𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓼𝓲𝓮𝓽𝓮.

Jungkook regresó a la habitación a mitad de la noche, estaba empapado de sudor.

Había sido intensa la conversación con su padrastro, le confesó un miedo que incluso ni él creía sentir. Sin embargo, Joon lo apoyó.

Cuando cerró la puerta, el cuarto estaba oscuro y la luz que desprendía la luna desde la ventana apenas si dejaba ver algo dentro de la habitación.

Pudo ver a un Taehyung dormido a la orilla de la cama, acurrucado entre las sábanas hasta su cintura, con su cabello regados en la almohada y algunos en su rostro.

Jungkook sonrió, ahí estaba ese lindo pequeño en esa cama tan grande.
Se daría una ducha rápida, porque estaba realmente apestoso. Así que tomó su toalla y se dirigió al baño. Su cuerpo se relajó ante las gotas que caían sobre su piel, estaba cansado por el entreno y un poco... mal.

Quizás no debió haber confesado nada a su padrastro, aunque una parte de él decía que estuvo bien. Porque después de todo, la relación entre padre e hijo tenía que ser así, ¿no? Llena de confianza.

Salió rápido de la ducha y ahí mismo se cambió en el baño. No quería despertar a Taehyung si encendía la luz del cuarto para cambiarse.
Así que, después de haberse cepillado los dientes, entró al cuarto de nuevo.

Escuchó los leves ronquidos del pelirrojo, su respiración era tan suave, Jungkook estaba apunto de recostarse junto a él hasta que vio como éste se removía entre las sábanas.

Taehyung despertó, y al ver a Jungkook frente a la cama sonrió.

—Kooookie —dijo y extendió sus brazos para que Jungkook lo abrazara. El pelinegro parpadeó sorprendido, Dios, Taehyung era un amor.

Sin embargo no lo dejó esperando, así que gateó por la cama y abrazó al pequeño tal y como él lo esperaba.
Oh, olía tan bien. Taehyung siempre olía bien.

Jungkook se recostó a su lado y el pelirrojo rodeó sus brazos en sus caderas y recostó su cabeza en su pecho.— Grandote, ¿cómo te fue con tu papá?

"Grandote" Jungkook sonrió hacia el techo.

—Bien, cansado como siempre. ¿Qué tal te fue en el jardín con mi madre?

El pelinegro no podía verlo por la oscuridad, pero presentía que Taehyung había sonreído solo con recordarlo. —Muy bien, tiene flores tan hermosas. — Flores... a Jungkook le encantaba cuando Taehyung era hogareño y aún no quería admitir la razón del porqué. Le encantaba como se veía el pequeño cuando se ponía una corona de flores en su cabeza.
Se miraba tan precioso.

Después de un corto silencio el menor habló:

—Kookie... —El pelinegro bajó su vista para verlo y Taehyung le estaba sonriendo. Se miraba tan encantador recostado en su pecho, viéndolo con esos ojos jade tan encantadores.

Jungkook estaba tan jodido.

—¿Qué pasa?

—nada, solo quería saber si estabas dormido.— contesta. Suelta una corta risita de esas pequeñas y tiernas que te encantan escuchar.

Jungkook le sonríe y acerca su rostro para rozar sus narices con un gesto dulce. —Kook, me da cosquillas.— Vuelve a reír, pero en ningún momento se aleja del pelinegro porque le gusta demasiado sus tratos y su cercanía.

Jungkook no se percata de la sonrisa tonta que marcan sus labios. Tampoco se ha percatado del cambio repentino que le causa la presencia de Taehyung. Y si no se da cuenta de ello, menos se fijará en lo débil que él lo hace.

Por favor, los chicos problemáticos también tienen sentimientos.
¿Qué no ven que Jungkook es un claro ejemplo de ello? Siendo domado por alguien que ni siquiera se esfuerza en hacerlo.

Jungkook no piensa en ello hasta que siente como Taehyung se ha dormido entre sus brazos.

Él no puede dormir y no sabe si es porque hace poco se ha duchado o por la guerra que hay en sus pensamientos. Pero probablemente predomine mas la segunda opción.
Joon le había dicho algo muy importante.

"-Taehyung te vuelve vulnerable."

Mierda.

Vulnerable significa débil.

Y él ante el resto nunca ha sido débil, mas con ese carácter que tiene y por la forma indomable de no quedarse callado.

Pero con Taehyung podía ser todo lo contrario.

¡Y vaya que así fue desde un principio! porque, siendo conscientes, Jungkook siempre trataba de complacer a Taehyung.

Quizás debió darse cuenta de ello desde los primeros días que empezó a conocerlo.

Ya que, dos semanas después de haber visto al pelirrojo en el comedor, volvió a verlo en la clase de biología.

Ese día habían dicho al salón que ingresaría un nuevo compañero con ellos, que era de un grado menor, pero que por su gran inteligencia lo habían ascendido en varias clases.

Y biología era una de ellas.

Jungkook estaba montado sobre el
pupitre con su grupo de amigos en la parte de atrás de la clase. Su amigo Samuel estaba contando su anécdota  sobre un tipo que trató de agredirlo la noche del sábado, pero dijo que él había sido más rápido. A lo que Jungkook bromeó diciendo que seguro le había dado el trasero para que lo dejara en paz. Todos rieron.
Entonces en ese momento entró a clase aquel pequeño y tímido chico que en ese tiempo era rubio.

Haciendo que, algunos chicos empezaran a bromear sobre él.

Ante el bullicio, Jungkook volteó a ver hacia atrás, observando al lindo chico que hace dos semanas atrás había defendido en el comedor del colegio. No negaba que el niño era lindo, pero era menor y frágil y él nunca se había fijado en alguien así.

Lo miró con la cabeza hacia abajo, aguantándose las burlas que sus otros compañeros de clase le daban.
Y, por segunda vez, Jungkook se acercó a defenderlo.

—¿Les parece que me estoy riendo? — dice posándose frente a ellos con un rostro serio.

El grupo de chicos se calla de inmediato, como si escuchar esa voz proveniente del chico les mandara a hacerlo.

—No... n-os... burla-burlábamos de ti.— Tartamudea uno, enfrentándose a la mirada dura de un pelinegro frente a él.

Jungkook apoya sus manos sobre el pupitre y se inclina hacia el frente quedando a unos castos centímetros del chico.

—Lo sé. ¿Se reían de él? —No hay necesidad de decir el nombre porque sabe a quien se refiere.
 
El chico asiente tragando duro, entonces Jungkook le vuelve a preguntar haciendo que éste se encoja en su escritorio. —Por eso, ¿Te parece que me estoy riendo?

—N-n-no... —El chico quiere llorar, y para evitarlo, cierra sus ojos con fuerza.

Espera un golpe en su rostro como si ya supiese que el pelinegro es capaz de hacerlo. Pero el golpe nunca llegó, así que abre sus ojos lentamente y mira a un Jeon Jungkook observando al menor.

El menor ni siquiera quiere ver al tal Jungkook, así que mantiene la mirada en sus converse blancos, ha escuchado muchas cosas malas del pelinegro y tiene miedo que llegue a ser también una víctima de él.
Pero Jungkook solamente carraspea la garganta haciendo que éste de inmediato lo viese.

Jungkook quizás está empezando a maldecirse en su mente, porque los ojos marrones del chico son demasiado bellos. —¿Qué no te han enseñado a defenderte?

Su voz.
Su tono es pesado y brusco, parece no ser muy amigable con todo el mundo. Y obvio que no lo era, se lo han dicho todos.
El menor solo niega.

En ese momento entra un viejo calvo con su maletín en mano. Es su profesor, Kang ShiMok. —Buenos días jóvenes, tomen asiento.

Por orden, todos empiezan a sentarse, incluso Jungkook lo hace. Los únicos espacios vacíos quedan basta atrás, y Taehyung no quiere ir ahí porque están los del equipo de futbol.

Pero no hay otra opción, así que arrastra sus pies hasta la parte de atrás.

Ahí está esperándolo el obeso de Jamie Fried, un tipo que siempre quiere robar de su almuerzo. Pero justo en el momento en que está por pasar, Jungkook habla a su compañero de enfrente.

—Hoseok quítate.

—¿Q-Qué? —Su boca está llena de sándwich de jamón y no entiende lo que Jungkook quiere decir.

—Quita tu trasero de esta mierda antes que yo lo deje en el palo de la portería.

Lo que Jungkook dice son órdenes.
Y si él las dice hay que cumplirlas.
Aparte de que no quiere tener el palo de portería dentro del trasero.

Se levanta del pupitre tomando su sándwich y su mochila, cuando éste se gira observa al pequeño Taehyung frente a él.

Si Jungkook no los hubiese amenazado a él y al resto del equipo con enterrarles la cabeza en la tierra del campo si lo llegasen a molestar, seguro en otro tiempo lo hubiera hecho.

Pero no lo hizo, solo observó de reojo a Jungkook, quien tenía una cara amenazante de que si jodía al pequeño, él realmente era el que resultaría jodido.

Así que volvió a ver al menor.

—Siéntate. — Taehyung lo mira sorprendido pero no llega a decir nada. Solamente asiente y se sienta en el pupitre.

Hoseok se va a los últimos asientos.
Ahora el pequeño está sentado frente a Jungkook.

Jungkook quizás no entiende si él es demasiado tímido o solamente es muy estúpido.

Se inclina hacia el frente, quedando a la cercanía del oído del menor, puede sentir un aroma delicioso a caramelos y sonríe.

—Bienvenido al colegio C. Judtzy —le susurra y oh mierda, la piel del menor se eriza completamente.

Taehyung de alguna manera sabe que esa frase no será acompañada de una visita al agua del retrete. Sabe que Jungkook da ese tipo de bienvenidas.

Jungkook también está consciente que esos lindo cabello no puede ser arruinados por el agua de los inodoros. Ni su cabello, ni su piel, ni sus ojos y ni todo Taehyung puede ser arruinado.

O incluso ser tocado.

Si, quizás para ese entonces Jungkook debió de darse cuenta en el lío que se estaba metiendo.

Los recuerdos suelen ser grandes tiempos para alimentar el amor y hacer latir nuevamente su corazón. No, Taehyung solamente lo estaba haciendo fuerte ante el resto.
Justo en el momento en que sus ojos están por cerrarse, su celular comienza a sonar.

—Maldita sea y menuda suerte la mía. —refunfuña tras tomar el aparato desde su mesa de noche. Se queda ciego ante la luz que desprende el celular, así que solamente presiona el botón de contestar.

—Oh amigo, que bueno que has contestado. —Es la voz de Hoseok que se escucha desde el otro lado de la línea. Como si haber tenido el recuerdo de él hubiese causado que éste lo llamara.

Se escucha música pesada y escandalosa, que casi causa que Jungkook quede sordo.

No tiene que preguntar dónde está Hoseok, sabe que está en una fiesta común.

—¿Qué quieres?— Sus amigos empiezan a decir su nombre a lo lejos, se escuchan carcajadas borrachas y muchos gritos de personas. —Habla rápido, Taehyung está durmiendo.

Hoseok está borracho pero lo suficientemente estable para ser consciente de lo que hace.
Se escucha un vidrio quebrarse y nuevamente empiezan a gritar, hay un chico en el fondo que grita. —¡Oh sí, seré un rudo mariscal de campo!

—¿Escuchaste eso? —pregunta su amigo. —Hermano, ese tío está loco. No creo que te agrade.

—¿Qué me tiene que importar a mí Hoseok? — Jungkook piensa que quizás debe cortar la llamada pero no lo hace. La misma voz empieza a gritar "Oh si, ese chico es para mi" —Si no me dices que pasa Hoseok, juro que...

—Oh no, no. ¡Se está quitando el pantalón! —interrumpe, refiriéndose al chico que quizás era el que gritaba. Esta vez habla hacia Jungkook. —Amigo, hay un chico castaño y un moreno en esta fiesta completamente borrachos. Vinieron aquí diciendo de que eran lo suficientemente rudos para soportar las fiestas universitarias. Son de la preparatoria, están locos.

Jungkook se ríe roncamente restándole importancia. —Déjalos, Hoseok. Solo quieren creerse grandes.

Pero él niega. —No. Este chico castaño vino aquí preguntando por ti. Dijo que sólo quería conocerte y después de un rato ya estaba borracho. ¡Ahora está gritando incoherencias de que quiere patear tu trasero!

—¿Mi qué? —Jungkook trata de moverse pero el cuerpo de su novio que se recuesta sobre él no se lo permite. Así que no hace un esfuerzo mas y prefiere acariciar con su mano libre el cabello pelirrojo

—Quiere. Patear. Tu. Trasero. —deletreó cada frase. —No creo que te agrade lo que sigue diciendo...

—Oh, acerca ese celular al tipo, quiero oírlo. —gruñe Jungkook pero aún así no se encuentra molesto o alterado. Un chico que dice querer golpearlo no es razón para alarmarse, principalmente si es un niñito de preparatoria.

El bullicio se escucha mas fuerte cuando Hoseok aleja el celular de su oreja y lo pone sobre la mesa. La gente está gritando y riendo como loca, fiestas de universitarios... Son toda una locura. Se escucha una porra que alienta a un chico, al parecer su nombre es Ji Hyuk, porque todos gritan su nombre, pero Jungkook sigue sin saber quien es.

Jungkook presiente que quizás el chico esté de pie sobre la mesa, ya que se escuchan los pasos pisar fuertemente la madera a unos metros del celular de su amigo.

Su voz es rasposa y borracha cuando grita;

—¡Por el fútbol! —Todos le responden de la misma manera, como si estuviesen haciendo un brindis. Al parecer todos parecen divertirse.

—Escuchen todos... Es-escuchennnnnme — todos obedecen quedando el lugar en silencio, el chico suelta una risita acompañada del hipo. —Yo vine.. Yo. vine. —El parece quedarse callado un momento. —Oh sí, yo... Vine a buscar a Jeon jungjong ¿Alguien conoce a Jeon J-Jung-jungkook?

Todos comienzan a gritar afirmándolo, Hoseok empieza a sentirse nervioso. Quizás sea el único que aún mantiene un poco de cordura en el lugar, porque todos están con sus rostros cansados y borrachos.

No quería imaginarse como podría estar Jungkook en este momento, no solo porque el chico parece tener un problema con él, sino también porque Jungkook odia que confundan su nombre.

Que le digan otro nombre lo pone malditamente furioso.

El chico castaño pone su dedo en su boca diciendo un shhh
y todos le obedecen de nuevo.

—¡Pero él no está! ¡No está en la fiesta! —sus pasos se vuelven mas pesados porque sin duda está luchando por mantener su equilibrio. Un eructo sale de su boca y todos ríen como idiotas.—¡Yo quería hablar con él! ¡Pelear con los puños! Que-quería hablar entender p-por qué tiene un chico tan lindo a su lado. Y traté de buscar a su chico a su casa pero n-no estaba. —hace un puchero estúpido y todos sueltan un awww. Hoseok de pronto está sudando, si el chico sigue hablando, Jungkook lo dará por muerto.

—¿Us-ustedes sabían que ti-tiene un no-vio?¡Un novio tan hermoso, tan bueno! —hace un gesto con las manos de su cuerpo. Hoseok agradeció que no lo haya dicho en voz alta. Pero el borracho nunca es consciente de lo que hace. —¡Y tiene un cuerpo!

Todos empezaron a gritar, alentando a Ji Hyuk a continuar. El castaño casi ni podía mantener la postura, pero con esfuerzo lo lograba.

Mira a todos a su alrededor, se siente raro porque mira dos personas iguales en cada uno.

Ni siquiera es consiente que está borracho.

—¡Kim Taehyung es hermoso! Y presi-presiento que debe ser  mio
Y si le gustan los chicos rudos, ¡Un chico rudo tendrá de mi!

Hoseok cierra sus ojos con fuerza.
más estúpido. "Por favor que no diga algo aun más estúpido" Pero su ruego no parece ser escuchado ya que el rubio gritó:

—¡Yo seré el próximo titular del colegio C. Judtzy! —todos gritan en aprobación— ¡Yo patearé el trasero de Jeon Jungkook!— todos vuelven a gritar, chocando sus cervezas entre si— Pero... Pero, lo mas importante... ¡Es que Kim Taehyung ya será mío!

Todos empezaron a reír, a gritar y a festejar.

Hoseok estaba cerca de mantener la mandíbula por el suelo, con sus ojos abiertos grandemente mientras observa al chico castaño correr hacia la psicina. Cuando observa su celular, siente miedo, y de pronto ya no quiere tomarlo.

Cree que es preferible cortar la llamada e incluso cree que no debió llamar a Jungkook.

Empieza a sentir compasión por ese tal Ji Hyuk.

Cuando pega su celular a su oído, no escucha nada en la otra línea. Así que, con voz temblorosa habla. —¿Es... Estás ahí?

Nadie contesta por unos segundos, pero de alguna manera sabe que Jungkook sigue ahí.

Su mente se aturde cuando escucha la pesada voz del pelinegro decir:
—Voy para allá.

Y la llamada se corta.

Hoseok aleja su celular aturdido.
¿Acaso Jungkook no estaba en Busan?

Él no sabe si la ha cagado o si hizo algo bien.

Por el otro lado, Jungkook no estaba para nada tranquilo. Y la paz que había sentido por un momento de pronto ya no estaba.

Empezó a teclear en su celular.

Tenía unas cuantas llamadas que hacer.

—Con que el niño quiere ser titular...

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