Capitulo ⅡⅠ

Incidente.

Los días que han transcurrido desde aquella vez en que la vio han sido muchos, esperando la llegada o llamada siquiera de su buena amiga ha estado pensando en sus emociones un breve instante.

Siguió debatiendo consigo mismo sobre su real sentir y si era o no lo correcto manifestarlo de tal forma en que varias partes se verían afectadas, su sentido común y moral discuten contra los impulsos amorosos que su corazón sin miedo alguno grita, intenta impulsarlo a la deriva, dar un salto de confianza y ser atrapado por la correspondencia de su sentir. ¿Ella correspondería a sus más puros sentimientos que tardíamente comprendió?.

—Que difícil es todo esto...—frustrado sus manos se pasean por su decaído rostro preocupado mientras aguarda noticias de la boliviana.

Tampoco es que haya estado todo el tiempo resguardado en aquella habitación de hotel en su reflexión, ha pasado alguno que otro día dando idas y vueltas por las cercanías del mismo, aun sigue desorientado debido que aun en su mente yace grabado el pasado de aquella acogedora tierra.

Cansado de estar dentro de aquellas cuatro paredes nuevamente se encamina a dar un pequeño paseo rutinario, pasar por el mismo sitio, andar con el mismo ritmo y lamentandose tantas cosas que le han pasado en su vida.

Justo tomando la perilla de la puerta y a punto de salir de su habitación se hallo petrificado por el pánico y la sorpresa al ver a la persona que más quería ver en estos últimos días.

—Hola Israel...—se notaba nerviosa, la conoce tan poco que pareciera que la conociera de toda la vida ya que su timidez hace que sus movimientos y gestos sean muy predecibles.—estas listo para nuestro pequeño viaje hacia el pasado-moderno de nuestro ahora?.

Había emoción en sus palabras, de no ser por lo nervioso que se halla hubiese respondido con un exasperado ¡Si! antes de que ella pudiese formularle la pregunta que tanto espero.

—Por supuesto que sí!. —su emoción no paso desapercibida ya que saco una divertida risa de los labios de la tricolor.

Era un joven muchacho que aun, la edad que lleva siendo un estado independiente es mucho menor a los años que lleva ella, en su ser el frenesí de emociones que circulan por su cabeza generan una bomba de tiempo en su corazón, tanta adrenalina que recorre su ser, tantas neuronas que no razonan por culpa de sus hormonas que noquean control de su cuerpo pero eso es tan solo un breve instante. Su mente dio una ardua lucha contra aquel musculo palpitante que le exigía arriesgar todo, por suerte volvió en si antes de perder la compostura.

Ella volvió a tomar de su mano para sacarlo de la habitación y ya estando en el pasillo lo soltó, podía ver lo avergonzada que se hallaba que simplemente no le tomo importancia a aquel detalle.

—Te parece si vamos la ciudad estrella de La Paz?.—le preguntó.

—Me encantaría ir.—respondió amable obviando las limitaciones que ir allá implicaba,más que limitaciones alguno que otro problema pequeño.

Caminando lado a lado sin manifestar palabra alguna ambos disfrutaban de la compañía del otro. En silencio recordando aquel mismo instante en que por primera vez se conocieron y entablaron una bonita amistad que a la larga termino con el distanciamiento y ahora se retomaba con un agradable reencuentro.

Del centro tomaron un teleférico, sabiendo de antemano que lo más posible era que aun no superaba el mal de altura se arriesgó a la ida a aquella ciudad que lo pone en un mal estado pero no podía negar que la vista mientras sube es particularmente hermosa. Todo ha cambiado desde aquel entonces, todo desde su ultima visita hasta su huida y ahora retorno.

Ya en la cima fue difícil para el seguir erguido, tenia constantes mareos y debilidad que ante el esfuerzo que tiene por seguir respirando, apenas fuera cayó tendido sobre el suelo.

Israel!.—exclamo preocupada mientras lo socorría.

Su mirada casi perdida se clava en la de ella, en un momento en donde razonar esta fuera de su alcance sus manos se aferran a las de ella, una débil sonrisa se ha reflejado en sus labios mientras sus ojos proceden a cerrarse mientras escucha la voz de ella pidiéndole que resista.

Ese instante ella recordó el mal que le hacia la altura, aun así el contrario no dijo nada y simplemente la siguió, sintiéndose culpable hizo tal alboroto mientras la gente del lugar pedía una ambulancia para auxiliar al extranjero.

Varios minutos han pasado desde que fue socorrido y atendido en una pequeña posta médica, le han suministrado oxigeno para reestabilizarlo, estuvo al pendiente esperando que recuperara la conciencia.

—Que bueno que estés bien amigo.—sus buenos animos más aquel fuerte abrazo que le dio fue suficiente para sentirse más que aliviado.

Al ser un tipo tímido y algo esporádico, sus emociones se manifiestan a flor de piel, aveces es incapaz de controlar aquello que lo "vende" frente a todos. Aunque en los últimos tiempos aquella timidez se fue marchando dando lugar a la seguridad y a su vez a la valentía de no desmoronarse frente a otros cuando se ve acorralado o involucrado en alguna guerra, posiblemente la fémina tricolor era capaz de hacer volver aquella timidez de la cual muchos se han aprovechado.

—¿Que me paso?.—pregunto desconcertado, observándose a si mismo con una mascarilla y un tanque de  oxígeno a su lado derecho.

—Te descompensaste cuando subíamos hacia El Alto, disculpame por haberte llevado hasta ahí sabiendo lo mal que te hace la altura del lugar.—pido disculpas de forma encarecida, mostrando cierto arrepentimiento ante su actuar.

—No...—tomo sus manos entre las suyas de forma cálida. —soy yo quien debe pedir disculpas, debí hacerte el recuerdo de lo mal que me hace la altura, solo que por la emoción se me paso decirte.

Ella le sonrió al igual que el le correspondió su sonrisa, en aquel minúsculo momento la situación llego a ser incómoda para la boliviana, una sensación recorrió su ser, misma que parecía deducir y dar ideas que pasaba por erróneas de la forma en que posiblemente el la veía, se dio cuenta...el no pudo ocultar aquel sentimiento de su perspicaz mirada, lo paso por una idea descabellada...una idea errada.

—Es mejor que espere afuera, ya después te llevare devuelta hasta el hotel en donde te hospedas, al día siguiente seguiremos con tu actualización querido amigo.—dicho aquello ella se marcho dejándolo recuperarse.

Su ser estaba nervioso y algo avergonzado por lo que le hizo pasar, a pesar de ello ha tomado una decisión bastante radical, una que determinaría si su destino se forjara o no a lado de la persona que tanto estima.

Ya ha tomado su decisión pero ¿Sera capaz de cumplirla?.

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