Capitulo ⅩⅤ
Confrontación.
Han pasado quizá una o dos semanas desde que nuevamente arribo a tierras bolivianas pero esta vez por un asunto netamente de negocios en lugar de un propósito personal en específico.
Deambulando por las calles aledañas a la embajada de su país se ha sentido observado y perseguido por una entidad que posiblemente se oculta tras toda aquella muchedumbre que va detrás suyo en un día tan ajetreado como suelen ser los miércoles.
En un día soleado donde las calles lucen vistosas a plena mañana al compás de los motores de los vehículos que se movilizan lentamente por las transitadas calles emitiendo bocinazos para que el trafico avance, los imponentes edificios reflejan los escasos brillos del sol, las aves sobrevuelan la zona emitiendo algunos dulces trinidos mientras reposan sobre las frondosas copas de los árboles verdes que decoran la gran Plaza que yace frente al Palacio de Gobierno. Ha transitado tanto que se siente un poco agobiado por los recuerdos que aun transitan por su mente con respecto a aquella gran estructura. Hay tanto recuerdo de lo que solía ser en el pasado la ciudad de La Paz que siente nostalgia al ver la transformación de la misma en la actualidad.
—Has cambiado mucho tras casi 70 años de no haberte visitado, siento tanta nostalgia...—suspiro con una leve sonrisa en el rostro mientras tomaba asiento en una de aquellas bancas que da frente a aquel establecimiento gubernamental.
Por otra parte ahí esta él, observándolo y esperando el momento oportuno ante el cual poder presentarse sin dar a entender que lo estuvo siguiendo casi por veinte minutos para confrontarlo y dejar muy en claro que Bolivia le pertenece.
Quizá ahora hable la inseguridad y pregone al mismo tiempo su desconfianza hacia aquel que dice ser el amigo de su pareja, no confía en sus propósitos, no se cree el cuento de que se enamoro de Egipto y que solo ve a Bolivia como su mejor amiga y hermana. Puede que sea inseguro pero no es estúpido y desde el preciso momento en que se presentó ante él vio el interés vivo que le guarda a su pareja, algo que va más de una simple amistad.
—Creo que ya va siendo hora...—justo cuando se disponía a marcharse del lugar su personalidad choco contra la personalidad de quien por el momento era un desconocido.
Un breve momento que aprovecho con sutil rapidez, observando su distracción apresuro sus pasos para concordar de manera perfecta con su caminar y similar un choque fortuito en lugar de uno intencional.
—Rusia!.—exclamo sorprendido, la presencia nombrada se le quedo observando en silencio con una mirada fría.—Boker tov Rusia, es bueno verte nuevamente.—su nerviosismo no paso desapercibido y se noto más con aquel saludo que dio en su idioma natal.
—Buen día a ti también Israel.—saludo cortes mostrando una extraña calidez en sus palabras que convenció al israelí.—concuerdo contigo Israel, es bueno volver a verte por aquí nuevamente.—la última oración sonó falsa, un tono falso que paso desapercibido por el nervioso israelí.
Hubo un ambiente tenso envolviéndolos a ambos, uno en donde uno quería marcharse a toda prisa y otro sacarle de una u otra manera la verdad que oculta con sus mentiras. Un choque de miradas por mucho incomodas, hay miedo en aquellos orbes celestes cual cielo en primavera confabulados con incertidumbre y existe desconfianza e inseguridad en aquel mar extenso mar azul que denotan aquellos orbes con cierta nitidez.
—He oído los rumores de que conseguiste una pareja, Bolivia me había comentado que salias con Turquía pero ahora lo haces con Egipto ¿por que aquel cambio tan repentino y rápido?.—si existe algo que no le sienta es ser curioso, no va con su personalidad y ahora mucho menos.
Israel se le quedo observando con extrañeza ¿a que venia esa pregunta?, ¿por que saco como tema de conversación su vida personal si de hecho no se lo había dicho a nadie?, ¿como es que se enteraron de su relación con Egipto?, ¿A caso Bolivia lo estaba stalkeando? Un sin fin de preguntas se hace con respecto a esta situación, porque tanta curiosidad de saber su repentino cambio, intuía que él se había dado cuenta de su propósito aun cuando ahora aquel mismo esta siendo descartado debido a que su corazón poco a poco se va acercando a una encrucijada de la cual un par saldrán heridos.
—De hecho me confundí al mencionarle lo de Turquía, es que la boda de Grecia y ella se acerca...yo soy uno de los testigos...entiendes las circunstancias ¿verdad?.—intento ser convincente algo que por muy pobre que hubiesen sido sus argumentos basto para el ruso, al menos eso le dio a entender.
Mentiras y mas mentiras ha escuchado salir de la boca del israelí, de hecho él es uno de los testigos de aquel pronto matrimonio y en ningún momento la turca lo menciono a menos de que fuese de parte de Grecia, en tal caso nunca lo vio cerca de la pareja en estos últimas dos semanas. Tal vez ahora este generando todo un drama sin fundamento alguno en su cabeza pero es a causa de un extraño presentimiento que persiste en sus ser que le alerta de situaciones que por el momento parecen solo estar en su mente, alguna de ellas no van desligadas de su realidad.
—Te felicito por tu noviazgo con Egipto, son el uno para el otro.—extendio su mano y estrecho la ajena en una señal de felicitación formal aun cuando por lo lejos parece un gesto de saludo formal.
—Muchas gracias, al fin encontré mi alama gemela.—añadio contento con una franca so risa en la cara, su rostro se ilumino al oír su nombre al igual que sus ojos brillaron un breve instante al pensar en ella.
Todos aquellos gestos y detalles fueron inconscientes algo que satisfacío al contrario y borro en parte las inseguridades que poseía con respecto a su amistad aunque no creía muy del todo en su supuesto amor a la egipcia, por el momento aun dudaría de él y solo hasta el instante en que ambos se casen confiaría en él más aun seguiría estando al pendiente de cada movimiento y paso que de.
—Queria invitarte a la renovación de votos que tendremos Bolivia y yo una semana después del matrimonio e Grecia, ¿aceptarias venir?.—una pregunta antecedidas por palabras que buscaban generar un sentimiento en especial en el contrario que lo delatara y expusiera como mentiroso.
Una pregunta trampa que buscaba una excusa de parte del contrario, la expresión de un sentimiento en particular que lo expusiera, que dejara en descubierto su real sentir, que lo desenmascare frente a sus ojos y lo deje como un vil mentiroso algo que no paso, al menos quizá no lo vio.
—Claro...acento tu invitación con mucho gusto y regocijo.—una enorme sonrisa se formo en sus labios mientras por muy en el fondo una extraña sensación ataco a su corazón, un sentimiento que estrujó aquel órgano que con anterioridad enloqueció por Egipto.
Quizá aun no estaba preparado para aquella noticia, quizá aun existe sentimiento hacia ella después de todo. Tan solo han transcurrido algunas semanas o quizá meses desde que empezó su noviazgo con la egipcia.
—Esperaremos tu asistencia con gusto, a Bolivia le encantará verte ahí ya que no asististe a nuestra boda debido a que aun tenían algunos problemas d e por medio.—su trabajo ya estaba hecho, se sintió feliz por haberlo hecho, analizo cada gesto de su rostro buscando aquel sentimiento reflejándose pero no lo halló.—me tengo que ir, seguiría con esta conversación pero debo ir al aeropuerto de lo contrario perderé un importante negocio, nos vemos pronto Israel.—se despidió sin más del mencionado quien solo lo vio irse a marcha apresurada del lugar.
—Lehitraot...—correspondió a aquel adiós que protagonizo el ruso, con una sensación extraña recorriendo su ser, sintiéndose en parte aliviado y acongojado.
Vaya día resultó ser este, al menos supo guardar las apariencias de lo contrario quizá no llegaría a contarlo.
Hubiese quedado al descubierto.
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