𝟎𝟕. I Want You To Give In



Bella estaba de nuevo en el sillón, tenía una intravenosa conectada al brazo. El partido de fútbol era el único sonido que había en la sala, nadie se atrevía a decir o hacer algo más que solo ver a lo que alguna vez fue una saludable chica convertirse en un saco de huesos con una ligera capa de piel.

—¿Tienes frío?–Le preguntó su esposo al ver cómo se acomodaba. Ella asintió.

—Yo ayudaré.–Se acercó el lobo y puso su mano sobre la pierna de ella, tratando de darle calor.–No hagas eso.

—¿Qué?

—Sonreír como si fuera tu persona favorita.

—Una de ellas. Me siento completa cuando estas aquí.–Rosanna miró a Alice esperando tener todo el chisme después. No entendía como Edward podía estar tan tranquilo, ella solo conoció a Esme sintió celos de ella, claro, ahora ambas cocinaban juntas para la manada de afuera, pero igual. Bueno, Esme cocinaba y Rosanna le contaba historias mientras se sentaba en la encimera de la cocina.

Bella se sentó en el sillón, Edward le acercó una cubeta y ella estuvo a punto de vomitar.

—Debemos encontrar la forma de alimentarla un poco.–Habló Esme. Bella se volvió a recostar al sentir que las náuseas se iban.

—Si pudiera ver al feto...–Inició Alice.

—Al bebé.–Corrigió Rose.

—Tal vez podría entender lo que quiere.

—Tal vez tienes razón. Jacob tuvo una idea.–Anunció Edward.

—No fue una idea. Fue un comentario sarcástico.

—¿Qué se te ocurre?–Le preguntó Carlisle.

—Que probablemente esté buscando a quien encajarle los dientes.

—No me tomaré eso personal... porque, tal vez tengas razón.–Rosanna lo pensó.

—Tiene sed.–Dijo Bella.

—Conozco la sensación.–Aseguró Jasper. Todos tenían un tortuoso tono negro en los ojos, un recordatorio de todo el hambre que habían estado pasando. Solo Rosanna tenía los ojos de el tono carmesí de siempre.

—Si es apetito no va a querer sangre animal.–Empecé a alejarme.

—¿A donde vas?–Cuestiono Edward.

—Tengo mis reservas, ¿lo olvidas?–Carlisle la siguió.

Tomaron una de las bolsas de sangre y empezaron a verterla en un vaso de cristal. Se habían ido unos cuantos de los Cullen, no podían permitirse esta sangre al menos, porque podría ser peligroso.

—Aguarden un segundo. ¿Van a hacer que beba eso?–Preguntó el lobo sin poder creerlo.

—Es la forma de probar la teoría.–Le respondió Carlisle. Rosanna y él compartieron una mirada, esperando que esto sirviera de algo. El asintió. Vaciaron el contenido en un vaso desechable y le pusieron una tapa y popote.

—Solo si tú estás de acuerdo.–Edward le pidió su opinión a su esposa.

—Haré lo que sea.

—Aguarda.–Edward camino hacia ellos para asegurar todo y llevarle el vaso.

—Esto me da náuseas.–Jacob se alejó un poco en el sillón, sintiendo como su estómago empezaba a revolverse ante el pensamiento de consumir sangre humana. Edward se acercó a ella y se inclinó para que ella pudiera tomar.

—Con esto será más fácil tomarla.–Todos la miraron expectantes. El líquido rojizo empezó a pasar por el popote de plástico, manchándolo. Bella levantó la mirada.

—Sabe... rico.–Carlisle y Rosanna se miraron orgullosos. El reconoció el brillo en sus ojos, tuvo ganas de acercarse, tomar su rostro entre sus manos y besarla sin parar, ella quería que el lo hiciera, pero ninguno hizo nada. En su lugar, Carlisle se aclaró la garganta, se sentó junto a Bella y tomó su muñeca.

—El pulso se está fortaleciendo.

—Funciona.–Murmuró Rosanna.

[...]

Carlisle y Rosanna estaban juntos, ambos estaban administrando la sangre que Bella necesitaría. Rosanna se encontraba frente a su computadora, con teléfono en mano, pidiendo una nueva orden de sangre para la casa Cullen.

—Si, este es un pueblo pequeño Michael, aquí es muy necesario tener las bolsas listas ya que no hay nadie más que pueda surtirlos. Si, se la gran oportunidad de negocio que hay aquí, yo estoy aquí.–Carlisle rio al escucharla. Rosanna lo miró mal.—Tu solo mándala... ¿cuanto? ¿Por qué se tardaría tanto tiempo? No puedes... ¿cómo? ¿En serio?–Rodó los ojos con frustración.–Bien, haz lo que quieras, pero que sea rápido y llegue.–Colgó la llamada.

—Supongo que no fue nada buen0.

—No lo fue. No podrán mandarme la sangre antes, se tardará una semana al menos, con el consumo del feto a este paso, no tendrá nada. Absolutamente nada antes de que llegue el nuevo paquete. No podemos arriesgarnos.

—Tenemos algunas bolsas de sangre en la clínica, no son de tan buena calidad y lo más probable es que hayan estado ahí por más de cuarenta días, así que...

—No se, ese feto parece algo picky con lo que come.–Ambos soltaron una risita ante el pensamiento.–Necesitamos hacer algo, y no solo por el feto, todos ustedes están muriéndose de hambre y eso no terminará bien a largo plazo. Deben de cazar Carlisle, no pueden quedarse así.

—No, pero no podemos salir de la nada, Bella y Edward nos necesitan. ¿Qué pasa si salgo y a ella se le rompe la fuente?

—Yo estaré aquí.

—¿Ah si? No eres doctora, cariño.–La miró divertido. Ella intentó mirarlo enojada, pero no pudo.

—Yo podré con ello, te he visto todo este tiempo, y además... soy mayor que tú, he visto muchas cosas.

—Bien, pero si lo haremos, te enseñaré un par de cosas para que puedas ayudar al parto sin lastimarla, ¿de acuerdo?

—¿Serás mi maestro entonces?–Ella dijo mirándolo de arriba a abajo.–Nada contra eso, me sentiría muy atraída a ti si fueras mi maestro. Él estaba seguro que hubiera enrojecido si hubiera podido hacerlo.

—Y tú serías mi alumna favorita sin duda. Pero no es momento para ello, tienes que aprender las cosas básicas del parto, ¿okay?–Empezaron a caminar. Carlisle empezó a explicarle sobre las herramientas básicas y que hacer si algo salía mal, de un momento a otro el volteo, ambos estaban muy cerca el uno del otro. Este, este era un momento perfecto para un beso, no era el momento más romántico, pero era un momento donde estaban los dos, solos nada más. Ambos querían ese beso, ambos lo deseaban más que nada, incluso con toda su historia.

Escucharon la puerta principal abrirse y ambos se alejaron del otro de golpe.

—¿Quien...?

—No se.–El salió a ver de quién se trataba. Ella se quedó ahí, sin saber que hacer. Estuvo a punto de besarse con el, de besarse con el hombre del que estaba enamorada, del hombre que había amado más que a nada en el mundo.

Carlisle regreso unos minutos después con Jacob, y le pidió que los siguiera a la mesa de la biblioteca conjunta. No sabía el porqué, si era porque estuvieron a punto de besarse, pero cualquier movimiento que Carlisle realizaba le parecía erótico, fuerte, masculino, como si estuviera tentándola en acercarse, como si quisiera estar con ella tanto como ella con el. Estaba más que distraída con los fuertes brazos del doctor, con su nariz perfecta y las mangas de su camisa arremangadas hasta el codo, como le gustaba traerlas cada que se estresaba.

Carlisle la miró y Jacob también, ahí entendió que debía de decir algo, incluso si no entendía muy bien.

—¿Qué? Disculpen, estoy algo... distraída, perdonen.

—Estábamos hablando sobre lo de esta noche. Sobre lo de ir a cazar y encontrar la sangre para Bella.–Le dijo Carlisle.

—Oh si. Saldrán esta noche.

—¿Tu te quedarás?–Le preguntó a Rosanna.

—Alguien tiene que estar para... proteger a Bella.–Esas palabras aún sonaban extrañas en su boca, no hace mucho había quería hacer cualquier cosa para eliminar al feto, ahora hasta le había compartido de su comida; Carlisle la estaba volviendo dulce.

—Ustedes son el enemigo. Apenas salgan Sam no dudará y los matará a todos.–Dramatizó mientras veía hacia afuera, al bosque.

—Emmett vendrá con nosotros.–Dijo Carlisle.

—No es suficiente.

—No hay alternativa. Podemos hacer algo para salvarla y lo haremos.

—¿Arriesgarían la vida por ella.

—Claro. Bella es parte de la familia ahora.

—Si. Me doy cuenta. Ustedes son una familia. Tan fuerte como en la que yo nací. Se lo que debo hacer.

✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top