•|Capitulo 1|•
La mañana se había hecho presente, con nubes horrendas, llovizna y frío. El humo se escapo de los labios del menor cuando vislumbro el feo tiempo afuera de su casa, horrendo, desdichado...
—Bien, Ya me iré a trabajar.
Aquella voz le interrumpio sus pensamientos negativos ante el clima y entonces poso sus lindos ojos en aquel hombre que ya yacía en el umbral de la puerta, poniéndose sus zapatos con tranquilidad.
—Rengoku-San debería llevar algo más abrigado, Se resfriara.
Su voz tenuemente preocupada hizo que el rubio sonriera más no poder. Sin evitarlo negó suavemente y dejo el maletín que portaba solamente para acercarse peligrosamente al joven muchacho de 15 años.
Kamado Tanjiro se paralizó en su lugar pero correspondió tímidamente el beso depositado en sus labios, suaves y cálidos, contrarios al clima de afuera.
—Estare bien, Tu preocúpate por el bebé, ¿Si?
Un automático "si" abandonó a Kamado cuando ya finalmente quedó solo en aquella casa.
En silencio, Triste.
El invierno ataca la ciudad de forma cruel, lo había notado pero los días anteriores el sol resplandecia como si se tratara de la mismísima primavera. Sin embargo aquel día había amanecido horrible, frío y horrible, frío y...
—Ah, cierto— Recordó con voz tranquila.— Rengoku-San había dicho que pronto nacerias...
Fue entonces que después de mucho tiempo acaricia su abultado vientre, pesado como la vida misma, sin apartar su mirada del enorme ventanal que lo separa del cruel exterior. Tanjiro aún es joven pero espera a su primer hijo bajo el techo de quién en su momento había sido su profesor de historia, ahora, su esposo.
—Deberia de pensar en un nombre, después de todo también eres mí bebé.
Los pies le duelen pero es incapaz de hacer algo más que observar el más allá. Se siente intrigado y triste, ya no recuerda como se sentía jugar en la lluvia, correr sobre los charcos o simplemente sentir el frio besar sus pómulos hasta dejarlos rojizos.
Ya no recuerda casi nada del mundo exterior...
Para cuando las seis de la tarde se había hecho presente, Un fuerte grito acaparó el silencioso departamento. Las lágrimas brotaron y el miedo primerizo se escurrió por el suelo como el líquido amniótico, había roto bolsa y se encontraba solo.
—¡Sensei!, ¡Sensei!
De sus suaves labios solo podía llamar a ese hombre con el que vivía. El dolor era insoportable y ya hacia una hora que estaba en labor de parto y nadie estaba a su lado. Otro grito acaparó sus labios cuando tuvo que pujar, agarrándose del sillón mientras las nubes del exterior se hacían más oscuras y feas.
Tanjiro dio a luz solo; A un precioso bebé igualado a su padre.
𝐁𝐢𝐭á𝐜𝐨𝐫𝐚 ᭵᭵ : «28 de Julio del año***, Nace Kajūro Rengoku»
Continuará
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