Aclaraciones:

🌈Este One-Shot es una continuación de "Mi vecino"

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Era lunes por la mañana, en cierta parte de una ciudad, un chico de apariencia felina comenzaba a despertar por la molesta alarma de su despertador. —Mmm... Ya es lunes— Comenzó a quejarse, para su mala suerte ese día tenía examen de matemáticas y no había entendido muy bien el tema.

Se levantó de la cama, la dejó tendida y entró al baño para iniciar la molesta ducha con agua fría de las mañanas. —Me gustaría estudiar por las tardes... Así el agua estaría algo calientita— Sus padres le tenían una ducha de la cual no se podía cambiar la temperatura, según ellos, el agua fría le quitaría el sueño más rápido.

Se puso el uniforme que planchó la noche anterior y procedió a bajar para preparar su desayuno, cereal con leche y yogurth, el chico era amante de los lácteos, sobre todo del yogurt y dulce de leche. Afortunadamente todavía quedaba en la caja, Avocato era algo flojo para cocinar, así que desayunaba cosas ligeras, entre ellas el cereal de su hermanito.

Cerró la puerta y caminó unas cuantas cuadras, hasta llegar a la parada del bus más cercana, se subió, enseñó su credencial y se sentó en uno de los asientos de la esquina. En ese instante se le cruzó por la cabeza la idea de repasar un poco, por lo que sacó un libro y comenzó a hacer ejercicios, pero el movimiento del bus y la paciencia de Cato terminaron provocándole mareos, por lo que inmediato guardó todo.

Unas paradas más adelante se subieron sus sus amigos, Ash y Fox. De repente recordó la ausencia del rubio. —Chicos han visto a Gary?— Dirigió su mirada hacia los dos hermanos. —Dejame ver... No, por lo visto no está aquí— Respondió la pelimorada mientras se ponía de rodillas en el respaldo de la silla. —Eso es raro... En todo el resto del año Gary nunca ha faltado— Dejo su hermano.

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El sonido de la campana se hizo presente, indicando el fin de la jornada laboral, el pequeño Ventrexiano se dispuso a esperar a su hermano, entra en bus y sale en carro. La espera de le hizo bastante larga, normalmente el rubio le hace compañía, ya que sus padre también lo recibían a la salida, el sonido de la bocina lo hizo salir de sus pensando, Avocato ya había llegado en el auto familiar, abriendo la puerta del copiloto y sentándose al lado de este.

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Ya en casa lo primero que hizo fue lavarse las manos para almorzar, el olor de su comida favorita se hizo presente. —Mmm lasagna— Sonrió para si mismo, corrió al comedor y se dispuso a comer. Terminó bastante lleno, lavó los trastes y subió a su habitación, estando allí se acostó y acarició su pancita. —Te odio estómago...—Se quejó mientras se lo frotaba, no le dejaron deberes así que decidió dormir.

...

Cuando se despertó lo primero que hizo fue ver la hora. —¿¡Las 10!?— Era de noche y ya había dormido por lo que no tenía sueño, trató de revolcarse pero nada, bebió agua pero tampoco pasó nada e intentó conciliar el sueño escuchando música, pero primero se aburrió.

Sigilosamente se dirigió a la azotea, puso sus brazos sobre la valla y se puso a mirar el cielo, el problema es que no era como las películas, en donde el cielo en la ciudad estaba estrellado, sino todo lo contrario, casi no habían, decepcionando al chico.—¿Y ahora qué hago?—Se preguntó para el mismo, se puso a mirar las demás torres, especialmente a las que tenían la luz encendida, cuando de repente se le vino a la cabeza el nombre de su amigo. —Gary...—Rapídamente dirigió su mirada a su ventana, notando que está seguía encendida, trataba de encontrarlo, pero no podía.

Tuvo que esperar varios minutos para ver al rubio padre cerca de la ventana, estaba con ropa cómoda, una pantaloneta corta y una camiseta naranja. No pudo notar nada raro en este, pensó que estaba de viaje, así se la pasó toda la noche, hasta que la luz fue apagada. Pensó que lo mejor sería que ya fuera a la cama, así lo hizo, hasta que finalmente quedó profundamente dormido.

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Ya era de día, rápidamente el chico se despertó y se dispuso a hacer su típica rutina, trató de hacerlo algo rápido para ir a saludar al rubio y acompañarlo a tomar el bus. Cuando terminó fue a abrir la puerta, ya con el bolso en la espalda, lo que menos se esperaba es que se encontró a Avocato entrando. —Vaya ya estás listo, ven, hoy salí temprano y mamá me llamó para llevarte— Le explicó al chico. —Pero yo... Nada, vamos— Fue adelantado el paso, hasta llegar el auto.

Llegó mucho más temprano que en bus, ya que el auto no hace paradas, se despidió de su hermano y entró a la escuela, sacó sus libros y entró al aula. —Primera vez que llegó primero— Se dijo para el mismo, se dispuso a sentarse en su pupitre.

Los minutos pasaron y no había nadie llegaba, decidió levantarse e ir a ver el tablón de anuncios. —Bla bla bla bla... ¡Aquí!... Hoy no habían clases para mí grado— Se quejaba, como ya traía el bolso se dispuso a salir mientras en su teléfono llamaba a su madre, comentándole sobre aquello, está solo se limitó a quejarse de que esto no hubiera ocurrido si no hubiera prestado atención, al final le dijo que Avocato lo vendría a recogerlo.

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Estaba recostado en su habitación y sin nada que hacer, hasta que recordó a su amigo, formándome una sonrisa en su rostro. Se puso algo de calzado y salió con dos paquetes de galletas. Ya estaba frente a su puerta, le dió dos golpes y segundos después la abrió aquella persona que quería ver. —¡Hola Cato! Vamos entra— Gary estaba vestido con una camiseta roja y pantalonetas azules, parecía normal pero notó que su nariz estaba algo colorada. —Hola vine a saludar, aunque... De hecho lo quería hacer ayer pero me dormí— Rió entre dientes.

Le siguió el paso a su amigo hasta su habitación. —Yo estaba jugando videojuegos, aprovechando que hoy no habían clases— Cato recordó la pregunta que quería hacerle a este desde ayer. —Si... Yo de bobo fui a clases... Oye ¿Por qué no fuiste ayer a clases?— Preguntó suavemente. —Tenía fiebre bastante alta, pero hoy ya se me pasó un poco, vaya... ¿No te avisaron?— El ventrexiano movió su cabeza de un lado a otro, indicándole que nadie lo hizo, lentamente acercó su mano al rostro del rubio, posándola sobre su frente, estaba algo caliente pero no tanto. —Me hiciste mucha falta... ¡Te extrañamos!— Decía bastante rojito, causando que el contrario riera dulcemente. —Tú también me hiciste falta— Respondió con el mismo tono para después estornudar, causándole una enorme ternura al pelinaranja. —Awwws ¡Qué tierno!— Reía dulcemente.

Gary solamente se ponía más rojo de lo que estaba, negando con su cabeza el comentario del contrario. —... Te traje esto— Le ofreció el paquete de galletas, mientras miraba atentamente al otro.

...

—Disculpa ¿por casualidad habrás visto a mi hermanito?— Era Avocato preguntando por Cato, el cual no había llegado a casa. —Por supuesto, está en la habitación de Gary— El ventrexiano siguió a la mujer hasta la habitación del rubio, abriendo lentamente la puerto, encontrándose a Cato durmiendo sobre Gary, ambos con mandos de videojuegos a sus lados al igual que las bolsas de las galletas, para él, era una tierna escena, no quería despertarlo.

Al final, los dos chicos disfrutaron bastante el día libre, tanto que se quedaron dormidos.

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5:27 pm