─ Help..
- Daniel escuchó las voces a su alrededor, reconociendo a la de BeomGyu al instante. Frunció el ceño por el dolor insoportable en su cabeza y soltó un jadeo de dolor.
— Dani... — le llamó Choi, murmurando. Aliviado se acercó al menor y buscó su mano, siendo esta alejada bruscamente.
—N-no me toques, — ordenó el menor, abriendo los ojos suavemente. —No te me acerques — habló, con la voz más estable — No te quiero cerca de mí.
Escuchó la puerta ser cerrada, la enfermera había salido de la habitación dejándolos solos. Un silencio sepulcral se hizo presente, haciendo temblar a BeomGyu. Los sollozos del mismo no tardaron en llegar, calando en lo más profundo de Daniel.
El menor lo amaba, tanto que sentía su pecho explotar en millones de fuegos artificiales cuando Choi estaba cerca de él, sonriendole y hablándole con ese tono dulce y suave que sólo utilizaba con él.
BeomGyu amaba a Daniel, tanto que juraba poder morir por él.
—Sé que lo que hice no tiene justificación, que sólo estoy cumpliendo los caprichos de SungHoon; Soy totalmente culpable de ello, Dani, yo te amo tanto, tanto, tanto...
Daniel hizo una mueca y le miró con la mirada fría, esa que le causaba tantos escalofríos a BeomGyu. Sólo él tenía el poder de hacerle temblar con esa mirada en sus ojos.
—¿En serio piensas que voy a perdonarte? ¡Le estás jodiendo la vida a mi hermano, a mi vida, por ese imbécil fanfarrón, BeomGyu despierta! — exclamó, sintiendo sus lágrimas salir una tras otra.
—¡Lo sé, mierda, lo sé! — gritó el mayor, en la misma situación que el menor — Estaba tan... cegado por quererte sacar de mi mente que acepté absolutamente todo lo que SungHoon pidiera, debería haber sospechado que esto iba a acabar mal cuando TaeHyun me lo presentó, nada bueno viene de él.
Daniel siguió mirándole duramente, casi incrédulo de sus intentos por justificarse. Sentía que en cualquier momento podría ceder, pero se encontraba pensando en el infierno que HeeSeung debería estar sufriendo.
—Haz algo para remediarlo o te odiaré por el resto de mi vida, Choi BeomGyu.
♡❜
Después de haberle dicho todo a Jay, decidieron dar un vistazo a Jake y HeeSeung. Estaban dispuestos a crear un plan para poder sacarlos de ahí y mantenerlos bajo la custodia de la policía mientras resolvían cómo encontrar al hermano de HeeSeung y sacarlo de ahí para posteriormente atrapar a SungHoon y BeomGyu.
JungWon ingresó la llave en la cerradura y abrió la puerta lentamente, deseando no encontrar alguna escena incómoda. Sabía que HeeSeung y Jake traían algo entre ellos - un tanto extraño, tenía que admitir - así que todo podía pasar con ellos solos en una casa tan grande.
Escuchó pasos y la alta figura de HeeSeung no se dejó esperar demasiado, quedándose perplejo al ver a JungWon junto a otro chico pálido y castaño.
Sabía quién era, ¿cómo no sabría quién era si JungWon se la pasaba hablando de lo mucho que extrañaba la pálida y cálida piel de Jay?
Era obvio que era él, tan sólo con ver lo nervioso y un tanto intimidado que estaba Yang ante su presencia.
¿A dónde se había ido ese chico que hacía como si nada le importara un comino, que caminaba libremente por ese lugar y bromeaba con querer besarlo sólo para molestar?
¿Era ese mismo JungWon estático y con mirada relajada? Porque después de todo, JungWon se veía... seguro, después de tanto tiempo HeeSeung acababa de darse cuenta que JungWon nunca se veía seguro. Como un cachorrito desprotegido dentro de la fachada de un lobo feroz.
— Won...— susurró, sintiendo unas manos en sus hombros, Jake estaba detrás de él.
—¿Q-quiénes son ustedes? — cuestionó Shim, con pánico en su voz — HeeSeung... — le llamó, suplicante.
Dentro de esas cuatro paredes podía esperarse de todo.
—Yo soy JungWon, tranquilo — le dijo, aunque Jake realmente no se relajó un pelo —Él es el detective Jay Park, él les ayudará a salir de aquí, a ustedes y Daniel — Jay asintió con una media sonrisa, haciendo a la pareja suspirar de alivio.
Los ojos de HeeSeung brillaron apenas el nombre de Daniel fue pronunciado junto a la palabra "ayudará", esa palabra que muchas veces era tan usual para otras personas... una palabra de tantas; Para él "ayudar" era la completa salvación, era una palabra que no había escuchado desde que BeomGyu le propuso su idea de "ayuda".
Para él esa palabra siempre venía con una condición, pero en esas circunstancias no estaba dispuesto a buscarle tres patas al gato... estaba poniendo sus esperanzas en alto.
—¿Alguien más viene aquí, JungWon? — preguntó Jay, viendo a los menores tomar asiento en los sofás de cuero color grisáceo, imitandolos.
—En realidad, sólo yo vengo a inspeccionar, nadie más que BeomGyu, HeeSeung y yo sabemos la dirección — respondió, sonriendo suavemente al ver al mayor jugar con sus dedos.
—Bien, en ese caso podremos salir de aquí y mantenerlos en otro lugar, tú nos ayudarás a cubrir la farsa de que ellos siguen aquí mientras llamo a mi jefe para pedir una orden y posteriormente llevarnos a Daniel y detener a BeomGyu— Habló el pálido, seguro de su decisión — tomen sus cosas lo más rápido posible, nos vamos hoy mismo.
—¿Estás diciéndolo en serio? — cuestionó HeeSeung, sonriendo, Jay asintió y sin pensarlo demasiado se levantó de su lugar a pasos agigantados a su habitación.
Jake le miró sonriendo, igualmente, agradeciendo con la mirada.
—Estoy tan feliz de poder salir de aquí, sé por todo lo que HeeSeung ha tenido que pasar junto a Daniel... estos dos meses han sido horribles para HeeSeung y para mí igual... al principio lo fueron más, pero sé que no era la intención de Hee hacerme todo esto y ciertamente en su lugar habría hecho lo mismo — hizo una mueca — Aunque aún no logro procesar del todo por qué SungHoon me ha hecho todo esto.
—Envidia, celos y rencor — le dijo JungWon — Él se la pasa diciendo que tú no eres suficiente para quitarle el trono, que tú siempre tuviste todo lo que él anhelaba y después se lo arrebataste de la peor forma.
Jake abrió la boca con los ojos cristalizados y dijo:—¿Dakho, cierto? — el pecoso asintió y el menor se echó a llorar, con JungWon acariciando su ya demasiado deslavado cabello castaño, con las raíces bastante crecidas y de un color oscuro.
HeeSeung salió con una maleta y una gabardina, con la mirada preocupada se acercó a JaeYoon y se inclinó a él, tomándole las mejillas para que le mirara.
—Vamos a salir de aquí, Yoonnie, no llores por esa basura — le pidió, besando su frente mientras le entregaba la gabardina y un par de zapatos cómodos.
—Bien, vámonos de aquí, chicos — Ordenó Jay, sonriendoles.
Los tres menores asintieron y salieron del lugar, respirando el aire fresco, jurando poder saborear la libertad. Caminaron hacia el auto del mayor y entraron, JungWon subió en el copiloto y la pareja en la parte de atrás mientras entrelazaban sus manos.
—Mierda, ¿qué hace SungHoon aquí? — susurró gritado JungWon, cuando divisó el auto del chico aparcar frente a ellos, mirándoles con sorpresa y odio al mismo tiempo que descendía apresurado del auto.
JongSeong arrancó sin perder mucho tiempo y aceleró, sintiendo la adrenalina, todos miraron desesperados a los lados. JungWon soltó un grito de terror cuando miró a SungHoon sacar una pistola y apuntarles desde atrás, fallando en el tiro.
—¡No hay tiempo, Jay, será cuestión de segundos para que SungHoon le dé aviso a BeomGyu, tenemos que ir por Daniel ahora o nunca podremos sacarlo de ahí! — gritó HeeSeung, sintiendo su cuerpo temblar de desesperación.
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