⚜️_Lluvia y Trolls 1/2_⚜️

La primera parte del viaje fue bastante agradable.

Nos repartieron manzanas para desayunar y las tomamos con agua fresca que encontramos en un arroyo cercano. El aire era fresco y puro, perfecto para viajar, y el paisaje era algo con lo que uno solo podría soñar.

Los ánimos se desanimaron cuando empezó a Ilover.

Empezó a llover mientras cabalgaban por otro bosque. En menos de unos minutos, empezó a Ilover a cántaros y todos estaban empapados hasta los huesos, incómodos y miserables. Bofur no pudo encender su pipa con el diluvio, e incluso su habitual naturaleza despreocupada se vio afectada. Y aunque los enanos no podían quejarse del frío, gracias a su piel gruesa y a su temperatura corporal cálida habitual, Eileen luchó contra el castañeteo de sus dientes y envolvió a la pequeña kiki con más fuerza en su сара.

-Señor Gandalf, ¿no puede hacer algo con este diluvio? -preguntó con desdén Dori, el habitual miembro pesimista del grupo, como notó Eileen.

Los hombros de Gandalf se hundieron a medida que su propio enojo crecía: "Está lloviendo, Maestro Enano, y seguirá lloviendo hasta que deje de llover. Si deseas cambiar el clima del mundo, deberías buscarte otro mago".

Dori siguió refunfuñando, pero se abstuvo de molestar más al mago.

Eileen, a pesar del frío, sacó la lengua para recoger unas gotas y sacudió la cabeza para que no le entrara agua en los ojos. Su pelo se agitó y le golpeó en la cara, pegándose a sus mejillas y labios. Se apartó lentamente y farfulló para deshacerse de los mechones que tenía en la boca e intentó quitárselos con la mano libre.

-Toma. -Otra mano se acercó y le apartó los mechones de los ojos y se encontró con la cálida mirada de Kili-. ¿Mejor?

-Muchas gracias -sonrió y se frotó el brazo de arriba a abajo para calentarse un poco.

Ahora, cabalgando junto a Kili, Eileen podía olvidarse de sus manos frías y de su ropa mojada. El enano la entretenía con historias y chistes mientras viajaban, a pesar de su propia incomodidad debido al diluvio. Hablaban de todo, ya fuera una conversación embarazosa, divertida, profunda o simplemente neutral y liviana.

A estas alturas Eileen ya ha descubierto cuál es su papel personal en la Compañía.

Cada Compañía necesita su mamá gallina; Dori, que también resulta ser terriblemente pesimista. Nori era rápido al hacer cualquier actividad, y Ori era amable e inocente. Balin era sabio y Dwalin el guerrero grande y duro con un corazón de oro debajo de todos esos músculos. Oin era el sanador y Gloin el gruñón. Bifur era silencioso pero observador y Bombur tímido con un gran apetito. Fili y Kili mantenían a todos alerta con sus travesuras y Thorin era -sorpresa, sorpresa- el líder melancólico y malhumorado.

Luego también tenían a su mago y a su ladrón, Bilbo Bolsón, y, por último, a su guía y cazadora.

"¿Qué dijo el humano cuando entró en un bar enano?" Y ahí fue donde Kili habló. Ella se encogió de hombros, una indicación de que no sabía y él pronunció la frase final con una sonrisa: Argh, mi cabeza!".

Eileen resopló antes de estallar de risa, al igual que los enanos, a quienes les pareció gracioso el chiste. Los que no se rieron aún tenían una sonrisa en sus rostros, sintiéndose mejor al menos al oír que se les había levantado el ánimo.

Finalmente, el tiempo mejoró y llegaron al final del bosque. El viaje que siguió fue cuesta arriba, atravesando praderas verdes y terrazas rocosas, y la vista era espectacular, como si uno pudiera ver kilómetros y kilómetros por encima de las copas de los árboles.

Afortunadamente, el sol seguía brillando y sus ropas se estaban secando poco a poco. Eileen se arremangó para que sus brazos recibieran un poco de luz solar y suspiró de felicidad al sentir el calor en su piel fría, la pequeña gallina se sacudió un poco aunque no estaba del todo mojada de sus plumas. Los enanos estaban haciendo más o menos lo mismo: se quitaban los sombreros, las capas y los guantes y los escurrían. Casi se rió al ver a algunos de ellos con el pelo mojado y empapado.

Por fin llegaron a un terreno llano donde se alzaba una granja abandonada. Thorin miró hacia atrás: -Acamparemos aquí para pasar la noche. Fili, Kili, cuiden de los ponis. No se olviden de quedarse con ellos. Oin, Gloin, enciendan una fogata.

"Sí", respondieron.

Eileen desmontó de su corcel y suspiró aliviada al sentir el suelo bajo sus pies. Parecía que montar no sería más fácil a partir de ese momento y cuanto antes se acostumbrara al dolor y la rigidez en sus extremidades, mejor.

Ella se arrastró torpemente hasta unas cuantas piedras cercanas y dejó sus pertenencias en el suelo. ¡Valar, le duele el trasero! Y ni hablemos de sus muslos. Sorprendió brevemente a Dwalin mirándola, claramente divertido por su incomodidad. Eileen arqueó una ceja antes de echarse el pelo, sonriendo victoriosa mientras varias gotas salpicaban al fornido enano en su cara.

Dwalin resopló molesto y se marchó furioso para ayudar a Balin a descargar su poni. Punto para Eileen.

El momento se arruinó cuando Gandalf pasó furioso junto a ella desde donde él y Thorin estaban conversando, refunfuñando en voz baja sobre los enanos y su terquedad y orgullo.

-¿Todo bien? Gandalf, ¿adónde vas? -preguntó Bilbo en pánico mientras el mago se alejaba pisando fuerte.

-Buscar la compañía del único que tiene sentido común por aquí -gritó Gandalf sin mirar a nadie.

"¿Quién es ese?"

-¡Yo también, señor Bolsón! ¡Ya he tenido suficiente de enanos por un día!

Esa fue la última vez que vieron a Gandalf. Eileen frunció el ceño y miró a Thorin, notando de inmediato la expresión asesina en su rostro. Supuso que lo que estuvieran discutiendo no había ido tan bien.-Kiki ahora sí puedes picotearlo todo lo que quieras-.Le dijo susurrando a la pequeña gallina,el líder de la Compañía salió de la granja abandonada y le gritó a Bombur que comenzara a cocinar. Nadie se acercó a él para preguntarle qué pasaba, cautelosos ante su mal carácter pero se espantaron cuando Kiki de inmediato se abalanzó a el y le picoteaba la cara y cabeza, asi que mejor desviaron todos la mirada para no provocarle más molestias pero vaya que se tuvieron que aguantar las ganas de echarse a carcajadas.

A medida que el cielo se oscurecía y el aire se enfriaba, todavía no había señales de Gandalf. El lado positivo era que la ropa de todos estaba seca, incluso la de Thorin. Eileen envió a Dwalin para convencerlo de que parara a Kiki pues la pequeña gallina había estado molestando al enano desde que llegaron.

Ahora, con ropa cómoda, la Compañía se había acomodado alrededor del fuego esperando la cena. Cuando Bombur dio la señal, todos agarraron algunos cuencos y corrieron para ser los primeros en la fila. Eileen esperó pacientemente su turno, teniendo en cuenta que eran enanos, probablemente comían diez veces más que ella y probablemente tenían más hambre. Su mirada captó a Bilbo, que estaba colgado en la parte de atrás, mirando a su alrededor con preocupación.

Ella caminó casualmente hacia él y le dio un codazo en el costado: "Hola".

-H-hola -tartamudeó el hobbit cuando ella lo tomó por sorpresa.

-Entonces, ¿cómo estuvo tu día de viaje, Bilbo Bolsón? -Sonrió esperanzada-. Si excluimos la lluvia y la ropa mojada, claro está.

Bilbo hizo una mueca, se encogió de hombros y trató de pensar en palabras para responder a su pregunta. No quería herir sus sentimientos, pero ciertamente tampoco disfrutaba el día.

La sonrisa de Eileen nunca se desvaneció.-Está bien, Bilbo. Aún tenemos un largo viaje por delante, deberías disfrutarlo alguna vez. -Ella chocó juguetonamente su hombro contra el de él -. ¿Qué sucede? Pareces preocupado.

-Hace mucho tiempo que no está aquí- respondió el hobbit, mirando a lo lejos como si esperara que alguien llegara.

"¿Quien?"

"Gandalf."

Eileen frunció los labios y se encogió de hombros. -Bueno, es un mago, amigo mío. Y uno muy viejo. Puede ir y venir cuando quiera.-. Cuando notó que todavía no se sentía cómodo, añadió: -Créeme, Bilbo, Gandalf no nos abandonaría, y menos aún a ti en particular. Te eligió como el decimocuarto miembro de la Compañía por una razón. Eso tiene que contar para algo.-

De alguna manera, sus palabras fueron lo suficientemente ciertas como para calmar un poco sus nervios. El hobbit le sonrió ahora más aliviado.Hasta ahora no había sido tan malo y realmente creía que podría llegar a gustarle.

Los dos amigos levantaron la vista cuando Bofur se acercó a ellos con tres cuencos de guisado humeante. Le entregó dos a Bilbo con una amplia sonrisa: -Quizás Bilbo necesite una distracción. Haznos un favor; llévale esto a los muchachos-. Señaló con la cabeza en dirección a los ponis, refiriéndose a Fili y Kili.

-Bien. -Bilbo asintió y le lanzó a Eileen una rápida mirada-. Sólo será un minuto-.

Ella arqueó una ceja. ¿Estaba preocupado por ella ? Sin embargo, no le preguntó nada. Sus ojos siguieron la figura de Bilbo mientras deambulaba por la hierba alta y desaparecía detrás de una roca. Solo entonces se dio la vuelta para buscar algo de cenar.

-Oh, aquí tienes, muchacha. -Bofur le tendió un cuenco-. Te guardé un poco. Bombur ya va por el tercer cuenco, te lo habrías perdido.

.-Gracias Bofur-.le respondió amablemente y el enano se alejo yendo a sentarse, justo cuando Eileen estaba por comer su primera cucharada de comida en ese momento Fili y Kili regresaron al campamento. Sin Bilbo.

Eileen frunció el ceño y preguntó: "¿Dónde está Bilbo?"

El hermano menor parpadeó y tartamudeó: "Uh, ¿quién?"

-Bilbo estaba en camino a darte tu comida. -Sus ojos ardían en ellos. ¿Qué le hiciste?

-Nada, no hicimos nada -soltó Fili-. -Nosotros... era solo una broma. Bilbo, él...- Cuando Thorin se puso de pie y clavó su mirada gélida en sus sobrinos, Fili soltó una risita-. Los trolls se llevaron a los ponis y enviamos a nuestro ladrón a recuperarlos.

Lo dijo tan rápido que los demás tuvieron que sentarse y procesarlo al principio aunque la joven de la sorpresa dejo caer su plato... escuchó cada palabra: "¿Hiciste que Bilbo hiciera qué?"

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