09; Herida

Apretó el hielo con toda su fuerza y dio un tirón se deshizo de el por completo, estaba pudriéndose en enojo.
Qué les costaba ser como todos, ser normales a como tiene que ser, a nadie le gusta estar entre penes y vaginas en altas cantidades. Cada paso que daba la hacia apretar los dientes. Ochako, la maldita Ochako, con esa cara de víctima, fingiendo que es todo lo amable en este mundo y Todoroki, Todoroki siendo tan listo cayendo en esa estúpida trampa. Patético.

Miró el pasillo vacío e intentó relajar todos sus músculos.

Hasta Bakugou cayó en ese tonto juego, lo creyó más listo, pero ahí estaba.

Cómo fue que fueron tan egoístas, sabiendo que Izuku estaba enamorado de Ochako, sabiendo que ella está enamorada de Todoroki. No les importó y empezaron a revolcarse entre ellos como asquerosos animales.
El dolor y odio creció en su pecho.

Cuantas veces no habrán tenido sexo entre los tres, al intentar formar la imagen en su mente se llenó su rostro de asco.

Tocó la puerta y quien la recibió fue Aizawa. Cerró un poco para que los demás maestros nos fueran molestados.

—Es mi deber informarle, como delegada de grupo, que —respiro despacio,— el grupo de tres se está frecuentando.

El pelinegro alzó una ceja en duda, necesitaba más contexto y las facciones de Yaoyorozu lo hicieron dar una mueca.

—Hablaremos con ellos más tarde—musitó cansado.

¿Qué? Los ojos de Yaoyorozu se abrieron, quería que fueran por ellos ya, quería consecuencias inmediatas.

—Si alguien se da cuenta, imagine, ellos son bastante conocidos, si saben que, o alguien se entera... —No podía ordenar sus sentimientos e ideas. Intentó abrir la boca de nuevo y esta vez fue interrumpida.

—¿Qué quieres? —preguntó rascándose la nuca —no podemos hacer una brigada de búsqueda para encontrar a tres tortolitos por ahí, crearía más problemas. Ve a clase.

Cerró la puerta frente a ella.
Se tragó su coraje, bien, pues ella lo haría. Se dio la vuelta y se alejó.

Bakugou estaba teniendo conflictos existenciales en un mal momento.
¿Es gay? Miró a Todoroki a su lado dando mordiscos suaves al lóbulo de la oreja izquierda de Ochako, se sintió nervioso. Qué mierda pasaba con él, le prendía Ochako claro que si, la maldita estaba como quería. Pero, obvio que Shoto era apuesto, muy apuesto, agradable a la vista y atractivo ¿podría ir más allá que sólo admirar y enamorarse de su belleza?
Puta madre, gruñó en su interior y en cuanto se alejó de Ochako lo tomó del rostro de forma tosca.
Shoto miró curioso y confundido, así que Katsuki jaló fuerte hacia el y plantó un duro y firme beso.

Ochako estaba como cereza mirando el escenario, sintió tanto pudor y felicidad que sintió caliente el cuerpo entero. Era un espectáculo pasional.

No había necesidad de ser rudo para Shoto, pero no podía ir en contra de la naturaleza de Bakugou así que tranquilo abrió suave los labios, dispuesto a seguir el ritmo que el cenizo le dictara.

Firme y continúo, casi marcial. La mirada penetrante de Bakugou estaba clavada en sus ojos heterocromaticos. Vergonzoso, el rojo aumentó en sus mejillas y cerró los ojos con rapidez para indicarle a Bakugou que la gente tranquila y normal hacía eso.

Se separaron, hubo un silencio pequeño y necesario.

Ochako se sentó tranquila y sonriente mirando a Katsuki junto a Shoto, como esperando su opinión de lo que había acabado de suceder.

No les dirigió la mirada así que fue un si para ellos, sus corazones estaban al mil por hora, tantas sensaciones los ponía temblorosos.

Les gustaba, definitivamente les gustaba.

En ese pequeño lugar lleno de calor abrazable una ventisca helada de invierno lo hizo mirar la silueta entre la luz cegadora de una blanco día.

Yaoyorozu los miró enervada, detrás de ella Izuku y Mina miraron el suelo avergonzados.

Sus corazones se detuvieron, Ochako se sintió miserable al ver las facciones incomodas y rotas de Izuku.

—¿Por qué? —susurró Ochako con enojo, no era necesario traerlos. El leve sonido hizo que las miradas se dirigieran a ella.

No quiere odiar a Yaoyorozu, entiende que ella esté herida, pero por qué lastima a Izuku, por qué lo arrastra.
Se levantó despacio, tenía ganas de pegarle, quería pegarle.
Ella ama a Izuku, lo aprecia y aunque él haya dejado de dirigirle la palabra para sanar , le enperra que Momo haga se reabra.

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