Un obsequio especial

—¿Que crees que pueda gustarle? Un par de pendientes de Rubí, un collar de perlas negras las cuales son muy exóticas o quizás un viaje al más recóndito paraje de ensueño existente en la tierra...¿Cual crees que pueda ser?.—sosteniendo su mano esperaba una respuesta, su mente se centra en lo material y lo prioriza sobre aquello que en verdad importa.

La fémina emitió una burda carcajada, aun no comprendía como es que con los años que lleva de casado no se había esforzado ni un poco en siquiera conocer a su pareja, creía que todas eran iguales, interesadas en su puesto y en su bolsillo, ser el adorno de alguien como él era más que un privilegio. Tantos pensamientos narcisistas detrás de un papel de víctima y sufrido.

—No lo se, ¿te has puesto ha pensar tan siquiera un poco en lo que ella significa para ti? No sabes nada de ella e intuyes que el dinero y renombre es lo que busca pero...¿estaras en lo correcto?.—agudizó su mirada atrapando a la presencia masculina con sus palabras, lo pensó en reiteradas ocasiones, este era el momento ideal para soltar aquella "bomba".

En silencio analiza su pregunta, analiza sus acciones, la forma en que los sentimientos afloran en su piel tan naturalmente en su presencia era la nuestra fidedigna de su amor, más allá del egocentrismo que siente había alguien más en su corazón que su imagen misma. Esa abrumadora sensación que le causa la presencia de los otros cuando están con ella es inquietante ¿por que aquella inseguridad ante insignificantes cuando el esta por encima de ellos? Tanta escoria, tanta basura en frente suyo a quienes trata con cortesía y desdén solo por tratos beneficiosos, bellezas que caen ante su presencia buscando apoyo o algo similar. Lujos, regalos, noches lujuriosas y un mañana agotador, en más de una ocasión ha salido de elegantes hoteles con el traje hecho un desastre para llegar a tomar un vuelo que lo deje en las tierras de su pareja. Tras su matrimonio hubo un arreglo, palabrería barata, promesas que aún no se concretan y beneficios de los cuales intenta sacar provecho. Escogieron su destino, él no es más que solo una pieza clave para su desarrollo.

—Me siento sumido en un fluctuante deseo ambicioso y lujurioso. Debo cumplir con mi papel de buen esposo para no hechar a perder mis planes.—contesto soberbio acercando su mano al rostro de la fémina que lo mira con interés y curiosidad. —alguien inferior que no se compara contigo, si bien es atractiva, alegre, gentil, tierna y por lo mucho ingenua, no le quita lo tercermundista, tú y yo somos la combinación perfecta, no hay comparación alguna con la complicidad que ambos tenemos.—sus dedos acarician con vehemencia aquel delicado rostro tricolor, sumergiéndose en aquellos ojos verdes que tanto le encanta observar, sobretodo en las noches lujuriosas.

—Podrias darle algo pensando en mi si, aunque lo dudo dado que lo nuestro es complicidad nocturna y palabrería barata diurna.—bufó alejando aquellas manos de su rostro.—quizá un par de pendientes o el viaje podría ser una buena opción para alguien tan conformista como ella, ¿Tan acabado esta aquel navío que buscas mantenerlo a flote sea cual sea el costo?.—una nueva pregunta surge, su maquiavélica sonrisa perpleja a la otra presencia.

—Es solo hasta conseguir aquello que se me ha prometido con tal de casarme con ella, ese barco se hundirá por su propio medio más yo debo aparentar abnegación al intentar sacarlo a flote, ¡Ingenuos!.—río con fuerza antes de regocijarse en sus mentiras.

Parte de sus palabras son mentira pero otras no lo son ¿Cual de ellas resultan ciertas y cuales no? Todo depende del criterio propio, puede ser una fachada para resguardarse como ser la revelación de una cara nunca antes vista...

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—¿Qué puede ser?.—se preguntaba a si misma mientras en sostenía con cuidado una mediana caja con un listón rojo y una extensa nota.

Dejó el objeto cúbico sobre la superficies de su cama y en la esquina de la misma tomó asiento. Entre sus manos yace una nota, nota cuya letra reconoce desde el momento en que vio su nombre escrito como destinario.

"Egipto, espero que el siguiente presente sea de tu agrado. Se que nuestra relación ha tenido más momento malos que buenos que recordar, lamento no ser aquel que merezca tu amor.

Entre tantos otros tu corazón ha demandado al mio en busca de un acuerdo mutuo, un amor que perdure por la eternidad y que al mismo tiempo se consolide como un equipo sin igual. Espero puedas permitirme ser aquel que sume en tu vida, ser participe de todos tus logros, tus proezas y hazañas...escribir una historia. Ser la historia.

Tal vez sea momento de dejar todo atrás y empezar de nuevo, de conformar algo nuevo. Ser uno solo."

No hay palabras que puedan describir todas las emociones que siente, son tantas, se mezclan entre ellas y empiezan a surgir nuevas generando más euforia en su ser... No lo podía creer ¿acaso estaba soñando o en verdad aquello estaba ocurriendo?.

Entusiasmada procedió a abrir aquel misterioso regalo, las ansias y la curiosidad carcomian su ser. Estaba nerviosa, temblaba ligeramente y por ello sus movimientos eran desesperado y apresurados. En el interior una pequeña caja y al costa de la misma un objeto envuelto en cinta. Era la pieza más hermosa que haya visto, el objeto más especial y único que en cuya memoria quedo grabado desde el momento en que inició su historia, el fragmento que completaba su historia, la conclusión a su mayor incógnita.

Dejando de lado aquel familiar detalle se centró en la pequeña caja, al abrirla se halló una pequeña sorpresa. Un anillo de plata con la piedra más preciosa que hayan visto sus ojos, su tono violeta y rosa le recordaba a los cerezos que alguna vez vio en Japón, estaba emocionada que las lágrimas no se dejaron esperar. ¿Acaso lo material significaba algo para alguien que es vilmente engañado? No era un regalo de amor, era de culpa y remordimiento.

La persona tras de ello no tuvo la valentía de entregárselo personalmente y aún así sentía que lo tenía en frente, sentía que lo hizo por situaciones extraordinarias que lo obligaron a quedarse en sus tierras sin poder presentarse ante ella. ¡Que pena! Presa de su incondicional amor ha de sufrir mucho por ello. Por alguien que no vale la pena...por alguien indeciso... Por su gran amante.

Triste...