juguete viejo

¿Cuántas veces hay que darle cuerda a un juguete viejo?, ahora en la actualidad no existen juguetes de cuerda, así que ya nadie se hace esa pregunta, sobre todo que las personas te echan de lado porque es tan tedioso gastar tiempo, mientras más años pasa el tiempo se convierte en milisegundos, nadie quiere desperdiciar tiempo, aunque sí milisegundos, pero en las cosas que sí les importa.

Cuanto te das cuentas, las cosas más viejas y sabias se convierten en perdida de tiempo, y claro las ignoran. Como a los ancianos, cuando alguien llega a esa edad ya no pueden depender de ellos mismos, sus huesos se vuelven porcelana y su salud como una pluma, en cualquier momento éstos objetos serían levantados por cualquier ráfaga de viento. “Se convierten en niños”, los ignoran al igual que los niños, los tratan como niños, aunque ellos han visto sangre de batallas o caídas de Estados. Ni siquiera su propia familia los entienden, se quedan en las ventanas como un niño queriendo salir, pero como es de siempre, la gente con más uso de razonamiento no lo permitiría.

Da gracia, porque esos mismos ancianos han reprendido de esa manera, con niños, incluso hasta con sus mismos ancianos padres. El núcleo de la vida es tan vicioso, quieras o no nunca escaparemos de volvernos ese juguete de cuerda.

Cuando nos echemos a perder no habrá piezas para repararlo, y nadie querrá dedicar su vida para prestarnos atención. Y así nos vamos desintegrando en una esquina, la gente nos dirá juguete viejo, sin importar la historia que hemos vivido, en cuántos niños que quizás tengan vidas más puras que esa gente. Es una cosa anciana, sin nada que hacer, sólo ver como los demás lo cambian de lugar porque estorba.

Ahora que lo vemos, son tan parecidos a los niños, los niños son sabios, nadie te hablará de las mariquitas como si fueran el animal más grande del mundo, los dos tienen tiempo para hablar, aunque como siempre son callados porque no tienen suficiente consciencia para pensar con claridad.

Los dos refutan, y se preguntan porqué la gente es tan blanco...

Lo que no piensan, es que los niños algún día serán como esa gente, porque los años hace que el tiempo se vuelva milisegundos, y sólo querrán desperdiciarlo en las cosas normales. Y los ancianos un día llegaron a ser esa gente sin tiempo para niños, o para juguetes viejos.

Hay tanta similitud con algunas cosas. A veces nos convertimos en ese juguete viejo para algunas personas, nadie quiere hablar de nuestra historia, y nos mueven de un lugar para otro porque estorba; aunque, nosotros también fuimos así un día, no te culpo, no queremos vislumbrar, queremos ser otro cuadro gris sin llamar la atención, y al reparar un juguete viejo la gente te señalará.

Algunos se están convirtiendo en juguetes viejos, otros ya lo son, pero todos fuimos esa gente que no quiso reparar ese juguete viejo aunque nos habíamos convertido en uno.

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