaba hablar de aquella ocasión. - Lo adopte...-. Concluyó.

Quedó shockeado por unos segundos, lo que una persona comun hubiese hecho era:  ignorarlo. Si, así de cruel era la sociedad, aún así, había que vivir en la realidad, por más dura que sea.

Pero la peliverde no hizo aquello, LO ADOPTO, ahora estaría a su cargo, ella debía cuidarlo y darle lo necesario.

- Estas loca, nerd...- embozo una pequeña sonrisa. Deku, no es alguien normal, es diferente, por más idiota y torpe que sea, es bondadosa y amable. Por más Mierda que suene, ya casi no hay personas así... Sacudió su cabeza ahuyentando esos extraños y meloso pensamientos.

- No podía dejarlo sólo. Él merece una vida como cualquier otro niño...- suspiro, cada que veía al menor su mirada brillaba. - Kacchan...-.

Atrajo la atención del rubio.

Sonrió, era una sonrisa llena de esperanza, de las que te da una madre antes de dormir y darte las buenas noches.

- Por más egoísta que suene, pude cumplir mi sueño, salve la vida de Kota-Kun...- el atardecer iluminaba sus cabellos tornandolos naranjosos, sus pecas alojadas en sus palidas y rosadas mejillas resaltaban sus orbes esperanza, su pequeña figura fragil se mostraba segura...que...Dios!, se veia hermosa.

Bakugou quedó imbécil. Jamás en su vida había presenciado tal belleza.
Su corazón bombeaba sangre como loco, haciendo que sus mejillas sean carmín.

- Izuki-Chan. Ayúdame con esta cosa...- la ronca voz atrajo la mirada carmín del cenizo, era el idiota.

- Ya voy, Yo-Kun! - auxilio al pelinegro, nuevamente esa cafetera se había atorado.

Sintió como su camisa era jalada, bajo sus rubíes al emisor del acto y vio al mocoso azabache.

- ¿Qué?.- dijo a secas. No se le daba muy bien la trata de niños.

- Eto...-jugaba con sus dedos, era lo mismo que hacia la enredadera con patas cada que quería decir algo y se ponía nerviosa.

-Hablar de una vez, maldita sea. Me cago de hambre! - grito exasperado.

- I-Izuki-Chan me contó de la vez que la salvaste y...y...yo quería agradecerte!, ven mañana a cenar a nuestra casa, Explosivo-Kun! - miro irritado al crío por el apodo.

¿La cabeza de arbusto había hablado de él?...

- No. - sentenció.

- ¿Por que no?! - preguntó el pelinegro haciendo puchero.

- Deku, ya me dio las gracias, eso es suficiente. -volteo evitando la insistente mirada oscura del menor.

- Oh...quise hacerlo Por las buenas, Musulman-Kun, pero no me dejas opción...- el pequeño con un semblante serio se enredo en la pierna del rubio y permanecio allí.

- ¿¡Que!?, salte mocoso de mierda!!! - agitó su extremidad intentado quitar al niño pero con los sarandeós sólo conseguía risas por parte del mocoso, era como un columpio.

- No!, hasta que aceptes!!! -.

- K-Kota-Kun, ¿qué haces?! - llegó la One-Chan mayor, pero le valió, conseguiría que el Explosivo fuese a su casa, cueste lo que cueste.

¿La razón?, Midoriya le había contado todo acerca del hilo, después de todo, Izumi era de total confianza y él cumpliría su palabra. Lo confesado conllevó a que la pecosa que contase sobre el inusual caso de ella y el cenizo, los dos no tenían otro extremo del hilo, así que el azabache tuvo una conclusión:

"Si el destino dejo al azar el amor de sus vidas, entonces los exiliados del cariño deben juntarse..."

Por más sabio que suene, él solito lo pensó. Acostumbraba a leer mucho.

Juntaria a Bakugou e Izuki cueste lo que cueste.

Luego de unos buenos insultos, unos "Kacchan, cálmate." Y un buen lío. Katsuki termino aceptando.

Si, el crío gano. Él ego del cenizo quedó destruido.




Al día siguiente.

La cena había sido acordada para la noche. Kota le hizo prometer al policía que iría, o juraba que aparecería en su oficina con sus amiguitos de la escuela. Una total pesadilla.

Kacchan aterrado prometió asistir.
 
(...)

Estaba demasiado irritado, tendría que soportar al mocoso con cuernos y a Deku, ¿algo podría ser peor?...

Suspiro y tomó su chaqueta saliendo de su oficina.

Cruzó la calle y divisó una melena familiar, era rizada y oscura, oh no, era el grandísimo pedazo de Mierda mal cagado. 

Estaba en el café sólo, la peliverde no se hallaba allí.



Wyajajaja relleno tutu, relleno tu tu. Pero el relleno lleva a algo importante!!!!

Cuando termine el arco van a odiar a Yo-San tanto como yop (?

Sin más que decir:

Nos vemos.

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