Capítulo 1. Él.

Nos encontrábamos en batalla en Vanaheim.

Mi padre nos había dado la orden de venir a mi y mis amigos junto con más soldados a hacernos cargo de un grupo de mercenarios que habían estado ocasionando problemas y que claramente no se podía dejar pasar la situación porque era algo bastante serio y delicado. Estos atacaban pueblos, robaban, mataban y hacían trata con las diferentes razas que existían dentro de los nueve mundos, sobre todo las más raras y exóticas.

   —¡Cuidado Thor! —escuché como Sif me advertía, pero fue demasiado tarde, en ese instante sentí como un fuerte golpe llegó a mi mejilla, haciéndome tambalear.

   Retomé mi postura y llevé mi mirada hacia la dirección en la que el golpe había venido. Ahí se encontraba un tipo grande con armadura que le cubría hasta el rostro. Le miré desafiante, estaba listo para regresarle el golpe que me había dado. Se dejó venir hacia mí y rápidamente le esquivé para después golpear sus pies con Mjölnir y mandarlo a volar muy lejos. Reí por ello, disfrutaba al máximo salir de batalla, amaba esa adrenalina.

   Seguimos luchando por un par de horas más, hasta que por fin el jefe, el cual lideraba todo, se hizo presente. Inmediatamante todos nuestros enemigos pararon de luchar y retrocedieron, se notaba la lealtad y respeto que le tenían. Era un hombre de piedra, me doblaba la altura, era obvio que imponía más sin embargo yo no retrocedí ni un paso, me quedé en mi lugar esperando a que llegara a mi.

    —¡Destrúyalo, no es rival para usted!

    —¡Demuestrele quién manda realmente!

    —¡Será pan comido!

   Gritaban toda clase de insultos y bromas hacia mi, se notaba la gran confianza que tenían en la fuerza de su líder. Yo solamente reí por lo estúpidos que eran.

   —¿Qué es tan gracioso? –preguntó serio.

   —Tú y tus estúpidos subordinados.

   —Veamos quién ríe al final, niño bonito. —al decir aquello elevó su hacha para darme un fuerte impacto con ella, le esquivé antes de que llegase a mi. Comencé a darle vueltas a mi Mjölnir. 

   —¡Mirenlo, está tan aterrado que va a salir volando para huir! —después de ese comentario, todos comenzaron a reír. Sif, Hogun, Fandral y Volstagg solo miraban tranquilamente todo con una pequeña sonrisa en sus rostro. Ellos sabían de lo que era capaz y que se venía a continuación. 

    Aquel ser de pieda volvió a acercarse a mi con toda la intención de ahora si darme con su enorme hacha, más sin embargo fuí más rápido y con todo el impulso que le había dado a Mjölnir tras tantas vueltas, lo dejé ir hacia él, impactando justamente en su torso para recorrer todo este llegando hasta su rostro y haciendo que se destruyera por completo, dejando solamente rastros de piedras sin vida alguna. 

   —¿Alguien más? —pregunté mirando hacia mis dos lados. 

Después de que todos presenciaran tal escena, inmediatamente el miedo se apoderó de ellos, poniendose estos en cuclillas dando a entender de que se rendían. Mis amigos simplemente rieron. 

   —La próxima vez deberías de comenzar por el más grande. —mencionó Fandral a mi lado tocando mi hombro. Le sonreí.

   Por fin todo había terminado. 

   Podríamos ir por algo de alcohol para celebrar y descansar, aunque antes debíamos de hacernos cargo de todos los que aún quedaban con vida y llevarlos a Asgard para determinar su destino, además de registrar y revisar todo lo que llevaban con ellos, desde lo que robaron de diferentes pueblos y mundos, pero sobretodo las razas con las cuales hacian tratos de venta. Iba a ser algo tardado pero que mejor que terminarlo lo más pronto y poder darle la libertad a esa gente. 

   Comenzamos a esposar a todos nuestros enemigos, ninguno se había opuesto a ello, sabían que no tenían escapatoria y si alguno trataba de revelarse, su destino sería la muerte, después de ver como había pulverizado a su lider fueron listos y se mantuvieron al margen. 

   Tomé a uno de ellos para hacerle varias preguntas y sacar más información —¿Dónde se encuentran las cosas que saquearon? —apuntó hacia el bosque que estaba algo cerca de donde nos encontrabamos  —¿Ahí también se encuentra la gente que vendían y compraban? —asintió. —Bien, vas a mostrarme el camino. —le empujé para que comenzara a andar y fuese dirigiendonos a ese sitio. 

    Una vez que llegamos ahí, vimos muchas carretillas con cosas en ellas, así también como enormes jaulas donde se encontraban las personas que vendían como esclavos o adquirian en lugares bajos o a base de tratos. 

   Nos acercamos a revisar todo, comenzando a llevarnos las cosas para devolverlas a donde pertenecian. Mi padre había mandado más soldados para que todo fuese más rápido. Empezamos a liberar a las personas que se encontraban en las jaulas, quitandoles las esposas con las cuales los tenían atrapados para que no huyeran. Era una escena realmente triste y desgarradora, ya que en sus rostros se podía ver el miedo y tristeza por lo que habían pasado, además de la desconfianza... pero que poco a poco fueron sintiendose aliviados al ver que no ibamos a dañarlos sino ayudarles. Había de todo; niños, mujeres, hombres y animales. 

   Muchos de ellos soltaron a las lágrimas y a agradecernos, yo me dediqué a darles la confianza y el apoyo que necesitaban en esos momentos. 

   Después de largo tiempo verificando todo el sitio, tal parece que por fin habíamos terminado, ahora si era hora de regresar a Asgard. En el lugar solamente quedaba yo con unos cuantos soldados, los demás se habían ido en el Bifrost llevando con ellos a las victimas y todo lo robado, sobretodo para atender a varios de ellos que se encontraban en malas condiciones de salud. 

   Antes de partir quise dar una vuelta más, no quería que nada ni nadie fuese olvidado, por lo cual comencé a caminar un poco más al fondo del sitio donde estabamos. 

   —En un momento regreso, iré a revisar un poco más hacia aquella zona. —les avisé a los pocos soldados que quedaban ahí, para entonces seguir mi camino a aquel lugar. No sabía el porqué, pero sentía que debía hacerlo. Lo cierto es que tenía una sensación muy extraña en mi cuerpo, más no quise tomarle mucha importancia, tal vez solo era el cansancio y las ganas de beber un poco de alcohol. Di unos cuantos pasos más, listo para regresar ya que no veía nada fuera de lo común, pero... en ese instante, una pequeña cueva llamó mi atención. 

   Me dirigí a ella rapidamente, la sensación que había estado teniendo se hizo más presente, ya no podía ignorarla. Ahora sentía como si algo dentro de ahí, me estuviese llamando. Posicioné mi Mjölnir en mi mano, entrando lentamente en aquella cueva, no sabía qué podía encontrar ahí, tal vez algún bandido que se había escondido y podía atacarme en cualquier momento. 

   Estaba algo obscuro pero al no ser tan grande la cueva, la luz del día aún ilimunaba un poco, fue entonces cuando noté algo, una manta que cubría algo. Me acerqué más, llegando hasta ella pero estando más alerta por lo que sea que pudiese encontrar ahí. Lentamente fui quitando la manta para darme cuenta que debajo de ella había una jaula, al parecer aquí se encontraba una victima más de las asquerosidades que hacian de compra-venta. 

   Al quedar por completo al descubierto aquella jaula, y mirar detenidamente lo que había allí dentro, sentí un vuelco en mi pecho... 

  Entonces, sucede, él. 

  Un sin fin de emociones recorrió todo mi cuerpo, dejandome completamente quieto y sin aliento, sin poder moverme o decir palabra alguna. 

   Mis ojos estaban llenos de sopresa con gran asombro, jamás había visto un ser tan hermoso en todo lo que llevaba de vida y uso de razón.

   No lo sabía o quizá una parte de mí sí. 

   Estaba destinado a amarle desde el primer segundo. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top