𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓺𝓾𝓲𝓷𝓬𝓮.

La lluvia caía fuerte sobre la ciudad  convirtiéndose en una tormenta de la cual nadie quisiera salir de sus casas.

El castaño estaba acomodándose el cabello que goteaba debido a la ducha. Sus padres le habían dicho que no estarían en casa hasta el domingo por la noche, Ji Hyuk había decidido quedarse porque no le gustaba en nada salir a pescar y máxime con esa tormenta, estaba seguro que sus padres no habrían pescado nada.

Las diez de la noche marcaba el reloj de su cuarto y Guns N Roses sonaba en su radio.

Una van negra yacía estacionada frente a su casa, pero él no se percató de ella debido a la oscuridad, y aunque se hubiere percatado no le había puesto importancia.

JiHyuk se había terminado de acomodar la remera cuando sintió que la puerta del balcón se abría, cuando fue a ver hacia ella de inmediato la cerró pero ésta vez fue con seguro.

El viento estaba fuerte y la tormenta no parecía que llegase a cesar, así que la culpó a ella por abrir su puerta.

Se miró de nuevo en el espejo de su habitación y soltó una sonrisa cuando observó su abdomen y se dio cuenta que estaba en mejor forma que él creía.

Entonces aquella grata felicidad se vio apagada cuando de pronto la radio se apagó, y por el reflejo del espejo pudo ver como un alto pelinegro, empapado por la lluvia, estaba detrás de él observándolo con una mirada espeluznante.

La sangre de Jihyuk se enfrió y al girarse se asustó por el chico que estaba frente a él.

Sus manos comenzaron a sudar y sus piernas empezaron a fallarle, quizás su presencia le causaba temor pero ésta vez tragó en seco cuando vio el bate de béisbol que éste portaba en sus manos.

—¿Qué... Qué haces.. aquí? —Tartamudeó. Observando como la sonrisa superior del chico rodeaba su rostro mientras cautelosamente pasaba de una mano a otra el bate de béisbol.

—Creo que no te dejé muy en claro cuando te dije que no te acercaras a Taehyung.


Varias semana antes...


—¿Un besito mas? —ruega Jungkook, elevando sus labios hacia Taehyung, esperando para que éste le bese.

—No, ya no. —sonrió él, apartando a Jungkook con un leve empujón. Éste empieza a caminar hacia las bancas y Jungkook camina junto a él rogándole.

—Solo uno más.

—Kookie, ya te he dado siete.
 
—Dicen que el beso ocho es de la suerte.

Taehyung comienza a reír y antes de llegar a sentarse se enfrenta a la mirada de su novio, quién porta el uniforme del equipo de americano porque hoy, otra vez, tienen entreno.

A Taehyung no le molesta aquello, pues ama ver a Jungkook jugar y aunque eso signifique que retrase a él y a Jihyuk en su trabajo de literatura, no le importaba. Luego lo terminarían o quizás él mismo sea el que lo termine.

—¿Sabes por qué no te daré otro beso? —sonríe y Jungkook suelta un gruñido.

—¿Por qué?

—Ayer no dejaste que viera la película en paz, pasaste toda la función interrumpiéndome.

Jungkook sonríe, Taehyung si había aceptado su invitación de faltar a aquella obra de teatro que estaba organizando por ir a ver una película de estreno. El problema es que, tuvieron que ver una de amor y eso no agradaba en nada a Jungkook.

—Oh, no vengas con ello. —El pelinegro se acerca hacia el menor, apartando unos cuantos cabellos rebeldes que llegan hasta su frente—. Ayer no parecías molestarte por mis interrupciones, es mas, no ponías barrera ante ellas.

Taehyung se sonrojó fuertemente ante ello, pues las interrupciones de Jungkook se basaban en traerlo hacia él y besarse.

Jungkook había decidido que se sentaran en la última fila, agradeciendo porque no habían muchas personas en la función.
No dejó que Taehyung se sentara en el asiento de al lado, sino que lo sentó en su regazo y toda la película pasó dando mimos al menor o pidiéndole besos que el menor gustaba en responder.

—Entonces... —alargó el pelinegro—. ¿Si obtendré mi querido beso?

Taehyung rodea sus brazos en el cuello de su novio y el mayor sonríe atrayéndolo mas.

—Kookie, Kookie, Kookie...  ¿No te cansas de mis besos?.— murmura con todo el orgulloso rozando sus labios con los del mayor; dejándolo atontado.

—Tú me estás haciendo débil .— murmura Jungkook tan bajo, que Taehyung no parece haber escuchado aquello. Y si lo habrá escuchado, pues no le puso mucha importancia que digamos.

De pronto, una masa de 175 kilos cae sobre Jungkook, provocando que aquel octavo beso jamás llegara. Taehyung no se sorprende cuando observa que es Hoseok el que los ha interrumpido.

Éste se ríe pero Jungkook sigue bajo ese cuerpo echando maldiciones a su amigo.

Hoseok logra re incorporarse y sonríe hacia el menor. Ayuda a Jungkook a levantarse, y apenas éste lo hace y Jungkook ya le ha golpeado su parte baja haciéndolo quejar.

—¡Kookie! —regaña Taehyung.

—Es un idiota. —suelta el mayor. Al momento, Hoseok inhala aire para reincorporarse y observar a ambos novios. Toma a Jungkook del cuello de su camisa y lo arrastra hacia el campo.

—¡Lo siento, Taecito! ¡Pero ya van diez minutos de retraso! —grita mientras sigue arrastrándolo a pesar de las incoherencias que le dice el castaño.

Taehyung se ríe pero asiente.

Se acomoda entre una de las bancas y empieza a observar el entreno.

El chico que se acerca hacia él lo toma por sorpresa, pero sonríe y da unas cuantas palmaditas a su lado para que se siente con él.

Su primo Jimin se sienta y le da un abrazo que siempre él suele darle. La mirada de Jungkook ni siquiera se digna a ver hacia las bancas, pues no hay nadie de quien alarmarse cuando solamente es el primo del menor.

—Si yo no te busco, no te dignas a aparecer.—dice él—. Creo que tu noviecito te ha acaparado por completo.

Taehyung le da un leve empujón.

—Desde el primer día de clases tú eres el que te has desaparecido.

Ambos se ríen y el grito que pega un chico del equipo de la preparatoria los sorprende, éste trata de jalar tres costales junto a él pero le es imposible. Yugyeom parece reírse de él y en el momento en que Jungkook le dice que se calle, lo hace. El pelinegro grita algo hacia Kihyun, quien sale corriendo para intentar caer a un universitario.

—Creo que Kihyun puede ser un buen recepctor.— dijo Jimin repentinamente, sorbiendo de su malteada que había comprado hace un rato.

Taehyung vio a su primo.

—Jimin, Kihyun ya es receptor.—

—Oh.— fue lo único que dijo después de echarse a reír.— Es obvio que no sé nada de esto. Yo solo trato de captarlo.

—Yo tampoco sé, aunque quizás ya un poco. Jungkook trató de explicarme esta mañana pero no creo haber entendido nada. —rió Taehyung. La brisa que yacía en el campo era cálida, pero ésta hizo alborotar el cabello, haciéndolo reír a él y a Jimin por su repentino estilo.

—Hablando de ello, ¿Qué Jungkook no odia el americano? —pregunta Jimin, pero Taehyung no puede darle una respuesta—. Digo, jamás en el colegio se dignó a ser el mariscal y rechazó serlo para el equipo de la universidad. ¿Por qué ahora lo es?

El pelirrojo quedó pensando unos segundos.

—No... No lo había pensado, ¿Sabes?
Supongo que lo hizo para ganar unas cuantas materias que se le dificultan, aunque nunca me lo dijo.

En el campo, se podía observar como un chico pateaba el balón hacia el arco de anotación y éste pasaba por él. Todos empezaron a gritar, pues ya tenían un pateador asegurado por fin.

Los chicos empezaron a golpearse los brazos y los puños, incluso a chocarse los cascos entre ellos de la emoción.

Jungkook gritó, pero su grito fue cesado cuando en una de esas el entrenador lo abrazó sin querer soltarlo nunca mas. Taehyung soltó una risita.

—taehyung. — llamó el rubio y éste lo miró—. Tenías razón todo este tiempo. Jungkook es un buen chico, por lo menos contigo. —Taehyung sonrió—. Me gusta como te observa... No lleva nada malo en esa mirada. La manera en que te trata, pienso que eres como una porcelana para él.

—¿Porcelana?

Jimin sonríe, pero no lo observa a él.
Sonríe cuando Jungkook felicita a Joon Hee por su buen pase a un corredor. —¿Recuerdas las porcelanas de la abuela? —el menor asiente.— Las cuidaba con toda su vida. Así es Jungkook contigo.

El menor sonríe y vuelve a observar hacia el campo. —Estuvo muy bonito lo que has dicho. ¿Pero compararme con porcelanas? —rió y Jimin le dio un leve empujón— Pero lo he captado... ¿Estás diciendo que Jungkook es el fuerte y yo soy frágil?

Jimin no contestó al instante; permaneció callado ante la respuesta de su primo.

Quizás Taehyung no le había entendido, quizás aún no se daba cuenta de lo que causaba al pelinegro.

Jimin asiente.—-Algo así, Tae.— miente.

Porque él no lo ve así y está seguro que otros tampoco.

Su abuela era una artista de barro excelente, creando sus porcelanas de éste material para luego pintarlos a su gusto con algo que significase mucho para ella.

Siempre guardaba cada porcelana en una repisa de su casa, sus creaciones eran hermosas y no dejaba que nadie tocara ninguna de ellas, porque cuando una de ellas se quebraba, solía deprimirse y decir que un recuerdo de su vida se había alejado.
¿La metáfora?

Ridículo el que no lo entendió a simple vista.

Taehyung parece ser como el tesoro de Jungkook, el baúl de los recuerdos más apreciados que el pelinegro pudiese tener, una obra de arte que el pelinegro quiere mantener maravillosa y llena de vida. Aunque nadie entiende el porqué.

¿Cuál es su obra? Quizás su relación.
Si algo llegase a afectar la relación entre Taehyung y él, entonces cada recuerdo, cada pedazo de vida, llegaría a romperse y entonces Jungkook se sentiría por los suelos.

Taehyung puede ser mas débil, pero se levanta aunque vuelva a caer. Jungkook, al contrario, ha tenido todo a su disposición. Viviendo todo en barreras de mentiras, con todo a su disponibilidad por el mismo temor que él causaba al resto. Pero esas barreras se vieron derrotadas cuando aprendió a actuar como se debe, cuando aprendió a luchar por lo que se quiere, su ayuda perfecta
sin duda fue Taehyung.

Aunque ni él ni Taehyung se hubiesen dado cuenta de ello. Taehyung le pudo haber enseñado lo que es vivir sin lastimar, lo que es obtener sin amenazar, lo que es sentir y gozar.

Sin amenazas, ni gruñidos, ni golpes.

Claro, solo cuando él estaba presente.

Entonces Jungkook se volvió vulnerable ante los pedidos del menor, vulnerable ante su presencia. Convirtiéndolo en como dice su tío, un humano. Pero un humano que aprende a vivir.

Todo aquel aprecio que el pelinegro tenía por el menor se había convertido en un mecanismo de defensa. El aprecio que tiene, el amor que siente, el anhelo de tenerlo, se ve sumergido ante el miedo de perderlo.
Por eso existen las personas posesivas.

Taehyung se pone de pie y dice algo como "iré por un sándwich a la cafetería"

A los segundos, Jimin observa cuando Jungkook empuja furiosamente a JiHyuk, haciéndolo caer al césped. Debido a que éste se había girado para observar a Taehyung y maravillarse con la vista de su trasero. A eso se refiere Jimin; a Taehyung nadie puede verlo.

—Eres un egoísta, posesivo y celoso—susurra para si, observando la escena—. No te sientes listo para una relación seria, pero no quieres verlo con nadie mas.

Jimin no se digna a moverse, solo observa como Jungkook es apartado por los de su equipo y JiHyuk sigue sobre el césped quejándose de un dolor de estómago.

El entreno llega a su mal fin y ambos equipos se van a los vestidores. En ese momento llega Taehyung con un sándwich y gaseosa en mano.

—¿Me he perdido de algo? —pregunta cuando observa que el campo está vacío y vuelve a sentarse junto a su primo.— ¿Tan luego terminó el entreno?

—Todo ha estado en orden, primo. —miente.— Y si, terminó luego.

Jimin conversa de lo que sea con su primo.

Mientras tanto en los vestidores, no parece que las cosas se hayan calmado.

—¡Deja vivir en paz a Taehyung idiota!.— grita el castaño, apartándose del resto que quiere sostenerlo para no irse contra Jungkook.

El pelinegro se ríe. —¿Qué tiene que ver lo que estás diciendo con eso de que estabas viéndolo?

—¿Ahora observar a alguien es malo?.

— Con esa mirada patética tuya digo que sí.

Entonces en ese momento JiHyuk empuja a Jungkook tan fuerte que éste golpea los casilleros y algunos se caen.

Todo se queda en total silencio, pensando si es mejor interponer la pelea o simplemente no meterse. Jungkook no dice nada y ni siquiera salta hacia el castaño para devolverle el golpe; solamente se queda en la misma posición.

A pesar de que se ve sereno, su mente no lo está; y de un fuerte grito manda a todos a huír del lugar. Incluso Hoseok sale corriendo, porque sabe que esta vez no puede meterse.

Entonces; en los vestidores solo quedan él y JiHyuk. Y ninguno de los dos se agradan lo suficiente como para quedar solos sin siquiera amenazarse.

Jungkook con pereza logra incorporarse, tomando uno de sus hombros y dándose un corto masaje.

—Tienes fuerza para ser un niño plástico. —le sonríe.— Pero creo que duelen más los golpecitos de Taehyung que los tuyos.

JiHyuk no lo soporta y se acerca hacia Jungkook, justamente para quedar frente a frente e ir empujando con su dedo su pecho.

—Puedes hacerte el gracioso, Jeon.
Pero no me parece así, es mejor que vayas soltando que hay entre Taehyung y tú para que éste siga contigo.

Jungkook le sonríe, pero ésta no nada es cínica.

—¿Quieres saber que hay entre nosotros?
—JiHyuk asiente—. Hay amor.

Entonces JiHyuk vuelve a empujarlo contra los casilleros y Jungkook nuevamente sigue sin hacer algo al respecto.

—No estoy para tus idioteces. —gruñe.— Taehyung merece personas que lo quieran y no que le amenacen.

Entonces Jungkook cambia de posiciones, tomando ventaja y golpeando malditamente a JiHyuk por los casilleros. Pero cuando el castaño quiso re incorporarse, Jungkook lo tomó del cuello.

—Escúchame bien, idiota. Quise tenerte paciencia esta vez pero no sé que es mas insoportable, si tu presencia o tu cabello teñido.

—¿Puedes... Sol.. Soltarme?

—No —sonríe—. No entiendo cuál es tu maldito capricho con una persona que ya tiene novio, pero algo te digo. Cualquier cosa que hagas te las vas a ver conmigo.

—Dame unos días. —dice en seco.— Los suficientes para que ese niño bonito me diga lo malo que hay en su relación.

Pero habían dos cosas que sí eran ciertas o quizás dos cosas para descubrir cuál es la cierta. O en verdad hay algo fuerte entre la relación de Taehyung y Jungkook, o en verdad existe un pequeño problema entre su relación.

Cualquiera de estas dos, la culpa no es de Taehyung.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top