Capítulo 2. Confused.

Estaba anonadado. No podía creer que por fin la tenía frente a mí, justamente ante mis ojos y a pocos centímetros. Una extraña sensación comenzó a hacerse presente en mi cuerpo, tanto en mi pecho como estómago.  

   "Ella... ¿me recordará? " Ese pensamiento inundó por completo mi mente, llenandome de una ligera esperanza. "Si es así, ¿qué debería de decirle?" 

   —Entonces... ¿aún no está listo para ordenar? —preguntó, sacándome por completo de mis pensamientos, de nuevo su dulce voz llegó a mis oídos. Al parecer el tiempo que duré mirándole había sido más del que creí. Traté de retomar mi postura y responder a su pregunta, lo dificíl era que ni siquiera había visto el menú del lugar que se encontraba en la mesa, por lo cual en realidad no sabía qué ordenar.

   —Agua. —respondí serio, fue lo único que pudieron emanar mis labios.

   —Bien, en seguida se la traigo. —mencionó para después darse la vuelta y retirarse. Al verla alejarse, inmediatamente me dí algunos golpes mentales por no haber sido capaz de sonar más amable u ordenar algo bien que no fuese solamente agua. Me llevé mi diestra a mi cien dando pequeños masajes. Por su actitud, debo decir que parece no recordarme, ya que no vi ninguna expresión de asombro o algo parecido cuando me vió... dejé escapar un leve suspiro. 

   Era algo de esperarse, lo sabía, solamente nos hemos visto una vez y de eso ya hace meses, además, la situación en la que nos conocimos no fue de lo mejor...

   Regresé mi vista hacia la ventana percatandome de la lluvia, la cual se había vuelto más intensa. Parecía que iba a durar un tiempo en calmarse... De uno de mis bolsillos saqué mi móvil para revisar la hora, el reloj estaba por marcar poco más de la media noche.

   "¿A qué hora será el cierre aquí?" Me pregunté, volviendo a guardar mi móvil en el bolsillo del pantalón. No parecía que fuesen a cerrar ya, de lo contrario me lo habrían comentando al entrar o ella al venir hacia mi...  Aún no podía creer que le haya encontrado. Me era tan difícil de creerlo y asimilarlo. 

   Volteé lentamente hacia mi hombro izquierdo, mirando por encima de éste para tratar de visualizarla. Quería cerciorarme de que esto no era algún tipo de alucinación que me estaba jugando mi mente por la semana tan horrible que había tenido y sobretodo por el día tan mierda de hoy.

   Y no, efectivamente mi mente no estaba jugando conmigo. Ahí se encontraba ella, de pie, cerca de la barra que conectaba con la cocina. Tomando algunos platillos que le fueron encargados. Los acomodó en una bandeja para comenzar a entregarlos a sus respectivas mesas, y yo... yo simplemente no podía apartar mi vista de ella. Trataba de no hacerlo tan descaradamente y disimular, los lentes que siempre llevo puestos me ayudaban a ser más discreto, más sin embargo aún así no quería que se percatara de mi mirada y se sintiese incómoda, por lo cual hice lo mejor que pude para que no me notase. Fue entonces cuando le vi caminar hacia mi dirección y acercarse, inmediatamente llevé mi vista hacia otro lugar, haciéndome el distraído.

   —Aquí tiene su agua —dijo mientras ponía el vaso frente a mi.

   —Gracias —le dediqué una sonrisa.

   —Por nada, si necesita algo más, no dude en pedírmelo —me dio una pequeña sonrisa que desapareció en un segundo, para después darse media vuelta y retirarse, dejándome completamente perdido por su gran belleza.

   Y es que era la verdad, no mentía. Había visto y estado con innumerables mujeres. Hermosas tanto en rostro como en cuerpo, más sin embargo jamás había visto a alguien como ella. Ante mis ojos, no tenía comparación. No sabía realmente qué me pasaba, desde el primer segundo en que la vi hace ya tantos meses atrás, nunca pude sacarla de mi mente. No podía comprender por qué me pasaba esto y qué eran estas emociones... 

   Tomé el vaso y bebí un poco de él, para después tomar el menú y comenzar a hojearlo; le di varias vueltas terminandolo de leer y regresando al inicio para volver a checarlo. Nada me convencia, en realidad no tenía apetito apesar de que en todo el día no había ingerido ningún alimento, sin embargo no quería quedarme aquí sentado sin consumir nada. Quería durar lo más que pudiese en este lugar. Había estado esperando tanto por esta oportunidad de verla de nuevo que no quería arruinarlo. 

   Solté un ligero suspiro, llevando mi diestra hacia mi barbilla, frotandola, indeciso por qué debería ordenar. 

   —¿Necesita ayuda? —di un pequeño brinco de sorpresa al escuchar aquella voz. No me había dado cuenta en qué momento había llegado a mi lado, otra vez. Giré mi rostro hacia ella —Desde hace unos momentos me di cuenta que termina de leer el menú y vuelve al inicio, para hacer lo mismo varias veces, así que, me imaginé que debe de necesitar ayuda para decidirse por algo —me dedicó una pequeña y amable sonrisa. Sentí una opresión en el pecho, pero decidí ignorar aquello. 

   —De hecho, estás en lo correcto —mencioné, con mi tipíca gran sonrisa. —No tengo idea de qué debería ordenar, no puedo decidirme por algo. 

   —Veamos... —llevó su diestra a su barbilla, tomando una pose pensativa, mientras miraba hacia el techo. 

    Sonreí al ver aquello mientras llevaba mi rostro a mi palma de la mano y recargaba mis codos en la mesa. 

   —Como es la primera vez que vengo a este lugar, dejaré que elijas mi orden. —Ella inmediatamente regresó su mirada hacia mi dirección, con gran sorpresa en su rostro. 

   —Pe...pero, ¿y si no le gusta lo que elijo? —se encogió de hombros y acarició su antebrazo, nerviosa por lo que acababa de pedirle. 

   —Confiaré en ti —le sonreí. No negaré que estaba tratando de coquetear un poco, más no sabía si ella lo estaba notando. 

   Al terminar de decir aquellas palabras, sus mejillas se tornaron de un color carmesí, mostrando claramente su sonrojo. 

   —E...e...está bien, en un momento traigo su orden —su voz temblaba, dejándome en claro que se había avergonzado. 

    —Perfecto, estaré esperando por ello —ladie ligeramente mi rostro sobre la palma de mi mano, sonriendo un poco más coqueto, mirandola directamente a los ojos, aunque ella no pudiese ver los míos por las gafas, pero sabía que le estaba viendo directamente. 

    El carmesí en sus mejillas se hizo aún más notorio. 

    Inmediatamente apartó su vista de mi y se dio media vuelta para irse hacia la cocina, tropezando un poco por lo rápido que se había ido. Después de aquello la perdí de vista. 

   Regresé mi rostro hacia el frente, cubriendo mi boca y parte de mi rostro, sintiendo como mis mejillas comenzaban a arder levemente. Adquiriendo un poco de carmesí en ellas. 

   —Mierda —susurré. La verdad es que sentí como mi corazón había dado un vuelco cuando le vi sonrojarse, se vio tan hermosa que casi me quedo sin aliento... 

   Ahora me sentía aún más confundido, ya que jamás me había sucedido algo parecido. Amaba a las mujeres, no podía negarlo, por eso me encanta estar rodeado de ellas y pasar noches con distintas o varias, sin embargo nunca me había sentido de esta manera con alguna de ellas. No entendía en lo absoluto qué eran estas emociones que sentía cada vez que le miraba o recordaba. Ni siquiera el por qué esperé tanto por ella desde aquel día, ni el por qué le buscaba y pensaba tanto... no encontraba una explicación que realmente me convenciera. Sólo estaba seguro de una cosa. 

    No iba a dejarla ir.  



Cortito, pero aquí está.

Tengo que tomarle el ritmo de nuevo a la historia porque no pude aventajar nada desde que publiqué el primer capítulo, una gran disculpa (╥_╥)

Además de que la inspiración siempre se va cuando tengo tiempo libre de sobra y cuando no, está super presente (╬ಠ益ಠ)

 Espero al menos el capitulo haya sido de su agrado ˺⁽ˆ⁰ˆ˺ ⁾˺

Nos leemos en el próximo.

Me disculpo si encontraron faltas de ortografía o incoherencia en el capítulo.

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