08.

Estaba a pocas horas para que el sol se posara en el cielo e iluminara el día, y en la gran entrada de la aldea se encontraban 4 ninjas dispuestos a marchar en busca de vengar la muerte de su ser amado. Pero, cuando estaban a punto de partir llegó la mujer era líder de Konoha.

— Lo que quieren hacer es una tontería, sabrán que Asuma no volverá aún dando venganza a su muerte. A muchos también nos dolió la muerte de Asuma, pero él no quisiera que sus alumnos fueran en busca de venganza.

— Esto no es una venganza, Lady Tsunade. Lo hacemos para dar por finalizada nuestra misión y dar como éxito lo que Asuma-sensei no logró—. La voz profunda del Nara, junto con  su mirada profunda daba a mostrar que tan decididos estaban.

— Tsunade, sabrás que aunque nos lo prohíban iremos, no sólo es por nosotros, y quizás, es en cierto punto egoísta de nuestra parte. Pero, solo por esta ocasión permitenos hacer esto.

La mirada de Yumiko se encontró con los ojos avellana de Tsunade, los ojos rojizos estaban brillando con una intensidad, una que no reflejaba más que una tristeza pero a la vez fortaleza. La mayor miro a los cuatro shinobis frente a ella, estan decididos.

— Si tanto es su preocupación Hokage-Sama, yo los acompañare —. La voz Hatake Kakashi sorprendió a los presentes, camino con un paso tranquilo hacia los jóvenes para darle una sonrisa a su alumna. —Me haré cargo de todo salga bien.

Tsunade al ya no tener más opción aceptó dejarlos partir, miro por última vez a la albina quien la miraba también, la menor le brindó una sonrisa y le dijo en un susurro que todo estaría bien, y sin más partió junto a los demás.

Todos estaban corriendo, saltando entre las ramas de los árboles, estaban determinados a llevar acabó su cometido.

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—Kakashi, gracias—. Dijo en voz baja para que solo el hombre que se encontraba a su lado la escuchará, este mismo la volteo a ver y sonrió.

— Es raro que me des las gracias por algo ¿lo sabes, no? — habló en un tono burlón, aunque también en voz baja.

— Ya se lo dije, no tiene porque estar burlándose de eso. Es solo que..., si usted no hubiera decidido acompañarnos en esto, seguro Tsunade no nos lo hubiera permitido.

Ambos se quedaron un momento en silencio, estaban tomando un breve descanso, estaban cerca de su objetivo y era mejor descansar para recobrar sus fuerzas para estar listos a lo que se acercaba. Kakashi se levantó pero antes de alejarse le revolvió el cabello a la menor y se fue con Shikamaru para discutir sobre el plan que tenían. Yumiko, por su parte estaba en una pequeña discusión interna, estaba preocupada, no quería perder a alguien más, la muerte de Asuma fue un golpe del que no podría recuperarse por completo, quizás con el tiempo podría ir sanando pero habría cosas que no olvidaría y se arrepentiría por eso.

Tomó un último sorbo de agua y fue a lado de sus acompañantes, todo estaba por comenzar, solo era cuestión de tiempo.

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Y todo empezó, estaba el trío InoShikaCho peleando junto con el Hatake contra el dúo de criminales, la pelea iniciaba fuerte, cambia el ritmo de ventaja a cada segundo hasta que por un instante tomaron distanciamiento. El hombre inmortal se incorporo correctamente mirando a aquellos cuatro ninjas.

— Uno, dos, tres y cuatro...— hablo pausadamente mientras apuntaba a cada uno de ellos, el tono de su voz era lo suficientemente alto para que todos los presentes escucharan — A ti no te había visto la vez pasada—. Se dirigía a Kakashi mientras lo examinaba con la mirada. — ¿Dónde esta esa perra de ojos rojos? ¡Le dije que se quedara donde estaba, me debe estas quemaduras! — Gritaba mientras se despojaba de la parte superior de su ropaje. 

Para  sorpresa de Hidan y Kakuzu una flecha de agua rozo el hombro del inmortal, esta flecha se hizo un charco donde estaban ambos hombres, estos miraros a la dirección donde había provenido aquella flecha, y ahí se encontraba la susodicha, esta los miraba con una mirada perforante.  

—Aquí estoy, imbécil—. Nuevamente tomo posición con un arco hecho de agua apuntando hacia ellos, estos tomaron posición pero cuando menos se lo esperaban Kakashi estaba detrás de Kakuzo y le atravesó el pecho con el chidori. 

Por un momento todo paso en cara lenta, el rostro de Hidan era de total sorpresa mientras los ojos de Kakuzo estaban desorbitados para luego su cuerpo caer al suelo. El hombre gritando y reprochando a su compañero sobre lo fácil que fue asesinarlo, el trio de ninjas comenzó a atacarle con una sincronización casi perfecta, pero aun tomaban precaución sobre su arma para que no los rasguñara siquiera con ellas. Yumiko miraba desde aquel árbol con su sharingan activado recolectando cada movimiento de Hidan, cuando estuvo segura de recordarlos se posiciono junto a su maestro para unirse a la batalla.

Pero, cuando menos lo esperaban, detrás de ellos se formaron unas extrañas criaturas enmascaradas junto con Kakuzo. No había muerto como ellos pensaban. 

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La pelea contra aquel par de Akatsuki había sido una de las más difíciles habían tenido, pero fue sin dudar la más gratificante que habían experimentado. Yumiko no olvidaría la mirada llena de desesperación e incredulidad que tenía Hidan en el momento que estaba por ser enterrado vivo, mientras que ella solo se regocijo con solo mirarle como un insignificante insecto que sería aplastado.

Estaban cansados, heridos y sorprendidos, cuando Shikamaru y Yumiko llegaron del bosque a donde estaba el resto se llevaron la sorpresa de ver a Naruto y los demás. Pero cuando el Uzumaki miro a su amiga se acercó despavorido dándole un pequeño golpe en el hombro.

— Idiota, eres una idiota, pudiste salir gravemente herida, tú y Shikamaru son unos genios pero idiotas —. dijo para luego abrazarla.

— Eres un bipolar, Naruto — susurro en su defensa, pero tenía una leve sonrisa en sus labios carmín.

Naruto había aprendido el Rasenshuriken, una técnica sin duda fantástica y letal. Cada vez sus habilidades de aquel grupo de jóvenes ninjas iban en aumento y de manera veloz. La Senju se sentía un tanto presionada, si Naruto se volvía más fuerte ella sería incapaz de protegerlo ya que era un terco, necesitaba lograr ser más poderosa de lo que era, necesitaba domar y manifestar la verdadera grandeza de la bestia azul con la que compartía vida.

Volvian a la aldea, estaban exhaustos pero no quedaba de otra manera, llegó la noche y nececitaban armar el campamento donde descansarian, y así fue, todos se fueron a dormir menos Yumiko ya que ella se ofreció para la primera guardia de la noche. Todo estaba en total silencio, era pasible aquella oscuridad acunanda por la luz de la Luna.

Se sentía de alguna manera bien, había logrado vengar la muerte de Asuma, sabía que eso no le regresaría al susodicho, pero por lo menos logró la última misión que se le encomiendo.

— Asuma, considera exitosa la misión...aunque tú ya no estés aquí — susurro con su corazón latiendo al ritmo de la tristeza.

Miro la luna en soledad mientras una lágrima traidora resbaló por su mejilla, sintió la presencia de un chico detrás de ella pero ninguno de los dos habló, así fue por unos segundos hasta que el azabache se sentó a su lado.

— Creí que dormias, Shikamaru — lo volteo a ver, él estaba mirando aquel hermoso astro plateado, por alguna razón esa escena la cautivo.

— No puedo dormir, así que vine a hacerte compañia

Ninguno de los dos soltó una palabra, siguieron mirando la luna en silencio y paz, era un momento que no necesitaba palabras como muchos más que habían compartido, ambos compartían el silencio como respuesta pacífica. La chica se recosto en el hombro de su acompañante mientras cerraba sus ojos, esto hizo que un pequeño sonrojo se pisará en las mejillas de Shikamaru. Ninguno de los dos quería romper el momento que se había creado así que el chico con algo de duda acercó su mano a la de ella para entrelazar solo sus meñiques.

— Shikamaru...— lo llamó en voz baja y el solo emitió un débil sonido en respuesta. — La luna esta hermosa hoy

Ambos se quedaron en silencio, aunque ella estaba muerta de vergüenza y quería que la tierra de la tragara, él no respondió durante un momento mientras miraba la luna.

— Si, tienes razón, la luna esta muy linda esta noche, Yumiko.

La Senju se separó de pronto de él mientras lo miraba con confusión y vergüenza, ¿no había entendido lo que le quiso decir? No pudo más y se paró.

— Yo...bueno, mi turno esta por terminar y sigue Kakashi, así que iré a despertarlo para que tome su puesto. Buenas noches, Shikamaru.

Y sin más se fue a la carpa donde se encontraba el Hatake, aunque no lo despertó de inmediato, solo se quedó avergonzada allí, había declaró sus sentimientos pero no funcionó, esta era la primera vez que se sentía tan avergonzada y no quería verle la cara al vago. Cubrió su rostro con sus manos mientras se sentaba.

— Quizás deberías ser más directa, supongo que no es tan inteligente para entender tu confesión — su voz sonó baja pero ella lo escucho perfectamente.

— No digas ni una palabra más, Kakashi. Esto es un completo asco — murmuro para luego quedar pensando un segundo y miro molesta al mayor — ¿Se puede saber que putas haces despierto, y para sumar escuchando conversaciones ajenas?

Él solamente río mientras se rascaba la nuca apenado de haber sido descubierto. — Bueno..., mi turno estaba por comenzar, ¿no? — dijo aunque era una excusa realmente. — No te molestes, mejor toma mi concejo.

— Eres un chismoso, Hatake Kakashi. ¿Y desde cuándo eres un consejero? Si nunca te he visto con ninguna mujer, ni siquiera con un hombre si es que le vas al otro lado.

— ¡Oye, respeta a tus mayores, jovencita! Aunque no me hayas visto claro que he estado con alguien más de una vez — respondió en su defensa indignado.

— Si claro, que te lo crea tu abuela.

— Mejor vete a dormir de una vez, descansa — le jalo de la mejilla antes de salir de la carpa.

Y sin más el platinado salió de ahí para que su alumna durmiera por unas horas antes de partir. Ella tomó la palabra de su mayor y se acostó para caer dormida. Cuando Kakashi salió de la carpa se encontró con Shikamaru el cual aún estaba sentado, el menor miro al platinado por un momento aunque con una mirada algo sería, esto extraño al Hatake.

— ¿Se puede saber que sucede?

— Nada, Kakashi-sensei.

— ¿En serio? Porque tu mirada no decía lo mismo, te delatas solo.

El Nara soltó un suspiro de rendimiento, siempre metía la pata y era algo embarazoso para él.

— Es solo que...he notado que últimamente usted y Yumiko se llevan mejor.

— ¿Ah, es eso? Pensé que eras inteligente — el chico lo miro con desaprobación mientras Kakashi sonreía—. Es mi alumna después de todo, aunque es como una pequeña hermana para mí, ella se parece a su madre.

— ¿Usted conoció a la madre de Yumiko?

— Claro que si, solo que ella era un par de años mayor que yo, pero era mi amiga, Yumiko se parece mucho a ella, aunque el maquillaje se lo hace en honor al segundo.

— No imaginé que usted conociera a su madre. Que usted fuera el sensei de la hija de su amiga es una gran casualidad. ¿Le recuerda a ella?

— Mucho, aunque no sé si Yumiko es una maleducada o confiada por decirme de muchas maneras ofensivas — dijo mientras recordaba ciertos sobrenombre que ella le decía.

El menor soltó una risa al escuchar eso — Ambas, ella no me tiene respeto a nadie, ni siquiera a Lady Tsunade. Es una testaruda.

Ambos se quedaron en silencio pensando en la albina que se encontraba durmiendo. Shikamaru se levantó de su lugar para sacudir sus ropajes.

— Me iré a dormir.

El mayor asintió y así cada uno siguió en lo suyo. Pero antes de que Shikamaru se fuera a su carpa Kakashi habló.

— Un concejo, Shikamaru. Debes de ver y escuchar sobre lo que dicen y ves de los terceros, quizás alguien te diga algo oculto entre palabras. Se más inteligente que las frases. — Dijo para comenzar a leer por milésima vez su libro.

El Nara lo miro extrañado, no había comprendido nada de lo que Kakashi le quiso decir, ¿qué clase de concejo era ese? No le dio más vueltas al asunto, después de todo no era más qué un fastidio pensar sobre un concejo extraño y mejor se fue a descansar antes de qué fuera la hora de partir.

Hola...cuánto tiempo ¿no?
Bueno, pido una gran disculpa con eso, había abandonado completamente la escritura apesar de amarla.

El año 2021 esta por terminar y me puse a pensar tanto sobre que abandone algo que amaba. Así que decidí retomarlo apesar de que me cueste.

Tuve muchas dificultades desde que inició la cuarentena como muchos otros, problemas en mi hogar, problemas conmigo misma, problemas en la escuela, problemas  con mis amistades, incluso problemas amorosos. Perdí cosas que me hirieron demasiado y no quise nada en mi vida, pero a mediados de este año comencé a volver en mí. Así que volví después de mucho, ya me estoy recuperando de tantas cosas y me he sentido tan bien por eso, así que volveré a hacer algo que amaba y me hacia feliz, que es estar aquí escribiendo.

Espero y todos se encuentren bien, lo digo de corazón. También les agradezco por pedir seguir con esta historia que fue algo que me impulso.

Les deseo un buen fin de año y un feliz año nuevo, espero y la pasen bonito en verdad.

¡Nos vemos pronto!

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