Capitulo tres.

- Luego de acomodar todas sus pertenencias en su nueva habitación, decidió que un buen baño no le haría nada mal, entro a la ducha y luego de veinte minutos salió como nuevo, se vió al espejo y sus ojos ya no lucían tan hinchados como cuando entró, aún después de las lágrimas que había soltado bajo la artificial lluvia.

Se puso unos jeans negros algo ajustados, una remera de los rolling stones y una sudadera roja.

Terminó de ponerse su loción favorita - esa que SungHoon le había regalado para su cumpleaños. - y se salió justo al momento en el que oyó un lloriqueo por parte de la bebé, corriendo salió de su habitación y se dirigió a la otra continua. La chiquita estaba de rodillas en la cama, tapando sus ojitos con ambas manos.

—Oh, bebé ¿Qué ocurre? Ven aquí, amor. —se sentó en la cama y la pequeña se subió a su regazo, pasando sus brazitos alrededor de su cuello.

—Papi.. rum rum malo —musitó la bebé entre el llanto.

—Shh, tranquila, amor, todo estará bien.. —apretó sus ojos con fuerza, acariciando la cabellera de la pequeña.

—Papá.. quelo papá.. —hizo un puchero que rompió más el corazón del pelinegro.

—Oh, mí cielo...

La puerta se abrió dejando ver al castaño, quien lo miraba preocupado.

Se acercó a ellos y se puso de cuclillas frente a ambos.

— ¿Qué hago? —dijo bajito el oji avellana.

—Mimi ¿Quieres comer? He preparado una rica comida para ti —le habló con dulzura a la pequeña— Se que a alguien le gustan los tomates rellenos de jamón y queso.. —dijo cantarín

— ¿Tomate? —la pequeña giró hacia él limpiando sus ojitos.

—Mhmm... —afirmó— ¿Quieres?

—¡ti...!

—Ven, vamos abajo, amor..

— ¿Y api Nini?

Ambos compartieron miradas, el ojimiel suspiro y se sentó a su lado.

— ¿Sabes que a las personas muy muy buenas, las llevan al cielo para convertirse en ángeles?

— ¿Ángeles? —preguntó la pequeña, el castaño asintió.

—Las personas que son muy buenas, son elegidas para ir al cielo y convertirse en ángeles, a papi Nini y a papá Hoonnie los eligieron para ser ángeles y cuidarte desde el cielo. —dijo acariciándole su mejilla.

La pequeña frunció el ceño y se acercó más a él. El pelinegro observaba todo callado, sabía que si abría la boca, no podría soportar el llanto.

— ¿Api Nini es un ángel? ¿Y pa, Hoonnie tamien?

—Si, mí amor, ellos son unos hermosos... —agachó su mirada, tragando fuerte— unos hermosos angelitos que ahora no pueden estar aquí, por eso el tío Jay y yo te cuidaremos ahora.

— ¿Man a volver? —preguntó haciendo un puchero.

— E-ellos siempre estarán aquí contigo, bebé. —habló está vez el pelinegro— Están con nosotros ¿Si? Los angelitos ahora tienen que quedarse en el cielo, pero los dos nos cuidarán a nosotros.

— ¿No te gusta estar con nosotros dos, pequeña? —preguntó el castaño— Aquí, con nosotros, podrás comer helado cuando quieras..

— ¿Helado? —sonrió.

—Tendrás todos los helados que quieras, bebé.. ambos podremos comer helado cuando queramos —le sonrió de vuelta.

—¡Tiii!, helado, helado, helado..

—Pero primero, debemos ir a comer ¿Huh?

—Tiii mamos, mamos.. —se removió de los brazos de JongSeong y saltó a los brazos del otro chico.

— HeeSeung... —lo miró con reproche.

—Shh, luego hablamos de eso.. —le restó importancia y salió de la habitación con el pelinegro siguiéndolo.

—Debemos ir de compras, Jay, hay mercadería pero faltan carnes y más yogurt para YiRen.

—Iremos por la tarde ¿Aún hay algo para comer aquí?

—yup..

—Eso basta para mí.

♡❜

—Okay, entonces, tu ve al sector de verduras y yo iré a buscar la carne —dijo el castaño.

— ¿Qué verduras puedo traer? No sé nada de eso, HeeSeung..

—Por dios, JongSeong ¿Que no cocinas en tu casa?

—Bueno, sacar la pizza de su caja y servirla en un plato, ¿Sirve como cocinar?

—No.

—Entonces no, no cocino en mí casa. —respondió con simpleza.

—Oh por dios... —el castaño rodó los ojos— Debes hacer un curso de cocina, urgente.

—Oh vamos, HeeSeung. No necesito aprender a cocinar si te tengo a ti.

—No seré tu Chef privado, muñeco.

—Hagamos esto —se paró en medio del pasillo, haciendo que el otro lo imite— Tú te encargas de cocinar y yo de lavar todos los trastes. —extendió su mano hacia el chico.

— ¿Las ollas también?

—Uh...

— ¿Y limpiar toda la cocina luego de que yo la use?

—No te pases...

—Okay, entonces, aprende a cocinar.

—Agh.. está bien, acepto. —el castaño sonrió satisfecho y apretó su mano en un acuerdo.

—Un placer hacer negocios contigo, Osito Park.

Esta vez fue el turno del pelinegro de rodar los ojos. Lo siguió por el pasillo hasta que su teléfono sonó.

Hola?

Hola, bebé.

Hola, mami, ¿Cómo estás?

Pues, yo me encuentro bien ¿Cómo estás tú?

Como puedo...

¿Cómo está la pequeña?

Muy bien, estamos en el mercado en este momento, junto con HeeSeung

Oh, HeeSeung ¡¿El chico del que estás enamorado hace años?! ¡Había olvidado ese detalle!

El pelinegro se alejó apresurado del castaño, pensando que podría haber oído la estruendosa voz de su progenitora.

¡Mamá!

Oh ¿Él está ahí, cierto? Lo siento cariño.

Por dios, cállate, ¿Cómo están en casa?

Bien, amor, tu padre tuvo su día libre hoy así que hemos pensado en que podríamos ir a visitarlos hoy.

No, no, no, no. Esto no podría pasarme, no hoy.

Uh... No creo que se pueda, mamá..

¿Por qué no? Hace mucho que no te vemos, JongSeong. Además, una ayuda de experiencia no les vendría mal a padres primerizos como ustedes.

No puedo creer que me estés diciendo esto..

Park JongSeong... iremos a verte hoy y no quiero excusas

Pero...

Es una orden, jovencito.

¡Maldición!

¿Qué has dicho?

Que los estaremos esperando...

Eso creí, bueno, te veremos en la tarde, a las 17:00 estaremos ahí, te amo, cielo, cuídate.

Y colgó, el pelinegro se agarró de los cabellos en frustración. Esto no podía estar pasándole a él.

Se acercó al castaño quien tenía en sus manos dos bandejas de carne.

— ¿Cuál prefieres? —preguntó mostrándole las dos opciones.

— ¿Y yo como voy a saber? Eres tú el que cocinará, HeeSeung. —respondió

—Ugh.. qué tipo más difícil. —metió las dos bandejas al carrito— No viene nada mal una opinión de tu parte, Jay.

—No empieces, HeeSeung. No estoy de humor.

— ¿Se puede saber el porqué?

—Mis padres

— ¿Qué tienen tus padres?

—Vendrán a vernos hoy. —bufó.

— ¿Y eso es malo por qué..?

— ¿Cómo "por qué"? Será un infierno para mí.

—Oh vamos, Jonggie, podrán ayudarnos con el tema de decirnos cómo criar a una pequeña de tres años. Nos viene bien.

—Eso fue exactamente lo mismo que mí madre dijo. —se quejó.

—Pues, es una mujer muy sabía.

—¡Hee! Quelo chocolate.. —dijo la pequeña, quien estaba sentada en el carrito.

— ¿Chocolate? —la niña asintió— Pues chocolate tendrás, princesa.

— ¡Tiii!

— ¿Por qué se me hace que la malcriarás?

—No la malcriaré, solo le doy lo que me pide. —se defendió.

—Pues, a eso se le llama malcriar.

—Oh, pero mírala —dijo señalando a la pequeña— No puedo decirle que no.

—Te advierto, HeeSeung. Luego no te quejes.

—No lo haré.

♡❜

Jay observaba desde el sofá como el castaño andaba de aquí para allá limpiando toda la casa, pues ya solo faltaba poco tiempo para que sus padres llegarán.

— JongSeong, ¿puedes bajar tus asquerosos pies de la mesa? —pidió el castaño cruzándose de brazos, el pelinegro rodó los ojos pero hizo lo pedido— Gracias.

— ¿Por qué tanto ordenas? No es que vendrá la reina Isabel. Solo mis padres.

—Debe estar todo ordenado, no importa quién sea.

—Como digas.

—Me iré a bañar, si YiRen despierta, su leche está preparada en la heladera, solo debes calentarla un poco.

—Bien —respondió tomando su jugo.

El ojimiel desapareció por las escaleras y el pelinegro cerró sus ojos apoyando su cabeza en el respaldo del sofá.

Un recuerdo vino a su mente en cuanto sus ojos se cerraron.

[Flashback]

— ¿Entonces porque no le dijiste que "si", si era un buen partido? —preguntó Nishimura a su amigo mientras preparaba el biberón de la bebé.

—Pues no lo sé, no era mi tipo de igual manera —se encogió de hombros.

JongSeong hyung, has rechazado a todos y a cada uno de los pretendientes que has tenido y no sé porqué.

—No son lo suficientemente buenos para mí.

—Uhm... es eso ¿o es que ninguno de ellos es un castaño de ojos mieles y sonrisa encantadora, que se encarga de sacarte canas verdes cada vez que te ve? —las cejas del rubio se movieron de arriba abajo.

—Oh, por favor, ¿Sigues con eso? Ya te lo he dicho, el idiota de HeeSeung no me gusta, para nada.

—Ajá... sigue mintiéndote Jonggie.

—¿Por qué dices eso? ¿No ves que él me odia?

—Jesús, si que eres un tonto —rió— HeeSeung te tiene ganas desde que los presentamos en el restaurante. ¿Vas a decirme que no tengo razón?

—No, no la tienes. A él no le atraigo ni viceversa. Somos dos polos totalmente opuestos.

—Los opuestos se atraen —respondió Nishimura.

—Eso es muy cliché.

—Pero es cierto Jonggie hyung.

—No, no es cierto, HeeSeung y yo nunca estaremos juntos.

—Son tan tontos y tercos que no quieren admitirlo, pero todos sabemos que es así.

—Deja de decir eso y mejor cambiemos de tema, podrán entrar en cualquier momento y si te oye decir esas tonterías solo harás que su ego crezca.

—Está bien, me callaré, pero te lo digo Jonggie hyung. Tarde o temprano, HeeSeung y tú terminarán juntos y allí estaré yo para burlarme de ti y decirte en la cara: "te lo dije". Lo prometo.

[Fin flashback]

El pelinegro sonrió y limpió algunas lágrimas que habían escapado.

—Bueno, creo que no podrás cumplir tu promesa, Nishi.

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