Capítulo 32

Celos y una pequeña discusión


Después de todas las emociones vividas con tal euforia en un día tan emotivo se vio un tanto confundida nuevamente con respecto a sus sentimientos. ¿Por que aquel sentir es tan potente que parece ser incapaz de controlarlo?.

No puede negar que ha estado celosa por la egipcia, si bien se conocían desde hace un buen par de años de manera formal, a nivel personal ella seguía siendo una total desconocida. Verla con aquella elegante indumentaria y en compañía de su buen "amigo" bicolor hizo que una pequeña chispa de indiferencia y ¿celos? se entendiera en su interior. Se sentía incómoda frente a su tal muestra de afecto, ver lo preocupada que se hallaba por el estado deplorable de Israel al igual que la forma en que la vio y pregunto por la situación. Aquel tono de voz que aquella dama tricolor había usado le molesto en su momento y ahorra por alguna extraña razón la aborrece cuando aún sigue oyendola en su mente cada vez que rememora aquel acontecer.

En frente suyo esta su esposo, un hombre que ha prometido amarla y respetarla pese a que anteriormente había prometido exactamente lo mismo, sus hermosos ojos azules se posan en su presencia distante y un tanto pensativa, sabe a la perfección que no está del todo presente, su ausencia mental hace que en su cabeza formule un sin fin de cuestiones que ciertamente cuestionan sus previas acciones, especialmente cuestionando se de si fue o no una buena idea haber invitado al israelí a tal personal evento.

Una mirada que puede engatusar a cualquiera, una que demuestra cierta profundidad y curiosidad hacia los procesos mentales que su contrapartida femenina genera en el interior de su cabeza. ¿En que estará pensando o que es lo que piensa ciertamente? son una de las tantas preguntas que se hace a si mismo e intenta dar una respuesta sin antes preguntarle a ella.

Desliza sutilmente su mano derecha sobre la superficie lisa y suave de la tela bordada de color naranja que decora la mesa en la que sus tazas de café parecen enfriarse rápidamente. Un ligero movimiento de una mano que busca la presencia de la ajena, sentir su suave y tersa piel verde una vez más, llamar su atención...hacerla volver de su pequeño viaje mental para compartir una charla amena a primeras horas de la mañana. La primera charla de su nueva vida.

Era un nuevo comienzo para ambos, era como si sus vidas en pareja comenzarán desde cero obviando y/o eliminando aquellos episodios difíciles de sus vidas. Borrando aquellos momentos tristes, borrando el hecho de que en algún momento le fue infiel con una dama tricolor que  conoce y conoció a la perfección además se de haber intercambiado un par de palabras en alguna ocasión.

—Quizá deberíamos irnos un par de días de vacaciones ¿no lo crees?.—le propuso animado, esperaba una respuesta, una que tardó demasiado en hacerse presente.

—Quizás...pero...por el momento no creo que sea conveniente, digo, podríamos al menos planerarlo mejor y no hacerlo así de la nada.—planteó una excusa que no fue muy convincente, una en la que su voz sonaba tan distante y a su vez muy confundida y poco creíble.

—Podríamos irnos solo un par de días a mis tierras, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que me visitaste y pisaste las mismas.—sugirió con amenidad sosteniendo sus manos con delicadeza sobre la superficie de la abundante mesa.

Ella lo pensó muchas veces, miro al ruso y miro sus manos un par de veces antes de tomar una decisión, no estaba convencida del todo ni mucho menos de acuerdo en salir de sus tierras para ir a otras cuando tiene asuntos por aclarar en las suyas, aún cuando el israelí permanece hospedado en sus tierras.

—Dejame pensarlo sí, todo es muy repentino...—otra excusa impuesta, otra que borra la dulce sonrisa que hacia dibujada en el rostro tricolor que tiene en frente, un rostro que parecía estar molesto y a su vez tranquilo, uno pasivo-agresivo.

—Esta bien, toma el tiempo que creas necesario para tomar una simple decisión.—bebió de un sorbo aquel café que estaba sobre la mesa para posteriormente marcharse.

—Rusia, espera...yo...—quiso detenerlo, dejó todo en la mesa, inclusive pago la cuenta para ir tranquilo el tricolor que según ella estaba molesto y con justa razón.

En su mente no hay más espacio para pensar más que solo pensar en el bicolor en el día de sus votos, quizá cometió el error más grande de su vida al renovar algo que ya no siente, algo en lo que ya no cree, alguien a quien empieza a no amar...alguien que no merece lo que le está haciendo... Alguien inocente.

—No hace falta que vengas hasta aquí, se en quien piensas, se que he cometido errores que nos pusieron en este camino pero al menos yo trato de enmendarlos, trato de olvidar los y borrar los para reescribir nuestra historia pero no funciona, yo solo no puedo cargar con todo esto.—le reclamo con sutileza, aquel rostro femenino se muestra culpable, se muestra afligido y un tanto triste, su corazón se ablanda y baja la mierda para sostenerse la sien con resignación.

—No estas solo, yo también lo intento, pongo todo de mi pero parece no ser suficiente...—se acercó velozmente y lo tomó de las manos alejando las mismas de su sien, su brillante mirada irradia dulzura que el contrario es incapaz de resistirse.

—¿Que hacemos? Yo te amo mucho, te amo como la primera vez pero parece que las adversidades son más fuertes que lo que siento por ti...—se aferró a aquel dulce agarre manifestando su preocupación y dejándose ver vulnerable frente a sus ojos.

—Eso es lo que yo también siento pero también presiento que si ponemos un pico más de nosotros seremos capaces de superarlas, seremos capaces de vivir felices como en nuestro primer año de casados.—manifestó ilusionada y esperanzada, sentimientos que contagio y a su vez compartió con el tricolor quien mostraba una gran sonrisa de felicidad en su rostro.

Un pequeño beso seguido de un fuerte abrazo fue la forma en la que volvieron a reconciliarse, después de todo ambos son culpables del rumbo que tomó su relación.

Ambos son responsables del camino que sus vidas tomaron, del destino que ellos mismos escribieron.

Una vida que no compartirían por mucho tiempo.

 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top