07.

¿En que momento llegamos a esto? dime, ¿por qué pierdo a las personas que amo...?

Cuando parecía que habían tomado la ventaja en la batalla contra aquel duo todo se fue por el caño, los papeles cambiaron.
Y ahí estaban, luchando por mantenerse en pie. El hombre enmascarado había dejado con heridas a la Senju al igual que este a él pero se notaba la experiencia y quien era el asesino experto.

Estaban desesperados, agotados, pero tenían que seguir en batalla.

Pero cuando menos lo esperaban la situación cambio completamente.

Y allí se encontraban, observando como estaba arrodillado Asuma ante el hombre inmortal mientras se  desangraba. Los jóvenes se lanzaron a tratar de salvarle pero mientras corrían parecía que todo se volvió lento a su alrededor y parecía alejarse de ellos, solo se escucho el grito desgarrado desde sus gargantas llamando a su mentor.

— ¡Hermano! — aquel grito de parte de la albina fue el más doloroso que pudo escuchar el Sarutobi.

Y por más que trataron de llegar a él y impedir que le hicieran daño fue demasiado tarde, el arma de Hidan se encontraba en su propio pecho provocando la herida mortal para el hijo del tercer Hokage.

Yumiko corrió furiosa al peli plata golpeándole desde la espalda con su propio cuerpo haciendo que cayera fuera del círculo junto a él. Esta se arrimo ensima suyo y comenzó a golpearlo sin parar mientras sentía la impotencia y su ser, se sentía tan herida en ese momento.

— ¡Te mataré, te mataré, muere maldito! — gritaba, en su puño alzado pero justo cuando iba a impactar lo contra el rostro de su enemigo Kakuzo lanzo su mano tomándola del cuello para impedir que golpeara más a su compañero.

Justo en ese momento llegaron los refuerzos, una bandada de cuervos aparecieron en el lugar distrayendo al duo de Akatsuki cosa que aprovechó la joven albina levantando su pierna golpeando al enmascarado haciendo que la soltara y se tiro nuevamente sobre Hidan estando encima suyo rodando un poco. Este se desesperó de inmediato parecía que tenía encima suyo a una bestia furiosa pero en sus ojos se notaba una enorme tristeza.

Hidan sujetaba los puños de la contraria tratando que no le golpeará, ella en su desesperación gruñia mientras lo observaba, comenzó a inhalar profundamente manteniendo en un momento la respiración.

— ¡No, espera maldita zorra!

Logró soltera uno de sus brazos del agarre de Hidan para después soltar le un puñetazo en la nariz ocasionando que le sangrara y ante esta pequeña distracción ella saltó lejos de él y soltó el aire que aguantaba en su pecho para soltarlo en una bola de fuego que  logró alcanzar parte del brazo del inmortal. Este retrocedió tomando su brazo quemado mostrando la piel roja por la quemadura mientras soltaba gruñidos de dolor.

— ¡Estúpida, me la pagarás maldita!

— ¡El qué lo harás seras tú hijo de perra!

Y nuevamente se iba a lanzar a atacar pero fue sujeta por uno de los refuerzos que le negaba con la cabeza, pero esta luchaba para librarse del agarré. Pero cuando pareciera que iban a seguir pelean el dúo de la Organización comenzaron a hablar solos quejándose con quien quiera que hablaban, se retiraban de la batalla.

— Esperame aqui zorrita, tú y yo no hemos acabado, cuando vuelva te daré de sacrificio para mi señor Hashin

Ante sus palabras Yumiko empujó al que la sujetaba para correr hacia Hidan pero este desapareció. Ella quedó helada con los ojos puestos donde se supone que debía de estar quien había acabado con quien consideraba su hermano. Su mente se despejo de la furia y corrió hacia donde se encontraba Asuma.
Al llegar a la escena encontró a la chica de cabellera rubia prácticando ningún médico sobre él, pero dejó de hacerlo para negar con la cabeza dando a entender que todo había terminado. Se lanzó hacia ella sujetandola de por los hombros.

— ¡Debe de haber algo por hacer, Ino, haz algo, ayudalo, él necesita vivir! —la sacudía mientras la observaba anonadada — ¡Haz algo, Ino!

— Lo siento, pero, Asuma-sensei...sus órganos estan muy dañados, y-ya no hay nada por hacer...

Yumiko abrió los ojos en shock, sus manos cayeron del cuerpo de la contraria, sentía que su mundo se caía a sus pies otra vez, por segunda vez.
Asuma miro a la albina haciendo un esfuerzo por tomar su mano, esto sobresalto a la oji rojizo pero entendió.

— Escuchen bien...estas serán las últimas palabras de Asuma-sensei — dijo Shikamaru observando a su mentor.

Él Sarutobi comenzó a despedirse de cada uno de sus alumnos, comenzando por su alumna, luego por el Akimichi y luego de Shikamaru, Asuma le pidió a este que se acercara susurrandole unas palabras que sorprendieron al Nara. Los ojos cansados del moreno se posaron sobre aquella que cuido desde una niña, que fue su pequeña hermana.

— Yumiko, no seas tan fría con quienes quieres, nunca sabrás cuando será tú último día con ellos. Cuidate pequeña clon — tocio un poco de sangre pero prosiguió —. Quiero que te vuelvas la más fuerte, tal y como me lo dijiste...demuestra la verdadera grandeza de aquella bestia azul...y, no seas tan dura con aquel chico que me dijiste, e-estoy seguro que él es el indicado...nunca estarás sola, yo te cuidare aunque no me veas.

Aquellas palabras hicieron trizas el corazón de la Senju, pero aún así asintió — Esta bien...hermano

Aquella última palabra hizo sonreír a Asuma por última vez soltando el cigarrillo que tenía entre sus labios, Sarutobi Asuma había partido de aquel mundo para siempre. Ino se lanzó son el pecho de su sensei llorando, los demás presentes estaban devastados, la mano que sujetaba la del moreno la alzó hacia su mejilla apretandola fuerte, sus ojos comenzaron a arder como el infierno, trato de ignorarlo pero no pudo, su mano libre la dirigió a sus ojos y al abrirlos noto que su mano estaba manchada de sangre y su visita era diferente.
Los presentes al mirar a la albina llorar sangre se paralizaron.

— Yumiko-chan, tus ojos... — susurro Choji mirandola tembloroso

— No es nada Choji, es...una maldición de la muerte

Yumiko dejó la mano de Asuma sobre su abdomen para después depositar un suave beso sobre su frente limpiando el resto de sangre en su rostro. Se levantó para después pararse en la orilla de la azotea.

— Yumiko, tenemos que regresar a la aldea antes de que esos dos vuelvan — se puso a su lado el Nara sin mirarla.

— Regresen en este momento ustedes, asegúrense de no dejar rastros de su camino de vuelva por si quieren seguirles ese par

— ¿Ustedes? ¿Acaso no piensas volver con nosotros ahora? — la chica no contestó ni se movió, Shikamaru dirigió su mirada hacia ella y se llevó la sorpresa de verla llorar en silencio mientras sus manos estaban hechas un puño. Trato de tomar su mano pero la chica la alejó.

— Por favor...no, necesito estar sola un momento, por favor Shikamaru, vuelvan ustedes — volteo a ver por última vez el cuerpo del moreno —. Te encargo el camino de vuelta

La chica mordió su dedo para después pasarlo sobre sus marcas y saltó al aire donde de repente apareció la bestia con la que estaba atada ella, y sin más dicha bestia se llevó sobre su lomo a la fémina, Shikamaru se quedó unos segundos apreciando por donde ella se había ido, mordió su mejilla por dentro mientras una que otra lágrima resbala por su rostro. Respiro profundamente para secarse las lágrimas y mirar a su escuadrón.

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Su cabello se movía con el viento mientras sus ojos estaban sin brillo, no dijo ni una sola palabra en todo el vuelo, ni siquiera un sonido, Biru volaba sin rumbo alguno así que decidió hablar.

— Lamentó lo que pasó, se que tan importante era ese hombre para ti — ella no respondió así que continuó — Eres una shinobi, él lo era y sabes perfectamente que esto le puede pasar a cualquiera, hoy fue su turno de partir, así que solo vive con sus recuerdos, vive con los recuerdos de los días en los que él fue tú felicidad, no lo olvides...

La albina mordió su mejilla por dentro pero siguió sin emitir ningún sonido, pero, apesar de no decir ni una palabra el dragón percibía perfectamente lo que ella estaba sintiendo, no era nuevo y aquello, después de todo ambos estaban conectados por cuestiones de sus destinos.

— Sueltalo. No te contengas, déjalo salir, solo estamos los dos ahora.

Sus labios comenzaron a temblar mientras que sus lágrimas recorrían por su rostro rápidamente, su corazón se caía en pedazos, sentía que se estaba desgarrando por dentro, cayó completo sobre el lomo del dragón mientras golpeaba a la bestia, llegó el punto donde no pudo más y un grito salió de su ser, sentía que su garganta se desgarraba a mediado que gritaba.

— ¡Maldición, ¿por qué pensé que si iba podría salvarle?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué Asuma, por que las personas que amo?! ¡Devuelvemelos, duelveme a mi familia, deja de joderme! ¡¿Qué más quieres de mi?! — otro grito salió de su garganta a todo lo que sus pulmones daban — ¡Soy inútil, soy una inútil, no hice nada, Asuma murió! — después de eso el aire se le agotó y la dejó con la respiración agitada — ¿Por qué...por qué pierdo a las personas que amo? — susurro antes de caer inconciente en fiebre.

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El día parecía gris, el viento soplaba, parecía que daba un llanto leve al chocar contra los árboles. Y ahí estaban reunidos, para despedir al gran ninja, aquel que fue el último de los Guardianes Shinobi, un amigo, un maestro, un confidente, un hermano.
Las miradas tristes y llenas de lágrimas estaban puestas sobre el ataúd que contenía su cuerpo, todos estaban presentes menos el chico del clan Nara. Yumiko miraba con dolor aquella caja de madera que tenia puesta sobre ella la foto del moreno. El llanto de Konohamaru le rompía nuevamente el alma, se acercó al pequeño genin y se agachó a su altura cosa que provocó que él la mirara y sin más ella le abrazo poniendo su cabeza en su pecho, el niño sin poder aguantar más rompió en llanto sobre ella.

— Todo estará bien Konohamaru, él nos están cuidando aunque no lo veamos — le dijo en voz baja mientras le consolaba.

— P-Pero ahora estoy solo, perdí a mi abuelo y ahora a mi tío...— sollozo agobiado

— Konohamaru...nunca estarás solo, aquí estan tus amigos, tu familia, incluso yo, así que ya no digas eso.

Era momento de devolver el cariño y protección que Asuma le brindó cuando ella lo necesitó.

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Caminaba por la aldea sin ningún rumbo, pateó una pequeña roca soltando un suspiro. Ya estaba por anochecer y las nubes se movían lentamente, por su cabeza cruzó cierto chico, dudo en ir pero, le prometió a Asuma que no sería tan fría así que comenzó a tomar rumbo a su casa.

Están frente a la puerta, dudando en llamar, pero se sentía ciertamente rara, tomó valor y llamó a la casa de los Nara. Pocos segundos después apareció en la puerta la madre del vago, ella sonrió al ver de quien se trataba pero su sonrisa no era de las de siempre, tomó las manos de la chica mientras le dedicaba una mirada de apoyo.

— Lo lamento tanto pequeña, sabemos que Asuma era importante tanto como Shikamaru, si necesitas algo aquí estamos, esta también es tu casa.

— Muchas gracias, Yoshino-san. Me preguntaba si se encontraba en casa Shikamaru...

— Esta en casa, en el patio con su padre, en la habitación que esta ahí mismo, creo que se encontraban jugando Shoji. Puedes pasar.

La Senju agradeció a la madre de Shikamaru, paso entre la casa entrando al patio dirigiéndose a la habitación donde había una luz tenue pero cuando no le faltaba mucho por llegar un sonido de algo siendo tirado y la luz se apagó, se escucho la voz de Shikaku decirle algo a su hijo, solo se escucho el grito lloroso de Shikamaru para que al final salió de la habitación encontrándose con Yumiko.

— Creó que llegaste en el mejor momento, entra, él te va a necesitar, y también lamentó lo de Asuma, pequeña albina.

Sin más el mayor se fue dejandola sola junto con su hijo. Yumiko tomó la puesta corrediza abriendola y entrando para cerrarla encontrándose con Shikamaru llorando mientras se sujetaba la cabeza. Se acercó a paso tranquilo hacia él tomándole de manera delicada su rostro, el chico abrió sus ojos encontrándose con los rubis de la chica que amaba. Ella le regalo una sonrisa llena de dulzura para tranquilizarle, los labios de él temblaron mientras la miraba y simplemente le abrazo ocultando su rostro en su cuello. Ella simplemente le susurraba que todo estaría bien mientras le acariciaba su cabello.

Shikamaru en un momento se despegó de su cuerpo para verla directamente, ella también tenía pequeñas lágrimas en sus ojos rojizos, y su cuerpo temblaba levemente, para ella también había sido importante aquel jonin. Paso sus pulgares por su ojos retirando aquellas pequeñas lágrimas  para darle una pequeña sonrisa. Yumiko retomó su postura para abrazar nuevamente al chico. Aquella noche ambos pudieron sentirse por un instante en calma, parecía que estaban en una burbuja, aunque no era más que un solo instante. Después de todo, ambos querían vengar la muerte de su mentor y hermano.

Buenos días, tardes, noches. Espero y se encuentren bien, también espero y el capítulo fuera de su agradó, y lamentablemente la muerte de Asuma sucedió.

Quise demostrar con este capítulo que por más que nuestra protagonista trate de demostrarse fría no lo es, también sufre, ella también siente y la muerte de aquel consideró un hermano mayor le destrozó por completo. Quizás sea un poco fastidioso pero trato de representar que es humana, se equivoca, ríe, llora, como cualquier otro.

Y bueno, sería todo por este capítulo, nos vemos hasta el próximo( ⚈̥̥̥̥̥́⌢⚈̥̥̥̥̥̀)

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