Cap.3❜

- Todo se encontraba tranquilo en aquella habitación, donde dormía un chico de desordenados cabellos rubios. Estaba todo bien hasta que sintió un leve tirón en su abdomen bajo que lo hizo despertar y fruncir sus labios, algo así como una pequeña punzada.

Inmediatamente notó que su celo ya estaba prácticamente encima de él. Abrió los ojos perezosamente, pero estos casi se salen de sus cuencas al fijarse en la hora que marcaba el reloj de su pequeña mesa de noche.

Llevaba media hora de atraso, algo inaceptable para el Presidente del Consejo Estudiantil. Maldijo por lo alto, saltando de la cama y dirigiéndose al baño corriendo para asearse y cepillarse los dientes, saliendo minutos después para ponerse el uniforme desorganizadamente mientras se movía de un lado a otro tomando lo necesario para la escuela.

Antes de salir del cuarto, recordó ponerse una buena cantidad de aquel perfume para alfas con olor a menta y tomó una caja de supresores que se hallaba cerca.

Dios, odiaba llegar tarde, con todas las cosas que tenía pendiente, no podía darse el lujo de perder el tiempo. Bajó las escaleras hacia la cocina soltando aún pequeñas maldiciones.

Al llegar a la cocina se encontró con su hermano menor hablando por teléfono con una enorme sonrisa en su rostro. Se paró frente a él señalándolo con el dedo y soltando humo por los oídos.

─ ¡Tú! ¿¡Qué acaso no te das cuenta de la hora que es!? ¿Por qué demonios no me has despertado? Ayer te pedí que lo hicieras. ─ soltó sus palabras con enfado.

Su hermano detuvo su conversación y lo miró algo confundido, despegó el teléfono de su oído para mirar la hora en este. La expresión en su rostro cambió a una de "¿me perdonas?", poniendo una sonrisa de culpable arrepentido al darse cuenta de la razón del enojo de su hermano mayor.

─ Eh...l-lo siento hermanito, es solo que me puse a hablar con MinHo y perdí la noción del tiempo. ─ rascaba su nuca con nerviosismo, con una sonrisa igual de nerviosa en su rostro ─ Si te apresuras aún puedes llegar temprano.

─ ¡¿Si me apresuro?! ¡Dios, ni siquiera podré desayunar por tu culpa! Tú y ese tonto alfa me tienen harto ya, todo el día coqueteando y diciéndose tonterías. ¡Te pone bobo! ─ su enojo era muy notable todavía.

─ ¡Oye! No metas a Lee Know en esto, él no tiene la culpa. ─ el menor tapaba el auricular del móvil tratando de que no se oyera la discusión en la otra línea, lo cual era casi imposible ─ Además, tú también tienes un alfa escondido ¿verdad? Todos lo sabemos por ese olor que llevas.

─ Ah sí, tienes razón, él no tiene culpa porque ya eras bobo antes de conocerlo. ─ el mayor fue al refrigerador y tomó un pomo con jugo y sacó un paquete de galletas dulces de la despensa para al menos comerlo en la escuela cuando tuviera oportunidad ─ Y ya te dije que esto es un perfume; pero si tengo un alfa o no, no te incumbe, no seas metiche. Me voy.

Ni-Ki salió por la puerta principal, cerrando esta de un portazo, y corriendo su camino a la escuela. Ya a estas horas el tren de la mañana había salido hace mucho rato, por lo que tendría que correr para llegar temprano.

Luego de una buena carrera, divisó la entrada de la escuela y suspiró más aliviado al ver que aún faltaban 10 minutos para tocar el timbre. Se agachó con las manos sobre sus rodillas respirando por su boca y recuperando el aire. Vaya forma de comenzar el día.

Se dispuso a entrar arreglando un poco su cabello todo desordenado por correr. Varios alumnos lo saludaban a su paso a los que solo les dedicaba una sonrisa y un movimiento de su mano, pues realmente aún estaba sin aire.

Caminó directamente hacia la sala del Consejo Estudiantil, y miró confundido por unos segundos a la fila de estudiantes con papeles en sus manos que se hallaba frente a la puerta de esta. Oh, dios mío. Las solicitudes para el Festival Escolar se harían hoy, y él iba y se quedaba dormido. Terrible. Se acercó aún más rápido a la sala e hizo una reverencia a todos los alumnos.

─ Buenos días a todos, lamento llegar a estas horas, es solo que tuve...un pequeño percance.─ miró unos segundos a JungWon y SuNoo que lo observaron confundidos ─ Tomaré sus solicitudes ahora y las revisaré durante el día, pueden pasar por ellas cuando acaben las clases.

Los estudiantes asintieron y fueron entregando sus solicitudes uno a uno mientras que él las tomaba y las iba organizando en sus manos. Cuando llegó al último estudiante este puso un agarre más fuerte sobre el trozo de papel, a lo que el peli rubio levantó la vista para encontrarse con unos divertidos ojos azules.

─ Wow, esto es algo totalmente nuevo, el propio Presidente del Consejo Estudiantil, llevando la camisa del uniforme por fuera ─ su mirada se encontraba sobre la ropa del contrario ─ ¿Será una señal de que algo malo pasará? O quizás algo bueno, es un look muy fresco.

─ Park SungHoon, ¿no crees que es muy temprano para andar molestando? ─ el peli rubio se arregló como pudo la camisa con su mano libre ─ Solo entrega tu solicitud y ve a tu salón antes de que llegues tarde. ─ terminó por quitarle el papel de su manos.

─ Ok, solo decía lo bien que te asienta romper las reglas. ─ el azabache le guiñó uno de sus ojos con picardía y se dio la vuelta para marcharse. ─ No olvides mis instrumentos tampoco, Presidente.

Ni-Ki solo bufó con molestia, ya estaba él de mal humor para que también vinera ese tonto alfa con su palabrería. Entró a la sala por fin, dejando todas las solicitudes sobre la mesa y saludó a sus amigos.

─ Buenos días chicos, disculpen mi tardanza.

─ Ki, ¿qué pasó? No es común que llegues tarde. ─ JungWon se acercó a su amigo dándole un pequeño abrazo que hizo que cierto alfa que se encontraba mirándolos soltara un bajo gruñido.

─ Ah, es solo que me quedé dormido por culpa del tonto de mi hermano que no me despertó. ─ el mayor separó un poco a su amigo dándose cuenta de los notables celos de SuNoo, aunque aun así acarició sus cabellos con cariño ─ Creo que a partir de ahora mejor uso la alarma de mi teléfono siempre.

─ Oh ya veo. SuNoo y yo queríamos revisar las solicitudes, pero es tu firma la que necesitan, así que no había mucho que pudiéramos hacer. Lo siento.

─ No, está bien. Vendré aquí a la hora de almuerzo a revisarlas, será rápido, por ahora vayamos a nuestras aulas, ya va a comenzar el primer turno.

─ ¡Sí! ─ ambos chicos respondieron a la misma vez y todos se dirigieron a sus respectivos salones de clases.

Ni-Ki solo tenía clases de Español durante la mañana aquel día, la cual era de sus asignaturas favoritas, por lo que prestaba atención todo el tiempo a lo que decía u orientaba el maestro. A cada rato su estómago se revolvía un poco, cosa que le recordaba el hambre que tenía al no haber podido comer nada en la mañana.

A la hora del receso se comió rápidamente sus galletas con el jugo, haciéndolo sentir más aliviado y hasta feliz de no tener tanta hambre ya. Las clases continuaron con normalidad hasta el mediodía cuando sonó el timbre de la hora de almuerzo haciendo que todos los estudiantes salieran disparados de sus puestos hacia la cafetería de la escuela.

Todos los días había una carrera por quienes alcanzaban el pan dulce antes de acabarse.

Ni-Ki solo resopló y se paró recogiendo sus cosas para dirigirse a la sala del Consejo Estudiantil a revisar las solicitudes, ya le pediría a JungWon que le comprara algo y se lo llevara, no tenía tiempo que perder. Cuando abrió la puerta del salón se encontró a ambos chicos en una situación algo...fuera de lo común.

SuNoo se hallaba sosteniendo al pequeño castaño de la cintura y este tenía sus regordetas manos sobre el pecho del contrario, un pronunciado sonrojo adornaba sus mejillas.

Al verlo entrar JungWon se separó rápidamente del otro, poniéndose aún más colorado al sentirse descubierto. Ni-Ki trató de no hacer ninguna expresión que pusiera a su amigo más nervioso, pero si estaba algo sorprendido. O sea, sabía que esos dos se gustaban, ¿pero acaso ya estaban juntos? No, no podía ser, JungWon definitivamente le diría.

─ ¡Ah! R-riki, emm SuNoo y yo es-estábamos ehh, es que él tenía a-algo en el ojo y yo, pues se lo quité y él... - el pequeño castaño tartamudeaba con notable vergüenza mientras movía sus manos exageradamente, SuNoo detrás de él se mantenía igual de tranquilo y calmado que siempre.

A Ni-Ki le pareció muy tierna la actitud de su amigo, y solo rió bajito para luego sacar algo de dinero de su billetera.

─ JungWon-Ah, ¿puedes ir a comprarme algo de almuerzo cuando vayan? Es que debo revisar las solicitudes del festival y no quiero perder tiempo. ─ le extendió el billete a su amigo.

─ Oh si, si, enseguida, emmm SuNoo y yo íbamos a bajar ahora mismo, ¿no es verdad SuNoo? ─ golpeó disimuladamente el costado del mencionado con su codo.

─ Así es Won, vamos. ─ contestó cortamente.

─ Bueno, volveremos en un rato con tu almuerzo, Nini. ─ dicho esto ambos chicos salieron del salón.

Ni-Ki solo suspiró y se sentó, tomando las solicitudes que había dejado guardadas en la mañana y revisándolas una a una. Ojeaba cada petición cuidadosamente, decidiendo cuáles aceptaba y cuáles no.

Dios, el Club de Investigación de lo Sobrenatural quería hacer una autopsia de un alien y mostrarle al público. ¿De dónde sacarían el alien? Estos ni siquiera existen. Además sería bastante perturbador y podría asustar a los visitantes. Qué chicos tan raros. Definitivamente era un rechazo, mejor que se queden con la tradicional Casa de los Horrores.

Siguió así por un rato más y comiendo lo que sus amigos le habían traído luego de un rato, pero sin dejar el trabajo de lado. Finalmente pudo terminar con la última solicitud a la hora en que se acabó el tiempo para el almuerzo y todos volvieron a sus aulas para las clases de la tarde.

A las 5:30 pm volvió sonar el último timbre del día, anunciando el final del día de clases, por lo que todo el mundo se fue a sus casas o a las actividades de sus clubes. Obviamente el peli rubio volvió al salón del Consejo Estudiantil para entregar las solicitudes y decirles a varios alumnos los cambios que debían hacer.

Luego de tratar con estos y escuchar las quejas de algunos inconformes que supo controlar con facilidad, se encontraba recogiendo listo para irse a casa. Sus amigos como siempre se habían ido juntos un poco antes que él y aún mantenían una actitud algo sospechosa, pero bueno, ya le preguntaría mañana a JungWon.

Tomó su mochila para irse pero esta se cayó al suelo de sus manos cuando una fuerte punzada en su abdomen bajo provocó que llevara sus manos a esa zona, encorvándose de dolor.

Era su celo, lo había olvidado totalmente entre su trabajo y las clases. Como pudo buscó en su mochila la tableta de supresores que había guardado en la mañana. La abrió y las ganas de llorar se apoderaron de él. Estaba completamente vacío.

Maldijo por lo bajo, seguro el tonto de su hermano los había tomado sin sustituirlos por uno nuevo, en serio lo mataría en cuanto lo viera. Se tiró al suelo solo retorciéndose de dolor y con su cabeza hecha un lío. Su aroma natural estaba empezando a salir sin control y estaba seguro de que sus ojos ya habían tomado ese brillo gris de siempre.

Estaba perdido, no podría llegar a casa así, y definitivamente nadie debía verlo en tal estado. Debía llamar a JungWon para que volviera por él. Se estiró un poco tratando de tomar su teléfono que aún estaba sobre su escritorio cuando el sonido de la puerta siendo abierta lo asustó demasiado. Un chico alto y azabache había entrado mirando hacia la pantalla de su teléfono.

─ Presidente Nishimura, lamento venir a esta hora, es solo que... ─ el azabache se quedó sin habla cuando levantó su vista y vio al contrario en el suelo, con ojos grises brillantes y llorosos, y un potente aroma a vainilla y cerezas que ya estaba inundando todo el salón, más aún al haber ahora un verdadero alfa en el lugar.

Ni-Ki solo soltó un quejido odiando su mala suerte y sintiendo cómo su entrada empezaba a lubricar sin él poder hacer mucho realmente.

SungHoon cerró la puerta tras de sí, lo que le causó un leve temblor al peli rubio. Lo miró directamente, inhalando profundo para sentir mejor su aroma.

─ Omega...

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