Cap.4❜

Este capítulo tiene
contenido +18.
Con eso no se está
intentando sexualizar a
los idols involucrados, si
no es de tu agrado, te invito
a qué dejes de leer, gracias.
Lo lees bajo tu propia
responsabilidad.


























































































































































—Omega…

SungHoon soltó esa palabra en un gruñido bajo y grave que hizo que el temblor en el cuerpo de Ni-Ki se hiciera más notable.

Sus piernas no le respondían correctamente y el dolor que le provocaba el celo le hacía todo más difícil. Sumándole a eso el hecho de que ahora estaba en presencia de un verdadero alfa que hacía que su lobo interior aullara de emoción y se retorciera tratando de tomar el control de la situación y obtener la atención del lobo del azabache, por mucho que él mismo odiara esa idea.

Estaba en la peor de las situaciones, con su secreto claramente revelado y a merced de un alfa que podía perder el control tanto como él. Pero no estaba decidido a rendirse aún, él no era así, debía arreglar aquello de alguna forma.

— Park…e-esto no es lo que piensas, yo solo estoy tra… – el nerviosismo y desesperación en su rota voz eran evidentes –Olvídalo, mejor sal de aquí, ¡a-ahora!

—Cállate. – la actitud del alfa lo descolocó por un momento, haciendo que lo mirara confundido y luego algo horrorizado al ver que los colmillos del mismo se asomaban un poco – Será mejor que ni hables, pues estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano por controlarme ahora mismo, Nishimura.

El alfa caminó hacia el contrario, recogiendo todas las cosas que aún quedaban sobre el escritorio y metiéndolas a su mochila, para luego dársela a Ni-Ki que todavía se mantenía en el suelo sin entender nada. SungHoon se quitó la chaqueta del uniforme y se la tiró por encima de la cabeza al peli rubio, tapándolo así con esta.

— ¡Oye! ¡¿Qué se supone que haces?! – el omega no podía entender nada de lo que pasaba por la mente del otro, y sinceramente sentía algo de miedo.

—Presidente Nishimura, pedí silencio antes. – el azabache sacó su celular del bolsillo de su pantalón y marcó rápidamente al alguien – Hey, soy yo, ¿ya estás en camino? Perfecto, tienes 5 minutos para llegar. – dicho esto colgó sin esperar realmente una respuesta.

El peli negro se agachó entonces y levantó el cuerpo del más bajo entre sus brazos, el cual aún tenía su rostro y cabeza cubiertos por su chaqueta.

—Saldremos de aquí, mantente tranquilo y tapado en todo el camino. No entiendo muy bien aún que es lo que pasa pero estoy seguro de que no quieres que nadie te vea. – advirtió ante lo cual el peli rubio solo pudo asentir sin poder hacer mucho más, odiaba sentirse tan vulnerable ahora mismo.

SungHoon abrió la puerta del salón y asomó su cabeza a ambos lados primero fijándose de que no hubiera nadie por allí en ese momento. Al asegurarse salió disparado con el omega entre sus brazos hacia la salida de la escuela, bajó las escaleras casi corriendo hasta al fin llegar a la puerta principal.

Como ya era bastante tarde y muchos ya se habían ido o estaban en sus clubes solo se habían topado con un par de estudiantes que lo habían mirado algo raro, pero nada más allá de eso. Estaba seguro que nadie había reconocido al Presidente, o eso creía él.

Sin más demora caminó en dirección a un lujoso auto negro con vidrios polarizados que había acabado de estacionarse frente al lugar. Abrió la puerta del asiento trasero y metió allí a Ni-Ki, para luego entrar él y sentarse a su lado.

—A la casa. Ahora. – su tono de voz era serio y firme, a lo que el conductor solo asintió y arrancó sin perder más tiempo.

Ni-Ki no entendía nada, quitó la chaqueta de su cabeza. ¿Había dicho a casa? ¿Irían a su casa o a casa de SungHoon? No, no, SungHoon no sabía dónde él vivía, pero entonces, ¿por qué lo llevaba a su casa?

Ya no sabía nada, y cada vez podía pensar con menos claridad, las punzadas en su abdomen bajo lo tenían retorciéndose y el lubricante que salía de su entrada era cada vez más abundante, manchando su ropa interior y pantalones.

Su cuerpo estaba reaccionando ante el aroma de SungHoon, el cual también soltaba un poco del mismo inconscientemente tratando de calmar al omega que se encorvaba de dolor a su lado.

Nunca lo había notado realmente, pero en estos momentos el fuerte olor a hierba buena y café que desprendía el más alto le parecía lo más atractivo y embriagante del mundo. Y no podía ser posible, sabía que eso era culpa de su tonto lobo en celo, pero él debía controlarse, perder el control en este momento sería fatal. Sabía que incluso el azabache a su lado estaba luchando por controlarse y no saltarle encima como de seguro su instinto de alfa le dictaba.

Luego de unos minutos de viaje que parecieron eternos para el omega, el auto se detuvo. El alfa rápidamente se bajó del auto y volvió a cargarlo entre sus brazos cual niño pequeño. Él mantenía sus ojos apretados debido al dolor y porque realmente le daba demasiada vergüenza mirar a alguien ahora, sobre todo al de cabellos negros. Solo sentía como SungHoon avanzaba con confianza por lo que él estaba seguro era su casa.

—Trae ahora mismo un par de supresores para omega y otro para mí. – escuchó como el alfa habló con alguien más a lo que solo se escuchó un bajo "sí, señor" , proveniente de una voz femenina.

Antes de darse cuenta de nada más pudo sentir como su cuerpo era colocado con delicadeza sobre un suave colchón y al fin abrió los ojos, encontrándose con la figura del alfa azabache de pie frente a él. Trató de sentarse pero realmente se sentía muy débil.

— SungHoon, ¿se puede saber por qué me has traído a tu casa? Es a la mía a la que debo llegar.

Antes de poder recibir una respuesta sintió un suave toque en la puerta de la habitación, a lo que el alfa fue a atender sin abrir totalmente, tomando algo en sus manos, junto a un vaso de agua. Cerró la puerta luego y se acercó a él.

—Toma esto, son unos supresores para omega, te ayudarán a calmar tu celo, yo también tomaré unos, pues tu aroma está a punto de hacer que pierda el control. – le pasó un par de supresores al más bajo junto con el vaso de agua, y tragó luego los suyos sin mucho esfuerzo.

—Gracias. – el peli rubio los tomó y bebió el agua, dejando luego el vaso en la mesa de noche de su lado – Yo, lo siento, no quiero perturbarte con esto, puedes salir de aquí si quieres, ya con esto me calmaré pronto. – el omega aun hablaba con dificultad, y su rostro se mostraba rojo y sudado, su pantalones aun empapados con su lubricante natural.

—El supresor no hará efecto hasta dentro de al menos 20 minutos. Déjame ayudarte, Presidente – las palabras de SungHoon causaron estragos en Ni-Ki quien se notó claramente contrariado.

— ¿Ayudarme? Claro que no, agradezco lo que has hecho por mí hasta ahora, pero no lo haré contigo. Aléjate. – Ni-Ki trataba de mostrarse todo lo firme que la situación y su estado le permitían.

SungHoon se acercó a él y tomó su mentón haciendo que lo mirara directamente, mirándose cada uno a sus brillantes ojos por el deseo de sus lobos interiores.

— ¿Estás seguro de que quieres que me aleje? Porque tu cuerpo me dice todo lo contrario. – el tono de voz del alfa era grave y seductor, como si quisiera provocar más al omega – Solo mírate, me he acercado solo un poco y ya estás soltando feromonas como loco para llamar más mi atención.

Ni-Ki aguantaba las inmensas ganas de llorar que lo estaban aturdiendo, el contrario tenía razón, su cuerpo reaccionaba sin permiso, por mucho que él no quisiera que fuera así, su celo lo tenía fuera de control. Nunca le había molestado ser un omega, pero en estos momentos lo estaba odiando.

Su lobo estaba muy alborotado y rasguñaba su interior pidiendo que aquel alfa calmara el dolor que sentía. Era natural, nunca había pasado su celo con ningún alfa, siempre que llegaba este ciclo el solo se encerraba en su cuarto tomando supresores y usando uno que otro vibrador para calmar el calor de su cuerpo.

Pero ahora estaba allí en pleno celo, con un alfa bastante imponente y con un potente aroma, y su lobo no podía estar más emocionado por esto, haciéndolo sentir más caliente de lo normal.

—No seas tan estricto, ya no estamos dentro de la escuela, Ni-Ki. – enfatizó en su nombre haciendo que el nombrado se estremeciera al oírlo pronunciar este por primera vez y con semejante tono de voz – No tendré sexo contigo, solo te haré sentir un poco mejor. – habló en su oído para luego lamerlo y morder un poco el lóbulo de su oreja.

— ¿Q-qué harás? – el peli rubio se sentía demasiado sensible y las leves caricias del otro lo estaban haciendo excitarse aun sin quererlo. – por favor Park, detente.

— ¿O si no que harás? ¿Me castigarás? ¿Me mandarás a limpiar los patios o algún salón de clases? – el azabache empujó el cuerpo de Ni-Ki contra la cama para que este quedara completamente extendido bocarriba sobre la misma. – Claro que no, porque no estamos en la escuela ya, y aquí no eres el Presidente, Ni-Ki.

Riki solo maldijo en su mente y apretó las sábanas bajo él con sus manos cuando SungHoon se lanzó a su cuello, dejando largas lamidas y chupetones en este. Una de sus manos se dirigió a la notable erección que se formaba en los pantalones del omega, acariciando esta por encima de la ropa.

El peli rubio soltaba leve jadeos ante su toque, moviéndose inconscientemente en busca de más contacto.

—Ah, eres tan lindo, Ni-Ki, siempre lo pensé, pero ahora mismo, bajo mis manos te ves realmente hermoso. – el alfa desabotonó la camisa escolar del omega, dejando sus pezones al descubierto y con su labios atacó uno de estos, lamiéndolo y chupando con algo de fuerza.

Un gemido algo agudo se escapó de los labios del contrario, quien ya no luchaba tanto contra las sensaciones de placer y mantenía su boca abierta, tomando bocanadas de aire y soltando jadeos sin parar. Se encontraba demasiado caliente para pensar de forma completamente racional.

Ante esto SungHoon aprovechó y metió su mano por dentro del pantalón de Ni-Ki, tocando directamente el duro miembro de este que estaba demasiado mojado debido al presemen.

Acarició su glande, mojando sus dedos para pasarlos sobre este, provocando que el cuerpo bajo él se estremeciera y moviera sus caderas sin pensarlo para sentir más su toque. El azabache optó por sacar su mano y mejor bajar completamente los pantalones del peli rubio, quedando este totalmente expuesto a su vista y tacto.

SungHoon observó el agujero del trasero de Ni-Ki, este era rosadito y se contraía en necesidad, soltando demasiado lubricante natural que haría más fácil cualquier penetración. El alfa relamió sus labios ante la vista y solo se contuvo más, su lobo le exigía que se dejara de juegos y que penetrara sin ningún control a ese omega que se hallaba pidiendo por él.

Pero él no quería ser tan salvaje, así que primero solo introdujo su dedo índice completamente, lo cual fue muy fácil debido a lo mojado que estaba el omega. Ante la intromisión Ni-Ki arqueó la espalda y soltó un sonoro gemido de satisfacción, odiaba admitirlo, pero se sentía bien, se sentía justo como lo que necesitaba, y para su pesar, quería más.

—M-más… Park, por favor, necesito más. – sus pedidos hicieron al alfa sonreír orgulloso y con su mano libre envolvió la erección del contrario, apretándola un poco. Ni-Ki tapó su cara con sus manos debido a la vergüenza que sentía.

—Dime SungHoon, Riki. Llámame por mi nombre con tu linda voz y puede que haga lo que me pides. Y destapa tu rostro, por favor. – el alfa movió tentadoramente el dedo en su interior, tocando las paredes anales del omega y provocándolo más.

— SungHoon, p-por favor, quiero que me… toques más. – el peli rubio quitó las manos de su cara dejando a la vista su rostro rojo y sudado por el calor, parte de su cabello se pegaba en su frente debido a esto. Sus labios también estaban algo rojos e hinchados por haberlos estado mordiendo en un intento de callar sus gemidos y sus ojos estaban llorosos debido a toda la excitación que nublaba su juicio. Su fuerte y dulce aroma a vainilla llenaba la habitación de SungHoon.

—Así me gusta , eres un omega precioso, Ni-Ki, tan tierno pero sexy a la vez. Me encanta. – el alfa metió de una sola dos dedos más en la cavidad del contrario, llenándolo lo suficiente para que este gimiera sin vergüenza alguna mientras arqueaba su espalda envuelto en el placer que le brindaban esos dedos en su ano.

SungHoon comenzó a mover al mismo tiempo su mano sobre el pene de Ni-Ki, masturbándolo al ritmo que su dedos entraban y salían frenéticamente de su culo, siendo casi tragados por este. Las manos del azabache tenían al omega por los cielos, estas eran grandes y sus dedos llegaban a tocar ese punto dentro de Ni-Ki que lo volvía loco y que él mismo no podía tocar propiamente con los suyos.

El alfa solo se deleitaba con la erótica vista que le ofrecía su compañero, su pene dolía de lo duro que estaba bajo su ropa interior, pero no dejaría de complacer al omega por nada del mundo. Aumentó las embestidas de su dedo tocando repetidamente la próstata de Ni-Ki mientras que este gemía cada vez más alto sin importarle si alguien más lo oía. Estaba a punto de correrse y lo sabía por el cosquilleo en su abdomen bajo.

Luego de unos segundos más donde el azabache no paraba de mover sus dedos y acariciar su glande, se corrió con un potente chorro de semen que manchó la mano del alfa y su propio abdomen.

SungHoon sacó los dedos de su interior y lamió el lubricante en estos, pareciéndole totalmente delicioso. Se dirigió al baño dejando a Ni-Ki sobre la cama recuperando el aliento luego de su poderoso orgasmo, y seguro de que el mismo ya debía sentirse un poco mejor no solo por su liberación sino porque los supresores ya debían estar haciendo efecto. 

Lavó sus manos y tomó unas toallitas húmedas del baño, volvió con ellas a la cama y se dedicó a limpiar los muslos, trasero y abdomen del omega con estas. Ni-Ki solo estaba tranquilo sin decir nada, dejando que el contrario lo limpiara, se había sentido muy bien pero ahora su vergüenza estaba volviendo e incluso sentía que había perdido parte de su orgullo.

—Te he limpiado un poco, pero eres libre de tomar un baño si quieres, también puedo prestarte ropa para volver a casa ya que la tuya está mojada y sudada. – ofreció el alfa tirando las toallitas a la basura.

— Si, gracias, realmente lo necesito. – el peli rubio aún mantenía el sonrojo en sus mejillas pues le daba pena hablar con el otro luego de lo que hicieron, nunca había hecho algo así con nadie, y que su primera vez haya resultado de esta forma lo agobiaba un poco. – Iré a bañarme ahora.

Ni-Ki se paró de la cama a medio vestir y teniendo más control de su cuerpo al ya sentirse mucho mejor. Antes de entrar al baño, la mano de SungHoon sobre su brazo lo detuvo, por lo que se volteó para verlo.

— Ni-Ki, déjame cortejarte.

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