« Uno.
- Ni-Ki se sintió cayendo, cayendo, cayendo. Parecía no haber fin de eso. El viento se arremolinaba alrededor del cuerpo del pequeño chico, sus delicadas extremidades girando y agitándose en el aire mientras la frágil figura descendía.
Cayendo, cayendo, cayendo... y luego nada.
Ni-Ki se sintió caer contra lo que parecía ser una superficie dura. El suelo debajo de él era frío y áspero, raspando la piel delicada del pequeño chico, lo que le causó hacer una mueca de dolor por el malestar. Justo cuando Ni-Ki estaba a punto de abrir los ojos, oyó un ruido fuerte seguido por el peor dolor que había sentido en su vida.
Caía de nuevo hacia el suelo, Riki vagamente escucho fuertes sonidos huecos y gente gritando. Se deslizó en la inconsciencia con un solo pensamiento en su mente...
Wow, la vida en la Tierra es una porquería...
♡❜
– Señor, juro que no tengo ni idea de dónde vino. Yo estaba conduciendo y entonces apareció de la nada en la calle.
– HeeSeung, los chicos no sólo aparecen mágicamente de la nada. Solo porque atropellaste al chico no significa que puedas dar excusas
– ¡Pero yo no lo hago! ¡De verdad, fue como si acabara de caer en la calle del medio de la nada!
Ni-Ki abrió los ojos, desenfocada mente adaptándose a su nuevo entorno. Mirando hacia abajo, parecía que estaba en una cama decorada con sabanas de color rojo oscuro y una cantidad horrendamente grande de lujosas almohadas de oro. Las paredes de la habitación eran rojas y también tenían una colección de pinturas que Ni-Ki sabía que iba a tardar años para apreciarlas de verdad. El chico parpadeó un par de veces. Aquí todo era mucho más oscuro que en el cielo, por lo que le tomó un poco para acostumbrarse.
– ¡Oh, estás despierto!
Ni-Ki rápidamente volvió la cabeza para ver a dos hombres mirándolo. Uno de ellos era alto y muy delgado, con una mirada de disculpa en su hermosa cara. El otro hombre era un poco más bajo y lucia tranquilo, con una cara amable y pelo medio ondulado que estaba un poco más largo justo la nuca de su cuello. Riki sonrió a los dos hombres. Ambos se veían bien y eran casi tan hermosos como los ángeles a los que él estaba acostumbrado a ver, por lo que lo puso más cómodo.
– Hola – el hombre de pelo ondulado dijo, su voz no era tan profunda, más bien algo suave, pero seguía siendo tan diferente a la dulce, melodiosa voz que Ni-Ki había escuchado toda su vida, – ¿estás bien?
Nishimura intentó asentir con la cabeza, sólo para sentir un dolor punzante a través de su cráneo. Él gritó y se agarró la cabeza, haciendo un puchero lindamente. El hombre de pelo ondulado se rio un poco.
– Tu cabeza probablemente duela un poco, ya que fuiste noqueado en el suelo después de haber sido golpeado –explicó con calma,– ¿Te acuerdas de tu nombre?
– Ni-Ki –gimió el chico, todavía con la cabeza palpitante – Nishimura Riki
– Ah, está bien, Nishimura. ¿Puedes decirnos cuántos años tienes o donde vives? –el hombre de pelo ondulado le preguntó. Ni-Ki negó con la cabeza, con su puchero creciendo aún más.
– ¿Por qué no? ¿No te acuerdas? –el hombre siguió preguntándole con voz tranquila y relajante. Ni-Ki negó con la cabeza una vez más.
– Yo no puedo decirte mi edad porque eres un extraño – Riki respondió con seguridad. Él no sabía mucho sobre la vida humana, pero cada vez que miraba hacia abajo en la Tierra, siempre veía a las madres diciéndoles a sus hijos que no dieran información personal a extraños. El ex ángel pensó que era una extraña costumbre humana.
¿Ves?, yo no soy tan malo haciendo cosas humanas.
– Oh... bien –dijo el hombre de pelo ondulado, tratando de no echarse a reír por lo adorable del chico, – Mi nombre es Kim SeonWoo. Tengo veintidós años y trabajo como abogado personal. Este de aquí es Lee HeeSeung. Él tiene veinticinco años y es un chofer, él es el que te atropello. Ambos trabajamos para Shim JaeYoon, el dueño de la casa donde te encuentras en este momento.
– ¡Está bien! ¡Encantado de conocerlos SeonWoo y HeeSeung! – Ni-Ki dijo con una brillante sonrisa a pesar del dolor que seguía corriendo por todo su cuerpo. El chico, aunque ahora era un ser humano, todavía tenía todas las cualidades de un ángel, entre ellas la emoción infantil, –¡siento que tuvieras que atropellarme, HeeSeung! Eso suena como que fue doloroso.
SeonWoo se echó a reír, resistiendo el impulso de agitar el pelo del chico, por la manera linda e informal en que había dicho su nombre y el de HeeSeung. El abogado miró a Lee, quien estaba mirando hacia abajo, con una expresión aturdida en su rostro.
– Así que ahora que ya no somos extraños, ¿puedes decirnos tu edad? – SeonWoo le preguntó al pequeño. Ni-Ki frunció el ceño un poco por la pregunta. No podía decirles su edad real... que eran técnicamente miles y miles de años en edad humana, después de todo. Rápidamente se estaba comiendo los sesos tratando de pensar en una edad humana aceptable para él.
– Diez –dijo finalmente Ni-Ki. SeonWoo arqueó las cejas y HeeSeung dio una sorpresiva tos. Muy bien, así que esa no era la respuesta correcta... – ...y nueve – Ni-Ki añadió débilmente, con la esperanza de que fuera una edad aceptable.
– Oh. Diecinueve –dijo SeonWoo sonriendo,– bien – Ni-Ki suspiro de alivio.
– ¿Te acuerdas dónde estás Ni-Ki? –Esa es una pregunta fácil, Nishimura pensó, SeonWoo le acaba de decir dónde estaba. ¡Tal vez él está tratando de ponerme a prueba para ver si mi memoria es buena!
– ¡La casa de Shim JaeYoon! –dijo el chico felizmente, emocionado de saber la respuesta a la pregunta. SeonWoo sólo se rió una vez más, mientras que HeeSeung trató de ocultar su risa.
– Bueno sí, pero me refiero a en que ciudad te encuentras – SeonWoo explicó. Ni-Ki frunció el ceño profundamente y sacudió la cabeza. No tenía idea de dónde estaba. Después de todo, JungWon en realidad no le había dicho dónde caería.
– Oh, bien, estás en Seúl. En Corea del Sur –dijo SeonWoo, con la esperanza de estimular la memoria del chico. Los ojos de Ni-Ki se iluminaron y dio aplauso con sus manos felizmente.
– ¡Oh, Seúl! He oído hablar de ese lugar –dijo el chico con entusiasmo. SeonWoo y HeeSeung lo miraron con las cejas arqueadas.
– Él probablemente es de provincia –el chofer le susurró al abogado. SeonWoo asintió con la cabeza, de acuerdo con el sentimiento. Incluso si Ni-Ki hubiera dicho que era de Seúl, el joven abogado no se lo habría creído. Nadie tan inocente o infantil como Ni-Ki, se podía encontrar en la gran ciudad...
– Bueno, bueno, Ni-Ki, ¿de dónde eres? ¿Tu familia vive en algún lugar cerca de aquí? – SeonWoo preguntó. Inmediatamente, la sonrisa feliz de Ni-Ki se salió de su rostro y sus ojos grandes comenzaron a llenarse de lágrimas.
Mi familia, Ni-Ki pensó, su mente vagaba hacia SungHoon, JungWon, Daniel y todos los ángeles que había conocido en toda su vida. ¿No son mi familia? Ellos son los únicos que he conocido. Pero no existen más para mí...
De repente, el hecho de lo que le había sucedido golpeó a Ni-Ki como una tonelada de ladrillos. El chico casi se dobló por el dolor y tristeza, los brazos fueron para agarrar sus alas que ya no estaban allí.
No tengo a nadie, Ni-Ki pensó, tratando de no llorar, no más SungHoon haciendo bromas extrañas, no más JungWon gentilmente tratando de enseñarme más lecciones, no más Cielo... sin hogar, sin familia, nada...
SeonWoo lucia en pánico cuando el chico empezó a llorar. Lanzó una rápida mirada a HeeSeung y vio al otro hombre luciendo tan afligido y preocupado. Rápidamente, tanto el abogado como el chofer se dirigieron a la larga cama en un vano esfuerzo por calmar al chico. SeonWoo frotó círculos en la espalda de Ni-Ki mientras HeeSeung torpemente acariciaba la cabeza del chico.
– No tengo a nadie – Ni-Ki susurró una y otra vez,– ninguna familia. Ni casa. Yo soy un ángel caído. Nadie se preocupa más por mí.
Los ojos de SeonWoo se abrieron por el término de 'ángel caído'. ¿Ángel caído? ¿Al igual que alguien que ha perdido su inocencia? Oh, Dios...
De repente la puerta del dormitorio se abrió con un fuerte golpe. Tanto SeonWoo como HeeSeung saltaron fuera de la cama mientras el infame amo de la casa entró en la habitación.
Ni-Ki miro arriba, resoplando, pasando sus manos en su cara manchada de lágrimas, tratando de retirar el líquido salado fuera de sus mejillas. Sin embargo, todos sus movimientos se detuvieron cuando sus ojos se posaron sobre la persona que acababa de entrar en la habitación.
El hombre de pie en el marco de la puerta delante de él no era como uno que él hubiera visto nunca antes. Todos los ángeles tenían la similar apariencia de piel pálida, ojos grandes y delicados, de rasgos femeninos. Este hombre era todo lo contrario. Era alto, casi tan alto como SungHoon, de rasgos afilados, una mandíbula fuerte, y la piel medio bronceada pero blanquecina. Él emanaba una hombría que Ni-Ki nunca había presenciado antes, y dejo sin aliento al hermoso chico.
Los ojos del hombre escanearon al delicado chico en la cama, antes de que él dejara escapar un largo suspiro.
– SuNoo, ¿cómo está? –preguntó el hombre. Su voz no era tan profunda ni tan delicada, Ni-Ki nunca pensó en escuchar una voz así, y había un ligero acento escondido detrás de las cortas palabras precisas.
– Ya te dije JaeYoon , yo soy abogado, no un médico –respondió SuNoo, entrecerrando los ojos hacia el hombre más alto– fue golpeado sólo ligeramente, por lo que en su mayoría sólo tiene heridas superficiales. Pero hay que llevarlo al hospital.
– ¿Así la prensa puede tener un día de campo diciendo que mi chofer atropelló a un chico en la calle? – JaeYoon dijo, – gracias, pero prefiero no tener ese desastre de relaciones públicas.
– ¿Así que prefieres tener un desastre de relaciones públicas por atropellar a un chico en las calles, cometer negligencia con él, y dejarlo morir? – SeonWoo preguntó con las cejas levantadas. Riki, desde su posición en la cama, comenzó a sentir pánico.
¿Morir? ¿Me voy a morir? Supongo que soy mortal, así que me puedo morir... ¿pero será pronto eso? ¿Qué será de mí cuando me muera? ¡Se me prohibió entrar en el cielo de nuevo! ¿Me tengo que ir al infierno? ¡Oh mi... JungWon-Ah! ¡Sálvame! No puedo ir al infierno. ¡Quién sabe lo que me obligarían a hacer! A lo mejor me hacen matar cachorros. ¡No puedo pasar la eternidad matando cachorros!
– ¡Ni-Ki! – HeeSeung gritó, preocupadamente agarro al jovencito, quien parecía que estaba en medio de un ataque de pánico.
– ¿Me voy a morir? – Riki se ahogó, mirando a HeeSeung con los ojos muy abiertos. El hombre solo se limitó a sacudir la cabeza, tratando de confortar a Ni-Ki.
– No estás tan lesionado, Ni-Ki – HeeSeung explicó,– SeonWoo-Ah sólo estaba tratando de hacer entender al amo Jake.
– ¿Qué pasa con ese chico? – JaeYoon dijo, mirando a SeonWoo. El abogado se acercó al empresario y lo saco de la habitación.
– Creo que Ni-Ki está teniendo un momento difícil ahora mismo – SuNoo le dijo a Jake una vez que los dos estaban en el pasillo,– de lo que él dijo, parece como si él no tuviera casa y podría haber sido recientemente abusado sexualmente... Quiero decir, él mismo se llamó 'ángel caído' y los dos sabemos lo que eso implica.
– Los asuntos del chico no tiene nada que ver conmigo –dijo Jake, sin entender lo que su abogado estaba diciendo.
– Bueno, ya que atropellaste a Riki en la calle, sus asuntos se han convertido en los tuyos también –dijo SuNoo,– si él quiere, te puede demandar por una gran cantidad de dinero. Por no hablar del día de campo que la prensa tendría con eso.
Jake miró a su abogado con una ceja levantada. Demandar a alguien era lo último que JaeYoon se imagina que el delicado y tembloroso chico dentro de la habitación, haría. Pero de nuevo, las apariencias son a menudo muy engañosas, eso era una de las muchas cosas que Jake había aprendido con los años.
Sin decir una palabra más, Shim se dio la vuelta y volvió a entrar en la habitación con Ni-Ki y HeeSeung. Se acercó a la cama y miró al chico más pequeño a los ojos. Ni-Ki eludido la mirada cuando vio el resplandor frío que el hombre alto le estaba dando.
– Voy a mandar algunos medicamentos para ti –dijo Jake ,– tómatelos. Una vez que estés mejor, podemos hablar de tu pago.
– ¿Pago? – Ni-Ki preguntó con los ojos muy abiertos. ¿Todos los humanos traen hombres extraños a sus casas y luego les pagan? ¿O sólo personas moribundas como yo reciben el pago?, el jovencito se preguntó.
– Yo te pagare por tus lesiones y cualquier problema que tengas, así que no sientas la necesidad de demandarme – Jake dijo,– por supuesto, asumiendo el hecho de que puedas darte el lujo de tener tu propio abogado.
¿Demandar? Los ojos de Ni-Ki se abrieron aún más en la confusión, ¿En el mundo de los mortales qué significa 'demandar'?
– ¿Por qué necesito mi propio abogado? – Ni-Ki preguntó apresuradamente a Jake, – ¡No sé cómo conseguir uno propio! ¿Tengo que comprarlo en alguna parte? ¡No tengo ningún tipo de dinero conmigo! ¿No puedes simplemente compartir a SeonWoo conmigo, JaeYoon?
Jake miró al jovencito, frunciendo el ceño profundamente. ¿Hablaba en serio este chico?
– ¿Por qué compartiría mi abogado para que me pudieras demandar? – Jake preguntó. Ni-Ki sonrió brillantemente al hombre más alto. ¡Sabía la respuesta a esa pregunta!
– Debido a que compartir es la cosa más buena por hacer, ¿cierto? – Ni-Ki dijo, recitando una lección que él había visto que siempre las madres humanas enseñaban a sus hijos – ¡y JaeYoon es una persona buena, por lo que seguramente compartirá conmigo!
HeeSeung y SeonWoo intentaron lo más duro para no echarse a reír después de que Ni-Ki había llamado a Jake una 'persona agradable'
– ¿Por qué crees que soy una buena persona? – Jake preguntó, entrecerrando los ojos. ¿Estaba este chico tratando de jugar algún tipo de truco?
– ¿Por qué crees que soy una buena persona? –Geonhak preguntó, entrecerrando los ojos. ¿Estaba este chico tratando de jugar algún tipo de truco?
– ¡Porque eres tan guapo! – Ni-Ki espetó con sinceridad. Otra cosa que nunca aprendió de los ángeles: tacto. – ¡Alguien tan guapo como tú, no puede ser malo! –Una vez más, HeeSeung y SeonWoo se rieron de lado.
Las cejas de Jake se arquearon, con sus mejillas extrañamente sintiéndose calientes por alguna razón. ¿Es esta la forma en que este chico actúa con todo el mundo?, Jake se preguntó, no es de extrañar que fuera abusado. Él es demasiado inocente aunque aventado al mismo tiempo...
– Como sea –dijo Jake, tratando de no estar nervioso, porque era Shim JaeYoon. El cabecilla de los más conglomerados de toda Asia. Él no se ponía nervioso. Y ciertamente no se ponía nervioso a causa de los chicos con rostros hermosos, pequeños ojos, sonrisa inocente y... espera ¿de qué estaba hablando de nuevo? – Voy a mandarte los medicamentos. Tómalos sin dar más problemas. Vamos a discutir tu situación más adelante – Jake dijo rápidamente, alejándose de Ni-Ki y salió de la habitación antes de que el chico jugara más trucos en su cabeza con esas miradas inocentes suyas.
Ninguna persona puede ser tan inocente, Jake pensó para sí mismo, tiene que haber algo con ese chico. Y JaeYoon encontraría que era. Porque nadie engañaba a Shim JaeYoon. Todo el mundo tiene un precio, sólo necesito comprar el secreto de ese chico....
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