La infancia de Edith fue bastante común, sin contar en hecho de ser la princesa de un reino y que su padre siempre esté en constante peligro debido a las guerras en las que su pueblo le hace entrar pese a que el siempre intentó ser alguien pacifista en ese ámbito aunque su mujer y la madre de Edith no tenía también esa idea en mente, pues se podría decir que una de sus mayores aficiones era simplemente crear caos y hacer que la gente se odie entre si solo por que ella no está feliz con como es ella o lo que tiene a su alrededor. Eso mismo fue lo que la llevó a engañar a su marido repetidas veces, no solo con gente de Bruinen, si no también con gente de otros reinos, obviamente el ser casado era un requisito para ella ya que eso le permitía ejercer cierto poder sobre esas personas y poder controlarlas a su antojo como simples marionetas. Al principio todo esto Edith era totalmente ajena a todo lo que su madre hacía y lo que pasaba también por su mente, pero esa ingenuidad pasó en cuanto tenía la edad de 16 años, y justo antes de irse de caza con su mejor amigo (donde realmente nunca mataban nada por culpa de que a Edith le daba pena) pudo ver en el escritorio de su madre o más bien debajo de este muchas cartas y digamos que no hacía falta ser muy inteligente para saber que eran de carácter romántico, y eso que cada una estaba firmada con un nombre distinto.

Desde ese momento la relación de Edith con su madre se fue pudriendo lentamente ya que ella se lo echó todo en cara cuando ambas estaban solas y su madre se propuso dejarle claro que era ella quien tenía el poder ahora ya que su padre había muerto en batalla hace sólo unas semanas. Esa información era totalmente desconocida para la joven que se quedó destrozada ante esa noticia, por lo que su solución fue alejarse de todos. Pero siempre puede haber alguna excepción, y en este caso era Nicholas, su mejor amigo desde que tenía memoria, que era el único con el que todavía se podía ver ese brillo que la gente decía que era tan característico de la joven y el cual se estaba disipando lentamente con el paso del tiempo.

Su relación con Nicholas no empezó bien desde el primer momento, los padres de Nicholas siempre fueron muy conservadores y aunque estaban encantados de que su hijo fuera tan cercana a la pequeña princesa solo veían un futuro en ellos: el matrimonio. Al principio eso no parecía importarles a ninguno aunque nada te importa cuando tienes 5 o incluso 10. Pero en la llegada de la adolescencia, cuando habían conseguido juntar sus diferencias para hacer el dúo más caótico todavía, las peleas empezaron, siempre era igual, Edith se quejaba de la idea del matrimonio y de tener que estar encerrada en su casa todo el día para complacer a un hombre, y Nicholas siempre defendía el punto de vista de su familia pese a pensar igual que la castaña.

Al final todas esas peleas solo hacían que Edith aplicara la ley de hielo en Nicholas por unas horas o incluso días a veces, y la disculpa de Nick o a veces de Edith era visitar al otro en medio de la noche y después dar un paseo en caballo. Pero no todo iban a ser florecitas y arcoiris, no, ya que sólo unos años después una gran sombra cayó sobre el pequeño pueblo y con sombra hablo de un gran ejército con procedencia desconocida cuyo único propósito era destruir todo lo que se le ponía por delante.

Edith no se lo pensó dos veces y verdaderamente estaba dispuesta a luchar por su pueblo y los habitantes de este, pero había un problema, no eran ni la quinta parte del total de sus adversarios. Eso no les evitó que mataran a gran parte de estos, pero las bajas fueron extremas, hasta el punto de al día siguiente levantándose tras que la dieran por muerta en la batalla anterior por un golpe parecía ser la única consciente de todos. Revisó todos los cuerpos que pudo, de hombres, mujeres y niños, y lo único que consiguió fue manchar sus manos con la sangre de la gente que había significado algo tan importante para ella

La castaña no vio como opción que darse allí, no sólo por el destrozo de la ciudad, si no también por el sentimiento de impotencia que todo eso le provocaba. Lo único que se llevó de allí fue su caballo, el cual había echado a correr hasta una pradera a la que siempre le llevaba y una pequeña mochila con comida y un cuaderno, todo esto estando siempre acompañada de sus dagas y su espada, las cuales tuvo que sacar de cuerpos sin vida de las personas que habían atacado su aldea.

Lo único que hace desde entonces es marchar sin rumbo por la Tierra Media, estableciéndose en pequeños lugares no por más de un par de días y simplemente descubriendo mundo. Todo esto fue hasta que se encontró con un hobbit, cuyo nombre era Bilbo Bolsón, él probablemente fue la única razón por la que secieron sus constantes cambios e intentó quedarse cerca de la pequeña comarca, ya que hizo una promesa "Si en cualquier momento un Bolsón necesita mis servicios, no tendrá ni que preguntarlo, moriré con orgullo a su lado" Y lleva manteniéndolo por años, tantos que aunque en una persona normal se debería de notar, en ella parece que lo hubiera prometido ayer